Curiosidad insaciable

Ana of Mars
5 min readOct 16, 2014

Me encanta trabajar para startups. Tenemos la oportunidad de resolver problemas significativos con tecnología cool, pero lo más importante es que tenemos oportunidades increíbles para aprender. El aprendizaje constante es el componente clave en la creación de estados de flujo para la autorrealización, y tenemos la suerte de que el aprendizaje es más accesible ahora que nunca antes en la historia de la humanidad.

Hay un montón de razones para aprender cosas nuevas: aprendizaje ad hoc en el puesto de trabajo, descifrar una herramienta que sabemos que tendremos que usar en el próximo proyecto o algo que tenemos que aprender para conseguir un ascenso. Tal vez estemos apostando por una tecnología joven y no demostrada con la esperanza de que cuando despegue, nosotros estaremos allí para ser los primeros en aspirar a los trabajos que genere (hola, Meteor).

Todas estas son buenas razones pero mi excusa favorita para aprender algo —y la que más ha influenciado la mayoría de mis decisiones sobre el tema— es explorar mis fascinaciones más tontas.

Curiosidad

Uno de los rasgos fundamentales de un diseñador es su curiosidad insaciable. La curiosidad en las vidas de nuestros usuarios, en el contexto sobre el que se presentará nuetro trabajo y en los procesos que utilizamos para darnos cuenta de ello.

En los últimos años he pasado de ser un diseñador gráfico obsesionado por la Helvetica y devoto de Müller-Brockmann, a ser una mezcla extraña de diseñador de interacción y desarrollador full-stack. Un “generalista”, supongo. Me encanta el trabajo que hago ahora, pero nunca fue una decisión consciente —no estaba caminando a una clase tipografía una mañana y de repente me sentí abrumado por la necesidad de preocuparme por el desarrollo guiado por pruebas de software— más bien lo que hago ahora es el resultado de un serie de ensoñaciones, holgazaneos y encontrarme a mí mismo interesado en cosas distintas de lo que estaba haciendo en el momento.

Cuando sentí que mi aprendizaje sobre diseño gráfico estaba estancándose, me emocioné por las posibilidades de aprendizaje que ofrecían los nuevos medios: la web y el móvil. Esto se transformó en desarrollo front-end. Cuando sentí que mi aprendizaje sobre HTML y CSS se había estancado, aprendí JavaScript y Ruby; ahora trato de experimentar con otros lenguajes y disciplinas de ingeniería para saciar mis deseos de aprendizaje. Mi plan a 5 años fue, a posteriori, resolver las cosas a medida que avanzaba: una obsesión implacable con el aprendizaje de nuevas cosas.

Procrastinando hacia un área de confort

“El trabajo que haces mientras procastinas probablemente es el trabajo que deberías hacer el resto de tu vida”

Me gusta mucho lo que dice Jessica Hische en procrastiworking. Al actuar sobre las cosas que nos gustan pero que no se están cumpliendo por culpa de nuestros trabajos de 9 a 5, podemos recalibrarnos hasta que estamos haciendo exactamente el tipo de trabajo que realmente queremos hacer. Con una gama ecléctica de intereses podemos desarrollar un modelo más interesante en el que convertirnos del que seremos si nos limitamos a la descripción de un trabajo estrictamente definido y a la progresión de una carrera tradicional.

“Tú no quieres ser considerado simplemente lo mejor de lo mejor. Quieres ser considerado el único que hace lo que hace”

Nunca fui un gran fan de Grateful Dead, pero esa cita siempre resonó en mí. ¡Gracias Jerry!

Validación

A lo largo del camino, los temas que me interesaban en conocer no eran inmediatamente relevantes para el trabajo que estaba haciendo en el momento, y tuve varios profesores y directores creativos que me dijeron que estaba perdiendo mi tiempo con la programación y que era una distracción para mejorar como diseñador. A menudo me preocupaba que aprender cosas nuevas no importaría si se me olvidaba cómo diseñar.

Uno de mis héroes del diseño es Rasmus Andersson. Siempre supe de él como el diseñador virtuoso de Spotify y otros servicios, pero hubo un momento ¡hostias! cuando vi sus hacks en código abierto y sus proyectos en GitHub. Ver a Rasmus escribir lenguajes de programación funcionales y máquinas virtuales mientras aún conserva sus increíbles habilidades como diseñador, validó mi creciente interés en la artesanía del software.

Las horas de formación que pasé aprendiendo Ruby o tratando de obtener un nivel alto de comprensión sobre los algoritmos de Clojure que Brad y Aria escribían cuando trabajaba en Prismatic se legitimaron. Más que una distracción de diseño gráfico, la ingeniería de software se convirtió en un manifesto de mi insaciable curiosidad sobre la manera en la que funcionaban las cosas. En lugar de diluir mis habilidades de diseño, mis curiosidades se enriquecieron con ellas.

Hay un par de pautas imprecisas que tengo en lugar de guiar mi aprendizaje. No soy demasiado aficionado a las reglas, pero me gusta tener alguna manera de permanecer vagamente en el camino. :)

Aprender algo nuevo cada día

Mirando atrás a los empleos que no he disfrutado, tienden a ser aquellos en los que no he aprendiendo nada. No tiene que ser la gran cosa —¡no estoy aprendiendo nuevos lenguajes de programación todos los días!—, pero trato de aprender algo (ya sea un nuevo truco CSS o un riff de guitarra). Me mantiene sano.

Aprender algo aunque me dé miedo

Si un nuevo tema no tiene sentido en el momento, a veces siento en peligro mi sentido del yo. A veces me gusta engañarme a mí mismo pensando que la forma de hacer las cosas de siempre es lo suficientemente buena, pero siempre me empujo a través de esa barrera. Como persona curiosa la recompensa de llegar al “¡ajá!” es siempre mayor que la comodidad de mantener el ego a salvo y darse por vencido.

Aprender cosas para las que no tengo un uso directo

Sobre este último punto, me encuentro con ganas de simplemente obtener la esencia de las cosas que probablemente nunca usaré de nuevo. A modo de ejemplo, alojo todas mis aplicaciones en Heroku. Nunca me ha gustado el trabajo de administrador de sistemas, pero Heroku suaviza todos los detalles cruentos para mí. Hace las cosas fáciles y sin dolor. Dicho esto, tenía esa voz en la parte posterior de mi cabeza desde hace muchos meses deseando saber cómo funcionan los servidores. Nunca voy a tener que configurarlos yo mismo, pero no puedo soportar la idea de no tener un nivel alto de comprensión sobre cómo funcionan las cosas.

¿Solución? Pasé un fin de semana enfrentándome a esta vergüenza técnica y configuré un servidor Linux desde cero. La voz gruñona en mi cabeza se ha ido; el zen ha regresado y he desbloqueado un nuevo logro. Ahora puedo ignorar el tema felizmente de nuevo, pero con la satisfacción de saber que lo entiendo.

“No puedo hacer eso” vs. “Aún no puedo hacer eso”

Es un cliché pero creo que esta forma de pensar es lo que Stewart Brand (y luego Steve Jobs) quería decir por “mantente hambriento, mantente alocado”. Mantenerte en un ciclo constante de aprendizaje y no estar nunca satisfecho con tus habilidades es la única forma en la que podemos mejorar.

¿Mi consejo para invertir en ti mismo? Sigue tus instintos.

Este ensayo es parte de un experimento de blogs colaborativo para responder a la pregunta “¿cómo invertir en ti mismo?”

Puedes leer otros grandes posts sobre este tema durante al QuestionClub.

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Ana of Mars

Service & Product Designer at Fjord + self-learning junkie