Nuevas aportaciones sobre Inteligencia Artificial Colectiva (IAC) (46)

Adolfo Castilla
8 min readJan 15, 2022

--

IAC. Autores: Adolfo Castilla y José María González del Álamo. Innovation Wars, S. L. CIBUC. https://www.innovationwars.com/

Hemos estado varias semanas sin colgar nuevos posts en este blog. Los que lo siguen saben que los dos autores que lo mantenemos estamos dedicados intelectual y profesionalmente al tema de la Inteligencia [Artificial] Colectiva (IAC) y que trabajamos con éxito de forma continua para empresas, universidades e instituciones diversas. Lo hacemos a través de la empresa, Innovation Wars/CiBUC, la cual empezó siendo una start up muy premiada y se ha convertido en un gran proyecto empresarial. Recordamos, por otra parte, que estábamos siguiendo una línea conductora en el blog a la que volveremos enseguida, pero de momento se nos ocurre hacer unas aclaraciones sobre aspectos relacionadas con la denominación que utilizamos, I[A]C, la cual siempre hemos considerado genuina y propia. Deseamos explicar qué es para nosotros lo colectivo y por qué introdujimos en su momento la palabra Artificial, la cual solemos poner entre corchetes.

(Imagen de arriba: walker bay sudáfrica avistamiento ballenas)

La Inteligencia [Artificial] Colectiva en la empresa y en la sociedad

Volvemos después de varias semanas a colgar un nuevo post en este blog, anunciando que no nos retrasaremos tanto en las próximas entregas. El motivo del retraso no es que nos hayamos alejado de nuestro tema, la Inteligencia [Artificial] Colectiva, cosa que no puede ocurrir ya que los autores estamos dedicados a él de forma continua e intensa, al igual que todo el equipo de Innovation Wars/CiBUC.

(Ballenas En Puerto Vallarta)

Se ha debido, más bien, a haber estado ocupados en la realización de trabajos para instituciones diversas, ya que nuestras concepciones, metodologías y técnicas, cada vez tienen más éxito al aplicarlas a empresas, universidades y organizaciones de distinto tipo y a retos y problemas muy variados. Así como a la investigación sobre el tema, lectura de todo lo que se publica al respecto y el seguimiento de todos los grupos a nivel internacional relacionados con la materia.

Queremos recordar a los que nos siguen, que nos habíamos quedado analizando el significado y alcance del pervasivo fenómeno de la digitalización en nuestras sociedades. La idea era, y sigue siendo, la explicación de la importancia de la I[A]C para dichas sociedades en general y para las empresas en particular, así como la descripción, en primer lugar, de lo que estamos llamando Dirección Inteligente Colectiva (DIC). Enfoque o aproximación a la Nueva Dirección de Empresas, o al nuevo management, necesario para la radicalmente diferente empresa surgida de la transformación digital profunda que está teniendo lugar en nuestro mundo.

Tal nuevo enfoque de la ciencia de la gestión llevará a lo que denominados Empresa Inteligente Activa (EIA), nuevo modelo de empresa en el que lo importante es la inteligencia superior, la innovación y la disrupción, todo ello conseguido por el colectivo de inteligencias constituido por los miembros de las organizaciones.

Términos conflictivos: Inteligencia, Inteligencia Artificial, Colectivo y Comunitario

Seguiremos con estas cuestiones muy pronto, pero antes, no tenemos más remedio que referirnos a la idea misma de I[A]C, a la Inteligencia Artificial, al uso de los términos colectivo y colectiva y quizás, y en otro orden de cosas, al empleo de los términos comunitario y comunitarismo.

Es necesaria una cierta aclaración de dichos términos a la vez que recordar la existencia de avances muy destacados en los últimos años en el conocimiento de materias como, el cerebro y las neurociencias, la inteligencia humana, la inteligencia artificial y otras. Así como fenómenos nuevos como la explosión de la digitalización, el desarrollo de Internet y las redes sociales, la generalización de la interconectividad, la aparición de una economía de la información y del conocimiento, con los datos como materia prima, la creación de la ciencia de los datos y la desaparición de fronteras de todo tipo, especialmente en relación con la información y la comunicación y con el comercio.

En cuestión de términos, el más antiguo, Inteligencia Artificial, existe desde 1956 y es una denominación sobre la que siempre ha habido equívocos. Muchos han creído que tiene que ver con la posibilidad de que los ordenadores sean inteligentes, y es verdad que cada vez dichas máquinas, o aparatos, hacen más cosas relacionadas con las capacidades mentales humanas. En la última etapa en relación con lo que se llama machine learning, con el análisis profundo de datos, con la posibilidad de superar al hombre en juegos de estrategia y, más recientemente, como ayuda destacada al hombre en cuanto al conocimiento del interior más profundo de la materia y a la investigación en general.

Todo lo anterior tiene que ver con la Inteligencia Artificial Normal avanzan a gran velocidad. A diario se consiguen grandes éxitos y hay mucho terreno por delante para seguir progresando.

La Inteligencia Artificial Fuerte, sin embargo, que sería la cercana a la inteligencia humana está estancada y no hay en cuanto a ella ni gran actividad ni avances destacados. Sencillamente, no sabemos cómo proceder en cuanto a la verdadera inteligencia del hombre, la cual tiene que ver con su mundo intelectual y espiritual y con su consciencia.

La Inteligencia Artificial como simple simulación

Pero las máquinas, hoy por hoy, no son inteligentes en el verdadero sentido de la inteligencia humana, la cual está relacionada o tiene su principio, como decimos, en las emociones y los sentimientos y está conectada con el mundo espiritual del hombre, con el yo profundo de cada uno y con la consciencia. Fenómenos de la naturaleza humana, todos ellos, no algorítmicos y cuyo funcionamiento y mecanismos no conocemos, lo cual los hacen, en primer lugar, no programables.

Las máquinas solo responden a la programación que hace el hombre sobre ellas y la Inteligencia Artificial es, a la hora de la verdad, solo una simulación de la inteligencia humana. Y, como tal, una reproducción en términos de programación de lo que conocemos de dicha inteligencia, es decir, del manejo de datos, de su almacenamiento, de su memorización, del cálculo numérico, de la lógica simbólica y, últimamente, como hemos dicho ya, del aprendizaje en su sentido más mecánico, repetitivo y unidimensional.

Hoy se habla también de la “Consciencia Artificial” y hay gente trabajando en ella, pero como ocurre con la Inteligencia Artificial y, quizás en mayor medida, no podemos pensar en otra cosa que en la simulación de la consciencia. Como también hay robots que “simulan” sentimientos y emociones. Los cuales resultan ridículos y son como figuras de feria.

Nada relacionado con la imaginación, la intuición, la creatividad, la inventiva y con, no solo sentir sino saber que sentimos, no solo conocer sino saber que conocemos, no solo vivir sino saber que vivimos y, no solo morir sino saber que morimos y que moriremos.

A pesar de todo ello, la palabra Artificial aplicada al ordenador, a los robots y a las máquinas y aparatos en general, sigue despertando el interés de la gente y se relaciona siempre, equivocadamente, con la verdadera inteligencia, como si esos artefactos pudieran poseerla.

Inteligencia Colectiva (IAC)

Pero antes de relacionar lo de Artificial con la Inteligencia Colectiva (IC), que es nuestro objetivo en este post, tenemos que referirnos a la IC propiamente dicha, asunto ya tratado en este blog pero que es necesario recordar. Parece que se trata de una idea y de una expresión utilizada por primera vez por el francés de origen tunecino Pierre Lèvy (nacido en 1956), filósofo, escritor y docente, hoy profesor de la Universidad de Otawa, en los terrenos de tecnologías de la información y la comunicación. En 1994 publicó en París su libro, L’Intelligence collective. Pour une anthropologie du cyberespace, después de haber escrito sobre las tecnologías de la inteligencia, la programación de los ordenadores y ser considerado un especialista de la “cibercultura”.

Aparte de otros autores anteriores y posteriores como Tom Atlee (nacido en 1947) (nacido en 1947) o George Pór, que se han referido a esta denominación y a lo que hay detrás de ella, su origen en el tiempo, siempre en relación con las posibilidades ofrecidas por el mundo digital, por Internet y por la interconectividad de los individuos, procede de finales de los años 80 y primeros de los 90, siendo Lévy su principal impulsor.

En términos más generales, la denominación y significado de Inteligencia Colectiva surgió de las observaciones de algunos biólogos y zoólogos relativas a la capacidad de ciertos colectivos del mundo animal de hacer obras superiores a las posibilidades de actuación de los individuos que los componen. Las termitas, las hormigas comunes o las abejas, son ejemplos de ello, y el biólogo, zoólogo y paleontólogo francés, Pierre-Paul Grassé (1895–1985), introdujo el término Estigmergia y también la denominación “inteligencia de enjambre”, con el significado específico de “colaboración a través del medio físico”.

Por mencionar todo, aunque sea de pasada, es imprescindible hacer referencia al Center for Colective Intelligence del MIT y a su fundador y director Thomas Malone (nacido en 1952), así como al National Endowment for Science Technology and the Arts (NESTA) del Reino Unido y a su antiguo director Geoff Mulgan (nacido en 1961) y, quizás también, al grupo francés bluenove.

Lo colectivo en este caso no está relacionado con ningún tipo de colectivismo

Hay varias dimensiones que se recogen en la idea de Inteligencia Colectiva, entre ellas la cooperación entre los miembros de un colectivo, el hecho de que la inteligencia y las competencias estén repartidas, la inteligencia de unos se potencian con la de otros, las ideas superiores y disruptivas emergen o pueden emerger de la interacción de los miembros de los colectivos y otras.

Pero dejemos las cosas claras, la I[A]C no tiene nada que ver con el colectivismo, una forma aberrante de utilizar la idea de colectivo. Lo decimos porque a algunos directivos a los que hemos presentado nuestras ideas han respondido, antes de conocerlas a fondo, que una empresa no se lleva utilizando aproximaciones colectivistas o, incluso, soluciones democráticas.

Y es verdad, en una empresa se trata siempre de hacer y resolver, conseguir objetivos y, desde luego, obtener beneficios. Es el mundo de la eficiencia y la efectividad y la jerarquía y autoridad son componentes imprescindibles de su funcionamiento. Aunque es bien sabido el éxito de técnicas de trabajo en grupo como son los círculos de calidad, el kaizen y otras fórmulas japonesas, así como el más reciente empowerment.

Las decisiones en una empresa no se toman por conceso y al directivo se le paga por tomarlas y por correr riesgos, pero dichas decisiones deben ser, por encima de todo, las más inteligentes posibles.

Aquí es donde se concentra nuestro enfoque, en obtener las ideas más inteligentes de un colectivo y disponer de la metodología y técnicas más adecuadas para hacer emerger de un colectivo empresarial, o social sin más, ante cualquier reto, las ideas más inteligentes, innovadoras y disruptivas.

Adelanto del tema del próximo post-

Justificamos de esta forma nuestro uso de la denominación Inteligencia Colectiva, pero ahora nos queda explicar el uso que hacemos de la palabra Artificial. Lo haremos en el próximo post, pero adelantamos que tal uso no tiene nada que ver con conseguir que los ordenadores “simulen” la Inteligencia Colectiva. Más bien hacemos referencia con ello a que en nuestra práctica de la Inteligencia Colectiva utilizamos a fondo la Inteligencia Artificial Normal existente hoy, en forma, por ejemplo, de Inteligencia Artificial Semántica y otras formas de, repetimos, Inteligencia Artificial Normal.

Originally published at Economía y Futuro.

--

--

Adolfo Castilla

Catedrático de #Economía, pionero de la #Prospectiva y la #Cognotecnologia, y un divulgador apasionado de la #ciencia, la #tecnología y el futuro del ser humano