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Foto por: Gustavo Torres

Píxeles en órbita: Una historia corta sobre cómo mis diseños llegaron al espacio

8 min readMay 1, 2020

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Siempre escucho sobre personas que quieren ser contratados por las más grandes compañías y hacer lo que aman. Hace algunos meses atrás logré hacer ambas cosas prácticamente en un abrir y cerrar de ojos.

Hay historias que merecen ser contadas, sobre todo aquellas que pueden inspirar a otras personas a superar sus propias limitaciones y a darse cuenta de que en las cosas más sencillas están los mayores tesoros.

Vale la pena mencionar que he tenido varios trabajos de ensueño a lo largo de mi corta carrera, pero este proyecto en particular que estoy apunto de contarles es uno que cambió mi vida, pero que también requirió que me pusiera en riesgo e hiciera sacrificios importantes.

Los trabajos con los que se sueña cuando se es niño son una ventana a las pasiones y talentos del ser humano. Si se logra identificarlas y comprenderlas ayudarán a disfrutar la vida.

Algunas personas sueñan con crecer y ser médicos, otros con convertirse en grandes deportistas o profesores. En mi caso, soñaba con ir al espacio (a Júpiter) y dejar huella.

Mi padre fue probablemente la mayor influencia sobre este sueño: era un gran aficionado de los cuerpos celestes y los exploraba desde dos grandes vertientes. La primera desde la astronomía a través de ALDA, una asociación de astronomía que lideraba. La segunda era a través de la astrología.

Mi mayor diversión era estar en la naturaleza, compartiendo con animales y explorando. Pero mi pasión era acompañarlo a las observaciones de astronomía y aprender tantos detalles como fuese posible para luego preguntar sin parar cómo esos detalles se relacionaban con nosotros en la tierra desde la antigüedad hasta el día de hoy.

Houston, tenemos un problema: la crisis

Para los lectores impacientes que quieren saltarse la historia e irse directo al aprendizaje moral que me dejó, se los resumo rápidamente: esta historia trata sobre tocar una puerta (al menos metafóricamente) y que no hace falta ser Dios para obtener oportunidades increíbles.

Como dije, esta es una historia sobre saber qué quieres y ponerte en acción. Pero por su puesto, nunca es tan fácil. Haciendo retrospectiva, sé que hubo dos factores fundamentales para que esto fuese posible: elegir la empresa adecuada y haber armado mi carrera para ese preciso momento (también algo de suerte, pero no quiero hablar de eso).

A principio del año pasado mi vida hizo un giro repentino y revelador: una tarde de Enero, mi mujer y yo recibimos la noticia de que seríamos padres. Si bien fue algo que me llenó de alegría, por primera vez en mi vida también pude sentir el miedo en lo más profundo de mi ser porque a partir de ese instante una vida, aparte de la mía estaba bajo mi responsabilidad.

Estábamos viviendo en Venezuela, un país en plena crisis social, económica y donde todo escaseaba… Y se iba a poner peor.

En marzo una falla en el servicio eléctrico nacional dejó sin energía eléctrica al país entero por días. Vivimos el caos como nunca. Hay cosas como la luz, que damos por sentada en cualquier parte del mundo, y que cuando hace falta nos revelan lo infinitamente vulnerables que podemos ser como sociedad.

Esta situación movió todas las bases de mi negocio, de mi familia e incluso de mis propios paradigmas. Me hizo replantearme todo, abrirme a ser capaz de adelantarme a problemas que todavía no existían pero que probablemente podríamos enfrentar.

Mirar atrás y reconocer todo lo que había construido en mi carrera y las nuevas facetas que tenía que generar fueron la base para cimentar un cambio acelerado. También me hizo entender que las cosas seguras son relativas y que nunca se sabe qué sucedería mañana. Lo que tenga cada día tendría que aprovecharlo al máximo.

Iniciando lanzamiento en 3,2,1…

A medianos de año había cambiado completamente mi modelo de negocios, reforzado mi presencia en digital y trazado una estrategia de networking más sólida. Para resolver temas de infraestructura, conexión y luz estable, hice alianza con el mejor co-working de mi ciudad y ya estaba listo para la acción.

Una tarde me encontré con una vacante para trabajar en una agencia digital llamada Hipinspire que cuenta con clientes de gran impacto social: Google, NASA, Mercedes Benz, entre otros… Wait a minute, ¿NASA? Esta agencia puede acercarme a involucrarme con algo que trasciende al globo terráqueo.

¿Recuerdas mi sueño de niño? Bueno, tocar una puerta no mata a nadie.

Decidí hacer un contacto, explicando brevemente por qué me gustaría trabajar con ellos y diseñé una solución a una problemática que encontré en su sitio web. También le dediqué unos minutos extra a que mi propuesta estuviese animada. Esto último lo hice principalmente por diversión y porque consideré que de esa forma quizás la recordarían mejor.

Al día siguiente sorpresivamente recibí un email de parte de ellos pidiéndome una reunión para esa misma tarde. Y como podrán imaginar: me llené de emoción por ser considerado y a su vez de miedo por tener ahora de frente la oportunidad de perderme lo que tanto ansiaba.

Un par de días después estaría a tiempo completo en sus proyectos y con mucha fortuna, luego de probar mi compromiso y calidad de trabajo con algunos proyectos de mediana envergadura, me dieron la oportunidad de liderar un proyecto para el espacio, específicamente el de diseñar las etiquetas de los uniformes espaciales y el branding de las misiones para Space Flight Industries.

Agradecimiento especial a Jodi Sorensen por enviar una bolsa llena de insignias y artículos de Spaceflight a nuestras oficinas en plena crisis del COVID-19

En los próximos meses estaría diseñando para 5 misiones distintas que involucraban lanzamientos de cohetes espaciales, despliegue de tecnologías emergentes en el espacio, profundizar en los estudios más ambiciosos de caras a la tierra y todo esto me hacía en parte escribir algunas letras de la historia humana:

· Primera misión: PSLV

· Segunda misión: RL-2

· Tercera misión: SEOPS-2

· Cuarta y quinta misión: RL3 y SSLV-D2 (aún por despegar).

Si bien terminé trabajando en el proyecto de mis sueños, creo fervientemente que no hubiese estado listo para esta oportunidad si hubiese llegado en otro momento de mi vida. Más allá de que el proyecto haya sido el match correcto, también tenía que pasar en el momento correcto.

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Mockups de parches de los trajes espaciales para la primera misión.

Astronauta con brújula clásica

Usualmente se nos dice que tenemos que enfocar nuestras carreras hacia objetivos claros y una vez que tomemos una decisión dar el todo por el todo hasta alcanzarla.

A mi me gusta empezar por reconocer cuáles son las cosas que no quiero y así, cada vez que se presenta una oportunidad y veo que no encajamos tengo una responsabilidad moral conmigo y con mis sueños de declinar la oferta y esperar por la próxima. A veces el reto más grande es no saber cuándo renunciar a lo que no nos conviene.

Para cumplir este sueño mi primer paso fue mirar al futuro y preguntarme: ¿cómo es el trabajo ideal para mi? La crisis en mi propio país me llevó desde muy temprano en mi carrera a enfocarme en hacerme un profesional con múltiples destrezas (diseño, negocios, marketing, ilustración), pero sobre todo a elegir un área de experticia.

Esto me permitió ir en contra de la marea, y mientras mis colegas luchaban por los mismos tipos de proyectos, yo iba creciendo como tiburón en una pequeña pecera: conseguía mejores oportunidades y más rápido. También lograba darle un giro favorable al momento de cobrar por mi trabajo.

Más tarde encontraría a mentores como Chris Do o Blair Enns quienes me ayudarían a llevar este juego a un nivel más alto.

Pero no todo era dinero, la verdad es que habían otras condiciones importantes para mi: la libertad, por encima de cualquier otra.

Quizás la búsqueda de la libertad tenga algo que ver con mi crianza, o con mi signo de nacimiento (Acuario), o tal vez con algo más sencillo: no quiero una carrera corta, sino una vida entera para explorar los límites de mi propia creatividad y con ella, ayudar a otros a mejorar su calidad de vida.

En ese sentido, mi segunda elección fue olvidarme de los trabajos tradicionales con horario de oficina y 100% presenciales. En cambio, exploré desde el inicio oportunidades de trabajo remota, primero dentro de mi propio país y luego, apenas sentí confianza en otros idiomas, las busqué y concreté en otras latitudes. En cuestión de años estaría trabajando con mi laptop y celular, recorriendo distintas ciudades de Panamá, Colombia o Venezuela y trabajando para Startups y empresas en Europa, Medio Oriente o Norte América.

No se llega a la luna sin preparación y trabajo

Había logrado borrar las fronteras en mi trabajo, pero también me enfrenté siempre a mis propias distracciones, deseos de procrastinar y las constantes presiones o burlas de familiares y amigos quienes no comprendían del todo ni mi trabajo, ni mi forma de trabajar.

Descubrí entonces que la clave para resistir en el tiempo sería construir una filosofía de vida que me mantuviese lo pies en la tierra y la mente cada vez más en alto.

Acompañé esta filosofía practicando a profundidad disciplinas como el Karate, la meditación y el yoga. Cuerpo, mente y espíritu podían estar alineados con mis sueños si así lo decidía día tras día.

Otro punto importante definitivamente fue tener el inglés como segundo lenguaje bajo la manga, y descubrir (a diferencia del pensamiento común), que no tenía que ser un experto hablándolo para poder entablar conversaciones profundas y conectar con las personas.

Mantener actualizadas mis plataformas online (LinkedIn y Sitio web, principalmente), me ayudaron muchísimo. Para los reclutadores, empresarios o posibles aliados profesionales, el hecho de que tengas una presencia online sólida hablará fuertemente sobre cómo presentas tu trabajo y tu visión sobre el mundo.

Ahora, ¿Estoy soñando suficientemente grande?

El éxito toma tiempo. Si estás construyendo cualquier cosa desde cero, te llevará tiempo. De hecho, todo demora. Incluso cuando intentas trabajar de forma agresiva desde temprano hasta tarde, las cosas no saldrán como las tienes planeadas.

La paciencia no es el arte de simplemente esperar que algo pase, más bien es la habilidad de no frustrarte y mantenerte motivado incluso cuando toma tiempo.

Soñar despierto ha sido la mayor enseñanza que he podido obtener de todo esto y el comprender que hay 2 formas de vivir la vida: como si nada fuera un milagro, o como si todo lo fuera… o al menos eso decía Albert Einstein, y creo que es alguien que se ganó la oportunidad de que le tomemos en cuenta las ideas, ¿no te parece?

Reflexiones finales

Poder trabajar en este proyecto para Space Flight Industries, cumplió mi sueño de niño: llegar al espacio y dejar una huella, y a su vez me abrió oportunidades para conocer un equipo formidable de profesionales que están revolucionando el mundo uniendo la ciencia, la ingeniería, el arte y el diseño.

También me permitió muy pronto cambiar de trabajo y poner mis habilidades al servicio de herramientas que quieren cambiar el trabajo colaborativo y profesional en línea, o incluso ayudar a crear nuevos sistemas para el control del ciclo menstrual de las mujeres en Latino América y Estados Unidos… Pero de estos y otros proyectos, les hablaré en un futuro no muy lejano.

Lo que cambió el juego

Si quieres impulsar al máximo tu carrera, prepárate para no tener miedo de tomar riesgos cuando se presenten oportunidades.

La suerte para ser efectiva, tiene que encontrarte trabajando.

Si te gustó el artículo, no te olvides de👏.

Estas anécdotas forjaron parte de mi experiencia profesional, pero siéntete libre de dejarme cualquier comentario u opinión. La crítica positiva siempre es bienvenida. 🤘🏻💎.

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Adonay Lizardo
Adonay Lizardo

Written by Adonay Lizardo

Ayudo a Startups, emprendimientos y empresas a diseñar experiencias digitales memorables. Entusiasta de la meditación.

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