La transversalidad en el reto demográfico y el medioambiente

AANDRADAS
5 min readJun 23, 2020

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Son funciones primordiales del sector donde trabajo (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico):

- La ejecución de la política del Gobierno en materia de lucha contra el cambio climático, protección del patrimonio natural y de la biodiversidad para la transición a un modelo productivo y social más ecológico.

- La elaboración y el desarrollo de la estrategia del Gobierno frente al reto demográfico, así como la ejecución de la política de lucha contra la despoblación.

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En España 24% de la población vive en algo más del 80% del territorio. Esto implica que casi cinco millones de mujeres viven en este ámbito, lo que representa el 15% de la población española.

Los índices de despoblación de la España rural son preocupantes. El proceso migratorio hacia otras regiones más industriales con un mercado laboral más diversificado supone actualmente que el 48% del territorio nacional está en riesgo demográfico. Casi 4000 municipios tienen una densidad de población igual o inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado.

A medida que los pequeños municipios se quedan vacíos, las grandes ciudades se convierten en núcleos de población mucho menos sostenibles, puesto que los servicios públicos se saturan, la vida es más precaria, los precios de las viviendas se disparan y los riesgos sanitarios (a causa, por ejemplo, de la contaminación) son mayores.

Las zonas vaciadas se van convirtiendo, poco a poco, en focos de problemas que hacen que el 34% de la población esté en riesgo de pobreza o exclusión: escasez de salidas profesionales, no existen incentivos para emprendedores, desarraigo, baja natalidad, envejecimiento de la población y, dado que las mujeres suelen elegir las grandes ciudades para emigrar, la masculinización es enorme; la oferta educativa es menor y la falta de inversión y rentabilidad de producto agrario crea problemas estructurales y financieros.

El abandono de las zonas rurales y de las labores propias de la agricultura y de la ganadería (trabajos esenciales para mantener la ecología en equilibrio) provoca incendios no deseados, desertización y pérdida de biodiversidad; es preciso potenciar los tejidos productivos rurales, generar riqueza desde esos territorios y luchar contra el cambio climático.

Para que este reto cobre fuerza y sea satisfactoriamente alcanzado es labor de las Administraciones Públicas, en comunión con el tejido empresarial del país y sus CC.AA. y EE.LL. alcanzar unos planes con objetivos ambiciosos que relacionen el empleo con la igualdad y el medio ambiente.

Las mujeres rurales son agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible, pero su acceso limitado a la financiación y la educación se encuentra entre los muchos retos a los que se enfrentan. Estos se ven agravados además por el cambio climático.

Históricamente el trabajo de las mujeres rurales ha sido poco reconocido y valorado a pesar de saber que esta labor ha estado llena de esfuerzo y sacrificio. La sociedad necesita de mujeres valientes y emprendedoras en el medio rural y forestal porque sin las mujeres no será posible la lucha contra el despoblamiento.

Para ello, creo que las pautas fundamentales de una posible solución serían:

- La introducción de las energías renovables en la España vaciada (eólica y solar) supondría una generación abrumadora de empleo y riqueza, además de cumplir con los los objetivos de la transición energética, según la Agenda 2030 de la ONU. Además, dejaría de depender exclusivamente de la agricultura y ganadería como actividades económicas principales.

- Crear nuevos modelos de economía en los que las mujeres rural cobre protagonismo como empresaria. Diversificar las actividades. Gestionar el soporte familiar: la mujer no puede ser trabajadora en la explotación familiar de su marido-padre-hermano sin recibir nada a cambio, cuidadora de dependientes y gestora a la vez sin una corresponsabilidad del resto del ámbito familiar , sin participar en la toma de decisiones de su entorno y sin recibir prestaciones como una pensión de desempleo o de jubilación porque no cotiza.

- Que disponga de una representación equilibrada hombre-mujer en instituciones, organismos y otros foros de relevancia en los que se debaten cuestiones de interés socio-económico y medioambiental.

- Que se forme de manera continua y se abran vías para compartir experiencias inspiradoras con mujeres referentes en sus distintos roles, a fin de que que la mujer se vea como agente del cambio que el entorno rural necesita. Formar y acompañar a las empresarias a tener una visión más amplia de sí mismas y del entorno que en se desenvuelven.

- Que se integre la vida profesional, personal y familiar (construir redes de apoyo, fomento de la cultura asociativa, cooperativismo, fomento del autoempleo).

- Acceso a los recursos económicos para mujeres emprendedoras, sobre todo de pequeñas explotaciones o iniciativas.

- Revitalizar el medio rural con otras estrategias económicas más allá del turismo: fomento de la agroecología (la producción de alimentos de calidad con base ecológica) teniendo en cuenta razones sociales, ambientales y económicas — que contribuyen a un desarrollo rural con criterios de sostenibilidad

- Potenciar las relaciones de igualdad y equidad entre mujeres y hombres, con la cotitularidad compartida de las explotaciones agrarias y el reparto del trabajo.

- Atacar con formación específica el círculo de masculinización-envejecimiento- despoblamiento. Entender que es el heteropatriarcado de la estructura social la base del problema.

- Promover la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, y los servicios de dependencia, garantizando la igualdad efectiva entre hombres y mujeres y la asunción compartida de la responsabilidad en el cuidado de las personas. Se promoverá el envejecimiento activo y saludable, prestando especial atención a crear servicios de proximidad, previniendo las situaciones de dependencia y garantizando el apoyo de carácter personal, doméstico y social para facilitar la permanencia de las familias en sus entornos habituales.

- Garantizar una calidad de vida equiparable a la de las grandes ciudades (cobertura sanitaria, educación y cultura, redes de transporte y telecomunicaciones de calidad, servicios básicos y equipamientos). El hombre y la mujer rurales no son ciudadanos de segunda, no merecen el abandono y olvido político, ni la pérdida de derechos ni la falta de inversiones por costosas que éstas sean.

- Asegurar una participación real y efectiva de la mujer en el diseño, aplicación, seguimiento y evaluación de las políticas relacionadas con el medio rural. Debatir propuestas y consultar e intercambiar puntos de vista sobre la incidencia de la aplicación de las políticas en la población femenina rural.

- Fomentar la visibilidad del medio rural para que se conozca una nueva realidad más innovadora y dinámica que contribuya a dignificar la vida y la imagen de las mujeres y hombres que pueblan los territorios rurales y les haga partícipes y promotores de su desarrollo hacia una mejor calidad de vida.

- Luchar contra el estereotipo que desacredita y ningunea los saberes y valores rurales de comunidad y cooperación que se sitúan cada vez más en posición de inferioridad frente a “la modernidad”, el individualismo y “el desarrollo”. Cambiar la perspectiva de nuestra realidad social.

No hay que olvidar que cuando perdemos población en un territorio, se pierde el patrimonio cultural, el paisaje, la historia y muchas cosas más.

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