Andrei Manoilo: Sobre el posible bloqueo naval estadounidense a Venezuela y los intereses de Rusia en América Latina

El 31 de marzo de 2020, Mike Pompeo admitió que Estados Unidos tenía un plan para la transición en Venezuela, que contemplaba la transferencia del poder a un Consejo de Estado compuesto por cinco miembros, que no debían ser ni Nicolás Maduro ni Juan Guaidó. Parece que, en 2019, Estados Unidos ya había discutido la implementación de este esquema de transición con Maduro, primero en Oslo, y luego, en Barbados. Estas negociaciones se llevaron a cabo en secreto; de espaldas a los rusos y los cubanos, hasta mediados de mayo de 2019, cuando la prensa noruega reveló lo que estaba pasando.

Andrei Manoilo
8 min readApr 3, 2020

El siguiente informe representa únicamente la perspectiva de Andrei Manoilo, profesor de la Universidad Estatal de Moscú — la más importante universidad en Rusia — y asesor del alto gobierno ruso. Traducción y adaptación de Vicente Quintero, en cooperación con Manoilo y con base en términos previamente acordados. La publicación del artículo se realiza a solicitud expresa de Manoilo, quien se hace responsable de las afirmaciones emitidas. Dependiendo del sistema de transliteración, su nombre también puede aparecer, en algunas fuentes, como Andrey Manoylo. La letra й no tiene equivalente exacto en el alfabeto latino; depende del sistema de transliteración.

Andrei Manoilo, miembro del Comité Académico del Consejo de Seguridad Nacional de la Federación Rusa

El miércoles 1 de abril de 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el inicio de una “importante operación anti-drogas” en el Caribe, que presuntamente tiene el objetivo de frenar el narcotráfico de cocaína colombiana enviada desde Venezuela, que según los estadounidenses, es usada por los carteles mexicanos, colombianos y venezolanos. Según el presidente Trump, este ordenó a los barcos de la Marina de los Estados Unidos el bloqueo de las presuntas rutas de tránsito de cocaína que usa Venezuela, con el fin de afectar las finanzas de los sancionados en la Lista Barr.

Donald Trump anunció esta operación en las costas venezolanas al comienzo de una conferencia en la Casa Blanca, cuya agenda principal era la discusión sobre la crisis del coronavirus y el paro nacional ocasionado por esta. La mención de Venezuela, justo al inicio de la conferencia, fue una sorpresa para los periodistas invitados, que esperaban que se le diera mayor atención y relevancia al coronavirus. El secretario de Defensa de Estados Unidos, el señor Mark Esper, explicó que esta decisión se tomó por la importancia que se le da a Venezuela; el pueblo de Venezuela, según Estados Unidos, sigue sufriendo por culpa de Maduro y sus mafias criminales. A su juicio, no debe permitirse que el coronavirus desvíe la atención de los delincuentes — carteles, terroristas y espías — . Los estadounidenses temen que la situación generada por el coronavirus le dé un respiro a sus rivales estratégicos. Pero, con una recesión que apenas comienza, es limitado el margen de maniobra. Además, las elecciones presidenciales se acercan cada vez más. Cada error podría borrar hasta tres aciertos.

En la región del Caribe, esta es la operación naval más importante de los estadounidenses después de la invasión de Panamá en 1989, cuando se buscaba capturar al general Noriega — que sin ser formalmente el presidente de Panamá, era tomado como el jefe de Estado — , el cual también había sido acusado por los Estados Unidos de liderar los carteles del narcotráfico. Esta no es una operación espontánea y fue preparada durante varios meses. Ya en la opinión pública venezolana, se venía asomando esta posibilidad. En esta operación naval está involucrada la Marina de Estados Unidos, el Sistema Aerotransportado de Control y Detección, así como fuerzas especiales terrestres.

Llevar a cabo una operación de este tipo, destinada formalmente a combatir el narcotráfico en la región, es una excelente razón para orquestar un bloqueo naval a Venezuela. Los estadounidenses usarán esto como pretexto para bloquear todos los buques que intenten exportar petróleo venezolano. No descartamos que hasta los barcos rusos puedan ser bloqueados — para aquellos que todavía creen en aquella teoría conspirativa que sugería que Donald Trump era una marioneta de Vladimir Putin, promovida por los demócratas —. Según el Secretario de Defensa de los Estados Unidos, la operación será de naturaleza multinacional: participarán 32 gobiernos. Los buques de guerra y las fuerzas especiales de los países miembros de la OEA — Organización de Estados Americanos — , estará a disposición de la operación de bloqueo naval contra Venezuela.

La participación de 32 Estados es importante para que Estados Unidos legitime lo que pretende hacer en las aguas del Caribe. De esa forma, el bloqueo naval contra Venezuela tendrá una cara de legimitidad; el bloqueo fue la expresión de la voluntad colectiva de 32 Estados de la región, que más allá de ser tutelados por los Estados Unidos, conforman un sector muy notable de la comunidad internacional. Entonces, ante la opinión pública esto no será tomado como una decisión arbitraria de los estadounidenses, sino la genuina voluntad del Caribe y América Latina. Estados Unidos, por lo tanto, se esconde detrás de sus satélites y les ordenar hacer el trabajo sucio que les incomoda. Ante la opinión pública estadounidense, es mejor hacer las cosas de esa forma.

Nicolás Maduro está en una situación en la que todo le podría suceder, ya que buscan algunos que termine como Gadafi. El senador Marco Rubio, que odia ferozmente a Maduro, declaró que, si él estuviera en el lugar de Maduro, estuviera muy preocupado; el Departamento de Justicia ya le puso precio a su cabeza. En una operación naval estadounidense, se reducen las posibilidades de salvación. Ahora más que nunca, los chinos, los rusos los iraníes y los cubanos tenemos que darle una mano al pueblo venezolano. Y a favor de Maduro, debe resaltarse que no hay todavía consenso entre la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono. Entre otros factores, claro está.

El 31 de marzo de 2020, Mike Pompeo admitió que Estados Unidos tenía un plan para la transición en Venezuela, que contemplaba la transferencia del poder a un Consejo de Estado compuesto por cinco miembros, que no debían ser ni Nicolás Maduro ni Juan Guaidó. Parece que, en 2019, Estados Unidos ya había discutido la implementación de este esquema de transición con Maduro, primero en Oslo, y luego, en Barbados. Estas negociaciones se llevaron a cabo en secreto; de espaldas a los rusos y los cubanos, hasta mediados de mayo de 2019, cuando la prensa noruega reveló lo que estaba pasando. Todo esto lo saben quienes están cerca de la política venezolana.

Reconocimiento del Ministerio de Defensa al profesor Andrei Manoilo, debido a sus grandes contribuciones al estudio del conflicto de Venezuela. Año 2020.

No sorprende que Elliott Abrams, encargado por Estados Unidos para el caso de Venezuela, en rueda de prensa, haya declarado el día de ayer que Nicolás Maduro podía volverse a presentar como candidato a unas futuras elecciones presidenciales en Venezuela; alegando que nadie lo quiere, y probablemente, perdería. El interés de los Estados Unidos es quebrar el llamado Eje del Mal, conformado por Cuba, Nicaragua y Venezuela. Con la estrategia del regime change, blindan la región ante la llamada amenaza china, teniendo gobiernos pro-estadounidenses en la región. Estados Unidos quiere tener mayor participación en Venezuela, como antes. Para los estadounidenses, todo estaba casi listo a mediados de 2019, pero los planes se revelaron. Fracasó.

Un importante dilema es que la oposición venezolana no genera suficiente confianza en los aliados internacionales de Maduro. La oposición venezolana es asumida como una oposición títere de Estados unidos, poco seria y sin moral; una mala inversión que ha dado pocos resultados. En muchas ocasiones, el trato de la oposición venezolana con los chinos y los rusos ha estado lejos de ser un trato agradable, cordial y diplomático. No nos inspiran confianza y el liderazgo opositor no se presenta como una alternativa ante la administración de Maduro; han demostrado que son incompetentes, oportunistas y traidores. Todas las características negativas de la mayoría de los representantes de la oposición venezolana hacen que esta sea descartada como opción. Y por el lado de los Estados Unidos, ya deberían estar buscando nuevos líderes y cuadros políticos en Venezuela. Los que tienen no han dado la talla, aunque María Corina Machado y Henri Falcón han despertado cierto interés.

La geografía de Venezuela abre muchas posibilidades de extensión del conflicto venezolano. Y quizá no estemos hablando de años, sino de décadas. La situación venezolana puede prolongarse durante un tiempo. Es positivo que exista el debate en los Estados Unidos; eso demuestra que hay sectores muy sensatos trabajando en la administración Trump. Rusia seguirá trabajando con el gobierno oficial de Venezuela. Nosotros no trabajamos con administraciones virtuales ni hablamos con fantasmas. Creemos que Nicolás Maduro puede perdurar todavía más tiempo en el poder. Rusia está dispuesta a ayudar, así como la Unión Soviética ayudó a Cuba, que a pesar de haber sido bloqueada, no cedió ante Estados Unidos. Con el paso del tiempo, los estadounidenses se tuvieron que replantear su estrategia. Estamos a la orden: aunque nuestra patria es rusa, nuestro corazón se ha vuelto venezolano. Las cosas van a mejorar en Venezuela. Hay que luchar por Venezuela. Yo estoy enamorado de Venezuela.

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Autor: Andrei Manoilo, Dr. en Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Moscú

Manoilo trabaja en el comité académico y estratégico del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa. es experto en politología, seguridad nacional, inteligencia militar, revoluciones de colores, gestión de conflictos, guerras psicológicas, política moderna de Rusia, manejo de medios de comunicación, tecnología en guerra mediática, etcétera. Es autor de más de 170 publicaciones sobre relaciones internacionales en revistas arbitradas. Sus obras han sido traducidas en más de 12 idiomas, entre los cuales destacan: árabe, español, chino mandarín, lituano y francés. En Lituania, los trabajos de Manoilo son de lectura fundamental en todas las academias militares.

Sus artículos son, con frecuencia, publicados en todos los portales más prestigiosos de Eurasia y el resto del mundo, incluyendo a Bloomberg, Pravda, Sputnik, News Front, RIA, InterAffairs, Life, Vesti, War Files, Meduza, Modern Diplomacy, Kommersant, Regnum, Riafan y otros.

La transliteración de su nombre también puede ser Andrey Manoylo, debido a que la letra й no tiene un equivalente exacto en el alfabeto latino.

Vicente Quintero Príncipe Висенте Кинтеро @vicenquintero

Vicente Quintero es analista cultural y político. Licenciado en Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Caracas, con énfasis en la politología. También estudió, durante 1 año, Lengua y Cultura Rusa en el Instituto de Estudios Internacionales ИМОП de la Universidad Politécnica Estatal de San Petersburgo (Rusia). Cursa actualmente un postgrado en Gobierno y Políticas Públicas en la Universidad Central de Venezuela, en proceso de entrega del trabajo final de grado. También cursa estudios especializados de Teología avalados por el Patriarcado de Moscú y de todas las Rusias, máximo representante institucional de la Iglesia Ortodoxa en Rusia y su eje de influencia. En 2018, presentó la obra de arte “Producto LGBT” en el Museo Nacional Alejandro Otero de Caracas, bajo dirección de la Fundación Museos de Venezuela. Aprobada la mitad de los créditos en la Licenciatura en Psicología de la Universidad Metropolitana de Caracas. Quintero ha sido intérprete-traductor y asesor político de periodistas y empresarios extranjeros en Venezuela.

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Andrei Manoilo

Doctor en Ciencias Políticas. Miembro del Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno de la Federación de Rusia.