Innovación pública por un lado y gobierno abierto por el otro: grave error.

Aura Cifuentes
10 min readSep 15, 2019
Fuente: Pexels.

Nota: este artículo es una columna de opinión. No compromete en lo absoluto la posición de la institución en la que trabajo.

Toda persona viene de un mundo laboral, de un tema que lo marcó, de una bandera que defiende, de un ADN temático que es difícil dejar atrás. El mío, por ejemplo, es el gobierno abierto y más específicamente, los datos abiertos. Mi primera experiencia laboral fue en París, en Etalab, la dependencia dentro del gabinete del primer ministro en Francia encargada de ambas políticas a nivel nacional. El lavado de cerebro fue efectivo porque cinco años después, luego de diferentes experiencias laborales en el sector público y privado, sigo abanderando esos temas.

Sin embargo, ahora que trabajo en innovación pública, siempre me encuentro frente al mismo debate respecto a estas dos agendas: ¿cuál alimenta a cuál? ¿Son complementarias o independientes? ¿Se necesitan o cada una puede vivir sin la otra? Meses y meses buscando una respuesta sin éxito. Pero, el momento de crisis (o de iluminación) llegó hace algunos días.

Durante el mes de agosto ocurrieron dos eventos importantes para ambos mundos en América Latina. El primero fue el Encontro internacional de inovação en governo. Un evento organizado por el Laboratorio de la ciudad de São Paulo, el (011).Lab, que reunió a la gran mayoría de unidades de innovación pública de América Latina. Durante tres días, conversamos sobre proyectos, aprendizajes y desafíos alrededor de la experimentación, del uso de metodologías ágiles y de lo que supone (en costos y beneficios) intentar dar respuesta a los problemas públicos que nos aquejan como región.

Fuente: foto oficial del evento, agosto 2019.

El segundo evento se llevó a cabo la última semana de agosto en Quito, Ecuador. AbreLatam y ConDatos 2019, dos eventos hermanos que reúnen anualmente a la comunidad datera y de gobierno abierto de América Latina y el Caribe. Durante tres días, al igual que en São Paulo, conversamos sobre proyectos, aprendizajes y desafíos frente a la apertura y la reutilización de datos. También sobre las herramientas y habilidades que se requieren para ello, sobre los avances de las agendas en materia de transparencia, contratación pública, lucha contra la corrupción y participación ciudadana, entre otros.

Fuente: foto oficial de AbreLatam, agosto 2019.

En ambos eventos hubo conversaciones difíciles, provocadoras y enriquecedoras. Todas con un sentimiento compartido: empujar estas agendas es difícil. Ambos encuentros tuvieron una metáfora muy interesante que suponía reflexionar, como lo hacemos los seres humanos sobre la vida: “dónde empezamos, cómo estamos y hacia dónde vamos”. Pero sí hubo algo distinto: no eramos los mismos asistentes. Es decir, quienes fueron a São Paulo no fueron a Quito y quienes fueron a Quito no estuvieron en São Paulo. Los que estuvimos en ambos eventos somos un grandísima minoría. ¿Por qué?

De regreso a Bogotá, desmenuzando las conversaciones que sostuve en ambos eventos, de manera informal y formal, escribí las diez grandes ideas que quisiera compartir con ustedes. El conjunto de estas ideas me llevó a solucionar mi debate interno y concluir lo que desde un comienzo he sospechado: separar ambas agendas es un grave error. Tener eventos internacionales separados es un grave error. Tener ecosistemas que no se hablan (o que se hablan esporádicamente) es un grave error. Sé que muchos no están de acuerdo con esta apuesta. Una posición respetable pero que no comparto. Creo profundamente que juntxs somos más fuertes.

  1. Son agendas con principios que desafían el statu-quo

La co-creación es un eje fundamental de ambas agendas. En el mundo del gobierno abierto se le llama colaboración. En el mundo de la innovación pública se le llama experimentación abierta. Sin importar el nombre o apellido que se le ponga, la co-creación busca que las soluciones se co-construyan, se co-diseñen, se co-validen. En ese “co” se infiere que hay dos partes y no únicamente un actor proponiendo una solución. En ese “co” están dos actores: quien diseña la solución y quien se beneficia de ella. Ambos actores trabajando de la mano, no al final para validarla sino desde el comienzo y durante todo el proceso. Esto que suena tan evidente de hacer resulta ser una gran reto pues pone en jaque la cultura organizacional, los procesos y las metodologías que tradicionalmente se han utilizado para implementar cualquier tipo de iniciativa pública.

2. Son temáticas que se enfrentan a un grupo grande de escépticos

Desafiar el status quo es incómodo así que varias personas prefieren ignorar estas temáticas y mirar por la ventana. O mejor aún irse por la tangente y afirmar que son conceptos “muy abstractos sin evidencia” y que por ende no ameritan un lugar privilegiado en la agenda pública. Por ello, ambas agendas se enfrentan a un escepticismo implícito (y explícito) que hace que quienes mueven estos temas sean calificados diplomáticamente como geeks, hackers o intraemprendedores y, peyorativamente, como soñadores o idealistas. Mejor dicho, que tengamos gobiernos más abiertos o soluciones innovadoras a problemas públicos para muchas personas es literalmente un oxímoron. Por esta razón, nos ignoran, disminuyen, critican y, en el peor de los casos, expulsan del sistema.

3. Los cambios de gobierno son siempre el gran coco

Lo preocupante de que algunas personas crean que estos temas son un oxímoron es que a veces esas personas son tomadores de decisión que llegan al poder y le dan sepultura a estas agendas. Por ello, los cambios de gobierno generan un gran miedo para ambos ecosistemas. Tanto en el mundo del gobierno abierto como en el de innovación pública, varios países de la región han cerrado unidades de innovación, han tenido planes de acción de la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA) sin continuidad, han debilitado portales de datos abiertos al no actualizarlos ni fomentarlos, y ni siquiera entremos a hablar sobre los grandes escándalos de corrupción donde estas agendas parecen no tener un rol que jugar.

4. Buscan dar respuesta a problemas públicos complejos

Sí señoras y señores, hay que hablar de esos temas sensibles porque ambas agendas buscan justamente dar respuesta a eso que inunda nuestros medios de comunicación: los problemas públicos. Esos dolores colectivos que nos frustran y nos hacen creer que vivimos en la región más problemática del mundo. Esos problemas que han intentado solucionar diferentes actores sin éxito por tener, muchas veces, enfoques errados o altos grados de complejidad e incertidumbre. ¿De qué tipo de problemas estamos hablando? De todo tipo: urbanos o rurales, políticos o ciudadanos, nacionales o territoriales; mejor dicho todo problema que infiera desigualdad, deslegitimidad, desarticulación o ineficiencia, entre muchos otros adjetivos que desafortunadamente no paramos de utilizar.

5. Cada ecosistema quiere ir más allá del sector público

Los problemas públicos, al ser problemas que nos afectan a todas y todos, pueden ser aproximados por diferentes actores y sectores. No es competencia única y exclusiva del sector público. Sin embargo, ambas agendas se enfrentan al gran reto terminológico de tener nombres que, en el imaginario colectivo, dan a entender que el único actor que juega un rol es el sector público (y más precisamente el gobierno). Quienes estamos metidos en esto sabemos que esto no es así. En el caso de la innovación pública lo que se promueve es un enfoque más no el actor en donde se origina la innovación. Por ello, en su ecosistema están el sector privado, la academia, la sociedad civil y los organismos internacionales. Y. ¡oh sorpresa!, es el mismo ecosistema del gobierno abierto. Para ilustrar esto, algunos ejemplos. En algunos países ya no se habla de gobierno abierto sino de Estado Abierto. Los planes de acción de AGA se validan y se monitorean con sociedad civil. En los planes de acción de AGA varios de los compromisos buscan la transparencia de las industrias extractivas, ósea del sector privado. Los grandes aliados de ambas agendas son la OCDE, la CAF y el BID. El gran desafío de ambas agendas sigue siendo trabajar e incluir más a la academia.

6. Ponen en el centro a las personas

Al tener un ecosistema tan amplio, con diferentes actores contribuyendo a tener sociedades más abiertas e innovadoras, ambas agendas han entendido la importancia de diseñar soluciones poniendo en el centro a las personas (el famoso diseño centrado en personas — DCP). ¿Cuáles personas? Justamente, las personas que sean usuarias o beneficiarias de la solución que se está diseñando. No siempre son las mismas y eso hace que tener este enfoque cambie radicalmente el resultado. Si bien este enfoque es el ADN de las unidades de innovación más que de las de gobierno abierto, las de gobierno abierto al tener una historia más larga que la de la innovación pública (al menos en algunos países) se han equivocado y caído más veces. Esto ha supuesto que entiendan y abracen este enfoque, ahora más que nunca.

7. Experimentan e iteran (explicita o implícitamente)

Dado que ambas temáticas desafían las maneras tradicionales con las que se han formulado e implementado iniciativas públicas, ambos ecosistemas experimentan. Las unidades de innovación lo afirman más explícitamente que las unidades de gobierno abierto, pero ambas lo hacen. Ambas agendas han entendido que experimentar no significa improvisar o hacer las cosas de manera informal y sin estructura. Al contrario, estos equipos experimentan con metodologías, en entornos controlados, documentando y recabando evidencia, gestionando el conocimiento. Todo esto con el propósito de evaluar si hubo realmente un antes y un después para así poder evaluarlo y, en el mejor de los casos, escalarlo. Por ejemplo, los países que tienen más de tres planes de acción en AGA han iterado varias de las estrategias dado que muchas de ellas no lograron el resultado esperado en la primera iteración.

8. Los datos son un eje central de las iniciativas que fomentan

Al hacerlo de forma rigurosa, esto ha supuesto que ambas agendas valoren y tomen como insumo los datos para mejorar la toma de decisiones. En el caso de la agenda de gobierno abierto, por su proximidad con la estrategia de datos abiertos, la relación ha sido más manifiesta. Para esta agenda la apertura y reutilización de datos es innegable para fortalecer las iniciativas de transparencia y lucha contra la corrupción. Gracias a la reutilización de datos públicos abiertos esta agenda ha impulsado estrategias efectivas de control social y veeduría ciudadana permitiendo conocer de primera mano banderas rojas en materia de contratación pública, hacer seguimiento y monitoreo a recursos públicos o tener mapas de calor sobre fenómenos sociales, entre otros. Sin embargo en el caso de la innovación pública, esto ha sido fuente de inspiración y de referencia. Hoy por hoy, la mayoría de unidades de innovación cuenta con expertos en materia de analítica de datos e incluso son un gran referente al ser unidades que abren los datos que recolectan.

9. Los talentos sí importan

En lo referente al punto anterior, al hablar de un tema tan técnico como el uso de datos (que va desde hacer infografías hasta poder diseñar un algoritmo) esto ha supuesto atraer nuevos talentos. Pero, sucede con este tema y con el resto de temas en general. Tanto los equipos de innovación pública como los de gobierno abierto han evidenciado y, por ende, valorado contratar personas con trayectorias y habilidades diferentes a las tradicionales. Por ello, en algunos países, existe tanto escepticismo y resistencia al cambio en niveles jerárquicos superiores. Ambas agendas han demostrado la importancia de contar con cientificxs de datos, diseñadorxs de servicios, mentorxs, estrategas digitales, investigadorxs sociales, filosofxs, artistas, etc. Ambos mundos han tenido que hacer pedagogía sobre la importancia de contar con estas experticias. Incluso, ambos luchan fuertemente por atraerlos y mantenerlos.

10. Gestionan el conocimiento y los aprendizajes

La retroalimentación y la autoevaluación son ejes transversales del discurso y de las acciones que ambas agendas llevan a cabo. En ambos mundos hay un interés genuino en dotar a los equipos de herramientas y procesos que les permitan generar nuevo conocimiento y optimizar el conocimiento existente. Grosso modo de despojarse de tanto ego. En materia de innovación pública, hablar de iteración y de experimentación infiere que se gestionen los aprendizajes de cada experimento o proyecto. A través de la experiencia, la evidencia, el razonamiento y la observación se gestionan mejor los insumos y los resultados de una iniciativa, permitiendo así que estos se vuelva a su vez puntos de partida o premisas de una nueva iniciativa. En materia de gobierno abierto, específicamente para los países que hacen parte de la AGA, hay informes de autoevaluación e informes de evaluación hecha por peritos independientes sobre los planes de acción. Esta práctica resuena con lo dicho anteriormente pues permite de manera rigurosa (y periódica) identificar las iniciativas que están avanzando y las que no, explicar los factores que generaron eso y así dar recomendaciones para próximos planes de acción con base en los aprendizajes anteriores.

Con esta reflexión lo que menos quiero es proponer que nos inventemos un nuevo término para fusionar ambas agendas o que nos obliguemos a trabajar de la mano porque sí. Todo lo contrario. Lo que busco con este artículo es abrir la conversación para que hagamos introspección y reflexionemos sobre por qué no ha sido tan clara esa asociación. ¿Por qué si las batallas son las mismas no unimos fuerzas? ¿Por qué si los propósitos son compartidos no hablamos más frecuentemente? ¿Por qué no intentamos reunirnos una vez al año para que este noviazgo funcione mejor?

Fusionar no quiere decir que cada ecosistema pierda su identidad o su propósito. Al revés. Varios actores están demostrando el impacto positivo que genera tener una sombrilla común sin que cada agenda pierda su esencia. Algunos ejemplos son la Subsecretaría de Innovación Pública y Gobierno Abierto del Ministerio de Modernización de Argentina, las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018–2022 de Colombia cuyo capítulo de innovación pública tiene estrategias sobre gobierno abierto, la Secretaría TIC, Innovación y Gobierno Abierto de la Gobernación de Nariño o la Dirección de Gobernanza Pública de la OCDE que alberga en una misma unidad el gobierno abierto, el gobierno digital y la innovación en el sector público.

Conversemos sobre esto pero, ante todo, luchemos juntxs.

--

--

Aura Cifuentes

Over 8 years of experience in Public Innovation, OpenGov, and Digital Transformation. I love discussing leadership, feminism, and mindfulness. Spanglish.