¿Nadie es tan malo? — Poder sobre el poder

Una narrativa que constantemente existe en mi cabeza es sobre “lo bueno y lo malo”, y cómo alguien puede o no ser capaz de hacer daño a otros, de forma consciente o inconsciente.

Hace unas semanas escribía sobre el poder, sinceramente no estaba al tanto de noticias al otro lado del mundo, específicamente no estaba al tanto sobre lo que sucede en Rusia y Ucrania; hoy creo que la mayoría de personas en el mundo tienen una opinión al respecto.

Ahora, lo que constantemente me cuestiono sobre el tema es ¿cómo se llega a tomar decisiones “malvadas”?, me refiero malo en el sentido de conscientemente hacer daños a otros, veamos varios ejemplos:

• Si yo, hoy a las 14:32 decidiera ir a buscar a alguien, sacar un arma y matarlo, estoy convencido que de una u otra forma en algún momento alguien me encontraría responsable del crimen, es más, estoy convencido que, si hago eso, sería algo malo, incluso, de imaginarlo, me siento incómodo.
• Si yo, hoy a las 14:35 decidiera ir a una tienda, con un arma, pedir todo el dinero que tengan, bajo amenazas de disparar, obtenerlo y huir, me pasaría algo similar, estoy convencido que alguien me encontraría responsable del crimen, sé que sería malo.

Algo en común de ambos ejemplos, me atemoriza, incluso me aterra, pensar en vivir la vida después de hacer algo “ilegal” de una naturaleza tan “mala”, específicamente porque estoy consciente que le estoy haciendo daño a alguien más.

¿Qué pasa si ahora multiplico ese “hacer daño a otras personas” por cien o por mil? Hay cosas, que se diseñan a propósito para hacer daño a otros, millones de otros, y la mayoría de los mega-crímenes son difíciles de entender, enjuiciar y controlar, especialmente porque quién los realiza tiene mucho poder, de cualquier tipo, pero tiene mucho poder; o aún más difícil, el poder no lo tiene una persona, sino varias, cuyos intereses en conjunto llevaron a hacer cosas para dañar a otras personas.

El poder de los poderosos puede ser tan grande, que pueden cometer mega-crímenes y re-escribir la historia con narrativas falsas, que justifiquen sus acciones.

Los crímenes más grandes de la historia no tienen víctimas que pidan ayuda, porque las víctimas ya no existen, los crímenes más grandes de la historia tienen narrativas tan emocionantes que incluso algunas se han vuelto películas, extremadamente falsas, pero muy atractivas, incluso para los descendientes de los crímenes, que ni entienden o no tienen interés en entender la naturaleza de sus condiciones.

Sé que hay gente que no siente lo mismo que yo al imaginarme cometer un crimen; hay gente que se encuentra fuera de lo considerado “normal” y se les califica como psicópatas o sociópatas, algunos incluso pueden encontrar placer en hacer daño a otros.

Cómo la sociopatía o la psicopatía no es algo que podamos medir de forma exacta y objetiva, repetible y demostrable, calificar la normalidad es complicado, pero según un estudio, muchos de los líderes políticos, religiosos y en general de las organizaciones de poder humanas, califican más alto en un diagnóstico de características sociópatas o psicópatas.

En pocas palabras, la sociedad la dirigen, aparentemente, en su mayoría psicópatas y sociópatas. ¿Suena lógico? Un poco, si. ¿Me hace sentir incómodo? Si. ¿Todos los líderes y dirigentes son así? No.

No me extraña, considerando lo incomodo que me hace sentir y pensar en el poder, lo difícil que es hablar del poder, seguro hay personas que no sienten incomodidad, incluso hay personas que tienen mucha experiencia, ¿Maquiavelo? sumamente interesante, ¿varios dictadores? si, seguro

Pienso que es importante voltear a ver el poder y darnos cuenta del poder que realmente tenemos, reconocer que el poder centralizado y sin límites es malo y que, aunque nos duela aceptarlo, nuestra sociedad tiene aún muchas personas (jurídicas o naturales) con poder prácticamente ilimitado.