Inundación en el Bañado Norte, durante la crecida del río Paraguay en el año 2014. Foto de Juanki Lezcano

“La ciudad de los pobres”

Aldo Pusineri Velilla
5 min readOct 12, 2015

Este artículo es una pequeña aproximación reflexiva de la gran problemática de la población informal de Asunción, está basado en experiencias trabajando en asentamientos y en la preocupación de miles de paraguayos y paraguayas que sufren este problema.

El enorme crecimiento demográfico de las ciudades en Paraguay tiene múltiples causas, entre ellas, el aumento de la población a nivel nacional y la problemática de la tierra y el trabajo en el campo, que genera la migración del campo a la ciudad.

Vista desde el espacio del Gran Asunción. Foto de la NASA´s Marshall Space Flight Center

Pero, ¿En qué condiciones se da ésta migración?

Analizando solamente el caso de la capital, la Dirección Nacional de Estadísticas y Censos dice que en Asunción viven 512.952 personas, de las cuales el 20% (aproximadamente 100.000 personas) viven en los bañados y zonas marginales, casi siempre terrenos inundables y dentro de la propiedad natural del río. Éstos pobladores de las márgenes del río viven sin acceso a los servicios públicos básicos como recolección de basura, desagüe cloacal y pluvial, transporte público, energía eléctrica ni agua potable.

El problema se agrava cuando alejamos la lupa, la mayoría de la población rural que migra a la ciudad se ubica en los asentamientos del Gran Asunción. Si nos fijamos en la zona metropolitana, encontramos que viven alrededor de 2.000.000 de personas, incluyendo a los habitantes de la ciudad de Asunción, de los cuales 550.000 viven en bañados, asentamientos, territorios sociales o barrios periféricos informales, espacios sin cualidad de ciudad. Por lo que podemos asegurar que en la capital del Paraguay, existe una ciudad paralela con más de medio millón de habitantes, “La ciudad de los pobres”

Niño cruzando un puente durante la crecida del río Paraguay en el año 2014 en las inmediaciones de Cateura. Foto de Juanki Lezcano

Pero, ¿Cuales son los problemas de vivir en la ciudad de los pobres?

Los asentamientos más cercanos al centro de Asunción se encuentran a 40 minutos en transporte público, pero a muchos pobladores les toma incluso 2 horas cada viaje de sus hogares a sus puestos de trabajo y viceversa. Esto implica procesiones diarias que comienzan a las 4 de la mañana para poder tomar un bus que los traiga hasta Asunción, y las mismas procesiones de trabajadores se dan alrededor de las 19 hs, de regreso al hogar.

Salir a las 4 am y volver a las 20 hs, como el promedio de las personas que viven en asentamientos, implica dejar a los hijos todo el día solos, perdiendo el control de lo que hacen, de lo que piensan e incluso de si van o no a la escuela. Implica ser un ser humano totalmente autómata que repite todos los días las mismas cansadoras acciones, movilizándose en promedio 4 horas por día en un transporte público indigno e inseguro. Implica dedicar absolutamente todo el día, incluyendo casi todo el sábado, al trabajo, trabajo que por lo general no tienen opción de elegir, ya que no tienen muchas oportunidades en educación ni capacitaciones.

Vivir en un asentamiento implica por lo general no contar con una vivienda de material, ni instalaciones sanitarias mínimas (ducha o inodoro), implica vivir con goteras los días lluviosos, e incluso con la posibilidad de que la vivienda se inunde. Vivir en tan malas condiciones con una rutina tan repetitiva y monótona y con una educación deficiente y falta de motivaciones, induce, muchas veces, al alcoholismo en los adultos, y a los jóvenes, al alcoholismo y al consumo de drogas. Estos hábitos magnifican el problema, ya que crea personas con menos condiciones todavía para insertase en el mercado laboral, personas más “peligrosas y marginales”

Vivir en un asentamiento, también, implica vivir en un terreno que no es propio, por lo general es ocupado por un grupo de personas y con el tiempo, y tras la gestión de los pobladores se convierte en un territorio social, que primero es adquirido por la Secretaría de Acción Social, después es transferido a la municipalidad correspondiente y por último, y después de varios años es transferido a la familia que lo habita hace ya años.

Inundación en el Bañado Norte, durante la crecida del río Paraguay en el año 2014. Foto de Juanki Lezcano
Contraste entre el centro histórico y el humedal frente a la Avenida Costanera. Foto anónima

Ante esto podemos preguntarnos ¿Cual es la solución? o ¿Quienes son los responsables?

Sabemos que es un problema a gran escala, y que al estado le salió totalmente de las manos éste fenómeno de migración del campo a las urbes, aunque desde algunos sectores del estado se está empezando a tenerlo en cuenta, como algo más que una cantera de votos. Pero está claro que Asunción y los municipios de alrededor no necesitan más “semáforos, asfaltados de calles o tapar baches” como obras o promesas electorales, sino que se necesitan proyectos a escala departamental e incluso nacional, para optimizar el transporte público, reducir la cantidad de vehículos, mejorar la movilidad, mejorar las viviendas, mejorar los servicios y espacios públicos, densificar las ciudades para evitar las peregrinaciones diarias, y muchas otras intervenciones pensando en la masa urbana como un todo, no como ciudades individuales sin relación unas con otras, buscando que dejen de existir ciudades de pobres y ciudades de ricos dentro de la misma ciudad.

A la par muchas personas, organizaciones y empresas hoy en día están trabajando en éstos barrios y asentamientos, generando desarrollo a través de la educación, el trabajo y el empoderamiento comunitario, buscando mejorar las condiciones de vida y tratando de potenciar los talentos humanos de éste enorme número de personas, todavía queda mucho por hacer, y un gran potencial humano puede ser explotado en sus talentos y virtudes.

Voluntarios de Techo construyendo viviendas de emergencia. Foto de Techo_org
Capilla San Pedro en el Bañado Norte
Misa de los Jesuitas en la capilla San Pedro del Bañado Norte en una catequesis para niños
Apoyo escolar de Techo en el Asentamiento San Martín de Luque

A pesar de los problemas, mientras más nos involucramos y vinculamos a ésta ciudad de los pobres, nos damos cuenta que en realidad es una ciudad bastante feliz, y con personas de altísimo valor humano. Mientras más nos involucremos, desde los diferentes espacios de la sociedad, más vamos a poder aprovechar las oportunidades que nos trae éste apasionante tiempo al Paraguay. Sumate a un país más justo desde donde estés.

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Aldo Pusineri Velilla

Arquitecto y Emprendedor | Director Ejecutivo de la @fabrica_social | Presidente de la Fundación Carlos Pusineri @fundacioncarlo1 e impulsor de @emergentes