El poder de nuestras decisiones en la lucha contra el cambio climático (Parte 1)

Anne Cortina
4 min readDec 21, 2022

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Esta es la primer nota de una serie conformada por dos partes.

Vivimos en una sociedad que favorece el consumo desmedido. Al punto en el que comprar ciertos artículos son símbolo de estatus, sinónimos de bienestar o incluso el camino a la felicidad. Crecimos con esa idea de que nos merecemos esos ‘lujitos extra’; de que trabajamos para poder comprar el último IPhone y tirar el que tenemos (que no solo sirve, sino que esta casi nuevo). Nos acostumbramos a comprar lo que queremos y tirar lo que no. El problema es que este modelo ya no es sostenible, su impacto en el planeta es evidente y el planeta poco a poco nos está cobrando la factura.

Por ello, como consumidores contamos con un poder y una responsabilidad enormes para cambiar el mundo en el que vivimos y revertir nuestro impacto en el planeta. Debemos tomar consciencia de nuestras decisiones, nuestros patrones de consumo y exigir un cambio sistémico a través de un consumo consciente.

¿Qué es el consumo consciente?

Según la Real Academia Española, la palabra consumo tiene como significado la acción y efecto de consumir o gastar, y forma parte del comportamiento de todos nosotros. Por otro lado, la palabra consciencia se refiere a la capacidad del ser humano para reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella. Por ende, en su forma más simple, un consumidor consciente es aquel que consume lo necesario para sobrevivir considerando las circunstancias del entorno y el contexto en el cual fue producido dicho producto.

De acuerdo al Simposio de Oslo en 1994, el consumo sustentable se define como:

“El uso de bienes y servicios que responden a necesidades básicas y proporcionan una mejor calidad de vida, al mismo tiempo que minimizan el uso de recursos naturales, materiales tóxicos y emisiones de desperdicios y contaminantes sobre el ciclo de vida, de tal manera que no se ponen en riesgo las necesidades de futuras generaciones”.

El consumo responsable / consciente es entonces un concepto que defiende que los seres humanos pueden y deben cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y a las del planeta, y escogiendo opciones que favorezcan el medio ambiente y la igualdad social.

¿En qué consiste ser un consumidor responsable?

Consiste en incluir nuestros valores éticos como factores de decisión en nuestras elecciones de consumo. La sustentabilidad de un producto pasa de ser algo deseable a ser indispensable. Y esto no quiere decir que eliminemos otros criterios de compra, sino que calidad, precio, comodidad o moda no sean los únicos factores a considerar. Lo bueno, bonito y barato no está peleado con el consumo responsable, simplemente hay que entender los cambios que uno puede hacer y buscar las alternativas que mas se apeguen a nuestras posibilidades.

El consumo responsable se basa en ciertos criterios:

  • Comercio local con bajas emisiones de bióxido de carbono (CO2) y la cercanía entre productores y consumidores
  • Proceso de producción respetuoso del ambiente con uso nulo o mínimo de insumos químicos
  • Promoción de la biodiversidad, prácticas de conservación de suelos, manejo sustentable del agua y mantenimiento de los ecosistemas así como la reducción de embalajes
  • Comercio justo y socialmente responsable que asegure el respeto de las culturas, buenas condiciones de trabajo y procesos de toma de decisiones incluyentes y democráticos, en una relación comercial basada en la transparencia

¿Cómo dar los primeros pasos hacia un consumo responsable?

Primero que nada, tenemos que romper el paradigma social de ‘somos lo que tenemos’. Si no dejamos de concebir nuestro consumo desmedido como un medio para ser felices, podremos hacer pequeños cambios de comportamiento, pero no la evolución que necesitamos para dejar una huella positiva en el planeta.

Después hay tres cambios que recomiendo para comenzar:

  1. Reflexiona sobre las necesidades que quieres cubrir. Desafía tus supuestos y cuestiónate si realmente supone una necesidad.
  2. Infórmate sobre las distintas alternativas disponibles, sus valores y su compromiso con el medio ambiente. La información es tu mejor aliada para aprender a tomar decisiones conscientes.
  3. Recuerda: la práctica hace al maestro y estás comenzando a formarte un nuevo hábito, comienza poco a poco y prioriza lo que es más importante para ti (consumo local, reducir plásticos, las condiciones laborales, el uso de materiales reciclados, etc.).

El poder está en nuestras manos

El consumo global y desmedido es insostenible; la contaminación, escasez de recursos naturales, la cantidad inmensa de residuos, las malas condiciones de trabajo, el incremento en las desigualdades y el deterioro de la salud humana nos está obligando a hacer un cambio. Si bien, el cambio que necesitamos es sistémico (gobierno, producción, manufactura, etc.), nosotros como consumidores individuales tenemos un gran potencial para impulsar el consumo sostenible y por ende la evolución de toda la cadena de valor.

Una persona responsable es aquella que está obligada a responder por algo o alguien o que pone cuidado y atención a lo que hace o decide. En este sentido, una buena manera de comenzar es preguntarte a ti mismo:

  • ¿Puedes responder por aquellos productos o servicios que adquieres?
  • ¿Pones cuidado y atención a lo que decides consumir?

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Anne Cortina

Business Consultant & Amateur Environmentalist. On my way to becoming a web developer and poet.