Ewarë, El “Reino” encantado de la Amazonía.

Brasil In The Darkness
Brasil na escuridão
19 min readApr 22, 2021

Una visión alternativa para los Gallain amazónicos en Changeling: El Ensueño.

Versión en Español│Versão em Português-BR

Por Porakê Martins, Alex Pina, Aredze Xukurú, Eros Rosado, Jessele Damasceno & Kynni Kayode.

Traducción de Manuel Gayoso

Arte de Alyne Leonel

En los comienzos del mundo, Boiaçu, la Culebra Grande, fue la encargada de moldear y poblar la tierra con todo tipo de plantas y animales. Estaba feliz con su trabajo y, de los sueños de las plantas, de los animales y de la propia tierra, surgieron los espíritus. Boiaçu se mostró satisfecha con su creación durante eras, hasta que llegaron los primeros humanos, los ancestros de los pueblos indígenas.

De inmediato, para evitar confusión, Boiaçu separó todo lo que había creado, dividiendo la Superficie, el Mundo del Otoño; del Fondo, el Ensueño y otros Reinos del más allá, esperando la llegada de las extrañas criaturas que son los humanos.

El origen de los Umuanas, los Antiguos, se remonta a aquellos días. Ellos surgieron de los sueños de la tierra, y Boiaçu les permitió permanecer en la Superficie, vinculados a los elementos de la naturaleza como restos de los primeros días, cuando todavía no existía la Línea del Agua para separar las cosas.

Al principio, a Boiaçu no le gustaron nada los humanos. Eran ruidosos, maleducados e insistían en cambiar las cosas que ella había creado. Derribaban las árboles, encendían fuego en la selva, desviaban el curso de los igarapés y excavaban la tierra. Eso irritaba a Boiaçu. Entonces, furiosa, creo los Panemas, a partir de los miedos y pesadillas de los primeros humanos, para alimentar el terror en sus corazones y expulsarlos de sus dominios.

Pero no eran tontos, y se dieron cuenta de que no podrían quedarse en esas tierras sin las bendiciones de Boiaçu. Entonces suplicaron su clemencia, lloraron e hicieron resonar canciones pidiendo perdón y guía. Boiaçu escuchó su petición, pues en el fondo de su corazón no era sorda al sufrimiento de los demás.

Así se creó el Pacto, por el que aquellos humanos podrían permanecer si respetaban la creación de Boiaçu. Sólo entonces, Boiaçu nos creó, seres creados no sólo de los miedos y pesadillas de los humanos, sino también de sus sueños y deseos más elevados, para inspirar, guiar, y también castigar a quienes violaran los términos del Pacto.

Este acuerdo sólo duró unas eras, y de nuevo Boiaçu estaba contenta y satisfecha con lo que había hecho. Pero un dia, los forasteros llegaron a nuestras playas. Ellos no estaban interesados en honrar ningún pacto. La verdad es que parecían mucho más dispuestos a aniquilar hasta a los humanos como ellos que habitaban aquí. Y trajeron consigo una marea de Banalidad. Y, bien, si eres humano y no tienes respeto ni siquiera por otros humanos como tú, ¿qué se puede esperar de ti en relación a cualquier otra cosa?

La locura y la arrogancia de esta nueva oleada de humanos fue demasiado incluso para la paciencia de Boiaçu. Y en esta ocasión parece simplemente haberle dado la espalda a la humanidad, retirándose a las profundidades del Fondo, esperando días menos tristes.

Sin embargo, antes de marcharse, ella escuchó el clamor de quienes entre nosotros habíamos decidido mantener nuestra misión, revelando a Culebra Norato y a María Caninana los secretos de la Senda del Changeling. Ella todavía sigue acudiendo si la llamas de la forma correcta, pero siempre acude a su manera, a su debido tiempo. Boiaçu es amorosa como una madre y misteriosa como el amor, aunque su ira sea la cosa más terrible que se puede contemplar.

Los Taiguaras son quienes rechazaron la Senda del Changeling y por eso fueron exiliados, o se exiliaron por decisión propia, en el Fondo. De vez en cuando visitan la Superficie para ocuparse de sus asuntos, y se llaman a sí mismos los “Libres”, por no estar presos en la Superficie o en cuerpos mortales.

Y nosotros, hermano, los Pueblos Caapuã de Ewarë, los Nanatüs, como se decía antiguamente, somos los que decidieron continuar la misión que nos fue confiada por Boiaçu, compartiendo el destino de la humanidad, por deber, amor, fatalismo, desesperación o tozudez. Porque así es la naturaleza de los sueños y los soñadores.

-Ubiratã, Mapinguari Gruñón del Gran Consejo de Ewarë.

Otra perspectiva sobre el escenario de Changeling en Brasil.

Art de Rodrigo Pascoal

“Mi tierra tiene Palmares

donde susurra el mar

los pajarillos de aquí

no cantan como los de allá.”

-Oswaldo de Andrade, “Canto de regreso a la patria”

Este artículo ofrece la perspectiva del equipo Brasil in the Darkness, una valiosa contribución de nuestros colaboradores para los Gallain sudamericanos, a partir de elementos de la cultura indígena, cabocla y afrobrasileña, y la presentación de una propuesta original para los Linajes amazónicos.

En líneas generales, el escenario oficial propuesto para Brasil se encuentra dominado por Gallain aislados y desconfiados, como veremos más adelante, libremente inspirados en la cultura nativa, y que sólo en la actualidad mantendrían algún contacto con los Kithain. Un escenario que, para nosotros, sólo muestra un profundo desconocimiento sobre la riqueza histórica y la naturaleza cosmopolita de la zona.

Esta serie de artículos muestra un esfuerzo creativo y nuestro propósito de ofrecer al público brasileño y latinoamericano, fans de Changeling: El Ensueño, una representación más digna, a la altura de esta riquísima zona, a partir de una propuesta alternativa de “El Reino de la Amazonia”, que trata también de incorporar elementos de la primera versión para un escenario brasileño de Changeling, llamado “El Imperio del Crepúsculo”, de la autoría del fan brasileño Fabio “Nightrain” Lins, muy anterior al escenario oficial presentado por C20, que parece coincidir mejor con la realidad de nuestro país, aunque se encuentra muy enfocado en los Kithain y reducido a una perspectiva todavía muy eurocéntrica.

Es de conocimiento general que el cataclismo conocido por los Kithain como “La Ruptura” fue mucho más tardío y abrupto en el “Nuevo Mundo.” Hasta finales del siglo XV, cuando la llegada de los colonizadores trajo consigo todo el peso de la Banalidad europea a Ameríca, los pueblos originarios del continente y las criaturas del Ensueño convivían en relativa armonía en las profundidades de las zonas salvajes.

En Sudamérica, los Nanätus o Caapuã, los Changelings nativos también conocidos como Encantados (a pesar de, como se expresa en la Guía del Jugador de la edición 20 aniversario de Changeling: El Ensueño, el trasfondo oficial ha reducido el término a un único Linaje), se alimentaban de los sueños y miedos indígenas y al mismo tiempo los guiaban sobre el respeto necesario a la naturaleza y la importancia de mantener la pureza de los lugares sagrados donde el Mirakamby, el equivalente Caapuã del Glamour, fluye libremente desde el “Fondo” (El Ensueño) hasta el “Mundo de la Superficie” (Mundo del Otoño).

Desde luego, en Brasil la colonización portuguesa tuvo un impacto decisivo en la formación de la sociedad Changeling, reflejando su influencia sobre el folklore brasileño, incluyendo la propaganda colonial de la superioridad de la cultura europea y la represión institucional, hasta la propagación de las culturas indígenas y africanas, lo que explica que en la mayor parte del territorio del país los Kithain sean, de hecho, la fuerza hegemónica, dominando el folklore y los sueños locales.

Sin embargo, los Changelings originarios de la amalgama de sueños de los supervivientes de los pueblos originarios y esclavizados, que tampoco permanecieron inmunes a la influencia de los colonizadores europeos, insistieron en resistir a la Banalidad y se atreven, no sólo a mantenerse vivos en la imaginación de los soñadores mortales, sino también a extender su influencia para competir por los soñadores brasileños con los Kithain. Son los Caapuã, término que significa “Pueblo de las selvas”, en tupí-guaraní, ya que fue la lengua generalizada de los indígenas en las colonias portuguesas de Sudamérica.

Antes de la colonización europea, se estima que vivían al menos unos cinco millones de nativos en los territorios que actualmente corresponde a Brasil, más o menos el equivalente a la suma de las poblaciones de España y Portugal durante el mismo período. Desde una visión muy generalista se trataba de cientos, quizás miles, de pueblos, cada uno de ellos con su propia lengua, cultura e historia.

Fueron divididos por la mirada de los colonizadores en cuatro grandes naciones, en función del tronco lingüístico al que pertenecían sus lenguas, un proceso similar a tratar de agrupar a españoles, italianos, franceses, portugueses y rumanos en una misma nación sólo por pertenecer todos ellos al tronco lingüístico de las lenguas romances. Sea como fuere, esa división tradicional separó, para fines supuestamente didácticos, a los pueblos nativos en: tupí-guaraníes (que por lo general habitaban en la costa brasileña), macro-jê (en la región del planalto central), aruaques y caribes (ambos en la planicie amazónica).

En la actualidad, después de siglos de persecución y exterminio, sólo quedan poco más de unos 800.000 indígenas residentes en el territorio brasileño, lo que corresponde a menos del 0.4 % de la población, concentrados en el norte y el centro occidental del país, y aún así, representan nada menos que a 305 etnias y 274 lenguas diferentes. La contribución de estos pueblos, supervivientes o extintos, es innegablemente valiosa para la cultura y folklore contemporáneos de Brasil.

Por otra parte, y aunque la esclavitud brasileña comenzara y se mantuviera mediante una amplia utilización de mano de obra indígena, todos sabemos que la economía de las colonias que formarían Brasil recurrió de manera intensa a la esclavitud de personas originarias del continente africano. Casi cinco millones de personas fueron forzadas a cruzar el océano Atlántico para ser esclavizadas y exiliadas en Brasil durante los tres siglos y medio de esclavitud legalizada en el país (1538–1588). Africanos originarios de diversas culturas, etnias y orígenes (negros guineanos, congoleños, ambundos, benguelas, ovambos, yorubas, jejés, minas, huazas, tapas y bornus), que nos legaron aportaciones que han marcado de manera profunda nuestra historia, cultura, sociedad, sueños y folklore, cuyos descendientes representan en la actualidad más de la mitad de la población del país.

De esta manera, aunque en la imaginación de los soñadores brasileños contemporáneos predominen elfos, gnomos, duendes, brujas y dragones de origen europeo, se ven obligados a compartir espacio reticente con curupiras, eshu, sací, yarás, negritos pastores, negros de agua, caiporás y muchos más. En la sociedad Changeling de Brasil, esto no es diferente. En este país el Ensueño es tan múltiple y diverso como múltiples y diversas fueron las aportaciones que formaron este intrincado tapiz de influencias multiculturales que es Brasil, y también, tan conflictivo y peligroso como el proceso que le dio origen.

Otra mirada sobre la historia Changeling de Brasil.

Arte de Alyne Leonel

“Porque plantabas estrellas

Después de ponerse el sol

No viste en las carabelas

La muerte con su farol

¡Eh, Guaimiaba! ¡Eh! ¡Eh, Guaimiaba!

Amabas la tierra libre

Tierra sin males soñabas

Hasta que el invasor pisó

La flor de paz que guardabas (…)”

-Salomão Habib y João de Jesus Paes Loureiro “Guaimiaba”.

Para la mayoría de los Kithain, Brasil es una extensión desolada y habitada por Gallain aislados. Pocos conocen o reconocen la caótica y aislada corte Kithain local, o el Protectorado de la Selva, al que los Kithain extranjeros se refieren sólo como “Reino de la Amazonia” y sobre el que suelen contar historias fantástica sobre un Reino Gallain Encantado con poca relación con la realidad local.

Sin embargo, incluso entre los Changeling nativos, Brasil puede recibir varios nombres. El más extendido y aceptado es el Imperio del Crepúsculo, con diversas variaciones como “La tierra del Último Crepúsculo,” “Tierra del Crepúsculo”, “El Imperio del Fin del Mundo,” “El último de los imperios que surgió y resistió el Largo Invierno,” “Tierra donde Judas perdió las botas”, etc. Los Nobles más arrogantes suelen referirse como Emain Ablach, que significa “Tierra de las Hadas” y que sólo sería uno de los nombre de Avalon. En ocasiones también se refieren al imperio como Hy-Braasil, como en la leyenda irlandesa.

La leyenda repetida por los Sidhe del Imperio del Crepúsculo, casi siempre representantes menores de las Casas Nobles, y en gran parte marginados por sus contrapartidas de Europa y Estados Unidos, nos cuenta que cuando los Fomorianos fueron derrotados, se retiraron a una isla al oeste de Irlanda, al otro lado del mar, y que el nombre de esa isla era Hy-Braasil. Eventualmente los Thuata de Danaan habrían seguido el mismo destino tras ser derrotados por la incredulidad humana. Queda en el criterio de cada uno creer o no que Brasil es la isla Hy-Braasil de la leyenda. Pocos, más allá de algunos Nobles, se toman esta historia en serio.

Los Kithain suelen creer que las raíces de la comunidad Changeling de Brasil, tal y como es hoy, habría nacido de los sueños del Imperio de Brasil, considerando también, que la época colonial, con sus bandeirantes, indígenas y quilombolas, fueron factores importantes en el folklore nacional. Lo que no puede dejar de reflejarse son todos los conflictos y la sed de conquistas y sangre que acompañan todo este simbolismo., Por lo tanto, aspectos, lugares y personajes de esa época también se encuentran presentes: Nobles “hidalgos,” bandeirantes, capitanes do mato, intrépidos desbravadores, jagunços odiosos, defensores de los derechos de las minorías oprimidas, misioneros, rebeldes, tapuyas, quilombolas, saltimbancos, cangaceiros, pajés, morubixabas, guerreras amazonas, pretendidos héroes y tragedias…muchas tragedias. Pero los Caapuã de Ewarë conocen la verdad y saben que su propia historia es mucho más antigua.

Un mosaico de colores e pueblos…

En la larga y conflictiva historia de la relación entre Changelings nativos y de origen extranjero, los Eborá, una sociedad secreta sudamericana formada por Changelings de origen africano o que se identifican con las tradiciones afroamericanas, merecen un capítulo aparte, como veremos más adelante.

Llegados a Brasil principalmente a partir de la sangre y de los sueños de los negros esclavizados por el régimen colonial europeo, el testigo de su lucha de resistencia contra esa dominación, las marcadas afinidades en la concepción del mundo y las costumbres mantenidas entre los duendes africanos y los nativos, la solidaridad nacida de la lucha hombro con hombro contra la opresión y la arrogancia de los Kithain, hizo nacer una gran afinidad y empatía entre los Caapuã y Eborá exiliados en Brasil, de tal manera que los miembros de los Linajes Biloko, Djedi, Eshu, Kuino, Oba, Obambo y Okubili, que pasan por la Senda del Changeling en Brasil suelen ser considerados hermanos por los Changelings nativos, muchas veces sirviendo como puentes en la relación históricamente conflictiva entre Caapuã y Kithain, debido a su relación más antigua con los herederos de los Tuatha de Danann.

El Imperio del Crepúsculo

El Imperio recibió su nombre en referencia a su localización, al oeste en relación a Europa, y al hecho de haber sido colonizado por los Kithain sólo después de la Ruptura, considerada por ellos como el Crepúsculo de la Edad de los Sueños. Está gobernado por un Triunvirato formado por tres emperadores que se turnan en el poder a lo largo de cada año y que son ayudados por el Senado Imperial, formado por representantes de cada uno de los Reinos que componen el Imperio, dichos Reinos son soberanos entre sí y fieles a la bandera imperial:

Reino de los montes verdes: Básicamente el sudeste de Brasil, tocando un poco del sudoeste de Bahía y extendiéndose al sur por Matto Grosso do Sul hasta la frontera brasileña. En él se encuentra la capital del Imperio, el Ducado de Bello Mar, gobernado por el Duque Keldrian Nightrain de Liam.

En el Alto da Boa Vista se puede contemplar (quiméricamente), el Palacio del Sol Inmortal, sede del gobierno Luminoso y morada de Mikhael Caesar Augustus, Emperador Sidhe de la Primavera. Dirigiéndose hacia el Largo da Carioca, en el subsuelo de Mêtro y Mosteiro, se encuentran los pasajes que llevan al Castillo de las Sombras, donde se encuentra el gobernante de los Oscuros, el Emperador del Invierno, Oiche Chiuin, un Sluagh. Todavía en el centro, quien tenga paciencia y suerte, podrá pasear por las calles de Saara hasta encontrar la Puerta Encantada en alguno de sus rincones, curvas o entradas al mercado callejero para así alcanzar la Fortaleza de las Mil Puertas, donde Dona Andréa, Emperatriz del Verano Eshu, vela por sus compatriotas Caapuãs.

También en este reino se encuentra el mayor Ducado del imperio, el Ducado de las Altas Torres (Gran Sao Paulo), gobernado por la Duquesa Elayne de Fiona. Algunos ducados de relevancia que también se encuentran en el entorno de la capital son el Ducado de las Brumas Serranas, reducto conservador Gwydion que abarca Petrópolis, Teresópolisy otras ciudades de la sierra en torno a Río de Janeiro, que se encuentra bajo el gobierno del Duque Paranhos de Gwydion. También existe el Ducado de las Mareas, que abarca toda la región de los Lagos y es gobernado por la Duquesa Mariana Cavalcanti de Albuquerque de Casa Fiona.

Reino del Eterno Verano: El litoral del Nordeste. Es gobernado por la pareja real de los Da Gama: Dom José, en secreto un Oba que es considerado por los Kithain como un Eshu especialmente noble o arrogante, y Dona Marina, una Sidhe otoñal de la Casa de Scathach, al frente de una corte muy peculiar donde se congregan Kithain y Eborá casi en la misma proporción.

Ambos gobernantes son “Oscuros”, modernistas y piezas fundamentales en la estructura de poder del Imperio, un hecho agravado por la discreta e innegable influencia de Dom José sobre todos los Eborá de las regiones del sudeste y sur de Brasil. Esa influencia es considerada por muchos Kithain como una simple admiración legítima de un Plebeyo que se ha ganado su posición por mérito propio, mientras que otros la consideran una fuente incómoda de preocupación, alimentando sueños de grandeza entre los Plebeyos insolentes, además del hecho de que Dom José es el responsable directo de la caída del antiguo Emperador. Lenguas viperinas murmuran en las sombras que también podría tratar de derrocar a su sucesora.

Reino de los Pinares: Paraná y Santa Catarina. El gran reducto Tradicionalista del Imperio. Gobernado por la Reina Sidhe Lavinia de Gwydion, responsable del tratado de paz entre su reino y el resto del Imperio. Su orientación política es tradicionalista, pero su visión pacifista no admite muertes en nombre de ninguna causa.

Reino de las Pampas: Río Grande do Sul. Gobernado por el Rey Flaminio Agripia de Liam, un Troll, y por la Reina Yv Vera, una Curupira. Una fuerte alianza entre Trolls y Caapuã se ha formado en este reino, que culminó con el matrimonio real. Los gobernantes son de orientación reformista y por lo general se mantienen leales al Imperio, para horror de los Caapuã amazónicos.

Reino de los Castillos Olvidados: Las regiones secas del Nordeste. En este reino no existe una gran concentración de Kithain o Caapuã. Es un ambiente completamente hostil, un desierto infestado de fieras quiméricas sedientas de Glamour.

El paisaje seco se encuentra salpicado de viejos castillos en ruinas, que se dice pertenecieron a Hadas Verdaderas de la época anterior a la Ruptura. Se dice que algunas todavía habitan en sus castillos, atrapadas por la Confusión. No existe ningún tipo de gobierno. Sus fronteras son vigiladas por la guardia imperial, para que nadie escape de allí y para avisar a los aventureros que van a probar suerte sobre los peligros, así como ofrecer provisiones y hospitalidad a los necesidad que van a entrar o que tuvieron la suerte de regresar vivos. Es la tierra de la banda del Capitán Carroña del Mal y su grupo de bandoleros.

El Capitán Carroña es un Redcap fuera de la ley que merodea en la zona y su grupo está constituido por Kithain de todos los Linajes, excepto Boggans, a los que el capitán odia y que afirma que son: “¡Mariquitas de tripa floja que sólo sirven para ser atravesados!”. Las únicas figuras que el capitán parece respetar son el Santo Padin Padre Cícero e Lampiao, que es su gran inspiración y modelo. También es conocido por no tener miedo de nada, ni dragón ni monstruo alguno. Pero todos sus bandoleros saben que jamás acampará cerca de lugares malditos o embrujados, pues le da miedo la hechicería.

Reino del Xaraés: El Pantanal. Posiblemente lo más lejos que un Changeling puede entrar en las profundidades de la selva. Está gobernado por el Rey Tiberius de Liam, un Sidhe, que dicen que se encuentra protegido por un grupo conocido como “El Viento de las Selvas”, que estaría formado por miembros de la Casa Scathach. La organización interna es mucho más flexible que la de otros reinos, y cada grupo o Feudo actúa de forma casi autónoma. Tiberius cree que el mejor gobernante es el que menos gobierna. Claramente un Modernista, vive la mayor parte del tiempo en su palacio en la isla cambiante de Urbi Máxima, que fluye por los ríos y lagos de la zona sin que jamás se sepa donde está. Cuando comparece ante los consejos imperiales es para criticar intensamente el Imperio y su estructura. Los Tradicionalistas lo adorarían si no dirigiera su lengua afilada también contra ellos. En el pasado se contenía más, debido a su amistad personal con el anterior Emperador, pero nadie sabe qué se puede esperar con la llegada de su sucesor.

Reino de los Cristales: El Planalto Central y las tierras circundantes. El mayor reino del Imperio, superado en territorio sólo por el Protectorado de la Selva. Es gobernado por la Reina Juno de Eiluned. El Imperio no sólo abastece sus Feudos con los Fuegos Feéricos procedentes de la Hoguera de la Serpiente, sino también con Fuentes de Glamour, asociadas al simbolismo Caapuã del Mirakamby (Glamour), que fluye desde el Fondo (Ensueño/Umbra) hasta el Mundo de la Superficie (Mundo del Otoño). Son fuentes de agua quimérica que brotan de los cristales y piedras que se obtienen de forma casi exclusiva del Reino de los Cristales.

Muchas de las piedras que se obtienen y venden en tiendas esotéricas proceden de este reino y tienen algún Glamour en ellas. Algunas, más raras, están imbuidas por el Glamour de tal forma que si se colocan de la manera apropiada en un lugar cuyo Glamour sea especialmente elevado, y si se realizan los rituales correctos, se crea una fuente que conecta con el Ensueño y hace brotar el Glamour en forma de agua, convirtiéndose en un Feudo permanente. Es un lugar que esconde secretos antiguos, vinculados de forma natural a las propiedades de estas piedras, y se dice que fue el lugar donde por primera vez se establecieron los Kithain cuando llegaron huyendo de la Banalidad de Europa.

La Reina Eiluned es muy consciente de lo que es ser la monarca de un territorio que puede proporcionar material para crear Feudos y es por su causa (¿o no sólo de ella?) que el Planalto Central es conocido como “Tierra de Intrigas.” Los emperadores mantienen dos fortalezas avanzadas en este reino. Una en el Ducado de los Gólems (Brasilia), para gran desagrado de la reina, que hizo del lugar su capital, y otro en la frontera con la Gran Selva, conocida como Capitanía Imperial, donde se suele comerciar y tratar con los Pueblos de la Selva cuando es necesario. La Capitanía Imperial es gobernada por la Capitana Mayor Viviane, una Eshu, aliada en secreto con la Gran Anciana Eborá, Dona Jesuina de Dambirá.

Capitanía de los Delfines: Muchos consideran que esta isla es nada menos que la Avalon de las leyendas. Aunque no lo sea, Fernando de Noronha no desmerece la isla legendaria. Es gobernada por la Reina Magna Lucia (normalmente Reina Lucía), un epítome de la belleza de los Sidhe. Las relaciones de la isla con el Imperio son, como mínimo, cuestionables. Aunque el Imperio considere la isla como una Capitanía, sus habitantes se consideran a sí mismos como un reino separado y parecen no prestar caso al Imperio.

Quien llega recibe información sobre “nuestro reino” y no sobre “la capitanía.” Los edictos y proclamaciones imperiales no parecen resultar muy efectivos. De modo que el lugar se mantiene como una especie de “zona franca” o paraíso legal,” donde todos parecen vivir en implícita armonía. Como el pueblo de la isla jamás ha apoyado a ningún enemigo del Imperio ni se ha mostrado hostial, los Emperadores permiten que la isla sea una especie de “lugar de retiro” a donde acuden los más revoltosos, se relajan, calma, y casi siempre regresan menos pendencieros que cuando fueron. La reina no se entromete más que en determinadas condiciones.

Dicen las leyendas que la Reina Lucía sufre cambios de humor graves y que una vez por mes se ve sometida por completo por su Legado Oscuro y vaga por las playas de la isla en busca de una víctima a la que somete a torturas desconocidas. Otros desconfían seriamente de su afirmación de pertenecer a la Casa Fiona, y creen que sería la descendiente única de la Casa Sebastiana, la legítima heredera del legendario Rey Don Sebastián, y que habría sido maldecida a permanecer en el fondo del océano durante un tiempo indeterminado en una ciudad sumergida. Aunque según esos rumores, si la ciudad de Don Sebastián subiera a la superficie en alguna ocasión, las islas de Marajó y Fernando de Noronha se hundirían para dejarle sitio. De cualquier modo, los paseos nocturnos de la reina durante sus crisis, parecen haber sido el origen en la isla de las leyendas de la Alamoa.

Ewarë, El territorio libre Caapuã

El Imperio del Crepúsculo trató de forma bastante conservadora y tradicional la resistencia de los nativos a un gobierno Sidhe unificado, lo que por desgracia hizo resurgir con renovado vigor y animosidad el rencor entre Caapuãs y Kithain.

Al principio, la resistencia Caapuã era extremadamente dispersa y desorganizada y los Nobles Sidhe tenían de su lado la disciplina y experiencia militar. La alianza secreta entre los pueblos Caapuã y Eborá fue fundamental para organizar la resistencia en torno a los cuatro Linajes nativos principales (Caiporas, Curupiras, Karuanas y Mapinguaris) después de duras derrotas.

En el norte los Caapuã y Eborá articularon la creación del Gran Consejo de Ewarë para unificar la resistencia de los Changeling nativos contra el asedio Kithain. Liderados por ese Consejo de sabios Síocháin, que ya contaban con gran respeto entre los principales pueblos Caapuã, fueron capaces de unir las Anamas de Changelings nativos de Ewarë para cambiar la marea de la guerra.

La formación del Gran Consejo fue favorecida por las revueltas que estallaron en el Nordeste, donde los Eborás locales hicieron imposible la creación de un Reino unificado, utilizando tácticas de terror y guerrilla para combatir a las tropas imperiales. Y en el sur, donde una rebelión encabezada por Plebeyos Trolls y Changelings nativos depuso al regente títere local, amenazando la unidad del inestable Reino de las Pampas.

Al final de dos décadas de conflictos sangrientos encubiertos por el manto de la Dictadura Militar, el Imperio se encontraba seriamente debilitado y dispuesto a alcanzar un acuerdo de paz, que en la práctica significó la grantía de autonomía al territorio de Ewarë bajo el liderazgo ampliamente reconocido del Gran Consejo, formado por los propios Caapuãs, a pesar del resentimiento que permanecía.

La selva amazónica, conocida por los Caapuã como Ewarë desde tiempos ancestrales y como “Reino de la Amazonia” por la comunidad changeling internacional, sólo forma parte del Imperio Kithain de forma nominal, y desde el punto de vista de las cortes que forman el Imperio del Crepúsculo, se considera una zona militar, hostil y salvaje para la mayoría de los Nobles. Para los Changelings nativos es simplemente su hogar, la tierra de sus ancestros, y por encima de todo, un lugar autónomo y libre del control de los Kithain.

Los pueblos Caapuã son más fuertes en Ewarë que en cualquier otro lugar de Brasil, pues aquí el dominio del Imperio se limita a unas pocas Capitanías en algunas de las principales ciudades de la zona, según los términos del Tratado de Paz sellado por Caapuã y Kithain. La principal de ellas es la Capitanía del Río Negro, en Manaos, de lejos la mayor de todas ellas, gobernada por el respetado Capitán Marcelus de Liam, aliado de las legendarias Ikamiabas.

La Nación Caapuã | La Nación Eborá

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