Mucho tiempo
La Gravedad nos lleva hacia la Tierra desde que nacemos, a gatas, en sueños, a ostias y a veces morimos.
No puedo imaginar cómo sería vivir otros cuarentaytantos, me parece tanto tiempo que solo pensarlo me estremece.
Por eso respeto mucho a las personas ancianas, porque una vida larga me impone, una mirada detrás de años y años que ya se ha desprendido del futuro y aguarda su última etapa.
Ahora estoy cerca de eso, cuido a una persona en su domicilio que está en tratamiento paliativo y me intimida su lucidez.
Una persona que contempla la posibilidad de morir mañana y lo afronta desde su fuero interno. Cuando sus temores afloran se puede sentir la gravedad empujando.
Esa última morada de uno mismo me parece el espejo en el que más claramente nos reflejamos, eso pienso. Es cuando decidimos qué nos queda, cuando después de la carrera apuramos los últimos metros a riesgo de tropezar por el cansancio.
A veces la recurrencia lógica que esperamos vuela y aflora una identidad sorprendente, robusta y rotunda, una certidumbre y firmeza en el ser cuya importancia ha de ser innegable.
La dignidad de la edad se expresa por sí misma, pero hay cierto consenso edadista sobre que las personas mayores ya han vivido su vida, que ya no es su momento, no merecen el esfuerzo y poco menos que importan, tan solo con suerte a su familia y amigxs.
Trabajando en residencias he visto cómo el respeto de los últimos momentos se pierde, creemos que la atención es lo mismo que el cuidado, pero no es así, se atienden y mantienen las necesidades y las apariencias, pero cada vez importan menos, cada vez hay más soledad.
Esto que digo tal vez no sea muy popular, las personas queremos pensar que lo hacemos bien pero incluso dentro de nuestras propias familias nos acostumbramos a dejar de lado a nuestrxs mayores y ni nos damos cuenta.
En las redes sociales también es evidente la tendente exclusión de las voces longevas, es continua la prepotencia de quienes con todas sus fuerzas tratan de cohibir la opinión de muchos años.
Busco el momento en el que entendamos la fortuna y el valor de una verdadera convivencia inclusiva, un modelo en el que no se deje atrás a las personas por querer ir más rápido. Tenemos la posibilidad de construir un avance para todxs. Eso pienso.
