La intervención social con personas que acumulan residuos: el síndrome de Diógenes

Carmen Alemany Panadero
6 min readJul 23, 2018

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Imagen: Ordenstudio

En Servicios Sociales hemos atendido en varias ocasiones a personas de edad avanzada, con un grave deterioro mental y físico, sin red familiar ni social, que vivían en condiciones insalubres. En estos casos solemos encontrar a personas mayores que habitan en viviendas con falta de higiene generalizada, chinches por doquier y acumulación de objetos, enseres y basura. Diversas causas pueden llevar a esta situación: trastornos mentales, aislamiento social, sentimientos de soledad, pérdida de la pareja o una combinación de todo ello

¿Qué es el síndrome de Diógenes?

El síndrome de Diógenes afecta sobre todo a personas mayores que viven solas (aunque no exclusivamente, también se han registrado casos en personas más jóvenes y en parejas, en las que uno arrastra al otro a esa situación). Este trastorno se caracteriza por un descuido de su autocuidado básico, de los hábitos de higiene personal y doméstica, de los hábitos de nutrición y por el aislamiento social del afectado, así como por la acumulación de todo tipo de objetos, muebles, enseres o basura. Entre los síntomas encontramos el aspecto descuidado, pérdida de peso, conductas desadaptativas, acumulación de objetos que consideran preciados y miedo a la pobreza y la escasez. Se han descrito dos tipos de Síndrome de Diógenes: el tipo activo o recolector de objetos y el tipo pasivo, que se deja invadir por el acumulo de sus propias basuras (Carrato y Martínez, 2010).

En España, la prevalencia de este síndrome se calcula en un 1,7 de cada 1000 ingresos en personas mayores, con una incidencia de unos 1200 nuevos ingresos cada año. La mayoría son personas mayores. La literatura científica subraya que entre un tercio y la mitad de los afectados tienen trastorno mental asociado (Gómez-Feria, 2008, Carrato, 2010).

La denominación del síndrome de Diógenes es controvertida, pues se refiere a Diógenes de Sinope, filósofo griego que promovía la privación y el desapego de los bienes materiales (cinismo clásico); por tanto, la acumulación de objetos es lo contrario a lo que defendía el filósofo.

Este trastorno causa graves problemas al afectado y también a sus vecinos, que en ocasiones no saben qué hacer. Muchos denuncian ante el juzgado, pero en realidad se trata de un problema sanitario y social, sobre el que se puede intervenir. Algunos testimonios de vecinos de afectados muestran lo complejo de la situación en declaraciones a El País de 26 de diciembre de 2016.

“Mi vecino tiene 58 años, es profesor y sufre el síndrome de Diógenes. Acumula millones de diarios, decenas de garrafas, cristales rotos, montañas de botellitas de yogur, piedras… Hay cucarachas, ratas y tengo goteras del sobrepeso que hay en su casa. No quiero denunciarle, es mi amigo y está enfermo, pero nadie nos ayuda”, Santi.

“Acumulaban ropa, trastos, bolsas… basura. No sólo en su casa, también en unas instalaciones que tenía la comunidad. Últimamente la degradación era brutal. En septiembre, el hedor era imposible. Llamamos a los bomberos y, al entrar, encontraron el cadáver del hijo descompuesto. Llevaba siete días muerto” Raquel, Barcelona.

Diagnóstico diferencial con otros trastornos

Para poder identificar correctamente el síndrome de Diógenes es preciso realizar un diagnóstico diferencial con otras patologías que pueden asemejarse y llevar a acumular objetos, como el trastorno por acumulación, algunas formas de depresión, el trastorno obsesivo compulsivo o un trastorno por adicciones (por ejemplo, a las compras compulsivas), o de ansiedad (por ejemplo, en cleptomanías). Es necesario conocer las motivaciones de la persona, para poder identificar claramente este trastorno y diferenciarlo de otros con síntomas similares. El trabajador social Jose Antonio Pantoja (2006) ha propuesto una escala de valoración para que profesionales del Trabajo Social, Psicología u otras disciplinas puedan realizar una valoración e identificación adecuada de este trastorno.

Intervención con el síndrome de Diógenes

El tratamiento es complejo, ya que requiere una atención interdisciplinar e intersectorial, incluyendo a la propia familia si la hubiere y la colaboración del paciente, lo que no siempre es fácil de lograr. Muchos afectados rechazan la ayuda sanitaria, social y familiar. Si rechazan el ingreso en un hospital o residencia, y dependiendo de su situación y estado de salud, podría llegar a ser necesario un ingreso involuntario con autorización judicial. Actualmente, ya no existe la figura de la incapacitación y de la tutela de adultos, por lo que cabría plantearse una curatela (ya sea por familiares, si existen, o por entidades públicas). En todo caso, es preciso intentar que acepten la ayuda que se les ofrece, para que puedan llevar una vida digna. Si aceptan la ayuda, el tratamiento debe empezar por el ingreso en un centro hospitalario o centro residencial o de atención social, y si no es posible, realizar un seguimiento en su vivienda, con un trabajo en red de los servicios sanitarios (psicólogo, médico, enfermero y terapeuta ocupacional) y sociales (trabajador/a social). Se deben abordar las patologías psiquiátricas subyacentes con terapia psicológica y medicación si es preciso, apoyarle en el mantenimiento de su higiene personal, con su dieta, intervención familiar para implicar a los familiares cercanos, limpieza y desinsectación a fondo de la vivienda (para ello es necesario avisar a servicios municipales y/o empresas especializadas), así como valoración de su capacidad para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Cuando la persona cuente con autonomía personal, es preferible la atención en su entorno habitual. En caso contrario, puede ser necesario el ingreso voluntario o involuntario (con orden judicial) en un centro especializado.

Entre las funciones del/la trabajador/a social en la intervención con este colectivo, Jose Antonio Pantoja recoge las siguientes: Sensibilización social, detección y prevención de casos de riesgo, coordinación entre instituciones, profesionales y servicios, intervención con las redes sociales y familiares del afectado, movilización de recursos familiares y sociales, promoción de la integración y participación de la persona en su medio social, tramitación y gestión de servicios y recursos específicos y de prestaciones.

Servicios especializados para los afectados por Síndrome de Diógenes

Algunos municipios cuentan con servicios especializados, aunque aún esta poco extendida la creación de servicios específicos para este colectivo. El Ayuntamiento de Madrid cuenta con el Servicio de Atención a Personas Mayores en Riesgo de Aislamiento Social. Se trata de un servicio especializado para personas mayores en situaciones de vulnerabilidad, con problemas de salud física o cognitiva, sin red socio-familiar, con riesgo de aislamiento social o situaciones de riesgo de exclusión social. Según datos municipales, un 21% de los usuarios de este servicio presentaba acumulación en su viviendas, siendo las mujeres las más afectadas (65,4%) y la edad media 80 años. La mayoría no tiene hijos (77%) y viven solos (92%). Un 61% de los usuarios presentaba algún trastorno mental grave. Desde este servicio se busca ayudar a las personas a reconocer el problema para que la limpieza de sus domicilios sea lo menos traumática posible, que lo viva de modo positivo, manejar las emociones negativas, y prevenir la recaída. En muchas ocasiones logran que el usuario firme el consentimiento para la limpieza. También trabajan con el entorno familiar, social y vecinal del afectado. Ana Belén Santos-Olmos (2016) autora de un estudio de investigación sobre el funcionamiento y resultados de este servicio, afirma que los resultados arrojan datos optimistas respecto de su eficacia. El servicio de atención municipal se ha mostrado eficaz en situaciones de aislamiento social, facilitando la vinculación con el propio servicio y con los servicios sociales y sanitarios; favoreciendo la implicación familiar; y apoyando medidas judiciales en casos extremos. También se ha puesto de manifiesto la efectividad del abordaje multidisciplinar y la posibilidad real de poner en marcha un servicio de atención personalizada y su inserción en la red normalizada de recursos para personas mayores.

Infografía: Elaboración propia

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Carmen Alemany Panadero

Trabajadora social en Servicios Sociales. Graduada en Trabajo Social. Licenciada en Periodismo. Opiniones propias.