Comienza la saga del baby-lead weaning

Antimadre
3 min readAug 29, 2015

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Una de las tendencias que más se extiende entre madres es la alimentación complementaria a la lactancia dirigida por el bebé (si te queda alguna duda de por qué uso el término inglés vuelve a leer). En general la mayoría de blogs de Madres (tm) que hablan de baby-led weaning se refieren a alimentación basada en sólidos. Lo primero que leí sobre el tema fue en el libro Bésame mucho del dr. Carlos González: confieso que compré desde el primer momento. Fui una buena comedora de bebé, pero no así mis primos ni los sobrinos de mi marido.

PERO esto del baby-led weaning es bastante más complejo y difícil de lo que parece, por muchos youtubes de bebés comiendo muslos de pollo que te tragues mientras la tuya todavía mama (YO LO HICE).

La cosa es que tu bebé (mi bebé) necesita hierro a partir del sexto mes si le has amamantado exclusivamente. Yo amamanto y recomiendo lactancia materna exclusiva a todo el mundo. La leche materna previene obesidad, cáncer de mama, cólicos del lactante y transtornos alimenticios. La lactancia materna ayuda a dormir, refuerza el vínculo, da seguridad al bebé. Mi leche es la hostia, pero carece de hierro.

Por tanto, “dejar que el bebé dirija” a secas resulta como mínimo confuso. Antes de decidir cómo alimentar a tu bebé resulta muy útil saber qué necesita y por qué.

TUS COJONES

Tres publicaciones que me han resultado muy reveladoras en ese sentido:

Breastfeeding without bullshit y Science of Mom: Ciencia y sentido común, además de reflexiones entorno a la maternidad y la lactancia. Las autoras son estadounidenses, particularidad que hay que tener en cuenta: ellas no tienen baja maternal, no suelen exhibir las tetas en público para amamantar, y consideran lactancia materna prolongada aquella que dura el primer año del bebé.

Gracias a ambos blogs conocí, muy recomendado, este libro:

Child of Mine: Feeding with love and good sense, de Ellyn Satter.

Igual que con los blogs anteriores, hay que tener en cuenta que es un libro norteamericano para norteamericanas. Sus tasas de madres lactantes son aún más bajas que las nuestras, lamentablemente. Madres que no pueden permitirse una baja y que deben negociarla (hay párrafos dedicados a este asunto). Madres cuyo sentido del pudor no es el nuestro y que deben enfrentarlo cuando deciden amamantar. Dietas diferentes, y mercados alimenticios diferentes con dietistas obsesionados con las palabras “grasa” o “carbohidratos”.

Aun así, es una gran guía de nutrición tanto para nuestros bebés como para nosotras. Puedes aprender a comer bien y a ayudar a tus hijos a comer bien leyéndolo. Y te ayuda a no volverte loca de remate si tu bebé no come sólidos a los seis meses como los bebés de Youtube o los bebés de las Madres (tm). Te enseña que la transición papilla-sólidos es positiva, es deseable y puede ser rápida; al contrario que los postulados del dr. González sobre las papillas prolongadas (bien es cierto que González matiza muy a menudo).

Y así es como lo estamos haciendo desde hace casi tres meses en casa: papillas combinadas con frutas, pan, fideos y carne picada de vez en cuando. Papillas con tropezones (no puedo usar esta palabra sin recordar la película Mal Gusto y tener un ataque de ascazo) o con diferentes texturas.

Por cierto: Child of mine es la única publicación que he leído que dedica un párrafo al menos a la casquería. Eso que nuestras madres sí nos dieron y ahora no come nadie, y mucho menos se les da a los bebés. Ni una palabra en toda la farra babyledweaning. Cero. Para que luego hablemos de lo mal que comen los gringos.

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Antimadre

Meanwhile in Vallekas, una madre pobre, cabreona, cotilla y un poco comeflor trata de montarse las nuevas maternidades a su manera.