La madurez que necesitamos

Benjamin Sywulka
10 min readNov 1, 2023

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Por Benjamin Sywulka

Imagen: Randy Fath

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Para los que no pueden leer el artículo completo, les comparto el resumen:

  • Los intentos de “golpe” son reales, y los próximos meses serán complicados, con muchos ataques que buscan debilitar a Arévalo e incluso impedir la transición.
  • Estos intentos van a fracasar, porque la sociedad civil, las autoridades ancestrales, el sector privado organizado, el ejército y la comunidad internacional están alineados para proteger la transición de poder.
  • El camino para defender la democracia no va a ser fácil, porque la dictadura judicial tiene armas poderosas para perseguir a opositores, y hay técnicas específicas que podemos usar como ciudadanos para generar presión.
  • Arévalo está preparado para lo que viene, y la fortaleza de su gestión no va a ser las soluciones que propone, sino los procesos que propone para acordar las soluciones entre múltiples actores legítimos.
  • Debemos tener la madurez para aceptar que los ataques a la democracia son inaceptables, que necesitamos tomar acciones para defenderla, que necesitamos reformas profundas, pero que éstas no se pueden imponer a la_ fuerza, sino que requieren procesos de aprendizaje, diálogo y consensos.

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Muchos estamos ansiosos por la incertidumbre política. No sabemos qué pensar, qué va a pasar, a quién creerle, a quién echarle la culpa, y qué soluciones proponer. En mi propio intento de entender lo que está pasando me reuní con muchos actores relevantes en esta crisis, y quisiera compartir con ustedes mis aprendizajes y conclusiones.

1. Los intentos de “golpe” son reales

Uno de los aprendizajes que más me sorprendió fue escuchar de primera mano que hay varios grupos que están trabajando meticulosamente para impedir que Arévalo asuma el poder en enero, y si no lo logran, por lo menos debilitarlo lo más posible.

  • El Presidente actual y la Fiscal General están haciendo hasta lo imposible para convencer a la población que hubo fraude.
  • Miembros de las Altas Cortes y del Congreso han estado buscando caminos para trasladar el poder a un gobierno interino.
  • El Ministerio Público, cooptado por grupos con vínculos ex-militares, está haciendo todo lo posible por poner de rodillas a Semilla, ya sea impidiendo que asuman los cargos que ganaron en las urnas, o eliminando al partido para que asuman sin bancada y sin todos sus derechos.

En caso fracasaran estos planes, hay varios planes de contingencia, incluyendo el intento de forzar un presupuesto tóxico para el próximo año que obligaría al Ejecutivo de Arévalo a escoger entre pagar la deuda externa o pagar los sueldos del Estado. Al final, si no se logra impedir el ascenso de Arévalo, el objetivo principal es poder negociar con él y sus diputados. Y como las técnicas tradicionales de negociación de “cómo nos repartimos el pastel” no están funcionando, se está recurriendo a las tácticas de chantaje y extorsión para que tengan algo con qué negociar.

Los meses que tenemos por delante van a ser complicados. Debemos tener la madurez para interpretar las acciones que toman el MP, la CSJ, el Congreso e incluso la CC, no como acciones “en pro de la justicia”, sino como lo que realmente son: intentos de debilitar a un opositor que rehusó acoplarse a la cultura política de la cleptocracia. Pero a la vez, debemos tener la madurez para reconocer que muchos de los comportamientos de extorsión, judicialización de la política, criminalización de faltas administrativas, y justicia selectiva que vemos hoy son comportamientos que se han visto por décadas, incluyendo durante la época de la CICIG, por lo que nuestra meta colectiva no debería ser reemplazar a las personas que encabezan a nuestro sistema judicial, sino cambiar los diseños institucionales para eliminar esos comportamientos a futuro. Uno de los cambios más urgentes que tenemos que implementar es eliminar el conflicto de interés que tiene la entidad encargada de investigar delitos (el MP) cuando este organismo es el que está cometiendo el delito, y crear mecanismos de rendición de cuentas. La buena noticia es que todos los actores legítimos del país están de acuerdo en que estas reformas son necesarias, y ya están empezando a conversar. La mala es que estas reformas judiciales toman tiempo, y requieren un proceso de aprendizajes, diálogos y consensos, por lo que la lucha por defender nuestra democracia en los próximos meses tendrá que usar otras herramientas.

2. Los intentos de “golpe” van a fracasar

A pesar del nivel de cooptación que hay, algo que me quedó muy claro es que los intentos de impedir la transición democrática van a fracasar. Ni la sociedad civil, ni las autoridades ancestrales, ni el sector privado organizado, ni el ejército, ni la comunidad internacional permitirán que se impida la transición de poder a Arévalo en enero. Cada quién ha estado trabajando desde sus espacios y con las herramientas que tienen a su disposición, pero el destino de todos es el mismo: la transición pacífica del poder a los ganadores en las urnas.

Debemos tener la madurez para reconocer que la campaña de #UnFuturoSinCacif generó tanta desconfianza hacia Semilla entre el sector empresarial, que a muchos les costó ver los riesgos reales a nuestra democracia. Pero también debemos tener la madurez para reconocer que muchos empresarios y organizaciones aliadas al sector privado han estado trabajando arduamente por defender la democracia, entre ellos Fundesa, el Pacto Democrático, el Movimiento Cívico Nacional, Guatemala Visible, FiscalDigital, Simple Proof, DefensoresDelVoto.gt — e incluso el mismo CACIF.

Lo que polarizó a la población no fue la defensa de la democracia, sino una falta de alineación en cuanto a qué técnicas usar para defenderla. Unos insistían que las renuncias eran el único camino, otros insistían que las renuncias antes de la toma de posesión de Arévalo le darían más poder a las mafias. Unos insistían que extender el periodo electoral blindaría la transición, otros insistían que extenderlo le daría más poder a los que querían alterar los resultados. Al final, cuando todos se escucharon, se pudo llegar a acuerdos. Pero mientras todos se gritaban desde sus redes sociales demonizando al otro, las mafias consolidaban su poder. Debemos tener la madurez para entender que cuando los sectores legítimos se demonizan entre sí, los únicos que ganan son los sectores no legítimos.

3. El camino no va a ser fácil

Estamos en un buen momento porque los sectores legítimos se están alineando alrededor de estrategias. Pero no podemos olvidar que las armas que tiene el Sistema Judicial son demasiado poderosas, especialmente si se usan de forma coordinada entre el Legislativo y las Altas Cortes. Pueden encarcelar a un diputado de oposición por publicar un tuit, cancelar “preliminarmente” la personería jurídica de organizaciones opositoras — partidos políticos, medios de comunicación, gremiales, ONGs, empresas, etc. — sin tener que pasar por un juicio. El poder que tienen es enorme y peligroso — casi llegando al nivel de Nicaragua. Pero como buenos jugadores de ajedrez, las mafias saben que cada acción tiene una reacción, y si usan su poder de una forma demasiado descarada, el tiro les puede salir por la culata.

Los que tienen el poder no lo soltarán fácilmente, y presionarán hasta donde puedan — teniendo cuidado de no romper la cuerda, porque saben que si se rompe, pierden todo. Nadie quiere volver a vivir ni un conflicto armado, ni un levantamiento violento y descontrolado de la población — no hay suficientes policías, soldados ni agentes de seguridad privada para defender a los poderosos de un levantamiento de ese tipo, y lo saben. Pero si la población no puede confiar en el sistema de justicia, y ese sistema cruza ciertos umbrales de abuso de autoridad, a la población no le va a quedar otro remedio que tomar la justicia en sus propias manos.

Debemos tener la madurez para evitar a toda costa esos levantamientos violentos, porque las injusticias que se cometerán en el nombre de la justicia dejarán heridas por generaciones. Debemos tener la madurez para reconocer que los bloqueos fueron necesarios para impedir que las mafias avanzaran más agresivamente en sus planes, pero que a la vez el hecho de que la paralización durara tanto tiempo causó mucho daño colateral — miles de millones de quetzales para cientos de miles de personas y miles de negocios. Debemos tener la madurez para reconocer que ninguna democracia puede sobrevivir en las condiciones actuales, y que todos los actores legítimos del país nos tenemos que unir para ponerle un alto contundente a la dictadura judicial.

Necesitamos ser creativos, unidos y proactivos. Los que tenemos amigos que participaron en las Juntas Receptoras de Votos podemos instarlos a que graben su testimonio en DefensoresDelVoto.gt para contrarrestar cualquier intento del Ministerio Público de declarar que hubo fraude. Los que podemos participar en manifestaciones que presionan a los líderes del MP, de la CSJ y de la CC y les hacen ver que la población no tolerará sus acciones anti-democráticas, debemos hacerlo.

Pero también debemos saber que muchas de las acciones que pueden proteger o destruir nuestra democracia están en manos del Congreso— ellos tienen las llaves para impedir o apoyar muchas de las acciones judiciales, por lo que debemos generar presión ahí. Los que saben qué negocios les pertenecen a diputados y operadores políticos corruptos que están poniendo en riesgo nuestra democracia, pueden publicar listas de esos negocios non-gratos y todos podemos boicotearlos. Si son negocios turbios que no le venden nada al público en general podemos denunciarlos de forma anónima en TuPista.gt. Las comunidades en donde viven los diputados distritales corruptos pueden mandar un mensaje contundente de que si no votan en representación del pueblo que los eligió, sufrirán las consecuencias sociales. Debemos tener la madurez para entender que en lo que logramos las reformas judiciales y electorales necesarias para recuperar a nuestra democracia, tendremos que recurrir a este tipo de herramientas no violentas para mostrarle a los corruptos que su tiempo se acabó.

4. Arévalo no es el problema

Hay cosas que yo considero que Arévalo pudo haber hecho mejor en los últimos meses, y sé que muchos se han enfocado en lo que él debió o no debió haber hecho durante la crisis de los bloqueos. Sin embargo, considero que estas discusiones nos distraen de las nuevas realidades del país. Las autoridades ancestrales se unieron y se organizaron de una forma nunca antes vista desde nuestra independencia. Si bien algunos líderes ancestrales no necesariamente representan una base amplia, muchas de las agrupaciones ancestrales representan bases muy amplias y tienen sistemas de gobernanza que han perdurado por siglos. En algunos casos, cientos e incluso miles de miembros de la comunidad se turnan cada año asumiendo responsabilidades cívicas ad honorem, reflejando un nivel de organización social estratégica admirable. El próximo paso político para esta unidad de líderes ancestrales podría ser conformar un ente político tipo CACIF, para tener las herramientas de incidencia requeridas para participar productivamente en las reformas que el país necesita. Arévalo no es ni la causa ni la solución de este fenómeno. Pero sí es un líder que tiene la capacidad de facilitar consensos entre muchos sectores, incluyendo el sector empresarial organizado y este sector ancestral, para que las reformas que el país necesita no sean impuestas a la fuerza, sino co-diseñadas y enriquecidas por todos.

Otro tema que ha surgido durante la crisis es la ausencia notable de la Cámara del Agro en los comunicados emitidos por el sector privado organizado. Aunque circulan muchas hipótesis sobre la razón de esto, vale la pena mencionar que sí son una fuerza pro-democrática, pero que a la vez hay miedos alrededor de temas álgidos como la conflictividad de la tierra. Lo que muchos no saben es que el problema de invasiones de tierra es muy complejo y repleto de injusticias por todos lados. Hay fincas que tienen decenas de caballerías invadidas por mafias. Hay fincas que son invadidas por grupos organizados, que al nomás recibir su título de propiedad venden el terreno y van a invadir otra finca. Pero a la vez, hay comunidades que han tenido que recomprar sus tierras múltiples veces en los últimos 200 años, ya sea porque su tierra fue otorgada a alguien más por un funcionario público, o porque los sistemas de medición de perímetros no eran adecuados, o porque se vieron forzados o extorsionados a vender, etc.. Arévalo tiene muy claro que hay conflictos legítimos y no legítimos, que hay casos como las de las mafias en donde la fuerza pública se deberá usar para recuperar las tierras, y que hay casos donde se puede usar el arbitraje y el Fondo de Tierras para resolver los conflictos de forma gana-gana.

Menciono este ejemplo no porque sea el más relevante, sino porque es representativo de muchos de los retos que enfrentamos como país. Ya sea que hablemos de la Ley de Competencia, el papel de CACIF en entidades del Estado, el precio de las medicinas o el modelo de infraestructura — la fortaleza del gobierno de Arévalo no radica en las soluciones que propone, sino en los procesos que propone para encontrar soluciones entre múltiples actores legítimos. Es comprensible que muchos no vean esa fortaleza, porque parece que no es coherente con muchos mensajes emitidos por el partido durante la campaña. Pero todo gobernante electo tiene que evolucionar su liderazgo para no trabajar únicamente por sus electores sino para el bien de todos los ciudadanos.

Arévalo ha madurado, aunque no todos los perciben aún. Pero a todos nos va a tocar madurar también. Si nuestros sesgos nos llevan a apoyar ciegamente a Arévalo, debemos tener la madurez para entender que las reformas que se imponen a la fuerza no son sostenibles, y que los cambios sistémicos requieren estrategias de transición. Si nuestros sesgos nos llevan a desconfiar ciegamente de Arévalo, debemos tener la madurez para entender que las reformas son inevitables, y que el camino más pacífico para hacer esas reformas es a través de los diálogos que el gobierno de Arévalo liderará.

Muchos piensan que Arévalo está desgastado y acorralado por las fuerzas opositoras. Yo vi a un Arévalo con una paz interior profunda, preparado emocional y espiritualmente para todo lo que viene, y con una claridad estratégica admirable. Quizás es porque sabe que cualquier intento de impedir que asuma en enero no prevalecerá. Quizás es porque tiene claro exactamente qué herramientas tiene a su disposición para forjar una nueva cultura política en el Ejecutivo y el Legislativo, donde las decisiones que se toman responden a las exigencias de la ciudadanía y no a los intereses personales. Quizás es porque sabe que su enemigo no es el sector privado organizado, ni la derecha, sino el sistema de incentivos que nos llevó a un estado fallido. Quizás es porque ha visto que todos los sectores legítimos están bastante alineados en lo que quieren, o quizás es porque sabe que los buenos, seamos de derecha o de izquierda, somos más.

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