REPELENTE: Toxicidad, Efectividad y El Vasto Azul Mar
No hay nada más odioso que un mosquito. ¿O me equivoco?
Todos en algún punto hemos usado el repelente, famoso por su olor potente y esa sensación aceitosa característica. El repelente como lo conocemos ahora tiene 60 años de haberse inventado, con la promesa de evitar el acercamiento de moscas, mosquitos y garrapatas a la piel. ¿Sirve? claro que sirve. ¿Pero que tan tóxico es realmente?
En este post quiero compartirles 3 cosas:
- DEET: Qué es DEET y porqué es considerado como el “rey” de los repelentes químicos.
- TOXICIDAD: Hacia ti, tu familia y el medio ambiente (especialmente a nuestro vasto azul mar).
- EVOLUCIÓN: Estudios sobre la resistencia y mutación de los insectos hacia el repelente (claro, porque si nosotros como humanos nos hacemos resistentes a ciertos antibióticos, hace sentido que otros organismos lo hagan también, no?)
Empezamos!
Les explico: N,N-Dietil-meta-toluamida, conocido como DEET, es el activo químico que en investigaciones científicas se le ha atribuido la mayor efectividad repelente. Es único en su especie por haber sido el primero y hasta la fecha, el más utilizado comercialmente (revisen tooodas las etiquetas de repelente comerciales, ahí lo van a encontrar). Actúa interfiriendo en la orientación de los insectos. Se le denomina “el rey de los repelentes” por un estudio publicado en el New England Journal of Medicine que encontró que los repelentes a base de DEET proporcionan la protección más completa y duradera contra los mosquitos.
¿Es cierto que el DEET es tóxico? Hay un estudio sobre los empleados del Parque Nacional de Everglades que se hizo para determinar los efectos del DEET y encontraron que un cuarto de los sujetos estudiados experimentaron efectos negativos para la salud que ellos atribuyeron a la exposición al DEET. Los efectos incluían erupciones cutáneas, irritación de la piel , los labios entumecidos o ardor, náuseas , dolores de cabeza , mareos y dificultad para concentrarse. Otro estudio (que utilizó ratas en su experimento) encontró que la exposición frecuente y prolongada al DEET provocaba muerte de células cerebrales y cambios de comportamiento, y llegaron a la conclusión de que los seres humanos deberían alejarse de los productos que lo contienen. Otro estudio lo vincula con síntomas neurotóxicos al humano.
No existe ningún estudio definitivo en la literatura científica, respecto a qué concentración de DEET es segura para los niños. Su “margen de seguridad” ni siquiera es válido ya (al menos no para mi). Se tiene 60 años usando el mismo químico repelente. Sí, 60 años.
Y ahora, una nueva investigación acaba de confirmar que los insectos ya no están respondiendo al DEET, lo están ignorando.
Les comparto un secreto, hay un investigador increíble llamado James G. Logan que tiene años investigando las evoluciones en varios tipos de artrópodos a nivel conductual, olfativa y molecular; en específico estudia mucho al Aedes aegypti (el portador del dengue, chikunguña, zika y la fiebre amarilla). En su estudio del 2013 concluyó que el Aedes aegypti mostró insensibilidad al DEET y una electroantenografía reveló que esta insensibilidad esta correlacionada con que las neuronas olfativas del receptor del mosquito responden menos al DEET. Hay algo en la exposición del químico la primera vez que cambia el sistema olfativo -cambia su sentido del olfato- y su habilidad para oler DEET, que la hace menos efectiva.
Entonces, sabemos que es irritante, potencialmente tóxico y aparte, ya no es efectivo, porque claro, los mosquitos evolucionan bastante rápido (shocking).
Ahora, lo peor de todo esto es que en realidad hay poca información sobre los efectos a la larga en el medio ambiente acuático, pero ya DEET esta en niveles de concentración detectables alrededor del mundo en aguas residuales, aguas subterráneas, mantos freaticos, cuerpos de agua (ríos, lagos, mar) e incluso, agua potable. Se han reportado algunos casos que existe una toxicidad aguda en invertebrados, peces y algas (Ramaswamy, 2015).
Así que, habiendo opciones naturales con las cuales uno podría repeler insectos y mosquito como la citronella, el aceite de neem, el aceite de eucalipto, romero, etcétera, piensen también en la huella que se le deja al planeta.
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Les cuento mi experiencia: Mi familia es de la costa de Jalisco, un pueblito bello y pintoresco llamado Cihuatlán (hi mom!), pegado a Colima donde sufrí miles de picaduras de mosquito en mis vacaciones toda la vida. Ahora, me es importante especificar esto porque Colima es el estado que presentó la incidencia más alta de casos de dengue en el 2015, seguido por Quintana Roo, Sonora, Guerrero, Jalisco y Zacatecas; y el usar repelente es de ley s i e m p r e por aquellos rumbos. Ahora que vivo en Quintana Roo aprendí que es igual… y ahora que lo pienso bien, creo que a casi a un cuarto de mi familia le ha dado dengue en algún punto.
El punto es que: Siempre hemos usado repelentes químicos, yo y toda mi familia porque la información compartida con nosotros por parte de las organizaciones gubernamentales han sido así. Llegan, se meten a tu casa, revisan que no tengas depósitos de agua y cuando tienes depósitos de agua grandes como piletas, les agregan una tableta de cloro, te regalan folletitos y repelentes. Es más, allá en mi rancho (seguro no sólo en los ranchos, es sólo un dicho pues) pasan camionetas fumigando toda la calle, sin aviso! empieza uno a toser horrible hasta que nos forzan a meternos a nuestras casas y estar cerrando puertas y ventanas porque el olor es tan fuerte que puede provocar dolores de cabeza.
Y ahora, analizando toda esta información, me doy cuenta que tengo años expuesta al repelente químico. Qué horror. Pero espero que ya teniendo esta información podamos ser más cuidadosos y tomar acciones menos tóxicas!
