No leer
El arte de citar sin comillas
Permítanme en primer lugar aclararles que este gran título no es mío sino del chileno Alejandro Zambra. Me he permitido tomar prestado literalmente el título de su magnífico y recomendable ensayo No leer para encabezar hoy, 23 de abril, mi particular homenaje a la lectura y a los libros.
Día que, como todos ustedes saben, fue elegido por la Unesco en 1995 como Día internacional del libro (World Book Day) por la oportuna coincidencia de que ese mismo día, 23 de abril, pero en 1616 murieron dos de los más grandes escritores de todos los tiempos, Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Oportuna y simbólica coincidencia pero falsa, porque ni Cervantes ni Shakespeare murieron ese día. Cervantes lo hizo en Madrid el 22 de abril de 1616 aunque fue enterrado, eso sí, al día siguiente, 23 de abril, en el convento de las Trinitarias Descalzas (por cierto, se desconoce donde está su tumba, perdida en algún lugar del convento desde el mismo siglo XVII). Shakespeare, por su parte, sí que murió el 23 de abril en Stratfort-upon-Avon pero según el calendario Juliano. Es decir, que en realidad murió el 3 de mayo de 1616, 11 días después de que lo hiciera Cervantes. Quien sí murió ese día, en Córdoba (España), fue el Inca Garcilaso de la Vega, nacido en Cuzco, y también citado por la Unesco, junto con Cervantes y Shakespeare, en la declaración inicial promulgada en la Conferencia General de París en 1995.
De oportunas y simbólicas coincidencias está llena la historia. Miguel Ángel murió en Roma el mismo día que Galileo nacía en Pisa, 18 de febrero de 1564. Año, por cierto, del nacimiento también de William Shakespeare. Por su parte Isaac Newton nació el mismo año en que muere Galileo, 1642.
Y de tumbas de muertos ilustres perdidas también parece estar lleno nuestro siglo XVII. Este año, que celebramos el cuarto centenario de la muerte de El Greco en 1614, no está de más recordar que su cuerpo fue extraído de la cripta del monasterio toledano de estaba en 1618 para nunca más saber de él.
Sobre aquello de lo que no se puede hablar, hay que callar. Wittgenstein
Callar y dejar que sean otros lo que hablen. De forma que me ha parecido que una buena forma de conmemorar este Día Internacional del libro y al mismo tiempo de celebrar el no aniversario de la muerte de Cervantes y de Shakespeare era agrupar aquí 23 citas sobre la lectura, el leer y los libros.
Cada una de ellas y cada uno de sus autores representa, desde mi punto de vista, un poderoso argumento en contra del título de este texto y a favor precisamente de su opuesto: leer, leer y leer.
Y porque al fin y al cabo, no puedo estar más de acuerdo con esa frase de Cesare Pavese que dice que “citar es una manera de dar las gracias” y sobre todo con Fernando Savater cuando afirma que “citar es respirar literatura para no ahogarse entre los tópicos castizos y ocurrentes que se le vienen a uno a la pluma cuando nos empeñamos en esa vulgaridad suprema de no deberle nada a nadie. Porque en el fondo, quien no cita no hace más que repetir pero sin saberlo ni elegirlo.”
1
Basta que un libro sea posible para que exista.
Jorge Luis Borges
2
Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: “Estoy releyendo…” y nunca “Estoy leyendo…”.
Italo Calvino. Por qué leer los clásicos
3
Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe.
Roberto Bolaño. Entrevista para la revista Playboy. Julio 2003
4
Leer es como pensar, como rezar, como hablar con un amigo, como exponer tus ideas, como escuchar las ideas de los otros , como escuchar música (sí, sí), como contemplar un paisaje, como salir a dar un paseo por la playa.
Roberto Bolaño. 2066
5
Leer nos permite el placer de recordar lo que otros han recordado para nosotros, sus inimaginables lectores. La memoria de los libros es la nuestra, seamos quienes seamos y estemos donde estemos. En ese sentido, no conozco mayor ejemplo de la generosidad humana que una biblioteca.
Leer nos brinda el placer de una memoria común, una memoria que nos dice quiénes somos y con quiénes compartimos este mundo, memoria que atrapamos en delicadas redes de palabras. Leer (leer profunda, detenidamente) nos permite adquirir conciencia del mundo y de nosotros mismos. Leer nos devuelve al estado de la palabra y, por lo tanto, porque somos seres de palabra, a lo que somos esencialmente.
Alberto Manguel. Elogio de la lectura
6
Y leer es entender, preguntar, saber, olvidar, borrar, desfigurar el rostro, repetir, -es decir, repetir la prosopopeya sin fin por la que los muertos pueden tener un rostro y una voz que cuenta la alegoría de su desaparición y nos permite apostrofarlos.
Paul de Man.
7
Tal vez no haya días más plenamente vividos en nuestra infancia que aquellos que creímos dejar pasar sin vivirlos, aquellos que pasamos con uno de nuestros libros preferidos.
Marcel Proust. Días de lecturas
8
Solamente la edad disminuye el placer del acto reivindicado -en el que nunca se será descubierto-, y el de la seguridad de que todas las audacias de la fantasía pueden bailar a gusto.
Marcel Schwob. El libro y la cama. Il libro della memoria. La rúbrica de las imágenes. En el deseo de lo único
9
La lectura es el arte de construir una memoria personal a partir de experiencias y recuerdos ajenos.
Ricardo Piglia. El último lector
10
La lectura construye un espacio entre lo imaginario y lo real, desarma la clásica oposición binaria entre ilusión y realidad. No hay, a la vez, nada más real ni nada más ilusorio que el acto de leer.
Ricardo Piglia. El último lector
11
La lectura es a la vez la construcción de un universo y un refugio frente a la hostilidad del mundo.
Ricardo Piglia. El último lector
12
Por suerte también están los libros, que son propiedad común, que nuevos lectores no cesan de hacer vivir, y en ellos viven.
Edgardo Cozarinsky. Blues. Blues por ausentes. Silvina Ocampo
13
Perderse entre los libros viejos es casi como tomar sedante y alivia el desgaste de un cerebro agotado.
Dijo Scott. Citado por David Markson en Punto de fuga
14
Es imposible volvernos instruidos si solo leemos lo que nos gusta.
Joseph Joubert. Sobre arte y literatura
15
Queremos ver también por otros ojos, imaginar con otras imaginaciones, sentir con otros corazones.
C.S. Lewis. La experiencia de leer
16
Hay que leer, meditar mucho, pensar siempre en el estilo y escribir lo menos que se pueda, escribir únicamente para calmar la irritación de una idea que reclama adquirir forma y que se agita en nosotros en tanto no le hayamos encontrado la forma exacta, precisa, adecuada.
Gustave Flaubert. Carta a Ernest Chevalier. 13 de diciembre de 1846. Recogida en Razones y osadías de Jordi Llovet.
17
Abandonamos un libro cuando comprendemos que no estaba para nosotros. De tanto querer leerlo creímos que nos correspondía escribirlo. Estábamos cansados de esperar que alguien escribiera el libro que queríamos leer.
Alejandro Zambra. Formas de volver a casa
18
Lo que está escrito sin esfuerzo por lo general se lee sin placer. Dijo Johnson.
Citado por David Markson. Punto de fuga
19
Cuando todos comprendan con la claridad con que yo lo hago, todos escribirán. La vida será literaturizada. La mitad de la humanidad se dedicará a leer y a estudiar lo que la otra mitad de la humanidad habrá escrito. Y el recogimiento ocupará la mayor parte del tiempo que será así arrebatado a la horrible vida verdadera. Y si una parte de la humanidad se rebelase y se negase a leer las lucubraciones de los demás, mucho mejor. Cada uno se leería a sí mismo.
Italo Svevo. Citado por Enrique Vila-Matas en Escribir es dejar de ser escritor
20
Si todo el mundo escribe y se vuelve autor, ¿qué haremos con todo ese ingenio y todos esos libros que nos exceden, inundan y sumergen superabundantemente? En una palabra, cuando todo esté dicho, ¿a qué podrá dedicarse el espíritu humano? Cuando todo esté pensado, cuando todo sea dicho, se empezará de nuevo, como se hace desde tiempo inmemorial, a seguir pensando y repitiendo las mismas cosas; no estaremos más abrumados por la población literaria de lo que lo estamos al final del ciclo, ni por esa multitud de libros que sólo tienen un instante de vida, que nacen y mueren, que resurgen y vuelven a desaparecer.
Abate Dinouart. El arte de callar
21
En este universo saturado de libros, donde todo está escrito, sólo se puede releer, leer de otro modo.
Ricardo Piglia. El último lector
22
Las verdaderas vidas no tienen fin, los verdaderos libros no tienen fin.
Le Clezio
23
Y permítanme terminar recordando una preciosa historia que constituye uno de los mayores alegatos escritos a favor de los libros, la lectura y la literatura.
Cuando en el verano de 1992 Roberto Bolaño sale del hospital de Vall d’Hebron de Barcelona, gravemente enfermo, pensando que va a morir pronto y desesperado con la perspectiva de no volver a ver a su hijo se pregunta a quién encargar su cuidado.
Su respuesta son dos bellísimos poemas. En el primero recomienda a su hijo Lautaro que lea a los viejos poetas “Lee a los viejos poetas y cuida sus libros. Es uno de los pocos consejos que te puede dar tu padre”. En el segundo, pide a los libros que amó y que le inquietaron protección para su hijo: “Resistid queridos libritos. Atravesad los días como caballeros medievales. Y cuidad de mi hijo en los años venideros”.
P.D 1: Tengo que confesarles que a la hora de titular este texto he dudado profundamente entre tomar prestado el título de Zambra, No leer, o usar, en su lugar, el primero de los derechos del lector establecidos por Daniel Pennac en 1992 en Como una novela: el Derecho a no leer.
P.D 2: Por cierto, debo confesarles también y antes de despedirme que tampoco el subtítulo es mío. La frase es de Walter Benjamín y pertenece al Libro de los Pasajes, ese monumental proyecto en el que estuvo embarcado Benjamín los últimos 13 años de su vida y que constituye un extraordinario acopio de notas, reflexiones, pasajes y citas, sobre todo citas.
P.D 3: Por último, para alinearme con la confusión inicial de las fechas, tengo que decirles que tampoco son 23 las citas aquí usadas sino 26 más esta última. La literatura es una defensa contra las ofensas de la vida. Cesare Pavese