La disciplina, uno de los secretos del éxito

La disciplina es la habilidad de actuar de manera enfocada, a través de la constancia en nuestras acciones, para alcanzar los objetivos que nos proponemos. La intención suele no ser suficiente para alcanzar nuestros objetivos de vida, y por eso muchas veces necesitamos enfocarnos en la búsqueda de nuestras metas de manera disciplinada. Un buen punto de partida puede ser comenzar por cambiar la connotación alrededor de la palabra disciplina. Se la suele asociar a un sistema rígido y dogmático, cuando muchos profesionales se refieren a ella como la clave del éxito. Pero, ¿por qué es un ingrediente tan fundamental?

Un hábito repetido y sostenido en el tiempo es el camino para alcanzar cualquier meta. Por ejemplo, muchos especialistas hablan de repetir por 21 días una acción que queremos transformar en hábito para empezar a sentirla parte de nuestra cotidianeidad. Es así, con acciones repetitivas, que provocamos cambios profundos en nuestros comportamientos y en nuestras mentalidades. Por eso, la disciplina acompaña al plan de acción que permite una rutina mental y física, el cual a su vez permite conquistar exigencias laborales y personales. Es por estos motivos que la disciplina también juega un rol fundamental en el liderazgo.

¿Qué caracteriza, entonces, a un líder disciplinado?

Un líder disciplinado se destaca por tener persistencia, autocontrol y voluntad. Los hábitos de un líder disciplinado le permiten adaptarse a su entorno, incluso cuando las cosas no salen de la manera esperada. Tal como ocurre con los deportistas de alto rendimiento, este tipo de líder se siente capaz de alcanzar sus objetivos, ya que confía tanto en su trabajo como en su esfuerzo.

Así, la disciplina se vuelve una ventaja competitiva para cualquier líder, ya que aumenta su nivel de trabajo y el impacto que tiene sobre los que lo rodean. En otras palabras, le permite potenciar y desplegar su talento.

¿Qué podemos hacer si quisiéramos ser más disciplinados?

La disciplina, como cualquier hábito, necesita ser ejercitada diariamente. Todos tenemos la capacidad de dar forma a nuestra personalidad, con la posibilidad de generar cambios positivos en nuestra mentalidad a fin de alcanzar mejores resultados. En definitiva, tengamos en cuenta que hasta los mejores deportistas no ganan todas las competencias. Sin embargo, eso no les impide volver a intentarlo el año siguiente.

Hay muchos hábitos vinculados al éxito, como la responsabilidad, la perseverancia, la empatía, la puntualidad, el positivismo y el compromiso, todas cualidades propias de un líder disciplinado. Para desarrollar cualquiera de estos hábitos, necesitamos entrenarnos disciplinadamente hasta hacerlos parte de nuestro ser. De esta manera, tendremos la preparación de una persona exitosa y llevaremos estos hábitos con naturalidad, más que con esfuerzo.

No importa cuál sea la meta, el camino a recorrer parece involucrar siempre disciplina para alcanzarla. Si nos proponemos objetivos claros a través de un número de acciones a realizar, son las acciones las que transforman nuestros sueños en realidades. Y, para llevar a cabo estas acciones, la disciplina es muy importante. Por ejemplo, levantarnos treinta minutos antes nos puede dar el tiempo que estamos necesitando para incorporar algún nuevo hábito, pero sin disciplina posiblemente no podremos sostener este cambio de rutina por mucho tiempo.

Todos los días nos enfrentamos a circunstancias donde nuestra disciplina es puesta a prueba para cumplir con demandas personales, laborales o sociales. Un plan de metas, en combinación con un trabajo disciplinado para alcanzarlas, nos permite materializar nuestros sueños. Por eso, para consolidar el éxito en lo que nos proponemos, la disciplina juega un rol fundamental.