Por una agilidad situada: el dilema del prisionero y la transformación (1) organizacional

Una propuesta para una agilidad en contexto

Bastian Hell
5 min readMay 27, 2019
Photo by Karina Vorozheeva on Unsplash

Partiendo desde el supuesto de que hay tantas formas de llevar a cabo una transformación Agile en una organización como libros escritos, frameworks desarrollados y líderes carismáticos existan, voy a ser fiel a este imperativo categórico para proponer algo más en qué invertir el tiempo una tarde de domingo.

Planteo del problema

Quiénes estamos convencidos de que “algo hay” en eso de la transformación y el cambio organizacional y la(s) propuesta Agile que vale la pena transitar, nos encontramos desde nuestros primeros acercamientos a este mundo con una situación común a todas las maneras de embarcarse en un proceso de transformación con cualquier tipo de organización privada, pública o del tercer sector. Para describirla recurriré a una analogía del propio dominio Agile que espero ayude a ejemplificar y motivar a su comprensión.

Es bastante conocida -al menos en los entrenamientos en varios países hispanohablantes- el recurso didáctico para ejemplificar algunos valores y principios Agile un ejercicio fundamental de la teoría de juegos conocido como el dilema del prisionero. En esta ocasión propongo describir un dilema fundamental en Agile a la hora de iniciar un proceso de transformación organizacional utilizando como base el dilema del prisionero.

En base a esto, iniciar una intervención hacia una transformación en un equipo u organización casi siempre involucrará el siguiente dilema:

Si comienzo un proceso de transformación no hay una forma segura de que el proceso sea exitoso, por ende, siempre habrá errores y aprendizajes

Si NO comienzo un proceso de transformación, es altamente probable que todo continúe como está (o bien algo cambie aleatoriamente o la organización desaparezca, o ambas)

Para la primera opción (la segunda se excluye a sí misma como parte del dilema), tenemos tres formas básicas en las que suelen llevarse a cabo estos procesos: 1)de manera orgánica y a largo plazo, 2)de manera forzada como una decisión política, 3)de manera cosmética (o falsa) en la que parece orgánica y termina siendo forzada y en donde las cosas siguen iguales y sólo cambió el “maquillaje”. Podemos agregar también una (4) última que es más contemporánea y consiste en llevar el proceso de manera sistémica a través de -a modo de síntesis- comprender dialógicamente las partes y el todo. Es decir que, a la opción afirmativa dentro de este dilema, existirían al menos cuatro formas de llevar a cabo la intervención.

¿Y en dónde está el dilema entonces?. La situación dilemática se presenta en la práctica misma cuando las personas, coaches, consultores, entrenadores, etc. deciden identificarse con un conjunto de prácticas más que otras, con un framework más que otro, o con una escuela o referente, más que otr(o), lo que lleva casi inevitablemente a pensar que Agile es a mi manera o no es Agile. El dilema también se expresa en su lado “positivo” del siguiente modo: hay muchas formas de hacer Agile y todas son válidas. Este relativismo epistémico-metodológico profundiza el dilema de forma tal que el razonamiento consecuente es pensar en que, sin importar la(s) elección sobre cómo llevar a cabo una transformación Agile, el sólo hecho de elegir un modo de intervención implica que o bien, la opción es no comenzar ningún proceso y dejar las cosas como las encontramos o que toda elección será tan válida como inapropiada. (2)

Explorando una solución al (falso) dilema: una Agilidad situada

Trascender este dilema implica correrse del razonamiento y las acciones por el cuál somos conducidos a éste.

Para esto partimos de la siguientes premisas:

  • No queremos un Agile cosmético o falso porque desacredita la profesión y la propuesta Agile en sí misma
  • A pesar de que Agile orgánico es una interesante analogía que nos ayuda a pensar, su propuesta de cambio a largo plazo a través del aprendizaje de los dolores (pain-driven facilitation) es limitada porque involucra una extensión en el tiempo no muy clara para quienes esperan cambios más tangibles y en lapsos más acotados
  • Por sobre todas las cosas, Agile consiste en un proceso de aprendizaje tan individual como colectivo en el que existen cambios y continuidades

En base a lo anterior, definiremos preliminarmente a Agile Situado como a aquellas formas de intervención hacia una transformación en un equipo u organización dados que nos alejen de un Agile cosmético o falso.

Pero no es muy útil una definición por oposición. Así que vamos a profundizar un poco más.

Tomando la tercer premisa sobre Agile como aprendizaje descrita más arriba y siguiendo la propuesta de Jean Lave y Etienne Wenger (1991) coincidimos en que todo aprendizaje es situado, no porque siempre está localizado en algún contexto y por eso podría analizarse en abstracto, sino porque éste simplemente no puede separarse y es integral de la práctica social en el mundo en que se vive (Lave & Wenger, 1991, p. 4)

Las características por las cuáles los autores identifican a un aprendizaje como situado es a partir del proceso de participación periférica legítima que consiste en la comprensión de las relaciones involucradas en la que participantes novatos y veteranos se relacionan e integran una comunidad de práctica (Ibid, p. 6).

En base a esto, proponemos una Agilidad situada como una manera de realizar intervenciones en contextos sociales a través de la construcción de una comunidad de práctica en la que se establecerán relaciones de cambio y continuidad entre los participantes de esa comunidad y a su vez esas relaciones establecerán vínculos de conflicto y apropiación con el hábitus o las disposiciones o esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición dentro de la organización (3). También es necesario comprender que la comunidad de práctica en el contexto social dado presentará relaciones similares a la descritas frente a otras comunidades de práctica.

De acá en adelante queda por enriquecer esta definición y continuar describiendo otras posibles variables que operen a la hora de realizar una intervención de agilidad situada en un contexto organizacional determinado como así también queda planteada la invitación para continuar el debate en este u otros espacios de conversación digital o cara a cara.

Notas y referencias

Lave, J & Wenger, E. (1991). Situated Learning. Legitimate peripheral participation. New York: Cambridge University Press. Miguel Espíndola y Carlos Alfaro (trad.)

(1) Decidimos no incorporar ninguna otra palabra que pueda ser sinónimo o reemplazar a “transformación” tales como “evolución” porque contienen supuestos implícitos a teorías evolucionistas del siglo XIX de las cuáles preferimos posicionarnos explícitamente lejos de las mismas y sus consecuencias epistemológicas y políticas.

(2) Esta idea que parece coincidir en otros ámbitos como en el trabajo de Montenegro Martínez, M. y Pujol Tarrè, J. (2003). Conocimiento Situado: Un Forcejeo entre el Relativismo Construccionista y la Necesidad de Fundamentar la Acción. Interamerican Journal of Psychology 37 (2) pp. 295–307

(3) Martínez García, José Saturnino (2017). El habitus. Una revisión analítica. Revista Internacional de Sociología 75 (3).

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Bastian Hell

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