Toros Neza, el equipo de enmascarados que pintó de colores una ciudad gris y derrotó al Parma de Buffon

*El Toros Neza se convirtió en un equipo de culto en la década de los 90 en el fútbol mexicano, al irrumpir la monotonía con sus coloridas máscaras, como si siempre fuera Halloween

Martín Avilés
4 min readMay 16, 2020

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(Texto originalmente publicado el 31 de octubre de 2019 en Infobae)

Nezahualcóyotl es una de las ciudades más azotadas por la violencia y la pobreza, donde las inclemencias de la centralización que impera en México arrasaron con cualquier color que no formara parte de la escala de grises de las casas en obra negra.

“Comprar un bote de pintura es un lujo”, dice a Infobae México Jesús Gutiérrez, un vecino de Ciudad Neza, localizada a unos 20 kilómetros de la Ciudad de México. “Acá uno no se preocupa por eso, no le damos tanta importancia, tampoco es que tengamos tiempo”.

Ubicada en los pantanosos restos del extinto Lago de Texcoco en el Estado de México, Neza –como se le conoce- forma parte de la Zona Metropolitana del Valle de México y no es sino el rostro actual de un proceso de urbanización en las áreas circundantes a la capital del país azteca, donde se concentran las más grandes empresas y la mayoría de las secretarías de estado. Y que por ende, necesitó sostenerse de su periferia para poder ofrecerle viviendas a la clase trabajadora.

Pero Nezahualcóyotl es un caso excepcional, pues se estima que el 70% de la población económicamente activa de esa ciudad trabaja dentro del mismo municipio en sectores del comercio y servicios, de acuerdo un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Contrario al resto de la periferia capitalina, en la que muchos de sus municipios son conocidos como enclaves dormitorio donde hasta un 80% de la población trabaja en la capital.

En la década de los 90, esta localidad satelital a la monstruosa CDMX fue que se pintó de colores gracias al fútbol. Ocurrió cuando en la temporada 1993-1994, el equipo Toros Neza ascendió a Primera División gracias a la inversión de Autofin, una empresa dedicada a vender automóviles que intentaba impactar gracias al foco mediático de un equipo de fútbol.

Los Toros Neza vestían de rojo, el color por antonomasia de las corridas. Su escudo se encontraba impreso en prácticamente toda la parte posterior de la camiseta –como los Pumas de la UNAM- y en pocos años se convirtieron en un equipo de culto, al conformar un cuadro con figuras de gran temperamento, y, sobre todo, otros de exquisita técnica individual, un contraste tal como el de las grisáceas casas de Ciudad Nezahualcóyotl y la matizada Ciudad de México.

En Toros Neza se mezclaban las férreas entradas del ahora entrenador del Club América Miguel Herrera con las gambetas del argentino Antonio “Turco” Mohamed; o las poderosas anticipaciones de Federico Lussenhoff con los mágicos centros del chileno Rodrigo “Pony” Ruiz.

El color había llegado inmaterialmente a Nezahualcóyotl, pero empezó a ser apreciable a la vista cuando los jugadores comenzaron a utilizar máscaras para saltar a la cancha previo a cada partido. O todos con el cabello perfectamente pintado de rubio platinado y ni qué decir del verde, blanco y rojo de la Bandera de México en la cabeza del Turco.

Fue así que Toros Neza desató la euforia a nivel nacional. Caretas con la forma de Bart Simpson, el vocalista de Kiss, Gene Simmons y hasta del ex presidente Carlos Salinas de Gortari llenaron de folclor al balompié mexicano cada fin de semana, como si siempre fuera Halloween.

“Yo fui a verlos jugar un par de veces porque me llevaba mi papá. Era de verdad una cosa fantástica, los Toros Neza eran más que un equipo, no era solo ir a ver fútbol”, remembra Jesús, quien poco después, recuerda, se mudó con su familia a Texcoco, un municipio aledaño.

Fue tal el furor causado por los Toros que el mundo entero volteó por un momento sus ojos hacia la localidad mexiquense. Y el año de 1997 fue que llegó a su punto de ebullición.

Dirigidos por Enrique “Ojitos” Meza, Toros Neza disputó la Copa Parma, organizada por la empresa italiana de lácteos Parmalat, dueña del equipo con el mismo nombre de la Serie A del Calcio al que enfrentó el cuadro mexiquense para disputar ese cetro.

Los de Nezahualcóyotl sorprendieron al llevarse la victoria 1-0 ante un equipo que entonces estaba conformado por grandes estrellas del fútbol mundial, como el portero Gianluigi Buffon, Stefano Fiore, Roberto Sensini, Fabio Cannavaro, Hernán Crespo, Alessandro Nesta y Lilian Thuram, entre otros.

En aquel año, los astados también disputaron un amistoso ante la selección de Jamaica, en uno de los episodios más anecdóticos de aquel equipo mexiquense, pues el encuentro terminó con una batalla campal en las inmediaciones de la capital del Estado de México, Toluca, donde por suerte, los golpes no fueron de gravedad.

Toros Neza llegó a la final del torneo Verano 1997 pero finalmente no pudieron redondear una historia de ensueño al perder por 6-2 global ante Chivas. En el año 2000 el sueño terminó, el club terminó por descender y finalmente, en el año 2002 el equipo desapareció, pero no así el recuerdo de aquel equipo que pintó de colores una ciudad cuyos grises desnudan las más grandes injusticias sociales.

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