La Era Jacksoniana

Carlos Luis Martinez
10 min readJul 3, 2020

Un período de mucha incertidumbre democrática en los Estados Unidos.

En este período hubo un proceso político, social y económico muy complejo para la historia de la República Estadounidense. Desde grandes reformas en el sistema electoral democrático para hacerlo más inclusivo, hasta la reconstrucción de los sistemas bancarios para quitarles muchos de sus privilegios. Sin embargo no todo fue color de rosa en este periodo histórico, si bien se hicieron varias de las reformas necesarias en el sistema político, algunas de ellas mancharon de sangre el nombre del presidente Andrew Jackson.

Democracia Jacksoniana

Retrato de Andrew Jackson

Cuando Andrew Jackson ganó las elecciones de 1828, lo hizo por una victoria aplastante con el 56% del voto popular y 178 votos electorales. Jackson era todo lo que el pueblo americano admiraba; un patriota, un hombre que había logrado su éxito por su propio esfuerzo y un héroe de guerra. Todas las personas de la clase baja tenían una cierta admiración por él, sobre todo los granjeros y los obreros.

El presidente Jackson llegó a la Casa Blanca con una promesa para el pueblo americano: “protección y beneficios igualitarios” para todos los estadounidenses, o al menos para todos los hombres blancos. En los primeros años de la Nación, los estados restringían el derecho a sufragio (derecho al voto) a sólo aquellos que tuvieran propiedad o que pagaran impuestos. Jackson pasó un número de reformas para aumentar la cantidad de personas que pudieran votar, independientemente de la propiedad o de los impuestos. Fue tan exitosa esta reforma que durante la década de 1820, la cantidad del voto popular aumentó de un 26,9% a un 57,6%. La expansión del voto continuó hasta 1840, en dónde el 80% de los hombres blancos podían votar.

Si bien es cierto que las mujeres, los afroamericanos y los nativos americanos no podían votar, ya dentro de la sociedad americana empezaron a surgir numerosas figuras políticas con intenciones de expandir el derecho al voto a muchos de los grupos excluidos. Por citar algunos ejemplos: Susan B. Anthony, William Lloyd Garrison, Harriet Beecher Stowe, entre otros.

Volviendo a las reformas Jacksonianas, también se pasó el famoso sistema de despojos. El partido que ganará las elecciones tenía el derecho de elegir su gabinete, y este no tenía porque tener miembros de la oposición, o como lo describió Jackson “las recompensas políticas pertenecen a los vencedores”. Este sistema estaría vigente hasta 1883 con el Pendleton Act, que requeriría hacer exámenes de acceso y verificar la profesionalidad de las aplicaciones a los diferentes trabajos.

Los Demócratas(partido creado por Jackson) trabajaron fuertemente para hacer el sistema electoral mucho más democrático. La administración de Jackson promocionó la idea de abandonar el impopular sistema de juntas electorales. Este sistema consistía en que los candidatos políticos importantes fueran escogidos por comités conformados por miembros del Congreso. Estas juntas fueron posteriormente sustituidas por convenciones nominativas, en las cuales los delegados de los estados seleccionaban al candidato presidencial.

El Debate Arancelario y la Anulación

Rey Andrew I, Caricatura política 1833.

Desde los inicios de la nación, siempre hubo temas muy candentes en la sociedad americana; uno de ellos eran los aranceles. Durante La Era Jacksoniana, hubo una crisis arancelaria que puso a prueba las capacidades del gobierno federal y su autoridad sobre los estados. A esta crisis se la denominó como la Crisis de Anulación.

Durante la presidencia de John Quincy Adams, el Congreso paso una legislación que incluía altos precios en mercaderías europeas manufacturadas. La lógica a la nueva legislación proteccionista era que dado que los aranceles encarecían las mercancías europeas, los ciudadanos tendrían que comprar productos nacionales. Los estados industrializados, especialmente los del Norte, aplaudieron la nueva política de Adams, puesto que esto significaría menos competencia y más mercado interior. No obstante los estados rurales sureños, la detestaban e inclusive le llegaron a llamar el Arancel de las Abominaciones. Estos críticos sostenían que si bien los aranceles sugerían a los ciudadanos comprar mercadería nacional, también sería mucho más cara.

Los estados del sur y los dueños de plantaciones estaban ansiosos por actuar y hacer algo para detener los aranceles. John C. Calhoun, férreo defensor de la esclavitud, argumento que si bien el gobierno Federal era el órgano mayor en la rama de la legislación legal, los estados tenían el derecho a anular, o cancelar una ley federal que se considerara contraria a los intereses del estado. Algunos miembros incluso hablaban de la Separación de estados de la unión y la creación de otro gobierno o nación. En el momento que Calhoun exploro estas posibilidades, descubrió preguntas alarmantes: ¿Qué pasaría si un estado no estaba de acuerdo con el gobierno federal?¿Tendría un estado el derecho de separarse individualmente de la unión?

Con Andrew Jackson al poder y siendo John C. Calhoun su vicepresidente, muchos sureños esperaban que las políticas arancelarias fueran destruidas o al menos reducidas para proteger sus intereses. No obstante, el hecho que de Jackson nunca hubiera abordado el problema de los aranceles durante su legislatura creó una brecha entre el presidente y el partido. Calhoun molesto por el silencio que Jackson mantenía, publicó anónimamente un folleto titulado “Exposición y Protesta de Carolina del Sur”. Aquí presentó la teoría de la anulación: la declaración de una ley federal como nula e invalida dentro de las fronteras estatales dado que la autoridad del gobierno federal deriva del consentimiento de los estados y esto significaría que los estados podrían anular cualquier ley que consideran inconstitucional. El vicepresidente sostuvo que la Constitución de los Estados Unidos autorizó aranceles solo con el propósito de aumentar los ingresos y no con el fin de desalentar la competencia extranjera. Con estos argumentos, Calhoun sostuvo que su estado (Carolina del Sur) podría negarse a hacer cumplir una ley federal, lo que marcaría el comienzo de una profunda crisis constitucional.

Mientras Carolina del Sur, en un acto de rebeldía, llevaba la batalla de los aranceles un paso más allá. La legislación del estado declararía que no pagaría los aranceles “ilegales” de 1828 y 1832 y que en caso de que la Unión no lo aceptara, ellos comenzarían los procesos pertinentes para la inmediata separación.

Para aliviar las tenciones, Jackson en coalición con Henry Clay pasaría una ley de compromiso que reduciría gradualmente los aranceles con el transcurso de los años. Al mismo tiempo, el presidente persuadió a los estados para que aprobaran su propuesta de Ley de Fuerza, que consistía en que el presidente podría utilizar el ejército para hacer cumplir la ley federal. En respuesta al nuevo arancel, Carolina del Sur aceptó la propuesta, pero con la condición de que se anulara la ley de fuerza en su estado. Los legisladores argumentaban que este nuevo proyecto de ley significaba una victoria para ellos, pues esto demostraba que los aranceles necesitaban ser revisados. La crisis dejó en claro algo, el gobierno federal no dejaría a los estados independizarse sin antes pelear.

Jackson y el Segundo Banco Nacional

Andrew Jackson vs. Banco Nacional, caricatura de 1836

Alexander Hamilton y Thomas Jefferson fueron grandes exponentes de los ideales americanos, y siempre hubo un gran debate alrededor de ellos sobre la banca centralizada. Todo esto pasaba por el hecho de que si se debía asumir la deuda nacional como conjunto o si bien, que cada estado asumiera la suya. Por aquel entonces, Hamilton logró convencer al presidente George Washington que abrir un banco nacional sería lo mejor para el pais pues esto abriría un nuevo buró de crédito y numerosas lineas de préstamos para la Nación que recién empezaba. Si bien es cierto que el banco se abrió por 20 años, el Congreso no quiso volver a renovar su póliza. Esto se debió más que a nada que en aquel momento, el presidente era Jefferson, y este argumentaba que el banco solo traería una deuda duradera para la Nación, un incentivo a la especulación y los monopolios, y que esto se oponía a todos los valores Republicanos. Al cerrar el banco nacional, los debates sobre él dejaron de existir hasta 1816, cuando se inauguró el Segundo Banco Nacional de los Estados Unidos.

La presidencia de Jackson supuso una apertura a este debate tan espinoso, puesto que èl mismo se pasó durante toda su presidencia acusando al Segundo Banco Nacional de ser una institución de ricos y de no estar sujeta a ningún proceso democrático que defendiese al trabajador o al granjero. En parte Jackson estaba en lo correcto, esta institución era una muy poderosa, pues controlaba el dinero del gobierno federal y la mayoría del suministro del dinero del país. Era una entidad formada por bancos privados aunque el Congreso fuese el que lo creara.

Nicolas Biddle, el presidente del Banco Nacional era todo lo que a Jackson le disgustaba. Jackson era un hombre que alardeaba de no haber empezado con nada y alcanzar la riqueza con sus propios esfuerzos. Biddle por su parte, era heredero de familia rica, de buena educación y de un estatus social superior.

En enero de 1832, los partidarios de Biddle en el Congreso, principalmente Daniel Webster y Henry Clay, le dieron oportunidades a Jackson para que tomase medidas en contra del banco central. Ellos pensaban que un intento de Jackson de negar el permiso de operación del banco podría llegar a costarle la reelección pues perdería votos en estados esenciales como Pensilvania y otros estados comerciales que eran pro-banco nacional.

Cuando el proyecto de ley llego a manos de Jackson para renovar el permiso del Banco Nacional, él estaba enfermo en cama. Jackson le había dicho a su amigo Martin Van Buren cuando lo visitó la idílica frase:

“Sr. Van Buren, el banco está tratando de matarme ¡Pero yo lo mataré a él!”

Jackson junto con sus demás compañeros demócratas, consideraban el banco central como anticonstitucional a pesar del veredicto de la Corte Suprema en el caso McCulloch vs. Maryland(1819) que lo declaro constitucional. En un discurso en el Congreso, Jackson denunció sin remordimiento alguno al banco, diciendo:

“…Cuando las leyes(..) hacen que los ricos sean mas ricos y los potentes mas poderosos, los miembros humildes de la sociedad , los granjeros, los mecanicos y albaniles, quienes no poseen el tiempo ni los medios de asegurar favores, tienen el derecho de quejarse de la injusticia de su gobierno.”

En las elecciones de 1832, el plan de Webster y Clay habia fallado. Jackson había ganado con el 55% de los votos populares. Una vez reelecto, él decidió llevar a cabo un plan para “liquidar” el banco antes del plazo de 1836. Ordenó la retirada del banco de todos los depósitos del gobierno y puso los fondos federales en bancos estatales (Bancos Mascota). Esto generó una contracción económica a finales de 1833 y principios de 1834. En 1836, se rehusó a firmar la autorización del gobierno para que el banco pudiera funcionar y este cerró.

El Gran Baño de Sangre

Cuadro del Camino de las lágrimas de 1833

Las fronteras en Estados Unidos siempre se vieron como algo muy extendido pues si bien es cierto que bajo la ley federal había límites territoriales, el país siempre trataba de extenderse cada vez más. En su mayor parte, la extensión territorial de la Nación se debió a la compra de muchos territorios tales como Luisiana, Oregón, Alaska, entre otros. Los colonos siempre habían exigido más tierra que ocupar para poder empezar sus negocios, solo había un problema: los nativos. En los estados de Georgia, Alabama, Misisipi y Florida vivían las cinco tribus más civilizadas, los cheroquis, creek, seminole, chicksaw y choctaw. Estas tribus habían creado sociedades agrícolas con economías relativamente prosperas.

La zona del oeste del Misisipi era seca y parecía inadecuada para la agricultura de los pocos blancos estadounidenses que vivían allí. Muchos de ellos querían que el gobierno federal reubicara a los indígenas que vivían en el sudeste, algunos de los estadounidenses habían propuesto que se les trasladara al oeste del río Misisipi. La mayoría de personas que respaldaron esta decisión eran campesinos y obreros, y esto fue lo que conectó a Jackson con las demandas exigidas.

En 1830 el Congreso paso la Ley de Desalojo Indígena, la cual otorgó al gobierno federal el poder de intercambiar tierras. La ley requería que el gobierno negociara tratados de remoción de manera justa, voluntaria y pacifica: no permitía al presidente, ni a nadie obligar a las naciones nativas a renunciar a sus tierras. No obstante, el presidente Jackson y su gobierno ignoraron la última parte de este documento y obligaron a los nativos americanos a abandonar sus tierras a cambio de una cantidad de dinero. Los Choctaw fueron los primeros en abandonar sus tierras debido a su miedo por la sospecha de una invasión del ejército americano.

El Camino de las Lágrimas se consideró como la expulsión más grande de nativo americanos de sus tierras de la historia de los Estados Unidos. En 1836 el gobierno federal expulsó a la tribu de los Creeks de sus tierras. Sin embargo, no todas las tribus estaban dispuestas a abandonar sus tierras. El pueblo cheroqui estaba decidido a pelear, aunque algunos de sus integrantes pensaron que era más pragmático irse y aceptar las concesiones del gobierno. Los que firmaron el tratado en nombre de la tribu Cheroqui con el gobierno de EE. UU. no eran exactamente la representación de toda la tribu. Muchos de ellos se sintieron traicionados por sus hermanos, y como consecuencia se quedaron peleando contra el ejército, aunque en su mayoría fue en vano.

Para 1838, solamente unos 2000 cheroquis habían abandonado sus tierras. El presidente Martin Van Buren en un acto de acelerar el proceso de expulsión, envió a más de 7000 soldados. Los soldados recogieron las pertenencias de los nativos, destruyeron las casas y los condujeron a más de 1200 millas al territorio nativo. La tos ferina, el tifus, la disentería, la colera y el hambre fueron epidemias con las cuales estos pobres nativos tuvieron que toparse. Se estima que más de 5000 cheroquis murieron durante la travesía del viaje. En 1840, la mayoría de los indígenas ya habían sido expulsados de su tierra y obligados establecerse en un territorio asignado por el gobierno federal. Con el tiempo, el territorio nativo pasaría a ser un estado y los nativos tendrían que mudarse a Reservas Federales Indígenas. Estas reservas asegurarían beneficios únicos a comparación de otros estados, como poder abrir casinos, y/o realizar diferentes actividades que por lo normal serian ilegales en la mayoría de estados. Esto seria recordado como uno de los episodios más negros de la historia nativo americana.

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