Miedo

Ada Serrano
5 min readDec 2, 2015

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Creo que uno de los momentos más atemorizantes de mi vida fue cuando creí que había perdido la oportunidad de mi vida, de visitar un lugar icónico para una estudiante de Relaciones Internacionales, y una idealista, por estar buscando un baño :’(

Estaba en Nueva York, como parte de la aventura titulada ‘’Ada se gana una beca del IMJUVE y viaja por EE.UU gratis (y casi muere de frío en Washington)’’ , ese día fue uno de los mejores de toda mi corta existencia.

El plan era despertar, desayunar en el hotel (un bagel con queso crema y mermelada, y varias tazas de café (de lo cual me arrepentí unas horas después) y luego salir caminando a la New York Public Library (si, ahí donde se esconden en la pelicula del Dia despues de mañana) tomar el recorrido del lugar, ir a conocer Central Park para hacer tiempo y luego, a las 2 de la tarde, lo más esperado, ir a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

Si bien para mí era emocionante el haber ganado la beca, convivir con gente de todo el país, y trataba de aprovechar y conocer cada uno de los lugares que visitábamos, desde que supe la agenda que tendríamos, contaba los segundos para que llegara ese momento, Martes 13 de enero del 2015 a las 2 de la tarde: Visita a las Naciones Unidas.

Un dia antes no podía contener mi emoción (pero con los horarios que teníamos, la agenda pesada y las desveladas acumuladas, en 10 minutos ya estaba roncando). Ese dia se me olvidó que estaba enferma y que tenia los pies lastimados de tanto caminar.

Después de arreglarnos, Ale (mi eterna roomie, estudiante de la Normal de Saltillo Coahuila que amo con todo mi ser) y yo bajamos a desayunar, después nos fuimos al lobby del hotel y de ahí fuimos caminando con un grupito a nuestro primer destino.

Después de recorrer solo una parte de la biblioteca, Diego, un talentosisimo fotógrafo estudiante de la Universidad de Guadalajara, propuso ir a Central Park en lo que era hora de ir a la ONU. Pues vamos, dijimos Ale y yo.

El grupo que se formó para irnos de excursión era: Diego, Juan Carlos, Dianita, Ale y yo. (Escribir sus nombres me causa alegría pero también nostalgia)

Así que caminamos en la fría (pero muy fría) mañana de enero por las calles de Nueva York (yo había olvidado mis flats en el hotel, así que andaba en unas botas no muy altas, pero no tan cómodas) descubriendo con cada paso cosas increíbles, buscando pretextos para reir y sentir un poco de calorcito en el pecho y la garganta.

Después de paradas técnicas para tomar fotos y entrar un rato a la Apple Store a resguardarnos del frío, llegamos a Central Park.

Aquí quisiera hacer énfasis en algo.

Central Park es un lugar icónico de Nueva York, una parada obligatoria para el visitante que ofrece paisajes impresionante y mil actividades para hacer, puestos de varios tipos de comida, e te ce e te ce.

El Parque es ENORME, E N O R M E, según Wikipedia (there is no shame in reference wikipedia) el parque tiene dimensiones aproximadas de 4000 x 800 m, siendo casi dos veces más grande que Mónaco y casi ocho veces más que la Ciudad del Vaticano. Osea, andaba por un lugar más grande que el Vaticano buscando un baño. En tacones. En vestido. A como 5 grados centigrados. Sola. Con 1 hora para ir al baño, reunirme con el grupo, tomar el metro y llegar a las Naciones Unidas (que es muuuuy poco)

En Central Park hay 16 baños (Si, googleé How many restrooms are in Central Park?) pero en ese momento todo parecieron moverse de lugar o desaparecer.

Cuando me separé de mi grupo no pensé que duraría 1 hora caminando en círculos, pidiendo indicaciones, hasta que conseguí entrar a un baño (al que de hecho no debía de entrar porque era parte de la pista de hielo, y para entrar tenía que pagar, pero con mi vejiga llena y mi corazón más acelerado que nunca decidí aplicar la de: Fuck the police)

Después de quitarme ese peso de encima (literal), pense algo que no había pensado antes: Y, ahora, ¿Como voy a encontrar a mis amigos?

Después me enteré que Diego y Juan Carlos al ver que no volvía, y que se hacía tarde decidieron irse (muchas graciaaaaaaaas) mientras que Diana y Ale se dispusieron a buscarme y a gritar mi nombre por un lugar mas grande que el Vaticano.

Por obra del destino, nos encontramos y corriendo buscamos la estación del metro. Como teniamos prisa, obviamente nos equivocamos de parada, tomamos la direccion incorrecta y nos perdimos.

Pensé lo peor. Que no llegaríamos a la cita, que no nos dejarian entrar, que por mi culpa mis amigas tambien se lo perderian, que habia desperdiciado la oportunidad más grande de mi existencia, y todo eso, por tomar mucho café :’(

Cuando ibamos en el metro, yo estaba al borde de una crisis nerviosa, a un segundo de empezar a llorar, Diana se dió cuenta que no estaba en pleno uso de mis facultades mentales, que el miedo me había nublado mi juicio e hizo lo mejor que pudo hacer. No se dejó contagiar por mi histeria, y con mucha calma, pidió nuevas indicaciones y consiguió que llegaramos a la ONU. Corrimos 10 calles en tacones (al menos yo si) hasta que llegamos y vimos a nuestro grupo afuera de las instalaciones. Solo nos habiamos perdido una foto grupal. Jamás había sentido tanto alivio en mi vida.

Las cosas obviamente no se arreglan solas, pero tampoco se arreglan con miedo o con nervios.

El miedo es un sentimiento totalmente natural, en mi caso, siento miedo cuando estoy en una situación en la que no me encuentro en control de lo que pueda pasar. Me da miedo decepcionar a otros, y más que eso, me da miedo desaprovechar oportunidades. Odio sentir arrepentimiento.

Me pareció importante recordar esto porque ultimamente, todos los días, gran parte del dia, siento una combinación de nervios/ansiedad/miedo por cosas que luego que lo pienso son insignificantes o no tan relevantes.

No me doy cuenta que tengo un nudo en el estómago y la garganta, hasta que alguien me dice algo reconfortante o me río, entonces me doy cuenta. Las ultimas semanas he notado que al despertar, tenia la mandibula cerrada y apretada, y no me daba cuenta de esto hasta casi 1 hora después de despertar.

El miedo había estado influenciando mis decisiones, y cuando lo noté decidí detener esa mala costumbre y dedicarme a enfrentar los problemas con calma.

Cuanto más crecemos tenemos más responsabilidades y más presiones, pero eso no nos debe de generar miedo, al contrario, esas responsabilidades representan en su mayoría oportunidades y no obligaciones.

Mi miedo más reciente es la idea de que todo lo relacionado con mi intercambio a Brasil va a salir mal. Siento que antes de aplicar, ya tenía miedo de que todo se arruinara, casi lo deseaba para evitar sufrir con futuras decepciones.

Nos preocupamos mucho por el: What If it goes wrong? y nada por el What If it goes right?, un poco de preocupación es buena, pero ninguna cantidad de ansiedad o miedo puede cambiar el futuro.

Así que si olvido esto, tienen mi permiso para recordarme que siga mi propio consejo.

Love, Ada

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Ada Serrano

Lic. en Relaciones Internacionales. Apasionada por aprender, descubrir y escribir. Eternamente enamorada de esta vida y las que siguen.