Este soy yo
Nací en enero de 1980, en el Hospital México.
Crecí en el distrito Pavas y fui a la escuela Anglo Americana. En mi adolescencia estudié en el colegio Saint Francis.
Mis cuatro abuelos fueron personas trabajadoras. Francisco Alvarado fue electricista, Manuel Quesada fue carpintero, y mis abuelas Berta Induni y Noemi Alvarado, en roles tradicionales de aquella época, sacaron adelante hogares de 5 y 11 hijos respectivamente. A pesar de solo haber cursado la primaria, mis abuelos y abuelas les inculcaron el valor del trabajo duro, la honestidad y la importancia de la educación a mis padres.
Mis padres son Alejandro y Adelia, mis hermanos Federico e Irene. Yo soy el del medio. Mi esposa es Claudia y mi hijo de tres años se llama Gabriel.
Soy periodista graduado de la Universidad de Costa Rica y máster en Ciencias Políticas de la misma institución. En 2008, gané la beca Chevening del Consejo Británico y gracias a ella me gradué como máster en Estudios para el Desarrollo en la Universidad de Sussex, Inglaterra, específicamente en el Institute of Development Studies (IDS).
Me gustan los libros y he publicado tres novelas: La historia de Cornelius Brown (2006), Las Posesiones (2011) y Temporada en Brighton (2015). Por la primera obtuve en el 2006 el premio Joven Creación de la Editorial Costa Rica.
Siempre he sido PAC, he militado desde el 2002. En el 2004, con 24 años de edad, comencé a trabajar con la Fracción legislativa como encargado de prensa. En el 2006, fui jefe de despacho del diputado Alberto Salom Echeverría. Para el 2009, trabajé como asesor para la campaña presidencial de Ottón Solís Fallas.
Viví 3 años en Panamá, donde trabajé para una empresa trasnacional diseñando y ejecutando iniciativas comerciales para América Latina. Al regresar a Costa Rica, fui director de comunicación de la campaña de Luis Guillermo Solís Rivera, actual Presidente de la República.
En mayo de 2014, el Presidente Solís me asignó la responsabilidad de liderar el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) como Presidente Ejecutivo, con el rango de Ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social. Con 34 años en aquel momento, fui el ministro más joven de la administración.
Desde allí trabajé de lleno con poblaciones vulnerabilizadas y en especial con la población en pobreza extrema. Con ayuda del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), desarrollamos una herramienta novedosa para abordar el combate a la pobreza: los mapas sociales, los cuales permiten ubicar con precisión a los hogares en condición de pobreza en todo el territorio nacional.
En un trabajo en conjunto con la Vicepresidenta de la República, doña Ana Helena Chacón Echeverría, la Universidad de Oxford, el INEC y la asociación Horizonte Positivo, desarrollamos el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) de Costa Rica. El IPM nos permite medir las diferentes carencias que tienen las personas que viven en condiciones de pobreza, más allá del ingreso económico. Costa Rica se convirtió así en el país que más rápido en el mundo desarrolló dicha herramienta.
Gracias al índice, logramos que las instituciones del sector social del país (vivienda, salud, educación, trabajo) dirigieran su capital, monetario y humano, a quienes más lo necesitan de una forma transparente y eficiente.
Implementamos un sistema automatizado de llamadas y citas que redujo dramáticamente las filas en el IMAS.
También logramos fijar y ejecutar una ruta crítica para la implementación del Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios (Sinirube). Con esto sabemos quiénes están siendo atendidos en cada programa para evitar duplicidades, errores y filtraciones de recursos.
En un esfuerzo en conjunto del Consejo Presidencial Social, a cargo de la Vicepresidenta Ana Helena Chacón Echeverría, creamos la Estrategia Nacional de Reducción de la Pobreza: Puente al Desarrollo. “Puente” ha logrado garantizar a 54.600 familias en condición de pobreza extrema el acceso a programas, proyectos y servicios sociales de forma preferente, articulada e integral.
Fruto de estos esfuerzos, y de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Hogares del 2016, se logró una reducción de la pobreza en Costa Rica.
En abril de 2016, por llamado del Presidente, asumí el cargo de Ministro de Trabajo y Seguridad Social. Desde ese momento y hasta enero de 2017, tuvimos varios logros fundamentales.
En un trabajo en equipo y en conjunto con los jerarcas de las instituciones, se concretaron las renegociaciones de las convenciones colectivas de Japdeva y Recope y en el banco de Costa Rica. Esta fue la primera vez que un gobierno en diálogo con los sindicatos lograba renegociar convenciones colectivas, logrando ahorros a la ciudadanía, sin huelgas y respetando los derechos laborales.
También, desde el Ministerio de Trabajo, redujimos el tiempo de los trámites para acceder a las pensiones del magisterio, el cual pasó de siete a dos meses. Con esto logramos beneficiar a las personas en proceso de pensionarse o de obtener la sucesión de la pensión.
Junto a la Caja, el Inamu y el Ministerio de Hacienda, hicimos posible, desde el Ministerio de Trabajo, la ampliación de la cobertura del aseguramiento para las trabajadoras domésticas, uno de los grupos más vulnerabilizados del país.
Renegociamos de manera unánime entre gobierno, empresarios y sindicatos, la nueva fórmula salarial para el sector privado, demostrando que sí es posible ejercer el diálogo social para la construcción de acuerdos efectivos.
Implementamos las leyes que recortan las pensiones de lujo con cargo al presupuesto nacional y defendimos estas leyes en la esfera pública y ante la Sala Constitucional, luego de los recursos de amparo que pretendía detener dicha implementación. Hicimos efectivo el principio de que las pensiones son para proteger y no para enriquecerse. Ahora, su aplicación es una realidad.
Me satisface haber materializado cambios en estas materias, y esas experiencias me dan la convicción de que sí se puede, sí se puede sacar a Costa Rica adelante. Además, es una responsabilidad. Porque el riesgo de no asumir este reto generacional es volver al pasado.
