PLAZUELA DE CERCADO Y ALREDEDORES

Cultura Para Lima
6 min readAug 27, 2018

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Antes de entrar a la Plazuela del Cercado conviene mencionar qué fueron las reducciones de indios, pues la plaza es consecuencia de estas. En 1570, después de treinta años de caos, el virrey Toledo comienza a reorganizar la administración del virreinato. Establece entonces el sistema de reducción de indios, que reemplazó al sistema de encomienda con el que los españoles abusaban de los naturales.

Se decidió que los indios debían vivir apartados de los españoles en comunidades y reducciones bajo leyes propias y doctrina. Esto tenía varias ventajas; corregir la gran dispersión que había en el reino, cobrar mejor el tributo y hacer más efectiva la catequización.

De muchas de estas reducciones se encargó la orden jesuita, especialista en ese tipo de administración. La Plazuela del Cercado es el corazón de la que fue reducción de indios de Santiago del Cercado. Aquí se concentró a los indios que se hallaban dispersos por esa parte del valle. El gobernador Lope García de Castro –que no fue virrey, pero tenía poderes reales y amplias facultades gubernativas– había establecido en 1568, ya antes de Toledo, el Cercado de Indios, no solo con los indios del valle sino también con aquellos que vivían dentro de la ciudad, y que eran víctimas de extorsiones por los propios españoles.

El corregidor Alonso Manuel de Anaya y el regidor Diego de Porras Sagredo fueron designados para escoger el lugar y lo hicieron al este, más allá de la extensión de la ciudad, que por ese entonces tenía como límites los alrededores de la actual Plaza Italia.

Escultura de Leda y el Cisne, Plazuela del Cercado.

Fotografía: David Pino

Las tierras desde donde vinieron los nuevos habitantes pertenecían a un tal Rodrigo Niño, quien había recibido la encomienda de Cacahuasi en el valle del Lati o Ate y estaban siendo cultivadas por indios encomenderos. Por tal motivo es fácil deducir que aparte de los indios de la ciudad, los que se redujeron allí pertenecían a ese lado del valle.

Es probable, también que por el mismo motivo nunca se estableciera una reducción con iglesia en la actual Ate como si sucedió en otras partes de la ciudad. Se ha encontrado también que parte de los terrenos pertenecía a la huerta del licenciado López Guarnido y a una huerta anexa de Antonio López.

Finalmente, como ya mencionamos, fue el virrey Toledo quien dio impulso a la obra. Se estableció que el nuevo pueblo debía de tener 35 manzanas divididas en solares y una plaza, y que debía de estar rodeado de un muro o tapial con tres puertas. Fue inaugurado en 1571, el 25 de julio, día del apóstol Santiago, por lo que tomó el nombre de Santiago del Cercado.

Quizás habrás escuchado el nombre Cercado de Lima, pero no hay que confundirlo con el de Cercado de Indios, pues este es anterior y se refiere exclusivamente al entorno urbano cercado por las murallas de Lima. Sin embargo, y a despecho de la historia, hoy se le designa así a esa suerte de tierra de nadie que no es ninguno de los otros distritos de la ciudad y que depende la Municipalidad de Lima.

El objetivo del cerco no solo era el de proteger a los indios de las extorsiones y robos de los que eran víctimas por los españoles, sino que tuvo un efecto de control sobre sus habitantes: todos debían estar dentro antes de la puesta de sol caiga, momento en que se cerraban las puertas para volverlas a abrir cuando el sol saliese. En cuanto al número y ubicación de estas puertas se dice que fueron tres. La principal estaba donde hoy se ubica Cinco Esquinas, donde empezaba la que llamaban “calle que lleva al Cercado”, siendo el límite del emplazamiento el jirón Wari, por el lado occidental, y la avenida Locumba en El Agustino, por el lado oriental. Cuando se construyeron las murallas a finales del siglo XVII este límite se vino abajo pues cortó parte del terreno porque, para ese entonces y casi un siglo después, el Cercado de Indios, como sistema, ya no tenía el mismo sentido de su fundación y, además, parte de su perímetro ya se encontraba colindando con el núcleo urbano de Lima (antes estaban separados, había huertas y terrenos antes de llegar al Cercado). Aun así, los altos muros continuaron hasta bien entrado el siglo XX. La otra puerta se ubicaba en el lado norte por el jirón Áncash. No se conoce la ubicación de la tercera, aunque se presume que estuvo al oriente.

En 1618, durante el gobierno del virrey príncipe de Esquilache, Francisco de Borja y Aragón, se concluyó dentro del Cercado de Indios importantes edificios como el hospital de San Blas, el Colegio del Príncipe (del que trataremos más adelante), un centro educativo para el aprendizaje de las lenguas indias y una prisión para indios hechiceros llamada Santa Cruz. Para ese entonces todas las casas eran de una sola planta con huerta y la plaza tenía una cruz en el medio, símbolo de la nueva religión. Todo estaba bajo la eficiente administración de los jesuitas. El Cercado podría ser considerado hoy, en pequeña escala, como precursor de las agrupaciones satélites modernas (o unidades vecinales, en lenguaje moderno), tal como apunta el arquitecto Héctor Velarde en una interesante observación.

La plaza es única en toda América. Su forma es romboide y en uno de los vértices se ubica la iglesia. No se sabe el motivo del diseño de la plaza, pero así figura en los más tempranos planos de la ciudad. Con el correr de los años, y seguramente que de la mano con la necesidad y la utilidad, una pila de agua reemplazó a la cruz. Durante los trabajos de remodelación de la plaza en el siglo XX (no se sabe en qué momento específico) se colocaron allí cuatro estatuas: una representación de América, otra de Europa, una Leda con cisne y una Psique.

Pero en Lima todo se reordena, todo va saltando de un lado a otro y estas esculturas no son la excepción, ya que vinieron de otro lugar de la ciudad: las dos primeras habían sido parte de un conjunto de cuatro estatuas colocadas a mediados del siglo XIX en la Plaza de Armas (para mayores datos, en esta misma plaza se encontraban también cuatro alegorías de las cuatro estaciones, las que hoy están en el Paseo Colón). Posteriormente, cuando se abrió el Paseo 9 de Diciembre (Paseo Colón), pasaron a ocupar las hornacinas de la fachada del Palacio de la Exposición para luego partir al Cercado. Las otras dos, Psique y Leda, estuvieron frente al restaurante del Palacio de la Exposición y también fueron a parar al Cercado en una combinación sin ton ni son, que tenía como centro una pila de bronce de catálogo industrial del siglo XIX. Para añadir más cambalache al ornato de la plaza, el atrio de la iglesia cuenta con una escultura de la Giustizia o justicia, que algunos aseguran que estuvo en el restaurante Jardín de Estrasburgo, ubicado en la Plaza de Armas.

Fuente: Torres, Gonzalo (2016) Barrios Altos. Un recorrido Histórico. Lima: Municipalidad de Lima, pp. 19–26.

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Cultura Para Lima

Cuenta oficial de la Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima.