Casa Dorada Cronos, la verdadera historia detrás del fiasco

El millonario proyecto de equipo ciclista femenino de Íñigo Cuesta ha desaparecido dos años después de nacer, pero los motivos nunca se habían contado. Hasta ahora. En este reportaje, trato de reconstruir mi investigación llevada a cabo durante febrero de 2020, que no llegó a publicarse por razones que se explicarán más adelante. Una historia de engaños, cazatesoros y falsas esperanzas.

Raúl Banqueri
9 min readJan 6, 2022
Foto: Casa Dorada Cronos

El Casa Dorada Cronos se presentó como un equipo grande, con la ambición de entrar en el WorldTour y adoptando los salarios mínimos de la máxima categoría del ciclismo. Para ello, el exprofesional Íñigo Cuesta consiguió firmar un contrato de patrocinio de 5 años a 3 millones de euros por temporada, tal y como publicó Ciclismo a Fondo en su número de febrero de 2020 y pude confirmar con fuentes del equipo. Es decir, un proyecto de 15 millones de euros, que les podría aupar a la cima mundial del ciclismo femenino.

Tras una primera concentración en Andorra, una presentación en el Real Monasterio de San Agustín dirigida por Juan Mari Guajardo y otra concentración en Benidorm, la alarma llegó cuando pasaban las semanas y el Casa Dorada Cronos no aparecía en el registro de equipos de la Unión Ciclista Internacional. El equipo tampoco difundía ningún comunicado oficial desde el acto de presentación, el 24 de enero de 2020.

LOS PATROCINADORES

El problema radicaba en los patrocinadores principales. ¿Qué es Casa Dorada? ¿Qué es Cronos? ¿Qué es Sage Maritime? ¿Qué sentido tenía una inversión de 15 millones de euros para unas empresas que no se promocionaban en redes sociales y ni siquiera tenían sitio web? A los 3 grandes patrocinadores les unía un mismo nombre: Carlos Presencio Leiva. A pesar de lo extraño de la situación, Íñigo Cuesta confió en las promesas de patrocinios del empresario burgalés Carlos Presencio para lanzar su ambicioso equipo ciclista.

Presencio es administrador único de las empresas Casa Dorada Burgos SL, que no deposita cuentas desde 2015, y Caprele Casa Dorada SL, constituida en junio de 2019 con un capital social de 3.000€. Según declaró Íñigo Cuesta a Zikloland, Casa Dorada es “un holding internacional que se dedica a la fabricación de depuradoras potabilizadoras de agua a nivel internacional”. Sin embargo, apenas se puede encontrar información en Internet sobre Casa Dorada y su capital social es ridículo para tratarse de una empresa multinacional.

Por otra parte, en su perfil de LinkedIn, Presencio afirma que es vicepresidente de Sage Maritime desde 2009, trabajando en España, Colombia, Paraguay, Panamá, Cuba, República Dominicana y Uruguay. En este documento de la Cámara de Comercio de Cali, su nombre aparece como miembro de la junta directiva de Comercializadora Internacional Sage Maritime Colombia SASCI. La empresa matriz es la estadounidense Sage Maritime Scientific Research, una compañía “cazatesoros” que se dedica a rescatar fortunas sumergidas en los fondos marinos, que se fueron perdiendo en los galeones hundidos durante la historia, muchos de ellos de la Armada Española. De hecho, Sage Maritime fue protagonista del Caso Bahía II, fletando un buque cazatesoros que fue abordado por la Guardia Civil en el Puerto de Santa María (Cádiz).

El otro patrocinador aportado por Carlos Presencio era Cronos, un fondo suizo que sufragaría el equipo. Aunque sí existe un fondo suizo llamado Cronos Finance, nunca incluyó al equipo ciclista en su sección de patrocinios en la web y su logo no coincide con el que aparece en el maillot, por lo que no se trata de la misma empresa. Tanto es así que el diseño del logo de Cronos insertado en el maillot fue encargado a la agencia ciclista KOM Comunicación específicamente para el equipo.

LA LLAMADA

Con el objetivo de entender mejor los problemas del equipo, contacté con Carlos Presencio a mediados de febrero de 2020, que aceptó sin pegas una entrevista telefónica. Tenía un carácter fuerte, pueblerino, pero una gran capacidad para embaucar con la palabra. Solo una llamada le bastó para invitarme a comer a Burgos o para relatarme cómo dio una vuelta en un Lexus 500 a la periodista Ainara Hernando para la realización del reportaje de Ciclismo a Fondo sobre el equipo durante la concentración en Andorra.

Las ciclistas del equipo, junto a Carlos Presencio. Foto: Casa Dorada Cronos

Presencio justificaba el retraso en la inscripción del equipo por un boicot de la Real Federación Española de Ciclismo, que, según él, no quería competencia para el Movistar Team femenino. Se quejaba de que el presidente de la RFEC, José Luis López Cerrón, no le cogía el teléfono y tenía que hablar con el secretario general, Alejandro Martín García. El equipo había presentado un aval de 120.000€ (el 15% de los sueldos anuales, que ascendían a 800.000€) procedente de un banco brasileño, que la Federación rechazó al no considerarlo fiable, según confirmaron varias fuentes. Así, la Federación no registraría al equipo hasta que no presentara un aval de un banco español.

Más allá del aval, tampoco había dinero para pagar los primeros sueldos. De acuerdo con Presencio, el dinero tenía que llegar de Estados Unidos hasta el fondo suizo Cronos y de ahí hasta Burgos, pero estaba bloqueado por la Reserva Federal de EEUU. Argumentaba que los plazos bancarios no eran los mismos que los deportivos y no sabía exactamente cuándo iba a disponer del dinero. En total, tenía que recibir 13 millones de euros: 10 para construir una planta depuradora de Casa Dorada en Burgos y 3 para poner en marcha el equipo ciclista. Cuando llegara el dinero, siempre según sus palabras, pagaría todas las nóminas retrasadas e incluso adelantaría dinero a quien quisiera darse un capricho, como “comprarse una casa”. También prometía que, como eran 13 ciclistas, si ganaban 13 carreras las invitaría a un hotel en Panamá o a conocer la Antártida en un buque.

Al otro lado del teléfono, Presencio se mostraba enrabietado porque, según él, ganaba dinero con sus empresas y el equipo solo lo quería para hacer un bien social y le estaban “tocando los huevos por cuatro pesetas”, cuando era de los contados equipos ciclistas femeninos a nivel mundial que planeaba pagar salarios dignos. También amenazaba con llevarse el equipo fuera de Burgos ante la falta de apoyo del Ayuntamiento de Burgos. Consultado por ello, el concejal de deportes de Burgos, Leví Moreno, explicó que tuvieron una reunión en la que se le presentó el proyecto y rechazó el patrocinio porque no le encajaba que el dinero proviniera de Estados Unidos. Sí apoyaba al proyecto la Diputación de Burgos con la marca Burgos Alimenta, que había reservado una ayuda de 125.000€, aunque no activarían el protocolo para pagar la subvención hasta que el equipo no estuviera inscrito y compitiendo.

FACT CHECKING

Visto lo extravagante de la entrevista con Presencio, continué verificando datos sobre su persona y actividad. La empresa de depuradoras Caprele Casa Dorada SL estaba registrada en la pequeña localidad de Arcos de la Llana (Burgos), de menos de 2.000 habitantes. Sin embargo, en el Ayuntamiento de Arcos de la Llana desconocían la existencia de esa empresa, a pesar de que supuestamente iba a invertir 10 millones de euros en una planta depuradora. Por otro lado, el Ayuntamiento de Burgos me confirmó que no estaba prevista la construcción de ninguna planta depuradora o potabilizadora por parte de Aguas de Burgos.

Revista Ciclismo a Fondo. Número de febrero de 2020.

La única información disponible en medios sobre Carlos Presencio era el recuadro de la imagen superior, publicado por la revista Ciclismo a Fondo. En la pieza, Presencio detalla su relación con el C.C. Burgalés, pero en el citado club ciclista no les sonaba su nombre. Además, la periodista Ainara Hernando explica que Carlos Presencio ya había patrocinado el medio maratón y el maratón de Burgos. Preguntada por eso, la organización del maratón de Burgos negó que la empresa Casa Dorada hubiera patrocinado su carrera y tampoco conocían el nombre de Carlos Presencio. Sí pude comprobar que había patrocinado a la Vuelta a Burgos femenina y al Cross de Atapuerca, regalando unas bebidas isotónicas de la marca polaca Oshee, aunque una fuente señala que las bebidas isotónicas que regaló a la Vuelta a Burgos estaban caducadas.

El embrollo de las bebidas isotónicas continuó cuando recibí la pista de que un modesto club deportivo ya había sido supuestamente estafado por Casa Dorada. El presidente del club, que enseguida se tensó al consultarle por Carlos Presencio y prefería mantenerse en el anonimato, había comprado a Presencio un palé de bebidas isotónicas que le había satisfecho, pero el segundo palé que compró nunca llegó, dejando un agujero de 1.000€ en el club. El encargado del club describió a Presencio como un ladrón y un mentiroso compulsivo, alertaba de que había estafado supuestamente a mucha más gente de Burgos y no se explicaba cómo podía seguir haciéndolo. ¿Pero por qué alguien que supuestamente manejaba millones de euros se metía en líos por 1.000€?

FALSAS ESPERANZAS

Aun habiendo retrasado su esperado debut en la Vuelta a la Comunidad Valenciana el 20 de febrero, los miembros del equipo seguían teniendo esperanzas de que el dinero iba a llegar. Siempre la siguiente semana. Mientras tanto, Carlos Presencio proponía celebrar una segunda presentación del equipo en un barco. De todos modos, según una fuente cercana a Íñigo Cuesta, el director del equipo ya estaba “hasta los cojones de dar la cara ante las chicas”, sin poder ofrecerles una solución. Las ciclistas confiaban en Íñigo Cuesta e Íñigo Cuesta confiaba en Carlos Presencio, pero la situación se volvía cada vez más insostenible. El 22 de febrero, el Diario As publicó que las corredoras estaban sin cobrar y que no les constaba haber sido dadas de alta en la Seguridad Social. A pesar de solicitar una entrevista con Íñigo Cuesta mediante la directora de comunicación del equipo, Mónica Guajardo, el exciclista burgalés no quiso atenderme.

El Casa Dorada Cronos se marcó el 4 de marzo de 2020 como fecha límite para decidir su futuro y dar vía libre a las corredoras, pero entonces Presencio comunicó al equipo que el dinero ya estaba prácticamente listo, lo que volvió a dar esperanzas que siguieron sin materializarse. Incluso durante el confinamiento, el 1 de abril de 2020 el Correo de Burgos lanzó una noticia titulada “El Casa Dorada Cronos ya ve la luz al final del túnel”, con declaraciones de Presencio asegurando que el equipo ya había solucionado sus problemas. Finalmente, el 10 de junio de 2020 el Diario de Burgos publicó que el equipo había cambiado de vía para regularizar su situación, decidiendo “bajar el listón y funcionar como el resto de equipos españoles de la categoría”. Es decir, el equipo saldría adelante tras el confinamiento sin sueldos y sin cumplir los contratos firmados con las ciclistas. Adiós al proyecto de los 15 millones de euros.

De las 13 ciclistas iniciales, abandonaron el equipo la española Cristina Martínez y las francesas Margaux Vigie y Roxane Fournier. Las que se quedaron pudieron terminar el 2020 compitiendo en el Giro d´Italia femenino y la Challenge by La Vuelta, pero teniendo que costearse incluso sus pruebas PCR, como explicaba la polaca Małgorzata Jasinska al medio Rowery. “Casa Dorada no cumplía con ninguna disposición económica del contrato que había firmado. No había dinero. El equipo existió gracias a dos directores (Íñigo Cuesta y Joaquín Novoa) que pusieron su dinero en él y un abogado que trabaja con ellos”, afirmaba Jasinska. El equipo continuó en 2021 con el patrocinio público de Burgos Alimenta, pero la falta de recursos económicos ha obligado a poner fin en 2022 a una estructura que, de todas maneras, difería mucho del proyecto que habían ideado en su día Íñigo Cuesta y Carlos Presencio.

Pido disculpas por no haber publicado este reportaje cuando tocaba, en febrero de 2020. Hubiera tenido un impacto real y seguramente hubiera precipitado los acontecimientos en el equipo, pero no era fácil para mí. Mónica Guajardo, la responsable de comunicación del equipo, me insistía en que, “como amante del ciclismo”, fuera responsable y no publicara nada al menos hasta que el equipo se pusiera en marcha, ya que muchos trabajos dependían del equipo. Desde el medio en el que trabajaba, Zikloland, también me desaconsejaban publicarlo porque, con la excusa del reportaje, nos culparían de que el equipo no saliera adelante y podrían deteriorarse relaciones personales. Y a nivel personal se necesitaba una valentía que desde luego no tuve en ese momento. Casi dos años después y con la noticia de la desaparición del equipo, el único que se arriesga publicando la investigación soy yo mismo, así que considero que es el momento adecuado. Muchas gracias a E.F., D.M., T.D.V, D.B. y F.M. por colaborar en la investigación.

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