Del mar, amar: monólogo del poeta. Dame un piano para componer la melodía de tu risa, humanidades yacientes en mi memoria relatan la silueta de su colosal invierno, proyecta en esa vieja radio las veces que entre sinfónicos versos mi cuerpo fue descubierto por tus besos abrumados. Acaríciame la mirada con lírica silenciosa, la aterciopelada antología del verbo adornando la vehemencia de un besuqueo; embrújame al compás de una calada, fuma en mí el cigarro del alma.