Atheleni (fuente)

Análisis de “Second Dawn”, de Arthur C. Clarke

Carlos Vázquez
17 min readDec 15, 2023

El primer relato de la colección “Expedición a la Tierra” (1953) de Arthur C. Clarke es este “Second Dawn”, que leí en inglés y cuya traducción sería “Segundo amanecer”.

En este artículo desarrollo la estructura de dicho relato y busco las claves que lo componen, con especial atención al trecho que hay entre la idea y la ejecución. Intentaremos entender cómo Clarke pasó de una premisa a una idea y, de ella, a una ejecución, y qué motivos le llevaron a tomar cada decisión de diseño en el producto final. Exploraremos las alternativas que en cada caso hubiera tenido el texto final y evaluaremos el resultado.

La premisa

La primera iteración de la premisa vendría de esta observación: La evolución de nuestra mente, como especie, corrió paralela a la de nuestra habilidad para manipular el entorno. ¿Y si hubiera una especie (los atheleni) en la que lo primero se hubiera desarrollado sin sustento de lo segundo? Esto es, una especie con una mente poderosa, pero que no cuente con un desarrollo manual que le permita interactuar con el mundo. ¿Cómo sería esa especie? ¿Cómo sería su existencia? ¿Cuáles serían sus retos?

Este aspecto es uno de los más obsoletos del texto que revisaremos: durante muchos años la ciencia ficción daba por supuesto que una mente más poderosa (esto es, inteligente) sería capaz de desarrollar poderes psíquicos de un modo u otro. Telepatía, telequinesia, telestesia, cualquier cosa (véase la afamada Segunda Fundación de Asimov). En este relato Clarke se limita a conceder telepatía, y a establecer al principio y de manera inequívoca que ese es el límite de los poderes mentales. Esa mente poderosa llevaría a telepatía pero no a la telequinesia, pues derrotaría la premisa de que no pueden aplicar su mente sobre el mundo físico y superar las limitaciones impuestas a su condición de animales.

¿Y si hubiera una especie (los atheleni) en la que lo primero se hubiera desarrollado sin sustento de lo segundo? Esto es, una especie con una mente poderosa, pero que no cuente con un desarrollo manual que le permita interactuar con el mundo. ¿Cómo sería esa especie? ¿Cómo sería su existencia? ¿Cuáles serían sus retos? Este aspecto es uno de los más obsoletos del texto que revisaremos: durante muchos años la ciencia ficción daba por supuesto que una mente más poderosa (esto es, inteligente) sería capaz de desarrollar poderes psíquicos de un modo u otro. Telepatía, telequinesia, telestesia, cualquier cosa (véase la afamada Segunda Fundación de Asimov). En este relato Clarke se limita a conceder telepatía, y a establecer al principio y de manera inequívoca que ese es el límite de los poderes mentales. Esa mente poderosa llevaría a telepatía pero no a la telequinesia, pues derrotaría la premisa de que no pueden aplicar su mente sobre el mundo físico y superar las limitaciones impuestas a su condición de animales.

Si nuestra premisa acabara aquí, este relato sería una simple exploración. Tendríamos unos pocos personajes meditando, quizá, sobre la debilidad de su condición. Sería un relato pobre más allá de su premisa, desde luego. Por eso Clarke no paró ahí.

Lo que hemos visto es la idea para el trasfondo. Ahora viene la premisa del relato en sí: ¿y si los atheleni encontrasen a otra especie, los phileni, en la situación opuesta: hábiles manipuladores del mundo físico, pero mentalmente pobres? Ahora tenemos nuestro Statu Quo más nuestro elemento disruptivo, los elementos germinales de un relato.

Exploración de ideas

Violencia directa

Quizá nuestro relato trate de que los atheleni luchen con los phileni. El problema de esta idea es que no hay muchas formas de hacerlo satisfactorio. Además, los phileni son mentalmente ineptos, no constituyen un “pueblo” que puedan luchar en unidad, por lo que la batalla está desequilibrada. Es como tener adultos en silla de ruedas luchando contra niños de teta, todo lo que pueda salir de ahí está mal.

Violencia indirecta

Dado que la lucha en sí no es una buena idea, ¿y si contactan directamente en posición de amistad? Esta es la estrategia elegida por Clarke. Entonces, los atheleni encuentran a los phileni y mediante ellos suplen sus carencias materiales. Esto implicaría una evolución acelerada de la tecnología, ya que esta se desarrollaría a la velocidad de un intelecto, el atheleni, ya formado y experto en matemáticas y filosofía.

Hay muchas formas de explorar esta idea. El relato podría ser una consecución de momentos costumbristas en la sociedad atheleni, desde el momento del contacto con los phileni, hasta, digamos, la exploración del espacio, siguiendo a muchos protagonistas (o a uno solo, si apostamos por una tecnología que avanza muy deprisa). Se podría escribir fijando una ubicación, por ejemplo, la cima de una colina.

  1. Al principio sería una simple colina donde nace nuestro protagonista; la siguiente instantánea la mostraría como un hogar primitivo construido por los phileni para unos atheleni; nuestro protagonista sería un niño oyendo historias de su abuelo y cómo, por ejemplo, a través de las primeras lentes han observado planetas en el cielo, lo cual podría convertirse en el objeto de fascinación del niño. Se puede narrar la dinámica del hogar, cómo por ejemplo emplean a los phileni como servidumbre.
  2. Una nueva instantánea mostraría un estado material más avanzado, y quizás al personaje sea ya un adulto que lleva a cabo su propia investigación sobre cohetes, pero también vemos que la situación de los phileni se ha agravado y están más sometidos que nunca.
  3. En un momento posterior, veríamos quizá signos de violencia por la casa; quizá unos phileni arrastrarían al interior al protagonista para vapulearle.
  4. Finalmente, en la última visión, la colina volvería a estar al aire libre, los phileni regresados al estado salvaje, y uno quizá juegue con unos huesos de un atheleni. Creo que sería un buen relato.

En la idea anterior he mezclado el concepto con la ejecución. Error mío. El concepto es más simple: los aletheni no tratan a los phileni con dignidad y éstos les destruyen. Contarlo en sucesivas imágenes más o menos instantáneas sería una posible ejecución.

Nuevo contexto fuera de la violencia: el devenir inevitable

Pero sigue habiendo una lucha. Quizá podamos evitarla con otra idea. Se podría contar el contacto con los phileni. Simplemente el contacto. En él, se podría prefigurar la historia futura. Para alcanzar esta idea, que es la que escogió Clarke, nos falta un último elemento: la radiactividad y el horror nuclear. Recordemos que este relato se escribió en las postrimerías (siempre he querido usar esta palabra) de la segunda guerra mundial, iniciándose la guerra fría, y había un auténtico terror a que el mundo acabase vaporizado en una nube nuclear. Es más, este tema bien podría ser anterior, en la concepción del relato, a la premisa

Premisa alternativa: La humanidad ha avanzado materialmente muy por encima de su avance mental, y eso nos está llevado a una crisis existencial con la bomba atómica. ¿Y si una especie hubiera seguido el camino contrario: si hubiera avanzado primero por la mente y luego por la materia?

Desde ahí, podríamos asumir la idea de que dicha especie se encontrara en una crisis similar a la nuestra, excepto que donde nuestra crisis (en ese tiempo, nuclear) es producto de nuestra capacidad de actuar materialmente, la suya sea producto de su capacidad de acción mental.

¿Y si el desarrollo de una sociedad en cualquiera de los dos caminos (material o mental) tuviera un devenir funesto? Digamos que nuestros atheleni acaban de pasar, o van a pasar por su crisis, y se les presenta la oportunidad de retrasarla o incluso eliminarla avanzando por el camino material, sin saber que éste tiene su propia crisis. Con esto ya tenemos todos los elementos para montar la idea que Clarke eligió:

La idea

“Second Dawn” trata sobre los atheleni, una especie inteligente parecida a los unicornios, que viven en un planeta del que todo lo que tenemos que saber es que no es la Tierra. Los atheleni poseen un intelecto superior, lo que les permite, además de sobresalir en matemáticas y filosofía, comunicarse entre ellos mediante telepatía. Los atheleni no conseguirán nunca actuar mentalmente sobre la materia.

Los atheleni estaban envueltos en una guerra con sus primos los mithraneanos, que tenían sus mismos poderes mentales, y lograron vencerles desplegando el equivalente mental a una bomba atómica: lograron concentrar sus poderes mentales para enloquecer a suficientes mithraneanos como para que éstos se rindieran. Pero este poder que han desatado, saben, será usado en el futuro cuando vuelva a haber un conflicto por el territorio.

Entonces los atheleni encuentran y emplean otra especie menos inteligente pero más diestra, los phileni, para ahondar en el estudio del mundo material y, más importante aún, superar las limitaciones naturales impuestas a ellos por su morfología. Gracias a los phileni, los atheleni disfrutarán de ornamentos, barcos, puentes, casas, e incluso descubrirán otro continente. Finalmente, descubrirán un nuevo extraño mineral que causa quemaduras aún estando frío, que no es otra cosa que uranio, y que en el futuro les llevará probablemente a un nuevo riesgo existencial cuando desarrollen armas atómicas.

Los personajes

Aretenon

El primer personaje que nos viene a la mente es el “descubridor” de la “bomba atómica mental”, esto es, el que dio con la clave de la crisis mental de los atheleni. Démosle un nombre cualquiera: Aretenon. ¿Qué clase de ser es Aretenon? Aquí habría muchas opciones. Podría ser un “científico loco” (mental), pero eso no da muchas opciones literarias. Al contrario, podría jugarse con el tipo Oppenheimer “I am become death, the destroyer of worlds": un personaje trágico que sabe que ha salvado a su grupo al coste de crear el arma que potencialmente acabará con la humanidad. Este es precisamente el estilo que usa Clarke.

Thedonimus

El segundo personaje obvio es el que introduce a los phileni. Llamémoslo Thedonimus.

Personalmente, a partir de estos dos yo hubiera configurado otro relato. Thedonimus hubiera sido mi protagonista. Lo habría usado como mi punto de vista para mostrar el descubrimiento de los phileni, de sus habilidades, y el desarrollo de la sociedad atheleni. Pero Clarke tiene mejores ideas que yo. El problema de mi forma de abordarlo es que requiere mucho tiempo. Muchísimo. No es apto para un relato corto. No se pueden condensar adecuadamente todos esos eventos, pues cada uno requiere enorme dilatación: ¿cómo encuentras a los phileni? ¿Cómo te das cuenta de su potencial? ¿Cómo te los ganas para que trabajen para ti? ¿Cómo convences a otros atheleni de que te ayuden a amansar y emplear a los phileni? Son muchísimas cosas, y un relato corto tiene que ir más al grano. Sólo podemos centrarnos en una o dos. Clarke se centró en la última: cómo convencer a otros atheleni de que el uso de los phileni es bueno y que los introduzcan en su sociedad como trabajadores.

Pero claro, no podemos usar a Thedonimus para esto porque sabe demasiado. En otras palabras, si intentáramos que Thedonimus fuera el protagonista, pero no queremos empezar con el amaestramiento de los phileni, tendríamos que empezar con un personaje bastante atípico dentro de su propio universo (un personaje que sabe algo que sus compañeros no), lo cual dificulta la entrada al lector:

Bastante tiene el lector con aprender las reglas de tu ficción al entrar en ella, como para que encima le introduzcas en una zona atípica de la misma.

Mejor introducirle en el mundo “normal” de los atheleni, el de los que no conocen a los phileni, y para eso necesitamos a otro personaje que:

Eris

¿Qué se puede hacer con Eris? Muchas cosas. Pero sabemos que Eris tiene que llevar al lector por el camino de los atheleni: tiene que ser el punto de partida desde el que el lector aprenda sobre los atheleni, y tiene que descubrir junto con el lector lo que Thedonimus hace con los phileni. Esto implica que tiene que tener cierta relación con Thedonimus que haga más fácil que llegue a donde está él. Digamos, puede ser su discípulo, que es la opción de Clarke. Esta relación es la más sencilla. Podría ser su hijo, no cambiaría mucho respecto a ser su discípulo. Si fuera su oponente científico, el relato se centraría en otra cosa. ¿De qué más formas podemos perfilar a Eris? Bien, sabemos que ha habido una guerra, por lo que Eris debe haber luchado en ella. Hay muchas formas de caracterizar excombatientes, pero la más natural es en la que el personaje tiene la psique más parecida a un humano corriente: no es ni un maníaco sediento de sangre, ni echa de menos el combate, ni por el contrario es un cobarde. Luchó y ahora tiene heridas de guerra y es más pesimista. Este es nuestro Eris.

Jeryl

Eris podría haber sido nuestro protagonista. Pero es demasiado oscuro por las heridas de guerra y puede ser difícil para un lector normal empatizar plenamente con él. Esto no significa que Eris no hubiera podido ser el protagonista de ningún modo. Al contrario, sería un protagonista interesante. Pero creo que Clarke quería ser más liviano con el lector. Por eso introduce a Jeryl, la compañera de Eris, que no participó físicamente en la guerra y tiene una visión menos fatalista y es, quizá, la más próxima a la mentalidad del lector. De hecho, esto hará de ella será la verdadera protagonista de la mayoría de la historia.

Jeryl es sencilla, juvenil, ingenua. Presenta otra perspectiva de los hechos que puede venir muy bien a la narración.

Otros personajes?

Tenemos cuatro personajes. Todos atheleni. Aquí yo quizá hubiera añadido personajes phileni para balancear. Al fin y al cabo, nuestros atheleni van a interactuar con muchos phileni. De nuevo, creo que la ejecución de Clarke es mejor dada la extensión del relato: añadir personajes phileni obligaría a desarrollarlos aunque sea mínimamente, y la historia no va de eso, sino del devenir necesario de la crisis por vía del desarrollo tanto mental como material.

Observemos que hasta este punto, y sólo con la idea y los personajes, ya tenemos ciertos aspectos de la trama claros:

  1. El principio con Eris-Jeryl introduce al lector en el mundo de los atheleni y la guerra con los mithraneanos. Es la forma de que el lector conozca la situación normal de ese mundo, el Statu Quo.
  2. Tiene que haber un encuentro entre Thedonimus y Eris (con Jeryl), donde el primero introduzca a los phileni, que es ese elemento disruptivo en la historia, el nudo.
  3. Tiene que prefigurarse de alguna forma esa futura crisis producida por el desarrollo material.

El espacio

A partir de la trama mínima que he esbozado se antojan necesarios los siguientes espacios:

  1. El lugar del principio con Eris y Jeryl donde se nos presenta el mundo.
  2. El lugar donde Thedonimus informa a Eris de los phileni. Esto es, el hogar de Thedonimus, que tiene que estar muy lejos del hogar de Eris/Jeryl simplemente porque de otro modo éstos estarían enterados de las actividades de Thedonimus.

La cuestión es, ¿podrían ser el mismo espacio? Quizá Thedonimus podría ir a ver a Eris a contarle su propuesta. Aquí mi opción habría sido hacer que Thedonimus en persona vaya al centro de la sociedad atheleni a hablar de los phileni. Thedonimus podría traer un par de phileni para hacer sus demostraciones. Podría haber cierto rechazo, quizá capitaneado por Eris, y el relato podría tratar de cómo Thedonimus le convence. Pero esto nos obligaría a embarrarnos mucho en la sociedad atheleni y mostrar su funcionamiento interno, lo que implica mucho espacio en el relato e involucrar a muchos individuos (los que escuchan a Thedonimus).

Clarke opta por separar ambos espacios, y hacer que Eris y Jeryl vayan a donde está Thedonimus. Así no hay que llevar ni traer a ningún phileni ni mostrar prácticamente nada de la sociedad atheleni. La historia se centraría en los tres o cuatro personajes que tenemos y nada más, lo cual es ideal.

El tiempo

El relato podría abarcar sólo el tiempo necesario para ir desde el primer lugar (de Eris y Jeryl) al segundo (de Thedonimus), y para que Thedonimus convenza a Eris de introducir a los phileni en la sociedad atheleni, prefigurando al final de todo la amenaza del desarrollo material en la foma de un trozo de uranio.

Clarke se decanta por dividir el relato en dos tiempos muy distintos. El primero abarca los dos primeros puntos, mientras que el segundo ocurre muchos años después y muestra el tercero.

¿Por qué?

Si el objetivo del relato corto es ir al grano, ¿por qué Clarke usa dos tiempos? Sospecho que tiene que ver con lo que hace en el segundo tiempo. Ahí no sólo muestra la emanaza nuclear, sino que detalla brevemente el espectacular avance material de los phileni. Quizá esto es lo que llevó a Clarke a dividir los tiempos: mostrar al lector que las promesas de la primea parte se cumplían, que no eran el cuento de la lechera.

No es lo mismo decir “todos nuestros problemas se resolverán cuando pulse este botón” que mostrarlo. Narrativamente, mostrarlo es importante y tiene peso. Por eso Clarke debió dividirlo. En la primera parte Thedonimus convence a Eris de introducir a los phileni entre los atheleni, y en la segunda se nos muestra ese avance espectacular (y que aún está en proceso).

La trama

Ahora toca ejecutar todo lo anterior. Por suerte, sabemos muchas cosas de la trama. Sabemos que se divide en dos tiempos y que maneja dos espacios. Sabemos que queremos empezar con Eris y Jeryl para presentar el mundo al lector. Esto implica dar cuenta de la guerra y del arma “nuclear mental”, por lo que conviene introducir también a Aretenon para que muestre su punto de vista.

Pasaje 1: La estabulación del enemigo

Comenzamos en una colina (espacio 1), en territorio atheleni, donde Eris y Jeryl observan a los vencidos. El arma nuclear mental les ha enloquecido, de modo que ahora son tan inofensivos como un niño pequeño. Ambos, Jeryl y Eris, están sobrecogidos por el efecto de este arma.

¿Por qué están ahí? Porque esperan a Aretenon, que les conoce, y les va a contar cómo crearon y desplegaron el arma.

Ahora, es necesario llegar al siguiente pasaje en el que Eris/Jeryl van a ver a Thedonimus. Lo más sencillo es hacer que Aretenon les encomiende esa tarea al final de este mismo pasaje, lo que le da a Aretenon un motivo para ir a verles más allá de comentar sobre el arma.

Pasaje 2: Viaje al hogar de Thedonimus

Este pasaje es una simple transición de espacio, entre el lugar común de los atheleni al que nos ha introducido el primer pasaje y el espacio disruptivo. Como tal, debe mostrar elementos de disrupción en proporción creciente.

¿Qué mejor forma de hacerlo que mostrando lo que los phileni pueden hacer, sin mostrar aún a los phileni? Se puede mostrar elementos materiales que un atheleni no podría haber hecho. ¿Cuáles? Aquí la idea está en buscar cómo los animales de nuestro mundo están limitados por su limitadísima capacidad de influir sobre el medio, y explotarlo. Por ejemplo, los caballos pueden tener dificultades para cruzar un río mientras que nosotros tenemos puentes. Bien, pues el principal elemento de disrupción en el viaje puede ser precisamente ese, un puente, aunque sea primitivo. Esto aviva la curiosidad de Eris/Jeryl y del lector.

El final de este pasaje sería la llegada al hogar de Thedonimus.

Pasaje 3: “de los phileni y lo que podemos mejorar con ellos”

Thedonimus les habla de los phileni. Les enseña de lo que son capaces y se los presenta. Los lleva a un poblado phileni y los muestra trabajando. Finalmente les dice que les ha hecho venir para que difundan la palabra entre los atheleni, y traigan gente para ayudar.

Aquí Eris podría decir que sí, exultante, pero ¿dónde estaría el conflicto? Daría un relato muy plano. Siguiendo el monomito, Eris tendría que hacer una negación de la llamada a la aventura, esto es, Eris debería ser poco receptivo a la petición de Thedonimus. Hay que buscar algún modo de resolver esta negativa.

Lo que encuentra Clarke es lo siguiente: Eris tenía una herida de guerra. Su cuerno estaba roto. Lo que hace Thedonimus es pedir a los phileni que le hagan un cuerno artificial. Pero esto no puede hacerse de forma inmediata. La solución al problema no puede venir seguidamente del problema, o disminuye su intensidad. Por eso Clarke añade un nuevo pasaje:

Pasaje 4: Jeryl y Aretenon

Sinceramente creo que no había muchas opciones, y no creo que esta opción fuera la mejor de todas, pero es la que siguió Clarke. Thedonimus pide tiempo, así que el lector sigue a Jeryl y Aretenon, que han salido a dar una vuelta y hablar de cosas.

Jeryl pregunta si los phileni van a obedecer a los atheleni, y Aretenon la despacha con algo así como un “¡pues claro!”, que no me convence. La pregunta es pertinente y podría haberse profundizado en ella.

A esto sigue la parte fundamental de este pasaje, que es que Jeryl iba a ir corriente arriba del río, pero Aretenon la detiene diciendo que ahí hay algo que Thedonimus no quiere que vean aún. Entiendo la introducción de más misterios, pero creo que este no tenía mucha razón de ser cuando sepamos lo que había ahí.

El pasaje termina cuando regresan Jeryl y Aretenon y encuentran que a Eris le han recompuesto el cuerno y ahora está feliz y no tiene reticencias con el plan de Thedonimus.

Pasaje 5: Corriente arriba

Posiblemente yo no hubiera incluido este pasaje ni lo que hay corriente arriba, pero puede ser interesante. En este pasaje Thedonimus lleva a los otros corriente arriba para mostrarles su último secreto. Allí los phileni están construyendo barcas con las que se proponen llegar a otra masa de tierra que puede deducirse que está más allá del horizonte por el vuelo de las aves.

¿Por qué?

Esto puede ayudar al lector a imaginar cuánto mejoraría la situación de los atheleni con la ayuda de los phileni. La idea está en que al final los atheleni explorarían el espacio exterior, para lo que es vital empezar explorando su propio mundo. El descubrimiento de otros continentes es un elemento muy poderoso de desarrollo y muy potente en la imaginación (pensémos en América).

Es más, esta idea de explorar más allá del mar será necesaria, pues dará a los personajes una excusa para reunirse de nuevo, y al relato una excusa para mostrarnos el último pasaje en el que regresarán las naves informando de lo que encuentren. Sin esto, el último pasaje sería arbitrario.

Lo único que no entiendo es que hagan las barcas corriente arriba. Tendría sentido que las hicieran en la costa. No acabo de entender esa parte.

Pasaje 6: Transición

Este es un pasaje de despedida. Eris y Jeryl están plenamente convencidos tras haber visto todos los milagros y llevarán a cabo la petición de Thedonimus de traer gente dispuesta a ayudar a que los phileni desarrollen materialmente a los atheleni. El pasaje es básicamente un discurso de despedida de Thedonimus.

Pasaje 7: Salto temporal y final

Han pasado muchos años. Aretenon es viejo y Thedonimus ha muerto (ven su tumba). Este pasaje debe mostrar el desarrollo material que ha tenido lugar entre los atheleni en estos años. Aretenon y Eris están esperando el regreso de las barcas que han ido a ver si hay tierra más allá del horizonte. Mientras esperan, se nos muestra el avance:

  1. Ferris
  2. Barcas
  3. Tumbas
  4. Ornamentos
  5. Agricultura
  6. Lentes
  7. Metales

Más importante aún, Aretenon se nos muestra optimista de que el arma nuclear mental ya no será necesaria porque la riqueza material de los atheleni hará innecesario luchar de nuevo por los recursos, y así el conocimiento del arma se perderá.

Ahora, lo más importante de este pasaje es prefigurar el arma nuclear material. Esto se hace con Aretenon mostrando a Eris los nuevos objetos de estudio, entre los que se encuentra un extraño mineral que produce quemaduras al tacto aunque esté frío.

Llegan los barcos y confirman que hay tierra. El final del pasaje y del relato tiene a Jeryl preguntando

— ¿Adónde nos llevará este nuevo camino nuestro?

A lo que Aretenon responde

— Nada de lo que encontremos en la natualeza supondrá un mayor riesgo de lo que hemos encontrado en nuestras mentes.

Lo cual es un ejemplo perfecto de ironía dramática: cuando el lector sabe más de la trama que los personajes.

Aprendizaje

Leí este relato hace muchos años y recuerdo que entonces me pareció lento y poco interesante. Leído ahora, tratando de encontrar sus claves, me lo he pasado mucho mejor. Hemos visto que el relato desarrolla su idea de partida muy bien dadas sus premisas.

Lo que saco en claro es:

  1. Una sola premisa no basta. El relato se enriquece con dos o tres más.
  2. Tener en cuenta la extensión. El relato tiene unas 15.000 palabras (mal contadas) y aún así en su desarrollo ha necesitado limitarse, evitar emprender caminos que hubieran requerido mucho desarrollo, y centrarse con láser en su tema central.
  3. Mostrar además de contar. Cuando los personajes hablan de sus planes, es buena idea mostrar si los han llevado a buen término.

--

--

Carlos Vázquez

Doctor en Ingeniería Informática; escritor aficionado