“La violencia de Género es un instrumento político”

La Asociación Europea de Abogados de Familia trabaja contra las injusticias que genera la Ley Contra la Violencia de Género

D.L.
9 min readFeb 5, 2020

La Asociación Europea de Abogados de Familia se creó con la intención de defender el derecho a la igualdad de los menores que conviven en el seno de una familia intacto o en el seno de una familia separada. Un bufete de abogados que trabaja a favor de mantener lo máximo posible la estabilidad de la familia, de forma tal que cualquier pareja, antes de separarse, piense en las repercusiones de tal acto. Este colectivo de abogados lucha contra cualquier forma de adoctrinamiento e imposición de prejuicios en los Tribunales, que siguen actuando en la creencia de que los niños son solo para ser atendidos por las mujeres.

P: ¿Para usted la palabra “género” ¿A quién hace referencia? Porque socialmente parece que solo se refiere a la mujer.

R: Yo prefiero no utilizar la palabra género, sino sexo: sexo masculino y sexo femenino. El sexo es una realidad biológica claramente definida, y que por tanto crea seguridad social y jurídica. Así, se es de sexo masculino por tener el cariotipo XY, y se es de sexo femenino por tener el cariotipo XX.

Sin embargo, el término género es un término político utilizado por los ideólogos políticos de género para transmitir confusión y lograr la consecución de sus fines políticos. Buena prueba de ello es que, efectivamente, hablan de multitud de géneros pero luego, en el uso práctico lo hacen para referirse solo a las mujeres.

P: ¿Usted cree que el maltrato hacia el hombre se produce más de los que pensamos? ¿Por qué?

R: Efectivamente el maltrato del varón es más común de lo que se piensa, y ello por cuanto se trata de un maltrato “invisible”. Lo más grave de la situación es que el primer maltrato al varón es un “maltrato institucional” por cuanto nuestro derecho y nuestros representantes públicos no admiten la existencia del maltrato al varón. Con tal manera de proceder el varón maltratado se siente estigmatizado por la sociedad y silenciado, por lo que no puede hacer pública su condición de maltratado ni buscar ayuda social, pues sabe que en cuanto lo intente será rechazado.

P: El maltrato más común hacia un hombre es el psicológico ¿Cómo puede afectar esto en la víctima?

R: Sí, el maltrato más común hacía el hombre es el psicológico. Por ejemplo cuando se le dice que no gana lo suficiente, o que no es lo suficientemente hombre como para irse de casa. Hay un maltrato especialmente perverso, que yo llamo “la puerta de cristal”. Y es que cuando una pareja tiene hijos es frecuente que la madre no deje al varón implicarse en la crianza y le dice que él de eso no entiende, que la madre es ella, etc. Estos comportamientos levantan una barrera invisible, una puerta de cristal que impide que el hombre, de puertas adentro de su domicilio, pueda reclamar un trato igualitario. Hoy por hoy el ámbito doméstico sigue siendo dominado por las mujeres porque muchas mujeres no están dispuestas a compartir las tareas de crianza de los hijos.

Esto afecta muy negativamente al hombre, que consciente de los derechos de la mujer ha asumido la relevancia social de la mujer en el mundo laboral pero en cambio ve cómo la mujer no asume la igual de trato del hombre en el ámbito doméstico.

P: ¿Usted por qué cree que a una mujer le cuesta tanto darse cuenta de que está siendo maltratada y después denunciar? ¿Y a un hombre?

R: Cuando una mujer es efectivamente maltratada le cuesta denunciar porque tiene miedo al maltratador, y eso a pesar de la protección institucional que se otorga a mujer víctima.

En cuanto al hombre, el temor es aún mayor, pues sabe que si denuncia no encontrará ninguna protección institucional. Además, sabe que si se atreve a dar el paso y denunciar, su mujer no dudará en utilizar la Ley de Violencia contra él como nuevo instrumento maltratante. Y así el hombre es consciente que seguramente será denunciado en falso y como socialmente todo hombre está criminalizado por ser hombre, darán mayor credibilidad a la mujer.

Así pues, no tienen ningún interés en denunciar, pues la denuncia empeorará su situación.

P: Cómo puede salir un hombre maltratado de esta situación, sin ser perjudicado por la ley, porque como bien sabemos la Ley de Violencia de Género solo ampara a las mujeres ¿Qué opina usted sobre esto? ¿Cree que hay mujeres que se aprovechan de esta situación?

R: Hoy por hoy es muy difícil salir de esta situación. La única posibilidad real de salir de este círculo vicioso es que los medios de comunicación ejerzan la importante labor social de denunciar esta situación y la población se vaya concienciando que el bien y el mal, lo bueno y lo malo, así como el maltrato, no tiene sexo, y que tanto puede maltratar un hombre como una mujer.

P: ¿Qué piensa usted de que el maltrato hacia el hombre esté incluido en la violencia doméstica y que la pena sea menor que la de un hombre que maltrata a su mujer?

R: Me parece una situación radicalmente injusta. Las penas deberían ser más graves no en función del sexo, sino en función de si el victimario se prevalió de una situación de superioridad o no. Así, por ejemplo, efectivamente si un hombre superior en fuerza física a una mujer la maltrata prevaliéndose de esta mayor fuerza se le debería agravar la pena. Pero de igual modo, si una mujer con más carácter o mayor fuerza psicológica se prevale de esta situación para maltratar a un hombre más pusilánime, debería igualmente agravarse la pena.

P: ¿Sabría usted decirme cómo de perjudicado puede salir un hombre, por ejemplo, en una separación en la que la mujer alega haber sufrido malos tratos sin tener pruebas?

R: Lo primero es que en todo caso, incluso aunque sea absuelto, acabará con el estigma social, imborrable, de ser un maltratador. Pero es que, además, si acaba condenado, puede perder su trabajo, se le restringen sus posibilidades laborales o de ocio (por ejemplo en USA no se puede entrar si tienes antecedentes penales). Si tiene hijos la situación es peor, pues no podrá ser nunca custodio de los mismos, y se le obligará a pagar una pensión que generalmente cubre más del 100 % de los gastos del menor, y vendrá obligado a seguir pagando la hipoteca de una casa que ya no puede disfrutar. Comienza así una vida plena de precariedad laboral, económica y afectiva.

P: ¿Qué le parece que el 016 que es el teléfono contra el maltrato, cuelgue cuando llama un hombre y solo atienda a mujeres?

R: Efectivamente, me parece que evidencia que estamos ante una sociedad enferma. ¿Qué pensaríamos de un teléfono de atención a víctimas de un delito que se negara a atender a personas de raza negra o asiática? ¿O qué pensaríamos de algún servicio público que se denegara a alguien por ser judío, o por ser cristiano? Diríamos que es inasumible democráticamente… pues lo mismo digo que este servicio teléfonico.

P: ¿Piensa usted que en lugar de una Ley Contra la Violencia de Género debería haber una Ley en contra de la Violencia, sin distinción? ¿Esto es complicado de conseguir? En caso de ser afirmativa la respuesta ¿Por qué?

R: En efecto, debería aprobarse una Ley de Violencia sin más distinción. Sin embargo, hoy por hoy es difícil de conseguir, pues la Ley de Violencia de Género es un instrumento político al servicio de la Ideología de Género. Y hoy por hoy la ideología de género, si bien es rechazada por la mayoría social, sin embargo ha sido acogida por la totalidad de partidos políticos con representación parlamentaria. Como se ha llegado aquí es largo de explicar, si bien de manera muy resumida se puede decir que los partidos lo único a lo que aspiran es a tener una sociedad poco cohesionada, donde les es más fácil a ello medrar y prosperar. Y la manera de tener una sociedad poco cohesionada es crear una falsa “guerra de sexos” que hace que los hombres desconfíen de las mujeres y al contrario.

P: Cree usted que hay un pensamiento machista en la sociedad que le quita importancia al maltrato del hombre y lo hace ver como que él se lo merece y cuando se produce en el caso contrario se le da una gran importancia y se dice que “ha sido una víctima del machismo” ¿Dónde cree usted que nos enseñan a pensar así?

R: No creo que exista un pensamiento machista de este tipo, sino todo lo contrario. Desde tiempos inmemoriales se enseñó al hombre que debía proteger a la mujer; que en caso de guerra era él quien debía sacrificar su vida por su mujer, por sus hijos y por su hogar; que si las cosas venían mal dadas era él quien debía emigrar y buscar un trabajo lejos para poder mantener a su mujer e hijos; que era él quien debía ocuparse de los trabajos duros (el trabajo en las minas, en el mar, en la construcción –sectores todos con altos índices de siniestralidad y enfermedades laborales y en los que las mujeres hoy siguen infrarrepresentadas). Quien enseñaba esto a los hombres eran sus madres, que eran las que los formaban, y es que al menos las sociedades mediterráneas como la nuestra siempre han sido matriarcales.

P: ¿Por qué cree que estos casos apenas tienen visibilidad en los medios? ¿Usted cree que a la sociedad no le interesa conocer una noticia sobre un hombre maltratado? ¿Por qué? ¿Qué cree que pensarían las mujeres que vieran una noticia de este tema? ¿Y los hombres?

R: A la sociedad claro que le interesa ver noticias de este tipo. Lo que pasa es que este tipo de noticias solo se recogen en muy pocas ocasiones o en medios muy pequeños. Y ello es así por imperativo legal los grandes medios de comunicación no están libres de presiones. Así las administraciones invierten fuertes cantidades de dinero en publicidad de ideología de género… que no publicita en medios críticos con la misma. Del mismo modo los políticos han impuesto libros de estilo y de buenas prácticas que impiden contar la realidad tal como es. Y, finalmente, los políticos no han dudado en salir en tromba contra cualquier medio o asociación críticos contra los postulados de género, y por eso muchos medios, para evitar problemas, aplican la autocensura.

P: ¿Qué opina usted sobre las feministas? Y sobre las feminazis o hembristas? ¿Qué diferencia encuentra usted entre ambas? ¿Piensa usted que en el discurso de las feministas, éstas se contradicen a la hora de defender algo que las favorece a ellas pero que perjudica al género masculino?

R: Una cosa es el feminismo y otra muy distinta el feminismo de género, las hembristas y las feminazis. Las primeras, en algunos casos con errores, están seriamente preocupadas por las mujeres y su situación social, laboral y política. Sin embargo para los otros grupos (feministas de género, hembristas y feminazis) la mujer es una mera disculpa para alcanzar el poder político. A estos grupos les importa bien poco la auténtica mujer concreta: lo único que les interesa es la crispación social y el aumento de la tensión social con el objeto de que se aumenten las subvenciones y ayudas sociales mientras ellas van alcanzado cada vez mayores cuotas de poder, cuotas de poder que, además, utilizan en contra de las mujeres.

Así, odian a las mujeres que deciden ser madres, o las que decide libremente elegir la vida doméstica, o las que se sienten femeninas y no quiere comportarse como un triste remedo de los varones.

P: Las asociaciones feministas sustentan su mensaje en que la mujer es más débil que el hombre y por eso deben ser protegidas ¿Qué opina usted sobre esto?

R: La mujer, con carácter general, es físicamente más débil que el hombre, pero en cambio es psicológicamente más fuerte. Para mí el hombre y la mujer son iguales en dignidad, pero diferentes en todo lo demás. Sin embargo, la diferencia no quiere decir que uno sea superior a otro, sino todo lo contrario, que ambos se necesitan, y por eso yo concibo al hombre y la mujer como complementarios. El feminismo radical, sin embargo, ha acogido el supremacismo sexual y entiende que hay un sexo que debe imponerse a otro. Pues bien, esto es una barbaridad que solo puede producir dolor y sufrimiento.

P:Hay personas que piensas que al incluir al hombre en la Ley Integral Contra la Violencia de Género (LIVG) se minimizaría el problema de machismo que hay en la sociedad ¿piensa usted que esto es sería así?

R: Sí, hay quien dice esto, pero yo digo la contrario: no incluir al hombre es minimizar el maltrato al varón, y en una sociedad en la que decimos que todos somos iguales en dignidad y derechos no se puede comprender que se minimice el dolor de nadie.

P: Estas personas consideran que el hombre tiene el rol del patriarca ¿piensa usted que esta clase de pensamiento es la base en la que crece la sociedad machista?

R: El patriarcado ni existe ni existió nunca. Lo que hubo fue un reparto de tareas que al hombre le vendieron la peor parte: ir a la guerra a defender a su mujer e hijos, desempañarse en los trabajos más duros y con mayor índice de riesgos laborales, etc.

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