Qué pensaba mientras veía el 2x07 de Euphoria

Armando Manzano Martínez
10 min readMar 7, 2022

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La obra juega con nosotros durante todo el episodio perdiendo todo orden temporal, mezclando imágenes simbólicas, fragmentos de la obra tal y como sucede en la realidad, recuerdos y flashbacks, distorsiones amplificadas de la propia obra… Podemos distinguir la verdad y la ficción de lo que estamos viendo, pero la línea está tan difuminada que da la sensación de estar asistiendo a un sueño. “Momentos exageradamente estilizados”, como los llama el director, Sam Levinson.

Lexi sube el telón por primera vez

La primera escena ya es una declaración de intenciones de la obra. Lexi está dispuesta a abrir en canal a todos sus conocidos y familiares y colgar sus cuerpos en la plaza del cuerpo, mostrando lo bonito y lo feo. La conversación con Rue en el funeral de su padre es tierna y dulce, pero no es suya. Es un momento tan privado e íntimo para Rue que no me habría sorprendido que se enfadara al verlo. Pero parece que se lo tomó de otra manera.

Muchos espectadores creímos que la imagen del televisor se había roto con el plano de apertura de la obra

Es normal que la obra de Lexi trate en parte sobre otros, al fin y al cabo ella nunca se ha sentido verdadera protagonista de su vida, sino secundaria en las vidas ajenas. Aun así, forzarse a ser protagonista y otorgarse derecho de difusión de este momento es peligroso. “My intentions are good”, dice. Pero no la creo. Maude Apatow, la actriz que la interpreta, tampoco. Saca su lado perverso cuando hace llorar a la doble de su hermana y se comporta como una déspota con el personal técnico de la obra. Egoísta es la palabra más obvia para definir lo que Lexi hace en este episodio. También es liberador. También vengativo. También sincero. También malintencionado. Es una gran contradicción, pero una contradicción hermosa.

No nos hemos centrado nunca en lo que debió ser para Lexi ese proceso en el que su mejor amiga le fue arrebatada por las drogas. Le quita las pastillas a Rue del bolsillo y sopla la raya sobre la tapa del libro. “I knew Jade had been doing drugs, but it wasn’t until that day, at her dad’s memorial, that I realized that they were a greater comfort than I ever could be”. Tengo esa frase grabada en el corazón.

Lo que Lexi hace con su hermana es definitivamente cruel. La envidia, envidia la atención que recibe y ve con desdén su baja autoestima y obsesión con la estética (cuando baja como un ángel del cielo y dice que luce asquerosa), tachándola de frivolidad y falsa modestia. Vamos, que Lexi es una “I’m not like other girls” girl. Queda todavía más claro con la escena en la que Lexi habla de robótica y las amigas de su hermana la miran con desaprobación mientras se hacen selfies.

Lexi no tiene miedo de reconocer que quiso ser como su hermana, pero presenta esta aspiración como ridícula y pronto se posiciona por encima: “I’m not the kind of person who wants to be known for their body”. A la vez, reconoce que la vida de una niña hipernormativa e hipersexualizada como ella puede ser muy difícil (“I also didn’t want the trouble that came along with it”). Navega entre el slut-shaming y una empatía aderezada con juicios morales y condescendencia.

Cassie, a juzgar por algunas escenas de la obra, tampoco se lo ha puesto fácil, aprovechando lo que algunos llamarían su “pretty privilege” y su normatividad para aumentar su autoestima a costa de compararse con su hermana. Un eco retrospectivo de lo que pasaría más adelante, del monstruo que ha acabado tomando el control de su vida.

Al parecer, según ha observado un usuario de Twitter, la escena en la que Cassie se “convierte” en la actriz de la obra al mirar al espejo es un inteligente pero simple truco de dobles usando un marco abierto en la pared en el que la cámara se adentra. Esta serie, cargada como viene de significados ocultos, símbolos e ilusiones, usa los espejos constantemente para transmitir mensajes, como veremos también más adelante.

“Well, she certainly looks the part”

La cuenta oficial en TikTok de HBO subió este momento con la caption “Imitation is the most sincere form of flattery”:

Y así es. Cassie se desvivió intentando atraer a Nate con su estilo tradicional: ondas, azul bebé, lazos… Lo llevó al límite de lo cursi en el incidente de Oklahoma, cuando Rue pensó que iba literalmente disfrazada. Pero no sirvió. Solo funcionó cuando imitó a Maddy, y ahora se trata, de hecho, de encarnarla.

Pero la entrada de Cassie de la mano de Nate en el instituto me impactó, no solo por la evidente copia del estilo de Maddy (“Well, she certainly looks the part”), transfigurado al suyo propio por los tonos rosas, sino especialmente por sus ojos. A pesar de los párpados relucientes como armaduras, Cassie tiene los ojos completamente muertos. Nunca ha sido la villana victoriosa que cree que es.

Nate la desviste, la viste, la peina, le pone el colgante que le regaló a Maddy… Es su muñeca. Los contornos entre realidad y teatro se difuminan de nuevo en la delirante escena en la que Cassie le promete a Nate control absoluto sobre ella mientras están en la cama. No termina de quedar claro si sucedió de verdad o es producto de la imaginación de Lexi. Por otro lado, ¿qué se supone que significa que veamos a Kat bailando frente a la cam? ¿Ha vuelto a hacerlo después de romper con Ethan, o es una representación de la autocosificación a la que se exponen las mujeres de la serie? Muchos lo vimos como sacado de la manga.

Por si todo su recorrido hasta ahora fuera poco, el flashback del coche y el helado demuestra cómo la figura paterna es clave para explicar a la Cassie que vemos hoy. Frente a una situación de riesgo extremo, la vemos tratando de proteger a su padre, de confiar en él ciegamente, de poner buena cara y sonreír, aunque en el fondo sufra. Exactamente lo mismo que hizo en el primer episodio, mientras un Nate alcoholizado la llevaba a toda velocidad por la carretera. Mientras, Lexi desconfía y es plenamente consciente de todo, pero se siente paralizada e impotente.

Me acabo de fijar en que el color del helado de cada una es el del outfit de la otra

Hablemos de la relación entre Fez y Lexi. Lo siento por los fans de Fexi, pero es un vínculo que acabaría cayendo por su propio peso. Son dos personas tremendamente diferentes que se nutren de ideas que les son ajenas y ven en el otro algo que les gustaría tener en su vida. Más allá de eso, no son compatibles en absoluto. Lexi confirma que sus fantasías e ilusiones son la única base real de su tierno vínculo cuando dice “A little exchange and I fall in love”.

Por bien que me caiga Lexi, tendréis que dejarme reconocer que es un poco hipócrita que recrimine a su hermana estar ciega con los hombres y entregarse a ellos irracionalmente, cuando a ella le sucede lo mismo: se está enamorando de una persona de la que no sabe prácticamente nada, que ha matado a alguien y vive en un mundo de violencia extrema. Sabe que es camello, eso sí, pero parece dispuesta a ignorarlo. Porque necesita amor, porque necesita atención, porque necesita algo que la saque de su normalidad. Igual que su hermana.

No son uñas todo lo que reluce

¿Nos ha dejado caer Maddy que en ocasiones finge su confianza en sí misma? Si es así, probablemente sea la primera vez que vemos una fisura real en su autoconcepto, a pesar de todo lo que ha sufrido. Me ha venido a la mente cuando Jules le dijo que ojalá pudiera verse como todos la veían. No es oro todo lo que reluce. O uñas, en este caso. Después la vemos rota en una de mis escenas favoritas: la de la puerta del baño de Cassie. Haciendo un perfecto paralelo de la escena del baño en el primer episodio, Maddy le suplica explicaciones a su mejor amiga, pero Cassie se refugia en su cobardía y decide congelar sus emociones. Si antes tenía ante sí un dilema, ahora da por perdida a su amiga y ha de entregarse a su amor. La decisión está tomada y se aferrará a ella con todas las consecuencias con tal de no perder lo único que le queda, como ya hablamos en la review del anterior episodio.

Parece que al final la jefa de Maddy solo la espiaba porque sospechaba que hurgaba entre sus cosas. Un poco raro que nos dejen pistas tan extrañas y enigmáticas durante toda la temporada para luego darnos una explicación tan simple… Por cierto, en su conversación se puede intuir que Maddy planea marcharse en algún momento y por eso ha dejado su trabajo. Espero que esa intención se retome en la próxima temporada.

La reproduction interdite

La serie pierde totalmente el control (en el mejor sentido posible) con la demente escena del sueño de Nate. Se da la espalda a sí mismo, no se reconoce en el espejo, no tiene cara. Se trata de una referencia al cuadro “La reproduction interdite” de Magritte.

Una imagen muy similar pone portada al libro “El teatro y su doble”, que a su vez pone título al episodio. Este ensayo de 1938 explora técnicas teatrales rompedoras que el tiktoker @xelsoi expone de manera muy interesante:

En su sueño Nate ve a las mujeres de su vida, metidas en la habitación de hotel en la que su padre quedó con Jules. La habitación, que los rodea a todos, es la presencia opresiva de Cal sobre él y su forma de relacionarse. Es el marco en el que se mueve, el espacio en el que está encerrado. Las miradas de ellas son de desconfianza y miedo. Y al final todo se reduce a él siendo sodomizado por su padre, su temor más profundo por el asco, el ejemplo y el control que ha plantado en su cabeza. Un miedo que, aunque desde la perspectiva de un adulto pueda parecer irracional e inconsciente, seguro que fue tremendamente literal y real para un niño.

Glee flashbacks

Después de algo tan sumamente tenso, “Holding up for a Hero” es el contrapunto humorístico perfecto, a la vez que enfatiza la traumática vergüenza que Nate debió sentir al verlo. La venganza definitiva de Lexi contra el psicópata que domina a su hermana resulta explosiva y visualmente espectacular. Las luces rojas de vergüenza e ira iluminan la cara de Nate, las manos apretadas le tiemblan y verlo nos satisface más aún que la paliza que Fez le dio en la fiesta de Nochevieja. He de decir que, sin saberlo, los bailarines están removiendo en él traumas tan oscuros que no pude evitar empatizar un mínimo con él. Nadie sabe lo que realmente significa en su mente presenciar eso.

Voy a hacer de abogado woke del diablo por un segundo, solo por el debate que hubo en redes al respecto. Sí, usar una imagen estereotipada y ridícula de la homosexualidad para hacer mofa de alguien ES homófobo, por mucho que se argumente que simplemente “ataca la masculinidad frágil” de la persona. Que el propio Nate señale la homofobia del baile para justificarse a sí mismo no es muestra de que adjetivarlo así sea una excusa tonta, sino precisamente de que el propio director sabe que puede leerse de esa manera.

Aun así, partimos de la base de que ningún personaje es moralmente perfecto. Teniendo esto en cuenta, querer atacar a una figura tan peligrosa por todos los medios posibles, hasta los sucios, es bastante comprensible. Se lo perdono a Lexi totalmente. Y en fin, personalmente le agradezco que parodie los espacios hipermasculinizados, como los gimnasios y vestuarios, que, a pesar de rezumar homofobia, no pueden ser más gays. Y es que sí, los heteros son MUY gays.

Vamos terminando

Uno de mis episodios favoritos, sin ninguna duda. ¿Mi parte preferida? Por supuesto, la perturbadora escena de Cassie, desquiciada intentando recomponerse frente al espejo. Aunque sigue bebiendo de la locura femenina pornográfica que problematicé en la review del cuarto episodio, la interpretación y el impacto emocional son brutales.

Merece todos los premios del mundo, es que los merece

¿Mi segunda parte favorita? Los momentos de Suze, la madre de Lexi y Cassie, reaccionando a la obra.

En un nivel más amplio y abstracto, el episodio suscita reflexiones bastante meta e interesantes. Los personajes mezclan su ser real, sus propias creaciones mentales-ideales, su calco exagerado, surreal y distorsionado, sus historias en las que se confunden forma y contenido… Las ensoñaciones puramente simbólicas se derraman sobre todo lo anterior para componer algo superior al personaje como tal, que lo trasciende poéticamente. Lo transforma en un icono, en un mito. Los personajes escapan de su existencia inmediata y pasan a ser históricos, dioses representando sus historias en un Olimpo que es el escenario. La serie no se olvida de nosotros: nos expone como audiencia y nos hace recordar que vemos a actores, a la vez que nos vemos a nosotros mismos. Tanto juego de dobles y espejos es por algo, vaya.

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