Qué pensaba mientras veía el 2x06 de Euphoria

Rue enfrentándose a un caramelo. Incapaz de abrir un dulce diminuto. De acceder a un placer sencillo. O quizás de retirar un envoltorio.

Armando Manzano Martínez
11 min readFeb 24, 2022

¿Cuántas Rues hacen falta para desenvolver un caramelo?

El trabajo mental no acaba con la decisión de Rue de rehabilitarse, ni mucho menos. Sigue creyendo las cosas horribles que dijo a su madre. Se arrepiente de decirlas, pero no de pensarlas. Lo mismo con Jules, ni siquiera quiere hablar de ella, ni imaginarla. Y es normal. Pero no sucede lo mismo con Ali. Él la acompañó, sin juicios ni condiciones. Es lo más parecido a ella, a su situación, que conoce. Elliot no cuenta, ahora que la ha “traicionado”, y tampoco demostró preocuparse por ella nunca realmente.

“Reducir la vida de alguien a un momento. Un momento feo. Y castigarla por él. Es lo que la poli hace. En realidad, es lo que todo el mundo hace”. Lo ha dicho ella, no yo…

Rue se enfrenta al teléfono como al caramelo que debía desenvolver. Lo hace y encuentra en su interior el perdón de Ali. Ahora sí puede comerse el dulce. El perdón es también un valor que guía a su madre. En ambos casos, motivados por la religión. Me habría gustado saber más sobre la historia personal de Leslie… Espero que en la próxima temporada dediquen un episodio a presentar su backstory.

Por fin se le da algo de protagonismo y de espacio a los sentimientos de Gia. La serie dignifica su enfado, y es que en ocasiones las personas que lidian con seres queridos con problemas de salud mental no se dan a sí mismas el derecho de estar enfadadas. Al fin y al cabo, ¿cómo vas a sentir rabia hacia alguien que es víctima de un grave problema que escapa a su control? ¿Cómo vas a anteponer tu dolor en un momento tan delicado como es la recuperación de la otra persona, en un punto mucho peor que el tuyo? Ali le recuerda que es justo que se enfade, que es razonable y normal sufrir cuando alguien te daña, más aún cuando no lo mereces. Gia tiene razón y eso es suficiente. Desconfía igual que todos desconfiamos de Rue. Ya no tenemos en mente la predicción heroica de que conseguirá sobreponerse a todo y no volver a caer. Simplemente no lo sabemos. Solo podemos desear lo mejor. Y a juzgar por la desgarradora llamada de su madre al final del episodio, no será fácil.

Una familia enterrada bajo una montaña de traumas

El charco de orina seca en la entrada representa la presencia persistente de Cal, aunque nadie quiera verla. La madre de Nate inicia una conversación incómoda e inapropiada con su hijo que, en palabras de la tiktoker @adp.psicologa, puede suponer la búsqueda de un equilibrio familiar por su parte. La figura masculina del padre, del cabeza de familia, ha sido desplazada, y puede que la madre esté tratando de reponerla con su hijo. Sacar a colación sus similitudes con su padre y ridiculizar a su hermano pueden ser actitudes que se derivan de esta malísima gestión emocional.

Si algo me quedó claro en la conversación es que los traumas de Nate no se deben en exclusiva a su padre, ni mucho menos. Una madre tan cínica, tan misógina, tan poco dispuesta a encarar las emociones de Nate, que le anima a beber y le trata de manera muy distinta de cómo se trata a un hijo… no puede ser una influencia constructiva. Se ríe cuando Nate le cuenta que ha interferido en la relación entre dos mejores amigas, le felicita por tratar de manera violenta a su ex y justifica que la agrediera. Incluso bromea con ello. Invoca la figura del hombre protector que tanto ha destrozado mentalmente a su hijo, por la ausencia de su marido. Un motivo más para que esa supuesta ausencia no sea tal.

Siguiendo con la lista de cosas que no hay que decir a un hijo, la madre de Nate le describe como una persona rota y oscura. Se lo recrimina sin asumir su responsabilidad, culpando a su padre por no creer en la terapia. El trauma decisivo en la vida de Nate es con toda probabilidad el descubrimiento de los CDs de Cal. Podría escribirse una tesis sobre cómo le afectó ver algo así a una edad tan temprana, el impacto de que ese fuera probablemente su primer contacto con el sexo, tan retorcido. Una red de homofobia interiorizada, traición y secreto. Su padre, una figura tan relevante y todopoderosa para él, se volvió un peso denso en su espalda, que le producía asco y vergüenza a la par que, sin él pretenderlo, seguía siendo su mayor ejemplo de dominación y control.

En una frase: si la pornografía, con la que muchos niños aprenden lo que es el sexo y las relaciones de poder que conlleva, ya de por sí ha jodido la cabeza de tantísimos hombres, imagina si ese porno fueran vídeos caseros de tu padre abusando de jovencitos y menores. Si lo consumieras obsesivamente en años clave de tu aprendizaje social.

Posesión en casa de las Howard

El momento de Lexi escondiendo cuchillos entre los arbustos de su jardín con rulos en el pelo es grandioso, la clase de humor marca Euphoria por el que veo esta serie. No creo que Lexi se preocupe de manera honesta por la reacción de su hermana a la obra. O sí, pero cuando habla con Fez, en mi opinión busca más bien una excusa que le permita expresarse artísticamente sin ser considerada una mala persona por ello. Quiere ser egoísta por primera vez. Es comprensible, pero tiene consecuencias que deberá asumir. Puede abrir heridas humillantes en público y la gente tendrá razón al culparla por ellas.

¿Es Cassie victimista y manipula emocionalmente a su familia para que se compadezca de ella en este episodio? Puede. El error es creer que la búsqueda compulsiva de atención, justificación y comprensión implica malas intenciones, deseo de dañar y puro egoísmo. Está claro que Cassie no quiere admitir sus acciones ni el sufrimiento que han generado en su amiga. Pero no porque solo se preocupe por sí misma, no porque sea una mala amiga que se deja llevar por un hombre, sin más, como muchos fans de la serie le recriminan. Ya basta de análisis superficiales y misóginos. Lo que Cassie evita es enfrentarse al hecho de que el vínculo que la obsesiona es un error que la está enfermando. Eso también conllevaría que ha sacrificado la relación con su mejor amiga por nada. Sufre de forma indescriptible por la culpa, el rechazo de su círculo y la ausencia de Nate. Está buscando desesperadamente ayuda. Algo a lo que aferrarse.

Su hermana no comprende cómo puede adorar a alguien tan repugnante y, en lugar de preocuparse por la necesidad de validación masculina de Cassie, la avergüenza por ello y le retira su confianza. La posición de su madre es más sutil y menos clara, pero Cassie tampoco nota apoyo por su parte. El alivio cómico de Suze me hace tan feliz, eso sí puedo asegurarlo. “Oh, she needs a fucking exorcism”.

Finalmente — se intuye que porque Cassie le había transmitido a Nate la situación en su casa — este último le insta a hacer las maletas y dejar a su familia por él. A una chica a la que ni siquiera quiere de verdad. Puede que sienta apego, que le guste su entrega y la imagen que desea tener de ella, pero no la quiere. Pero claro, Maddy jamás le va a perdonar y Jules desconfía de él hasta el punto de guardarse un cúter en la manga. La mirada impotente de Suze hacia su hija me destrozó. El sentimiento de victoria de Cassie mientras entra en las fauces del lobo también, su expresión de amor en un momento tan trágico y (literal y figuradamente) oscuro. “I ruined my entire life for you”. Siente tanta rabia que necesita pegarle, pero como ya todos sabemos, no es incompatible con la obsesión. La alimenta, de hecho.

En situaciones de toxicidad, manipulación psicológica y abuso como la que vemos, cuando el entorno entiende los errores de la víctima como pura frivolidad, como anteponer a un hombre a tu mejor amiga porque sí, esos juicios morales pueden acabar empujando a la mujer a los brazos de un agresor. El refuerzo intermitente se encarga del resto, poniéndola al límite hasta aceptar cualquier mínimo gesto, sin importar el tiempo que haya pasado ignorándola. La incapacidad de ver esta situación de extrema vulnerabilidad de una gran parte de los usuarios de las redes me hace preocuparme seriamente por el futuro de muchas chicas y de algunos chicos también.

El luto violentado de Maddy

La conversación entre Maddy y Samantha, la madre del niño al que cuida, puede arrojar algo de comprensión y piedad hacia Cassie. No me queda claro si la intimidad entre ambas es por un deseo de la más mayor de ser su “mentora”, si se identifica con ella o si hay algún juego de poder — intenciones sexuales de por medio o no — extraño. La última teoría es la más razonable, teniendo en cuenta que trabaja para ella, es mucho más joven y la graba sin su conocimiento. En cualquier caso, la frase “He gave me just de right amount of attention at the wrong time” podría motivar un acercamiento entre Maddy y su examiga.

Por otro lado, todos esperamos la venganza de Maddy contra Nate. Sabemos que tiene un gran poder entre manos y la valentía para usarlo. Queremos una escena como la del episodio de la feria, cuando insultó a la madre de Nate y tiró su olla al suelo delante de todos. Pero, de nuevo, la serie no está dispuesta a concedernos algo tan predecible y justo. Por lo menos por ahora. Si recordamos, la alegría duró poco tras el numerito de Maddy en la temporada pasada. Nate se encargó de reducirla físicamente, de asfixiarla. De hecho, el propio episodio nos lo recuerda con la conversación entre Nate y su madre.

El largo plano en el que podemos ver a Nate en el espejo, esperando mientras Maddy se cambia ajena a lo que le espera, es algo manido, aunque cumple su labor.

Euphoria es honesta cuando nos dice la cruda realidad: el abusador puede abusar, incluso frente a mujeres fuertes, seguras y valientes, incluso cuando parece que ellas tienen la situación bajo control. La respuesta de un hombre como Nate, que se siente amenazado de esa forma, puede ser grande y aterradora. Es desalentador, pero no supone que no merezca la pena luchar, es tan solo un reflejo de una realidad injusta que podemos ver casi cada día solo encendiendo el televisor y poniendo las noticias. Por mucho que encajara mejor otra cosa narrativamente, la baddie puede ser maltratada en la vida real, y más si hablamos de un psicópata.

Por cierto, al parecer Nate miente cuando dice que no hay balas en la pistola: dejó una, así que sí estuvo en peligro todo el tiempo.

Conclusiones apresuradas

Después, Nate busca equilibrar ese momento profundamente violento con una acción ética, una especie de “el fin justifica los medios” compensatorio que solo sirve para convencerse a sí mismo de que no es como su padre, de que también puede arreglar cosas, no solo destruirlas. Quiere mostrarse ante Jules y ante sí mismo como un antihéroe justo. Si realmente le importara que el contenido sexual de Jules circulara sin control, no se habría quedado el CD y, previamente, no la habría chantajeado con denunciarla usando las fotos eróticas que le enviaba. Uno podría creer que ha cambiado a juzgar por las disculpas, pero teniendo en cuenta lo que ha pasado 10 minutos antes está claro que solo hace lo que le conviene. La fuerza a escuchar esas disculpas, de hecho. Es algo que hace solo por sí mismo. Al menos reconoce que no es una buena persona, que solo busca que todo siga siendo un misterio. Para nada distinto a su padre, por mucho que le pese.

La serie busca con esta escena darle una conclusión apresurada a la turbia relación entre Jules y Nate. En la anterior temporada nos vendieron que sería mucho más compleja de que lo que ha terminado siendo y, de hecho, se especula con que inicialmente iba a ser Jules la que mantuviera una relación con Nate, en lugar de Cassie, pero Hunter Schafer se habría negado por conflictos personajes con Jacob Elordi. Es una pena que la serie cierre de esa manera puertas abiertas que habría sido interesante explorar. Para ser una sola escena, no ha estado mal, y mediante otros recursos nos han indicado que el recuerdo de Jules sigue en la mente de Nate. Pero podría haber sido mejor. Al menos algunas escenas más para resolver su trama con más sustancia.

Por último, la escena de Kat es todo un despropósito. No me queda claro cómo encaja en el personaje actuar así. Esa luz de gas bestial a Ethan, esa cobardía desvergonzada y esas mentiras descaradas… ¿Cómo ha llegado Kat a eso? Parece una venganza personal del director contra Barbie Ferreira. Se rumoreó que la dirección que estaba tomando el personaje no era de su agrado y que la bronca resultante llevó al director a reducir drásticamente las apariciones del personaje esta temporada. Ahora vemos a una Kat con poco sentido. Eso cuando la vemos.

Una curiosidad para acabar: el nombre de este episodio (“A thousand little trees of blood”) viene de un poema de Federico García Lorca: “Martirio de Santa Olalla”. Copio la parte en la que aparece este verso más abajo. El poema habla de una mártir cristiana torturada y ejecutada por los romanos. Parece que los mil arbolillos son los hilillos de sangre que le corren por la espalda a causa de los latigazos.

El martirio

Flora desnuda se sube
por escalerillas de agua.
El Cónsul pide bandeja
para los senos de Olalla.
Un chorro de venas verdes
le brota de la garganta.
Su sexo tiembla enredado
como un pájaro en las zarzas.
Por el suelo, ya sin norma,
brincan sus manos cortadas
que aún pueden cruzarse en tenue
oración decapitada.
Por los rojos agujeros
donde sus pechos estaban
se ven cielos diminutos
y arroyos de leche blanca.
Mil arbolillos de sangre
le cubren toda la espalda
y oponen húmedos troncos
al bisturí de las llamas.
Centuriones amarillos
de carne gris, desvelada,
llegan al cielo sonando
sus armaduras de plata.
Y mientras vibra confusa
pasión de crines y espadas,
el Cónsul porta en bandeja
senos ahumados de Olalla.

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