Conocé a Michael Ende: ladrones del tiempo e historias interminables (parte 1)

¿Por qué deberíamos conocer a Michael Ende? Con su imaginación ha creado mundos fantásticos que reflejan la realidad del nuestro. Sus personajes se mueven en lugares lejanos, llenos de magia y se rodean de criaturas extrañas, pero, experimentan lo mismo que nosotros: miedo, ira, celos, egoísmo, bondad.

Michael Ende fue un escritor alemán, quien es reconocido por sus obras de literatura infantil. Murió en 1995 –un año antes de que yo naciera, realmente me hubiese gustado decir que existí en el mismo tiempo que él- y escribió libros como Momo, La Historia Interminable y Jim Botón y El Maquinista. Hace unos meses compré una antología de cuentos del autor –los cuales ansío leer-, y poco a poco he ido armando una mini colección de Ende, la cual ya incluye Momo y La Historia Interminable –en esta ocasión hablaré del primero.

Momo es la historia de una huérfana con una habilidad extraordinaria: realmente sabe escuchar. Vive en el viejo anfiteatro de la ciudad y es querida por la gente del pueblo. Su habilidad será la clave para rescatar a sus amigos de los Hombres Grises, seres que se alimentan del tiempo de las personas. Con la ayuda del Maestro Hora, el maestro del tiempo y de la tortuga Casiopea, se enfrentará a estos sujetos que pretenden adueñarse del tiempo de todos.

Considerada una historia “infantil”, apela a quienes ya estamos grandecitos, pues Michael Ende explora la infelicidad provocada por la falta de tiempo y nuestro constante deseo por querer mucho más de lo que ya poseemos. Es un libro que presenta una crítica al consumismo en la forma de un libro infantil, de narrativa sencilla y personajes coloridos.

“Nadie se daba cuenta de que, al ahorrar tiempo, en realidad ahorraba otra cosa. Nadie quería darse cuenta de que su vida se volvía más pobre, más monótona y más fría. Los que lo sentían eran los niños, pues para ellos nadie tenía tiempo. Pero el tiempo es vida y la vida reside en el corazón. Y cuanto más ahorraba de esto la gente, menos tenía”. (p. 86–87)

Lo que ocurre en Momo es el reflejo de nuestra sociedad, una sociedad que ya no tiene tiempo, porque se concentra más en el futuro y se preocupa poco por el presente. Y es cierto, constantemente olvidamos qué es lo más importante y este libro nos lo recuerda. Nos enseña que debemos descubrir a los Hombres Grises que nos atormentan y acabar con ellos.

Es más, creo que he hecho un pacto con los Hombres Grises y no lo recuerdo. ¿Acaso son reales? Claro que sí, tan reales que incluso vos mismo podés ser un Hombre Gris. Probablemente no usés traje ni llevés un sombrero de bombín, quizás no fumés cigarrillos hechos de flores de tiempo ni vistás completamente de gris. Pero, seguramente en más de una ocasión, hayás sacado cuentas de tu tiempo, cálculos de cuánto te tomaría terminar cierto compromiso, tal vez trabajás mucho y te negás ciertas actividades que te causan placer. En fin, los hombres grises son reales y Michael Ende descubrió sus planes.

Es un libro encantador, que puede ser disfrutado tanto por niños como por adultos. Incluso, podría calar más en quienes empiezan la vida adulta. Cada uno de sus personajes representa un aspecto de nuestra especie, desde la ambición en Gigi Cicerone, hasta la bondad de Beppo Barrendero. Incluso, la inocencia de la misma Momo. Un libro que sin duda se puede disfrutar y leer en un fin de semana.

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Hasta aquí mi opinión sin spoilers.