Cinco jóvenes poetas peruanas

Camila Craig
15 min readMay 23, 2020

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Un buen poema te roba el último aliento, te desconcierta y te deja en un limbo existencial. Pero estos no son buenos poemas, y estas no son buenas escritoras. Estas son las progenitoras de una generación de poetas confesionales, atrevidos, locos de poder y armados de palabras, quienes no le temen a la realidad sino la enfrentan con delicadeza y una pequeña puñalada en la boca del estómago. Permítanme aclararme, estos no son buenos poemas ni buenas escritoras, porque al decir eso caería en una mediocridad tremenda. Estas jóvenes son avezadas, excelentes, multidisciplinarias y no siempre son buenas muchachas. Esto es lo que caracteriza a la nueva generación de jóvenes poetas (mujeres) en la escena limeña y aquí les presentamos algunas que no pueden dejar de leer.

Tilsa Otta

Para la autora, la poesía no es nada menos que un “sueño de belleza, una soledad llena de pop-ups, un lenguaje en carne viva, complicidad, la forma más sencilla de comunicar nuestra forma de ver el mundo a los demás”. Casi una búsqueda, es un darse cuenta de la remodelación y reinvención que implica la condición humana una y otra vez. Sus poemas son diferentes el uno del otro, algunos denuncian, otros son eternamente confesionales. Sin embargo, a todos los une esa esencia tan sutil y elegante que la caracteriza. Últimamente, se está dedicando a escribir poemas y cuentos para niños que exploran temas de salud mental. Aquí tres poemas de su autoría:

Animal definitivo

Oculta tu guante perro lobo

El pueblo te alcanza y las noches son heavys

Susurra distancia en un viento al oído

Encarna sustancia de dios en colmillos

Sal

Deforma la cola del banco

Reeduca a la institutriz

Diseña el castillo lobo perro

No empines el codo

Cierra el hocico estirando la pata

Trasciende la búsqueda anal y salva el día

Concluye el desorden gitano

Compuesto de planos con bobos

Decora el castillo

Aspirando al eco

Perro

Perro

Perro

Tú eres Perro

Lobo Lobo

Nacionalízate Lobo

Recuerda tu origen y escupe la fruta

Escribe tu risa en la piel de la oveja

Roba, caza, aniquila

Copula con perras

Copula con lobas

Mata Mata

Ponte en cuatro

Este es tu himno perro lobo

De canto obligado en liceos salvajes

En tardes peludas que a tientas entrañas

Lobo, Perro

Diablo Pobre

Animal definitivo

Me gusta pensar que cuando las parejas enamoradas dicen que se amarán por siempre

Realmente su amor dura para siempre

Aun cuando se hayan separado

Se odien en algún momento

Se olviden eventualmente

Se extrañen un día

Quieran regresar y no puedan

Encontrar su amor porque está

Criogenizado en un compartimento especial que todos tenemos en nuestros corazones

donde se conserva para siempre en perfectas condiciones pero fuera de nuestro alcance

Lo cual es mejor si pensamos

En todo lo que hemos destruido

Como especie

Caribe

Todos los días extraño a mi novia

Cuando murieron sus perritas me contó por chat y me puse a llorar

Quería estar con ella y consolarla

Darle besos mientras le quito la ropa y resuelvo todo

Quisiera tener un perrito

Parecido a un hogar

Debo conseguir una mínima estabilidad

Caminar sobre la tierra para comenzar

Adivina en qué estoy pensando

……………………………………….

Pienso en establecerme

Pienso en el Caribe

Un perrito a contraluz sacudiéndose fuerte

Salpicando en un milagro el mar transparente

Mi novia en la orilla leyendo teoría del arte en bikini

Con gafas oscuras y muy pensativa

Sería un comercial de tv sin motivo

Una vida tan perfecta como un anuncio publicitario

Censurado y jamás emitido

No puedo creer estar enferma

Preferiría estar muy drogada

Penetrando los misterios del universo

O con los chicos de tinder

Moisés, Antonio, Javier

Comiendo helado de baobab

Extrañándola

Pensando dónde establecernos

Cómo será el rostro de nuestro perro

Si todavía querrá ser mi novia en el Caribe

Después de todo esto

Tilsa Otta Vildoso (Lima, 1982) ha publicado los poemarios “Mi niña veneno en el jardín de las baladas del recuerdo”, “Indivisible”, “Antimateria. Gran acelerador de poemas”, “La vida ya superó a la escritura” y la antología de poemas “La hormona de la oscuridad”. Además, ha publicado el libro de cuentos “Un ejemplar extraño” y el cómic “VA”, en co autoría con Rita Ponce de León. En 2019 se publicó su primer libro de poesía para niños “Ideario. Ejercicios para imaginar y jugar” (Penguin Random House) y en 2020 saldrá su primera novela, “Lxs niñxs de oro de la alquimia sexual”, con la misma editorial. Estudió Dirección de cine y ha realizado alrededor de 20 piezas audiovisuales. También dicta talleres de creación poética para niños y adultos. Más info y magia blanca en www.tilsaotta.com

Lisa Carrasco

“La poesía es lo que vendrá. Es ese nuevo giro, ese nuevo ángulo para ver el mundo. Es lo más cerca que estoy del futuro. El lenguaje es una cosa misteriosa y la poesía me permite descubrirlo y descubrirme. Por eso nunca tiene fin.” comenta Lisa, de alguna manera, planteando una mirada en el futuro y la incertidumbre de conocerse y des-conocerse, ese maravilloso círculo vicioso que la poesía nos permite apaciguar. Debajo, tres poemas suyos:

yo no soy enrique verástegui

escuchen bien: no soy el poeta

enrique fidel verástegui peláez

no nací el 24 de abril de 1950

sino el 21 de noviembre de 1997

no forniqué con carmen ollé ni tuve a vanessa verástegui

pero disfruto de las visiones de las chibolas en los parques

con las tetas rebotando mientras hacen jogging

pero no soy enrique verástegui

no fundé hora zero junto a mis amigos en medio de un paraíso de drogas y calor

ni golpeé con furia las paredes de la ciudad universitaria

estremecido por el sueño de los años sucios

más bien pertenecí a Los Poetas del Pantano (LPDP)

grupo filosófico de drag queens fundado en el pabellón k de la universidad científica del sur

cuyo Fin Último fue siempre irse a la mierda en venecia

ese lugar repulsivo lleno de luces y perros

donde pudimos arrojarnos por la borda / abandonar toda esperanza

y gritar muchísimo pero jamás como ellos

venecia fue nuestro único refugio cuando los tractores nos perseguían

aquella vez en la playa huyendo de todo incluso de nosotros mismos

porque no soportábamos el ruido de ser nosotros mismos

y seguir despertando por la mañana

definitivamente no soy el poeta que escribió angelus novus

(parte I y II

con prólogo de ricardo gonzález vigil)

y jamás se me hubiera ocurrido viajar a parís

a leer mis poemas frente a la tumba de césar vallejo

y de haberlo hecho probablemente sería toda una pena

¿ahora pueden ver que no soy enrique verástegui?

no he ganado ninguna beca / me es imposible tomar en serio algunas cosas

cada quien es hijo de su tiempo y mi tiempo no tiene sentido mi tiempo está repleto de palabras construcciones lingüísticas protocolos financieros que no tienen sentido mi falsa leche se escurre sobre los estómagos de los niños mis horribles pies aplastan la música mi tiempo está lleno de nombres en mi tiempo todos hablan pero

nadie sabe nada y es graciosísimo

que en este tiempo de mierda alguien crea que tengo algo que ver con aquel

que cargó desde cañete en su hermoso cabello zambo la esperanza de su tiempo

porque en su tiempo había esperanza

y yo no puedo bailar / me doy de trancazos contra el suelo / sudo mucho / tengo vitíligo

en fin, una serie de defectos

que me distancian para siempre

de enrique fidel verástegui peláez

fallecido el 27 de julio del 2018

plácido y sin dolor en el hospital rebagliati

ahora todos estamos solos

yo no he muerto pero eso no importa

porque no soy enrique verástegui

y por si queda alguna duda sobre la fragilidad de estas palabras

todos nuestros dioses han muerto

asume el mando

amada presencia

tengo para ti

un par de caderas rotas

atadas a este lomo raído

pero ardiente

madre polilla

no permitas

que se nuble el eterno camino

asume el mando

cuerpo celeste

espina dorsal

rota tu cuerpo

cubre mi cuerpo

que no existe en ningún país

y no habla ningún idioma

el día del diluvio

la venganza

el círculo

me tomará en sus brazos

reencarnará entonces

en un oscuro animal

y un destello solamente

bastará para hacer de mí

pura arena de tus huesos

necesito un hombre pero destruido

un apocalipsis

la mañana después del apocalipsis

con la piel colgándole de los dientes y los ojos en blanco

necesito un hombre que no recuerde a ningún otro hombre

y no sea capaz de nombrarse a sí mismo

aunque su vida dependa de ello

que haya regresado hace poco de un larguísimo viaje

del que no se sabe o no se quiere saber

por motivos que van más allá del tiempo y el espacio

que no tenga problemas con ciertos problemas que atañen a todos los que nacieron a las 6 de la tarde y no saben a qué signo del zodiaco pertenecen

necesito un hombre que sepa a qué signo del zodiaco pertenece

y nunca me lo diga

porque así funcionan mejor las cosas

o quizás necesito un hombre que sea capaz de mantenerse de pie en una esquina

sin ser derrumbado por la ciencia

necesito un hombre pero muerto

un hombre dormido sobre su propia figura

con un vestido del color de las palabras

que pronunciaré el 19 de febrero del año 3021

justo antes del comienzo de una discusión

acerca de cuál es la hora perfecta en la mañana

para preguntar si conoces al hombre que busco

y si has visto a un hombre en un espejo

temiendo su propia sombra

Lisa Carrasco (Lima, 1997). Licenciada en Literatura por la Universidad Científica del Sur. Fue vocalista en Violencia política y ahora explora ritmos de trap. Ganó los Juegos Florales de su casa de estudios en la categoría de Cuento (2016). Recibió mención honrosa en el concurso “El cuento de las 1000 palabras” de la revista Caretas (2016). Se desempeña como co-directora de MOLOK, revista virtual de artes (www.revistamolok.com) y dirige en instagram el proyecto de narrativa electrónica Vitamina X (@vitaminax__). Este año publicará su primera plaqueta poética virtual, Rock is dead!

Astrid Soldevilla

Si a Astrid le dieran un vaso de agua, ella lo convertiría en vino. Embriagaría a los lectores con sus palabras y con un par de carcajadas, desplegaría el baile más maravilloso del mundo, porque para Astrid el arte es tanto fantástico y cotidiano. En sus palabras: “Con la poesía se puede intentar nombrar las cosas que no tienen nombre. A veces es como caminar en círculos y descubrir rutas secretas, otras es solo jugar hasta aburrirse. A veces es como repetirse a uno mismo en una habitación de espejos y sentirse ansioso de tanto reflejo, otras como estar aliviado de verse. A veces no son los espejos ni tu reflejo, solo eres tú un jueves por la mañana lavándote los dientes tratando de darle sentido a todo esto.”

a veces para sanar

hay que volver a la cicatriz

recordar su nombre

su asilo en el cuerpo

el calor en los dedos

cuando la carne se partía

y daba paso a la herida

luego hay que juntar

hay que juntar todo eso

recogerlo como se pueda

imaginarlo en una esfera

tomarla fuerte entre los brazos

recordar los lugares intactos

pedir perdón y sentirse perdonado

girar la cabeza hacia el otro lado

repetir el procedimiento

en la persona de al lado.

Astrid Soldevilla (Lima, 1995). Artista multidisciplinaria. Bachiller en Comunicación por la Universidad de Lima. Ganadora del Festival de Cine Peruano Hecho por Mujeres con el documental ‘Deshojar Orquídeas’ sobre el aborto clandestino en el Perú. Forma parte de la antología ‘Liberoamericanas: 80 poetas contemporáneas’ publicada por Liberoamérica en España, Argentina, Bolivia y Uruguay. Panelista del encuentro ‘Spanish and Latin American Voices in Oxford’ de la Universidad de Oxford. Actualmente se encuentra próxima a lanzar su primer poemario.

Elisa Tokeshi

La poesía de Elisa es como su voz, una mezcla de dulzura embarrada en sangre, que recorre levemente las pupilas de su lector hasta alcanzar un final incomparable. Cuenta experiencias al borde de la ficción y la realidad, enternece como arrullar a un gatito e incendia como un atardecer en blanco. La poesía, para Elisa, es un medio de expresión que nace de lo más profundo de sus sentimientos, experiencias y luchas. Aquí, tres poemas suyos:

Chica imaginario

l

Imagínate

un día

agarrarnos las manos,

bajo un sol de verano

en el estadio nacional

mientras vemos a veintidós hombres

patear una pelota

y que me expliques, después de que te pregunte inocentemente

por qué patean la pelota

quién es el mejor

por qué prefieres una camiseta a la otra

por qué prefieres el fútbol y no a mí

por qué vibras cuando entra la pelota al arco

y no cuando entras a mi cuerpo,

pero no, jamás me explicarías

ninguna de esas cosas,

ni yo te preguntaría,

me basta con agarrarte la mano

bajo un sol veraniego

en un estadio

mientras tú te mueres por once hombres pateando una pelota

y yo me muero por ti.

Fire Walk With Me (I)

Ciérrame la puerta

para que cante mi pena

chillona

y el eco viscoso de mi voz celeste

me embarre

dando inicio al ritual

más triste

más infantil

me sacrifico

miles de veces

por mi amor a esta guerra a este fuego

celebro con sonrisas

el peso con el que me aplasta el viento

y

como todo buen guerrero

me pinto hermosa la cara

con la sangre de mis enemigos

y

llevo orgullosa

mis cicatrices

Este poema puede cambiar en unos años

El ocho de junio del dosmilquince

vi a ese motociclista morir

y me sentí tan vacía tan pequeña tan miserable

y la calle era roja y fosforescente y a pesar de todo

me sentí juzgada por no correr a abrazar la muerte

y besar el llanto y embarrarme de pena.

Para escribir canciones hay que saber

conservar todo lo que duele en una esquina del clóset.

En el dosmilcatorce prometí tantas cosas

y mi condición de chica hueco con complejo de abandono

me traicionó.

En el dosmilcatorce manché mis manos y todos mis recuerdos

con sangre de gato.

Para escribir canciones hay que haber estado

muy

muy

enamorada

o

muy muy

muy muy

triste.

En el dosmildoce dejé de apretar la cruz

dejé de creer en dios en mi papá en mi mamá en mí.

Para escribir canciones hay que ser buena.

En enero del dosmilquince bajé diez kilos

me silbaron en la calle dejé de cortarme en las muñecas

me puse bikini.

Para coger una guitarra hay que cortarse las uñas.

En marzo del dosmildieciseis me dijeron que no tantas veces

que me tatué el sí en la lengua.

Para escribir canciones hay que ser Bob Dylan,

mi papá

o dios.

En el dosmildiecisiete rompí

tu corazón

el corazón de mi mamá

el corazón de eso que crecía adentro mío

pero sobretodo

mi corazón.

Para escribir canciones hay que haberse odiado en el espejo.

En el dosmildiecisiete dijo que no

y no me escucharon

se metieron adentro mío

y me dejaron vacía.

Para escribir canciones hay que escarbar la herida, lamer la herida, cerrar la herida

En el dosmildiecinueve metí tantas cosas adentro mío

que sentí que iba a explotar

pero

no lo hice

y estoy aquí

y me siento bien

Para escribir canciones.

Para escribir canciones hay que escribir canciones

y tirar las pastillas por la ventana

y lamer toda la sal

y para escribir canciones hay que cortarse las uñas la cara

la guitarra la piel todas las capas

para escribir canciones pienso en ti y dentro de ti

entran tantas personas que se turnan por el timón de mi cerebro

por mis recuerdos favoritos.

Para escribir canciones hay que cerrar heridas

hablar más fuerte agradecerle a mi mamá fumar un cigarro

abrazar motociclistas querer más gatos

más fiestas más ropa más libros quedarse vacía llenarse de cosas

PERDONAR

romper corazones

sentirse pequeña vacía y fosforescente

besar besar besar

y meterlo

todo

en un frasco.

Elisa Tokeshi nació el 21 de diciembre de 1998, es tigre de tierra en el horóscopo chino y sagitario en el zodíaco. Sus padres son artistas plásticos así que creció rodeada de arte, nunca la obligaron a crear, pero si le dieron todas las oportunidades para hacerlo, fue muy natural. Pintaba y dibujaba y a los diez años comenzó a cantar. Se dedicó al dibujo, lo pintura y el canto y a los 13 años empezó a escribir cuentos. Ganó el primer puesto por escribir cuentos en el ADCA, en primero, tercero y cuarto de secundaria. No le iba bien escribiendo poemas, sus profesoras decían que eran muy descriptivos y poco metafóricos, sin embargo nunca dejó de escribirlos. Cuando terminó el colegio se dedicó a estudiar música… no funcionó. En el 2017, más o menos cuando decidió dejar la carrera de música comenzó a tomarse en serio la poesía, le gustaban sus poemas. Elisa tiene borderline, así que le gustaba escribir sobre eso, sobre sus problemas, su tristeza, su lucha. La publicaron en algunos artículos y ella cree que a mucha gente le gustó. Después de un tiempo dejó de escribir tan seguido y comenzó a tomarse en serio la terapia y las pastillas. Ahora se dedica a cuidarse, luego volverá a escribir, eso esperamos todos.

Camila Craig

Para Camila, la poesía es la vida misma: el sorber del café aún caliente, el crujir de las hojas caídas de los árboles, una brisa fría en verano y un atardecer colorido en invierno. Es descubrirse y volver a hacerlo una y otra vez. Es gritar a todo pulmón que estamos vivos y tenemos algo que decir, aunque eso sea, nada. Tres poemas inéditos a continuación:

Malas aguas

Cuando me preguntan si me gusta Saramago yo les digo que me gusta respirar que me gusta que me deconstruyan y que no me entiendan quedarme rota vacía infinita con un libro entre las manos con un nudo en la garganta hay cierta belleza en la tartamudez emocional en el dolor de estómago o la angustia que se apodera de tus ojos hay, en lo triste, dolor en lo ajeno sol en invierno lluvia en verano nubes en primavera en las recetas caseras e idiomas extranjeros en ti en mí en la tristeza en la soledad en las canciones en los discos que se entrecortan y se rayan y preguntan que preguntan que si me gusta que si me gustas y yo les respondo que no puedo respirar.

Abril

Una vez te dije que las palpitaciones me faltaban

que quería sentirme

como aquella vez

que corría

por la Gran Vía

hay algo en las calles de Madrid que me hace respirar

que me recuerda a la imposibilidad

a las barras de hierro que se rompen

delimitan tus palabras

a los ramos de flores que caen sobre

las esquinas en Malasaña

quiero estar sucia

sucia como una esquina en una gran ciudad

quiero

que mi castellano sea el más bonito que alguna vez hayas escuchado

sentirme orgullosa de nada

que me mires y no

digas nada

el polvo en la ropa colgada

cae sobre mi cabello recién peinado

mojado

como las alcobas en las que te escondes

y los sueños que habitas

mientras usas preposiciones indefinidas

hablas del nos como del su

y en ese instante

no recuerdo nada

y me vuelvo a encontrar

bailando

tanto en los puentes de Budapest

como a las puertas del Prado

recostada sobre los jardines traseros

dándole la espalda a una iglesia que lleva tu nombre

tatuada

muy muy al fondo

rezando

por mi alma e impunidad

y por las veces que no te dije

que tus ojos parecen pequeños planetas

en proceso de demolición.

Imaginaria

Yo nací en una cuna de oro
como un león asustado
confundida
entre las lenguas de la cordialidad.

El colegio católico me enseñó a decir que sí
y rezarle a hombres
que poco o nada habían hecho por mí.

A que un templo
era el departamento 502
en la calle Malta
en el que me robaron el cuerpo.

Y ahí aprendí
a no buscar en ojos extraños
el amor de un padre.

Y juré que Dios no me quería
porque soy una santa puta,
y que si él resucitó en tres días
yo resucitaría en tres años.

Tras yacer de nuevo en una cuna de oro
con el rostro cubierto
y las manos frías.

Venerada
por ser una santa puta
y descubrirme como el león crecido
prendido en llamas.

Camila Craig (São Paulo, 1998). Poeta feminista y escritora maniaco-depresiva, ciudadana del mundo y estudiante de periodismo. Entusiasta de todo intento de arte. Es activista por la salud mental a través de su blog Estado de Emergencia. Ha publicado ya dos poemarios: “Hablemos del tiempo” e “Imaginaria”.

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