La “magia” del interés compuesto

Arturo Busto Herrejón
4 min readJun 29, 2019

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Warren Buffet es una de las personas con mayor riqueza en el mundo. Existe una frase que se le atribuye cuando le preguntan el origen de su éxito en el manejo del dinero “Mi riqueza es gracias: a vivir en América (Estados Unidos), tener algunos genes afortunados y la magia del interés compuesto”. Cuando se refiere a vivir en Estados Unidos, no por el hecho en sí de vivir en ese país, sino por las libertades y oportunidades económicas que existen en el mismo. Es indiscutible que el tema genético es algo personal, pero el interés compuesto está al alcance de todos.

Reiteradamente les he comentado la importancia de invertir en lugar de ahorrar. En estos días me contaron la anécdota de una persona con cierto grado de preparación que con orgullo comentaba que tenía sus finanzas tan en orden que una vez caminando por la calle vio en una agencia un auto que le gustaba y que lo había podido pagar directamente ¡con su tarjeta de débito! Las cuentas de cheques o ahorro tradicionales dan muy poco interés y comúnmente éste es por debajo de la tasa de inflación. En otras palabras si crees que “ganas aunque sea un poco al dejarlo en el banco” eso no es cierto, estás perdiendo. Las tasas de las cuentas bancarias tradicionales son tan bajas que siempre perderás poder de compra por la inflación.

Con el interés compuesto se abre una gran oportunidad de hacer crecer tu dinero con el paso del tiempo, hay una especie de efecto bola de nieve que permitirá que vaya creciendo más y más. ¿Cómo funciona?

Supongamos que inviertes $2,500 a una tasa anual del 8%, si el dinero no se mueve al final del año tendrías $200 de intereses. Ahí viene el momento clave: retirarlos o reinvertirlos. Si retiras los $200 que se generaron, vas a seguir teniendo los $2,500 del capital inicial, de nuevo al final del segundo año (suponiendo que la tasa de interés se queda fija) recibirías nuevamente $200.

Pero ¿qué pasa si al pasar el primer año decides reinvertir los $200? Para el segundo año el capital inicial sería de $2,700 por lo que al final de la inversión tendrías $2,916. Si al tercer año dejamos esta cantidad tendríamos al final $3,149.28 y así sucesivamente. Si comparamos los intereses que se generan al retirarlos año con año serían $3,100 en cambio reinvirtiendo los intereses al final serían $3,149.28. En el ejemplo no parece mucho, pero piensa en un plazo mayor y con una cantidad mayor. Tal cual el interés compuesto es generar intereses sobre intereses que sumados al dinero invertido al inicio aceleran el crecimiento en el tiempo. En el ejemplo solo consideré un depósito inicial y el resto es interés acumulado, imagínate el efecto si vas haciendo depósitos que hagan crecer el capital, mientras mayor sea el tiempo de inversión, mayor será el impacto que tendrás en el crecimiento de tu dinero.

Puede parecer complicado pero la fórmula para calcular el interés compuesto es la siguiente:

Valor futuro= Capital inicial x (1+tasa de interés)^n en donde la n son los años que estará esa inversión. En el ejemplo que puse antes se vería así la fórmula Valor futuro= 2,500 x (1+.08)^3 . Desarrollando la fórmula sería 2,500 x 1.2597=3,149.28. De esta forma podríamos ver lo que pasa en plazos mayores. Por ejemplo los 2,500 si se dejaran ahí sin tocarlos durante 30 años al final se tendrían $25,156.64 sin mover un solo dedo (suponiendo que la tasa de 8% es fija). Así que no hay ninguna magia en el capital compuesto, es simple matemática la que juega a nuestro favor.

Ahora veamos que sucede si como estrategia de finanzas personales hacemos una aportación anual que sumada al interés compuesto haga crecer aún más el dinero. La fórmula sería Valor futuro=Anualidad x [(1+interés)^n- 1))/interés)]

Ahora supongamos que no gastamos $60 pesos al mes en café y eso se deposita una vez al año en la inversión (para fines del ejemplo supongo que se hace un solo depósito de $720) por una inversión de tres años la fórmula se vería así: 720 x [(1+.08)^3- 1))/.08)]=. 2,337.41. Esto quiere decir que si solo se deja de gastar $60 al mes entonces se ahorraría $2,160 en tres años. En cambio si ese mismo dinero lo ahorramos y lo invertimos, al final de los 3 años tendríamos 2,337.41, el capital compuesto trabajando para ti.

La clave está en encontrar un instrumento que te dé una tasa que esté por arriba de la inflación para que los intereses que ganen en realidad incrementen tu patrimonio.

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