Sobre el trabajo y nosotros
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Hola amiga/o, espero que para cuando leas este e-mail tengas una gran taza de café con leche al lado tuyo para acompañar la lectura. Siempre son mejores si las acompañamos con alguna infusión.
También espero que tu ánimo oscile entre el OK y el bien, pero no entre el mal/bajón y el ok. Que tire para arriba y no para abajo, digamos. Si pasa lo segundo, espero que al finalizar este correo, estés un poco más animado/a.
Estoy por llegar a los 2 meses de cuarentena y decidí que no voy a contar más los días. No le encuentro más sentido a eso, porque creo que ya me acostumbré. No solo me acostumbré, si no que creo que no hay vuelta atrás, la pandemia quizás no llegó para quedarse, pero mucho de los cambio que trajo si.
Volver a la oficina y el trabajo remoto que llegó para quedarse.
Quizás tenga que volver a la oficina en Junio, no quiero volver ni un poco. Me gusta como la pandemia forzó la reconfiguración del trabajo y del espacio en el cual trabajamos. Esta nota del NYtimes habla de los beneficios de trabajar desde casa, para mi les faltó uno: la sensación de libertad.
Me saca un peso muy grande de encima romper para siempre con la rutina y saber que, en un futuro, todos mis días pueden ser de distinto color, desde diferentes lugares y con otras actividades. Definitivamente el trabajo remoto nos obliga a ponernos a nosotros mismos, como individuos, primero. Dejo un lindo hilo de twitter hablando del trabajo remoto como complemento.
Nos quejamos mucho de que los días en cuarentena son lo mismo, ¿pero acaso nuestros días en la rutina de la oficina no son lo mismo también? Me levanto, me transporto hasta la oficina, estoy en la oficina 8 horas, hago algo después de trabajar, como, duermo, repito.
¿Si no sos tu trabajo quén sos?
En relación al trabajo, leí un tweet que me hizo sonreír:
Losing a job can prompt the question, “Who am I again?”
Hint: You were never your job.
Hay un grupo de gente muy particular, que solo ve el trabajo como algo que les permite hacer todo lo que les gusta. Los envidio muchísimo y quiero ser como ellos. Mi trabajo me atraviesa a niveles que a veces duelen. ¿Para qué me engancho tanto? Pienso muy a menudo.
En los últimos años, y con el despegue de las empresas de tecnología, se desarrollaron muchas culturas de trabajo, que si lo pienso dos veces, casi que rozan un partido político crean un fanatismo que no logro entender del todo. ¿Trabajarías en una empresa con una cultura y beneficios geniales, pero haciendo tareas que odias o preferís trabajar en un lugar con una cultura medio pelo, trabajando en cosas muy interesantes? Pregunto porque es algo que no sé cómo responder.
Las empresas y los trabajos se mezclaron tanto con nuestras personas, sobretodo en la virtualidad, que tenemos que aclarar que lo que twitteamos no representa la visión de nuestro empleador o, sin ir más lejos, nos ponemos la camiseta del lugar donde trabajamos y somos eso: Pepita, ingeniera en Google.
No me extraña que seamos extraños en nuestro propio cuerpo si perdemos el trabajo o, en un nivel menos pesimista, si queremos cambiar de empresa o carrera.
Pero no somos nuestro trabajo, no somos un título, no somos la empresa en la que trabajamos y me parece super importante empezar a dividir actividad laboral de quienes somos.
Little Fires Everywhere
La razón por la cual no hubo misceláneas el finde pasado, fue porque me quedé mirando Little Fires Everywhere hasta las 7 am. Hacía mucho que no me quedaba hasta tan tarde despierta, creo que la última vez fue cuando tenía… ¿25? Dormí muy mal ese día, pero valió la pena porque la serie me gustó mucho.
Está basada en el libro con el mismo nombre, de Celeste Ng. Las protagonistas son Mia (Kerry Washington) y Elena (Reese Witherspoon), quienes terminan cruzando sus vidas gracias a sus hijos. Sin entrar en spoilers o contar mucho, ambas familias son muy diferentes y eso dispara un montón de cuestionamientos sobre la vida en general, nuestras creencias, la felicidad, etc.
Lo más rico de la serie, para mi, es el contraste de ambos personajes, cómo llegaron a donde están por las elecciones que tomaron o se vieron obligadas a tomar y qué fácil es ponerse en modo juez y juzgar al otro sin saber el camino que ha recorrido.
El final me pareció muy simbólico, ya que las mentiras que sostienen una vida que parece perfecta colapsan dejándonos literalmente en pelotas, para bien y para mal.
La recomiendo muchísimo, salió por Hulu, se consigue por vías alternativas. Ahora tengo ganas de leer el libro.
To wonder rather than know.
Ayer leí este artículo sobre preferis preguntarse cosas, antes que saber la respuesta. A veces me da la sensación que, gracias a todo el mar de información al cual tenemos acceso, no está permitido dar una respuesta incorrecta, no está permitido el debate, porque lo buscás en google y ya te saltan 4 links que actúan como raid para cualquier conversación. Quizás no está tan mal debatir y teorizar sobre un montón de cosas, sin tener la respuesta correcta desde un principio.
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Tengo que admitir que mi actividad favorita cuando googleo algo, quizás no sea encontrar la respuesta a lo que estoy buscando, si no encontrar nuevas preguntas.