Masacres escolares

Ale Mg.
3 min readJan 21, 2017

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Hoy hablaré de un tema delicado y es en base a unos hechos que sucedieron hace pocos días en el lugar donde vivo, Monterrey.

El 18 de enero, en una escuela llamada Colegio Americano del Noreste, un niño de tan solo 14 años le disparó a 4 de sus compañeros y a su maestra para después suicidarse. Creo que 2 de los chicos están en estado grave, al igual que su maestra, puesto que el autor del crimen decidió dispararles en la cabeza.

Es un tema delicado y siendo honesta, he estado pensando en como escribir algo tan difícil de una manera no tan cruda.

Monterrey es un Estado sumamente tranquilo. Un lugar en donde jamás se esperaría vivir algo como esto, en realidad, la nota fue tan irreal que muchos la consideraban de broma o comparaban la tragedia con lo que “comúnmente” se ve que pasa en Estados Unidos y pues no, nos tocó vivir esto.

Fue una noticia que personalmente me causó mucho miedo, movió muchos sentimientos en mí. Verán, yo tengo un hijo y el escuchar notas así perturba a cualquier padre de familia por que te quedas con el miedo de que le pase a alguien conocido (Dios quiera que no). Simplemente te quedas tocado.

Hablando como mamá, es un acontecimiento que me preocupa, no solo por lo que ya mencioné, sino por que uno debe de estar siempre alerta, siempre vigilando a nuestros hijos.

La familia del joven que cometió dicho acto afirmó que el chico tenía depresión, yo también la tuve y es una cosa horrible. Es uno de los estados mentales más inestables que se puedan imaginar. No estás ni aquí ni allá, estás omnipresente. No controlas tus emociones, al minuto estás bien y al siguiente quieres gritarle a alguien hasta que se te vaya la voz. La depresión saca ese lado oscuro de ti.

Si el chico realmente padecía esto, igual seguiría sin tener mucho sentido, pero no soy nadie para juzgar y no vengo a eso. Mi propósito es hablar el tema como mamá.

Hoy en día, la tecnología nos ha alcanzado. Estamos más pegados al celular, a los correos, al internet y a todas esas cosas que nos distraen de lo que realmente necesita atención, nos distraen de la familia, de nuestros hijos. Ese es el problema. Uno piensa que les hacemos un bien comprándoles el celular más nuevo o el iphad que acaba de salir; uno piensa que con darle “cosas” ya nos hace buenos padres y es totalmente lo contrario.

Lo mejor que podemos darle a nuestros hijos es un poco de tiempo cada día.

Asegurarnos que se encuentren bien, no solo físicamente, sino emocionalmente. Si tienen hijos (hombres), déjenlos llorar. Machistamente creemos que el llorar no es solo de las mujeres o de personas “débiles”, pero el llorar es lo que no se puede expresar en palabras, es una forma de sacar lo que se lleva dentro. No repriman a sus hijos al momento de expresarse emocionalmente.

Debido a lo ocurrido, se regresó un movimiento en donde personal de las escuelas revisaban las mochilas de los alumnos, precisamente para evitar situaciones de peligro; después se suspendió debido a que se violaba la privacidad de los chicos y he aquí las consecuencias.

Después leí una nota de una actividad que una maestra le hizo a los padres de sus alumnos, en donde ponía todas las mochilas mezcladas y les pedía a los padres que tomarán la que le perteneciera a su hijo o hija. Solamente 6 de como 30 supieron cuál era. Algo para reflexionar.

Nuestros hijos están creciendo en un mundo sumamente tecnológico, en donde el acceso al internet es prácticamente un derecho en muchos lugares sino es que en todos. En donde la mayoría cuenta con una cuenta en Facebook o Twitter; en donde se puede buscar, ver y repetir casi cualquier cosa en páginas como Youtube y donde se pueden encontrar cosas realmente perturbadoras.

No pido ni digo que estemos detrás de ellos o que invadamos su privacidad, solo pido que seamos conscientes de todo esto y le pongamos más atención a estás nuevas generaciones que vienen más despiertas. Y sobre todo, que estemos alertas ante cualquier cambio.

Ale Mg.

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