Manifiesto completo

Antisionismo es antisemitismo
6 min readMar 21, 2019

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  • Israel es un Estado genocida: FALSO.

Desde su creación en 1948, el Estado de Israel fue blanco de ataques de los países árabes de la región.

Su legítimo derecho a defenderse de los ataques lo ha hecho protagonizar guerras históricas. La tecnología militar israelí apunta precisamente a proteger a sus ciudadanos.

Su prioridad es la población civil y el respeto irrestricto de los derechos humanos.

En más de 70 años de conflicto, el número de víctimas fatales de ambos bandos (incluyendo atentados terroristas contra la población israelí y guerras) no supera las 100 mil. Una cifra alta, pero infinitamente menor al aproximadamente millón de muertos que se ha cobrado por ejemplo la guerra civil en Siria en menos de diez años.

  • Hay un Genocidio Palestino: FALSO.

La definición de genocidio estipula el “extermino o eliminación sistemática de un grupo humano por motivos de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”. Nada eso ocurre o ha ocurrido en Israel. Al contrario, la presencia de judíos en los países árabes se redujo a 0 en las últimas décadas, ya que han sido expulsados o asesinados.

A su vez, en las últimas décadas la porción demográfica árabe-israelí pasó de representar el 15% al 20% de la totalidad de la población. Además, tanto en Gaza, donde no hay judíos, como en los territorios en disputa de Cisjordania, la población árabe crece en forma lineal y ningún pueblo ha sido exterminado.

  • Israel es un Estado apartheid: FALSO.

Los árabes-israelíes cuentan con los mismos derechos que los judíos israelíes. Tienen presencia institucional en los tribunales de justicia y representación parlamentaria. Tienen el mismo acceso a salud y educación y, en cuanto a los deberes, no están obligados a realizar el servicio militar. Cabe destacar que, relacionado con el punto anterior, nada de eso ocurre en los países árabes donde directamente no hay judíos.

  • Israel es un Estado invasor: FALSO.

Israel está asentado en el territorio histórico del pueblo judío. La presencia se remonta a más de mil de años previos a la era común. De hecho, todos los hallazgos arqueológicos en la zona confirman los lazos con esa tierra. Incluso, el área de Judea y Samaria, conocida como Cisjordania, forma parte de esa historia. Además, la historia universalmente aceptada reconoce la existencia de un reino judío en el lugar y la presencia ininterrumpida de judíos por 3500 años.

No obstante, Israel aceptó que esa superficie (Cisjordania) fuera parte de un futuro Estado árabe cuando en 1947 la ONU hizo la partición bajo la consigna “dos Estados: uno judío y otro árabe”.

Los árabes rechazaron de plano esa determinación y desde allí lanzaron ataques permanentes contra el nuevo país.

  • Existe un país árabe llamado Palestina: FALSO.

El término “Palestina” es la derivación de “Filistea”, el nombre que el Imperio Romano le puso a la zona luego de conquistarla.

El objetivo era rebautizar esa tierra con el nombre de los enemigos históricos del pueblo hebreo. Una suerte de humillación.

En esta región, que estuvo en manos del Imperio Romano, del Imperio Otomano y del Imperio Británico, siempre hubo presencia judía. De hecho, uno de los nombres que se evaluó a la hora de independizarse y establecer un Estado judío fue “Estado de Palestina”, pero no prosperó.

La denominación “palestinos” para identificar a los árabes que vivían en la zona surge en la década del ´60 con la aparición de la OLP (Organización para la Liberación Palestina) liderada por el egipcio Yasser Arafat, con el mero objetivo de hacer desaparecer al Estado de Israel.

  • ¿Son verdaderos los mapas que se difunden en las redes sociales? FALSOS.

Mezclan momentos históricos y fronteras que jamás existieron. Llamativamente muestran cómo eran los límites antes del año 1967, que son justamente los mismos que los árabes rechazaron bajo la consigna de “arrojar a los judíos al mar” y sus famosos 3 “NO”: No al reconocimiento de Israel. No a la paz con Israel. No a negociaciones con Israel.

  • Gaza es un territorio ocupado: FALSO.

La Franja de Gaza era originalmente parte de Egipto.

Israel conquistó parcialmente esos territorios para repeler ataques de varios países árabes al mismo tiempo y ofreció devolver la Franja de Gaza junto con la Península del Sinaí durante las tratativas del acuerdo de paz con Egipto. A cambio pedía el reconocimiento como país por parte de la nación de los faraones.

Egipto aceptó todos los puntos, pero rechazó volver a administrar Gaza. En 2005, y bajo el gobierno de Ariel Sharon, Israel se retiró unilateralmente de la Franja, todos los judíos que vivían allí se fueron y la infraestructura quedó intacta.

Los palestinos y sus brazos armados destruyeron todo al tomar poder de la franja costera.

En la actualidad, Gaza es gobernada por el grupo terrorista palestino Hamás.

  • Gaza es un campo de concentración a cielo abierto: FALSO.

Es una figura usada para banalizar el Holocausto. La falta de infraestructura y el poco crecimiento económico en Gaza es responsabilidad de Hamás.

El dinero donado por naciones europeas es utilizado para la construcción de túneles que tienen como objetivo principal penetrar al territorio israelí y, desde allí, cometer atentados contra la población civil.

Los servicios básicos como agua, luz y gas son suministrados por Israel.

  • Existe un bloqueo en Gaza: PARCIALMENTE VERDADERO.

Los pasos fronterizos entre Gaza e Israel están controlados por las Fuerzas de Defensa de Israel que supervisan el ingreso de ayuda humanitaria a diario.

El objetivo es evitar la entrada de materiales bélicos. Lo mismo ocurre a través del mar. Sin embargo, las fronteras más severas y estrictas están en la zona sur de Gaza, en el paso fronterizo de Rafah, controlado por Egipto que directamente ha cerrado el paso.

Este tema es muy poco mencionado y, a los antisionistas y antiisraelíes, poco les importa destacarlo.

  • Los sionistas controlan los medios de comunicación: FALSO.

Parte del antisemitismo incipiente tiene que ver con la difusión que los medios tradicionales y las redes sociales le dan a las “fake news”, y a la creciente información parcializada que la prensa europea difunde.

Existe un aparato montado para difusión de noticias falsas al que se denomina “Pallywood”, irónicamente, ya que es la versión palestina de Hollywood. Se trata de puestas en escena que luego se convierten en imágenes virales.

Por otra parte, es un recurso constante la utilización de fotos y videos de víctimas de las guerras en Siria o Irak para pretender que las mismas corresponden a ataques israelíes a Gaza.

  • Los sionistas controlan la banca internacional: FALSO.

Es un concepto que busca establecer el prejuicio de que los judíos son avaros y tienen el poder del dinero.

La intención es generalizar uno de los más viejos fundamentos antisemitas. Se calcula que en el mundo hay 15 millones de judíos, el 0,2% de la población mundial, pero para los antisemitas los judíos son responsables de todos los males.

  • Los sionistas buscan la despenalización del aborto para la derecha y su penalización para la izquierda: FALSO.

Ni a favor ni en contra. Cada individuo sionista tiene su propia perspectiva al respecto. Sin embargo, se imponen teorías conspirativas sobre supuestos negocios millonarios detrás de proyectos legislativos en países como Argentina.

Una excusa perfecta para culpar nuevamente al sionismo, a Israel y a los judíos.

Cabe destacar, tal como hemos aclarado, que el sionismo es un movimiento político que se ocupa del desarrollo del Estado de Israel.

  • Hay judíos que están en contra del Estado de Israel: VERDADERO.

Una línea argumental que da origen a los movimientos antisemitas y judeofóbicos es el autoodio. Ha ocurrido históricamente.

Esa actitud, no sólo ligada a Israel y al sionismo sino también a la Shoá, no es exclusiva de ningún grupo humano.

  • El sionismo busca quedarse con la Patagonia: FALSO.

Es una idea que aparece junto con un líbelo antisemita llamado “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, que buscaba darle valor ideológico a las persecuciones y matanza de judíos en la Rusia zarista de principio del Siglo XX. Ganó adeptos en Argentina en la década del ’60 y ’70 y aún continúa.

En el plano irónico, podemos argumentar que evidentemente con el lanzamiento de la misión lunar “Bereshit”, el sionismo cambió de planes y abandonó la aventura patagónica.

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