Ainhoa Medina Pardo
6 min readJun 10, 2020

Kenza Hazeb | Ingeniera en la empresa tecnológica Nazaries IT

“Si las leyes cambian, habrá más mujeres en las áreas STEM”

La ingeniera Kenza Hazeb participo en el Foro Europeo para la Ciencia, Tecnología e Innovación (TRANSFIERE) 2020| Foto cedida por Kenza Hazeb

Desde pequeña, la curiosidad ha acompañado a la ingeniera Kenza Hazeb. “¿Por qué los pájaros pueden volar y yo no?”, era una de tantas preguntas que se hacía. Cuando tenía ocho años, su familia y ella se fueron de Marruecos para ir a España. La han discriminado por ser mujer y árabe, pero Hazeb ha seguido siempre su camino. Se graduó en Ingeniería Informática en la Universidad de Granada (UGR) y ahora trabaja en la empresa de software Nazaríes IT. En un futuro le gustaría ser Project Manager o que una mediana empresa se convierta una multinacional gracias a su trabajo.

¿Qué le motivó a estudiar ingeniería?

Desde muy pequeña, el bricolaje o la robótica me llamaban mucho la atención. En mi casa se rompía un interruptor y lo arreglaba, me gustaba entender qué pasaba a mi alrededor. Cuando estaba en el instituto, decidí cursar bachillerato científico, pero las matemáticas me costaban. Por eso, mis padres me aconsejaban que estudiase Traducción, porque hablaba cuatro idiomas: árabe, francés, inglés y español y sería más fácil para mí. Yo les contestaba que si era traductora de un científico, lo importante lo iba a decir él. Al final aprobé 2º de bachiller con buenas notas y me matriculé en el Grado de Ingeniería de la UGR.

¿Cómo le fue en la universidad?

El primer año éramos 10 chicas, de las cuales siete se desmatricularon en el primer cuatrimestre y me sentí marginada en ese aspecto. Es un mundo colonizado por hombres, donde me han llegado a decir: “Has venido aquí para buscar novio” o “Yo ya sabía que la ingeniería no era para chicas”. Estas situaciones con los docentes ocurren a menudo, no quieren que lleguen mujeres y que crezcan profesionalmente, es una pelea constante. Mis compañeros siempre intentaban ayudarme. La sociedad piensa que una carrera más técnica está hecha para ellos, realmente no es así. Estamos para crecer juntos sin fijarse ni en el género y ni el sexo.

¿En algún momento pensó dejar la carrera por los comentarios que le hacían?

Sí, aparte de esos comentarios machistas, la programación es como otro lenguaje y no se parecía a nada de lo que había estudiado. A lo mejor me preparaba un examen durante dos meses y luego sacaba un 3. Tampoco ayudaba que mis padres me dijesen que me iba a costar mucho. Todo esto me hizo dudar de mí misma y pensaba que quizás tendrían razón, pero como siempre me han gustado los retos continúe y en 3º de carrera dejé de plantearme tirar la toalla.

Aparte de sus padres que le decían estudia Traducción. ¿Los profesores del instituto le apoyaban?

No todos. De hecho, el de física me decía que como era guapa, hablaba cuatro idiomas y tenía habilidades sociales estudiase Turismo. Ven el cuerpo de la mujer como un objeto que solo sirve para determinadas carreras. Esos comentarios me dolían mucho y no me gusta que la gente siga pensando así. Yo tengo una personalidad fuerte, pero estoy convencida que muchas chicas han tirado la toalla por culpa de situaciones como esa.

“Las empresas tecnológicas buscan un perfil que combine el marketing y la ingeniería”, según la técnica Hazeb

Ahora trabaja en la empresa de software Nazaries IT. ¿Cómo definiría el día a día de una ingeniería?

El horario es de 9 a 18, pero varía. Las empresas trabajan con la metodología ágil, es decir, reunirse con el cliente cada semana para comprobar que todo va bien. De esta forma, el tiempo se optimiza y se sigue la evolución del proyecto. A veces viajamos a Alemania, Marruecos o EE. UU para presentar las propuestas, por las ferias o cursos de formación y, también nos desplazamos por España. Este es un trabajo que implica estar al día en los avances tecnológicos porque aparecen nuevos sistemas de programación, nunca se termina de aprender. Hay días que pienso que lo controlo y otros que no sé qué hago aquí. En el fondo eso me gusta porque me abre la mente.

¿Trata con los compradores?

La ingeniería no es solo programar, es un abanico muy grande. Cuando empecé la carrera, pensaba en cómo tener esa mezcla entre el marketing y una ingeniería. Las grandes empresas como Amazon o Google buscan un perfil con esas cualidades para entender qué quiere el cliente y, además, vender bien el producto.

¿Y durante la carrera os lo enseñan?

Ese doble perfil, no. Hace poco salió un doble grado de ADE + Informática si hubiese estado en mi año, lo hubiese cursado. Ahora me formo por mi cuenta en marketing digital, e- commerce para desarrollar ese perfil comercial. En la carrera se centran en cálculo, álgebra, física y programación, no enseñan esas habilidades sociales.

¿Ha tenido referentes en programación?

Mis referentes fueron Katherine Johnson, programadora de la NASA y, a la premio Nobel Marie Curie. La física polaca trabajo para pagarle la carrera a su hermana, cuando la terminó, se volvió para que Curie pudiera estudiar. Me identifico con ella porque mi familia también es modesta y tuve que buscar un empleo para matricularme en el grado. En la universidad, daban charlas sobre la escritora y matemática Ada Lovelace porque fue la primera en idealizar un algoritmo que podría ser procesado por una máquina. Además de la inventora Ángela Ruiz Robles que fue la precursora del libro electrónico.

La ingeniera Hazeb asevera que algunos de sus profesores le hacían comentarios machistas

La coordinadora de la Red iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Género (RICTYG) Eulalia Pérez y la cofundadora de Asociaciones Mujeres Ingenieras Asunción Vicente coinciden en que las cifras de mujeres en las áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en ingles) iban a mejorar. ¿Está de acuerdo?

Depende de si cambian las leyes. A un CEO de un empresa le compensa más contratar a un hombre que a una mujer porque si hay una baja por maternidad, el padre está menos tiempo fuera del trabajo. Si el periodo fuese el mismo, eso no se tendría en cuenta. Asimismo, en 1995 países de todo el mundo firmaron el Acuerdo de Beijing donde se comprometían a darle importancia a la mujer en el sector económico. Sin embargo, a día de hoy hay matrimonios precoces, padres que no dejan que sus hijas estudien o esposas que prefieren quedarse en casa para que el marido se vaya a trabajar. Por este motivo, es normal que la mayoría de los responsables sean hombres, a ellas se les corta el camino.

Una profesora de Ingeniería de Sistemas y Automáticas comentó que era muy difícil compatibilizar el trabajo con la vida personal y familiar. ¿A usted le ha pasado?

No me ha llegado a pasar porque aún no tengo hijos, pero es muy difícil. A mí me da miedo formar una familia porque no me veo dispuesta a tirar mi carrera y, ser mamá sería un parón en mi trayectoria. El padre y la madre se pueden despertar los dos, pero la que da el pecho es la madre. De hecho, los hombres suelen ser los que emigran porque cogen la maleta y se van, las que se quedan con los hijos son las mujeres.

¿Cómo cree que sería la mejor forma de acercar a las niñas a este ámbito?

Una solución son las charlas que se dan el 11 de febrero por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y el 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer. Mis compañeras y yo contamos nuestras experiencias como campaña de sensibilización en institutos porque muchas adolescentes no entran en estas carreras por miedo. El objetivo es incitar a las que hayan pensado cursarlas y romper los estereotipos de género. Lo ideal sería que cada persona estudie lo que quiera porque le guste, no por lo que digan los padres o la sociedad. También les ponemos ejemplos de mujeres que han conseguido sus objetivos.

Si va a una charla y una estudiante le dice: “Quiero hacer ingenieria”, ¿qué consejo le daría?

Les aconsejo que no haga caso a los comentarios machistas o clasistas que pueda escuchar. Al final se puede sacar la carrera y se disfruta el doble por esas trabas. Nadie debe quitarle esa ilusión a las jóvenes, son sus sueños y, deben luchar por ellos.