Review: “Wisconsin Death Trip” de Static-X

Bárbara Henríquez
4 min readAug 21, 2024

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“Wisconsin Death Trip” (1999). Warner Bros

Artículo originalmente escrito para Rockaxis.com

El exponencial ascenso de Static-X a finales de los 90 fue tanto una sorpresa para sus integrantes como una revelación para el mundo de entonces, en una década marcada por la transformación social y la amplia diversidad, sobre todo en el ámbito musical. En un período donde Limp Bizkit y Korn se peleaban por el primer puesto en las listas con boybands como NSYNC y Backstreet Boys, Static-X y los pelos de punta de Wayne Static supieron encontrar un espacio en el nu-metal y en toda esta escena alternativa que comenzaba a ganar cada vez más peso. Y si bien su estilo estaba más ligado al industrial, supieron beneficiarse del auge del género para llegar a un público más amplio y comercialmente lucrativo. Fue con su álbum debut, “Wisconsin Death Trip” (1999), que lograron que las estaciones de radio, presionadas por la creciente demanda de música heavy, empezaran a incluir sus canciones en su rotación habitual.

Static-X nació sin grandes pretensiones, más allá de ser unos amigos que querían pasar un buen rato haciendo música, pero todo cambió cuando Wayne Static apareció con una caja de ritmos bajo el brazo. Este hecho determinó para siempre el rumbo y el sonido de la banda, condimentando la receta con una descarga de riffs industriales arrolladores, ritmos techno pulsantes y frenéticos aullidos de Wayne, lo que expandió horizontes que antes parecían inimaginables gracias al poder de la tecnología. El resto de la historia fue contada en “Wisconsin Death Trip”. El primer sencillo fue ‘Push It’, un tema que se convirtió en su mayor hit por sus vibraciones sintéticas e intensos riffs groove. Con su fuerza pirómana, quema y explota todo lo que pilla a su paso en tan solo dos minutos, definiendo directamente el sonido de la corriente alterna de la época. El segundo single fue ‘I’m With Stupid’ y también es otro hitazo con letras mayúsculas. Está colmado de voces sampleadas, rematando con un extraño breakdown de sintetizador junto con guitarreos mecánicos ya patentados. La variedad armónica y melódica es el elemento donde mejor se desenvuelven, por ello es que en tracks como ‘Love Dump’, ‘I Am’ o ‘Stem’ muestran a Wayne en su mejor momento vocal, develando una impresionante gama de matices que van desde agudos penetrantes hasta registros bajos retumbantes y viscerales.

La electrónica es otro de los fuertes de este disco. Por ejemplo, en ‘Bled For Days’ las guitarras suenan como un tira y afloja metálico en una carrera contra la velocidad del rap nu-metalero de Wayne. Muy semejante a ‘Otsegolation’, ‘Fix’ y sus oleadas de energía corrosiva y sonidos distópicos, o ‘Sweat Of The Bud’, la cual es parecida, pero brillante por sí sola al contar con esa batería programada galopante y muy técnica. Ahora, la canción que titula este tomo es ‘Wisconsin Death Trip’ y es la que mejor sumariza lo que encontramos en este viaje letal: una combinación de reverberaciones hipnóticas y abrasivos matices industriales. ‘Trance Is The Motion’ es con certeza la propuesta más interesante y contrastante de todo el material. Empieza con calma y luego evoluciona hacia un clímax pesado e ininterrumpido, que sutilmente avanza hasta transformarse en los oscuros sintetizadores sci-fi de ‘December’, su sucesora. Esta pista es media psicodélica y se interrumpe por un patrón de tambores casi tribales y voces susurrantes que rematan con un glorioso desenlace. Es algo así como el neo-‘Planet Caravan’ de Static-X.

“Wisconsin Death Trip” es un álbum simplemente extraordinario que llegó justo a tiempo para exaltar los mejores componentes del nu-metal de sus coetáneos. No sorprende, entonces, que fuera condecorado con un disco de platino, un reconocimiento que enalteció aún más el legado del grupo, algo especialmente importante ahora que se cumplen diez años del fallecimiento de su líder, Wayne Static. Hoy en día están en una fase totalmente diferente, y para suplir su partida, en 2019 lo trajeron de vuelta en forma de un cyborg llamado Xer0 (Edsel Dope). Decisión que ha causado más de una polémica, pero que también les ha inyectado una necesaria dosis de energía moderna, muy a tono con la moda de los vocalistas enmascarados de la nueva era. Pero en fin, lo que importa aquí es la música y Static-X sigue tocando, sonando bien, y lo más importante, rindiendo homenaje a la obra que lo inició todo, “Wisconsin Death Trip”.

Por: Bárbara Henríquez

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