EL TEATRO EN LIMA
De cómo el Teatro Municipal se convirtió en el Teatro Segura
Gracias del alcalde de Lima Federico Elguera (1901–1908) se construyó el Teatro Municipal, hoy Teatro Segura, durante su gestión, modernizó y puso Lima a la altura de las grandes capitales del mundo y en reconocimiento a su labor se le nombró presidente de la Comisión Encargada de Organizar la Celebración por el Centenario de la Independencia. Lima tenía que contar entonces, por ese importante motivo, con un teatro a la altura de las celebraciones.
Según Alejandro Yori, responsable principal de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Lima en la década de 1960 y creador y gestor del Museo Municipal de Teatro y de la galería Pancho Fierro, el Teatro Segura era “un recinto de gran belleza, acogedor ambiente y de una acústica y visibilidad como la que tienen pocos teatros. Y ahí continúa erguido, como un símbolo histórico de la Lima del novecientos”.
Según relata Yori, el teatro en esa época era la prolongación de los salones limeños, algo así como “una reunión de la alta sociedad, en la que además podía gozarse de un gran espectáculo lírico o dramático”. Los abonados a palco asistían casi todas las noches de rigurosa etiqueta y las damas con elegantes trajes y magníficas joyas. Los presidentes de la República don José Pardo y don Augusto B. Leguía, especialmente este último, eran muy aficionados al teatro y asistían con frecuencia a los espectáculos que miraban desde el palco presidencial.
El público que frecuentaba entonces el teatro era en su mayor parte “de clase alta”, que asistía a los días de presentación de las damas de la sociedad limeña, los grandes bailes, los abonos a las corridas de toros en la Plaza de Acho — o en otros teatros de moda — , y a los que no pertenecían a la alta sociedad les agradaba verla cerca de la entrada o a la salida del foyer. Según Milagros Romero, autora del libro Teatro Municipal de Lima. Del sueño a la realidad, sobre la reconstrucción del teatro limeño luego del incendio de 1988, foyer es el espacio que sirve de transición a otra sala mayor que suele haber en teatros, hoteles y edificios. También se le denomina vestíbulo o hall.
En el Teatro Segura, según Yori, “ninguna dama podía salir al foyer en los entreactos. Existía la costumbre de visitarlas en sus palcos, y las solteras se mostraban orgullosas por la cantidad de caballeros que se acercaban a cumplimentarlas”.
Pero la parte más interesante para las damas asistentes, según relata Yori, eran los grupos que se formaban en el foyer al terminar el espectáculo, mientras se iban anunciando en voz alta los nombres de los dueños de los coches que iban llegando a la puerta a recogerlos.
Esas tertulias eran divertidísimas, dice Yori, porque en ellas se criticaban los abrigos y “salidas de teatro”, los trajes ya habían sido debidamente criticados o alabados durante la función, y las muchachas que ya tenían novio, “a las que les gustaba criticar más de lo debido”, encargaban a sus cocheros que pasaran a recogerlas al final.
Como una excepción y gran innovación, la noche de la inauguración del teatro se permitió a las damas salir a comentar y alternar con los caballeros en el foyer durante los entreactos. Esto también se permitió en la función del 14 de febrero de 1909, cuando se abrieron las cortinas del escenario del teatro, entonces Municipal, hoy Segura, “para dar paso al verbo divino de Lope de Vega a través de la voz de oro de María Guerrero en la pieza teatral La niña boba”.
Este teatro se llamó Municipal hasta el 24 de junio de 1929, en que la Municipalidad de Lima compró el Teatro Forero que pasó a llamarse Municipal y que hoy es el Teatro Manuel A. Segura que muy pronto podremos reconocer y revivir.
Pero este no fue el primer teatro construido en el mismo terreno. En 1615 funcionaba allí el Corral de Comedias, levantado por Alfonso de Ávila. Destruido por el terremoto de 1746, según Yori, se levantó otro local sobre sus escombros. En 1822 fue reformado el local por don Bernardo de Monteagudo, ministro del protector José de San Martín. Más tarde se le llamó Teatro Principal y fue inaugurado en 1874 con la ópera El trovador, de Verdi, pero en 1885 este teatro fue consumido por un incendio.
Seis años más tarde se inauguró allí un teatro de madera, “El Portátil”. En el largo historial de este teatro se registran las celebradas actuaciones de la famosa actriz peruana Micaela Villegas, “La Perricholi”, recitando a Calderón de la Barca, Lope de Vega, Tirso de Molina y Peralta y Barnuevo.
Luego el maestro Andrés Bolognesi, padre del héroe de Arica, dirigió la primera compañía de ópera italiana con El matrimonio secreto, de Doménico Cimarosa.
En el Teatro Municipal, hoy Segura, el general José de San Martín escuchó desde su palco el Himno Nacional del Perú, de José Bernardo Alzedo, que fue cantado por primera vez por la contralto peruana Rosa Merino.
Muchos interesantes datos sobre la historia del teatro en Lima se pueden conocer visitando el Museo Municipal de Teatro, en jirón Huancavelica 338, ya que los artistas que pasaron por Lima en diferentes épocas donaron desde vestidos hasta objetos personales de gran valor para que sean parte del museo que pertenece hoy a todos los limeños.
(Maricarmen Arata, sobre la base de los apuntes de Alejandro Yori en el libro Breve Historia de los Teatros Municipales, publicado por la Gerencia de Cultura de la MML en 2016).
