¿Por qué “feminismo” y no “igualismo”?

Voy a responder con este artículo por qué el feminismo se llama así y por qué creo que esta pregunta se sigue repitiendo incluso cuando se puede acceder fácilmente a la respuesta. Este artículo es fruto de varios debates y estoy utilizando palabras y argumentos de otra gente que me enseñaron mucho. Agradezco especialmente a Daniela Sherif y Nuit Luján.

Danilo Castelli
6 min readOct 3, 2016

El origen histórico del término “feminismo”

La historiadora y filósofa francesa Geneviève Fraisse (…) precisa que el adjetivo “feminista” lo utiliza por primera vez con fines políticos y periodísticos Alejandro Dumas hijo en su panfleto ‘El hombre-mujer’ de 1872.

Dumas recoge la palabra de una tesis médica sobre tuberculosis de 1871, ‘Sobre el feminismo y el infantilismo en los tuberculosos’ (‘Du féminisme et de l’infantilisme chez les tuberculeux’), escrita por Ferdinand-Valère Faneau de la Cour. Un tratado en el que se señalaba que muchos hombres enfermos de tuberculosis tenían rasgos “infantiles y feministas” como “el cabello fino, pestañas largas, piel blanca y blanda, barba escasa, genitales pequeños, mamas voluminosas,…”, puntualiza la feminista Beatriz Preciado, autora de ‘El manifiesto contrasexual’. “El texto de Faneau de La Cour tuvo bastante éxito mediático y Alejando Dumas (hijo), periodista muy activo en la época, utiliza la noción de feminista para descalificar a aquellos hombres que apoyaban la causa de las ciudadanas. Hombres que, según Dumas, corrían el peligro de sufrir un proceso de feminización similar al que padecían los tuberculosos”, apuntó Preciado durante su intervención en el seminario ‘Cuerpo Impropio’, que tuvo lugar en noviembre de 2011 en la Universidad Internacional de Andalucía.

(…) A finales del siglo XIX, gracias al discurso de las sufragistas, el término ‘feminismo’ evoluciona hacia un significado positivo, relacionado con la justicia social, la unión colectiva de las mujeres en defensa de sus derechos y la organización social del poder femenino.

http://feminismo.about.com/od/conceptos/fl/iquestCuaacutel-es-el-origen-del-teacutermino-feminismo.htm

En resumen: la palabra feminismo se utilizaba antes como denominación a una enfermedad que afectaba a la “virilidad” del hombre. Alexandre Dumas hijo utilizó la palabra feminista para burlarse de los hombres que apoyaban la lucha de las mujeres de la época, que pedían por igualdad de educación y derechos. Luego esa palabra fue resignificada positivamente por los movimientos de mujeres como rótulo y como teoría para sus luchas por libertad e igualdad.

¿Por qué se sigue usando el término “feminismo”?

Básicamente, porque las condiciones históricas siguen haciendo necesario que exista un movimiento que luche por más libertad e igualdad de oportunidades para las mujeres.

-¿Pero si están por la igualdad, por qué no “igualismo”?

Todo movimiento que luchó por la igualdad lo hizo partiendo de una condición concreta de desigualdad y en su nombre se notaba cuál era la estrategia para pasar de la desigualdad a la igualdad. Los que lucharon para que nadie sea esclavo se autodenominaron “abolicionistas”, indicando que el camino para esa igualdad era abolir la esclavitud. Los que lucharon para que todas las naciones pudieran autodeterminarse se autodenominaron “patriotas”, indicando que el camino para esa igualdad pasaba por expulsar al invasor o al poder colonial que obstaculizaba esa autodeterminación. El nombre “feminismo”, que implica más derechos e igualdad de oportunidades para las mujeres, expresa muy sintéticamente que el camino concreto para la igualdad de derechos y oportunidades entre los sexos es nivelar para arriba la situación de las mujeres.

¿Se puede ser feminista sin ser igualitarista? Sí, porque es posible estar en contra de un tipo de opresión/desigualdad y estar a favor o ser indiferente ante otras. Ahora, ¿se puede ser igualitarista sin ser feminista? No. Si estás a favor de la igualdad de derechos y oportunidades para todos los seres humanos independientemente de sexo, orientación sexual, etnicidad, nacionalidad, etc., entonces se deduce que ya sos feminista en los hechos.

-¿Y qué tal “humanismo”?

El humanismo fue un movimiento filosófico y artístico que puede ubicarse históricamente en la época del Renacimiento. Significó un importante cambio de paradigma europeo, reubicando al ser humano en el lugar que ocupó el dios cristiano en el medioevo. Si las concepciones sobre los derechos humanos que aparecen en la Declaración de Independencia de los EEUU (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) son hijas del humanismo, el feminismo puede considerarse uno de sus nietos(*).

Hoy decir “soy humanista” es decir bien poco a nivel paradigmático y político, por lo menos en las sociedades seculares. Hoy el conflicto no pasa por ser o no humanistas, sino por qué tipo de humanistas somos. Decir “no soy feminista, soy humanista” es como decir “no soy humano, soy primate”.

-Aun así, “feminismo” es un término que despierta mucha resistencia. ¿No sería políticamente más oportuno cambiarle el nombre al movimiento para que más gente se sume a él?

Solo en apariencia. Las asociaciones negativas inconscientes y los prejuicios ante la mención de la palabra “feminismo” son un primer obstáculo a superar si sequiere formar parte de este movimiento o apoyarlo efectivamente.

El feminismo es un movimiento que propone un cambio radical en el status quo, y esto significa un cambio radical en nuestra visión del mundo. Esta revolución dentro de nuestras cabezas no puede hacerse sin conflicto con el machismo que nos fue transmitido en nuestra educación. Sin desafiar a nuestro machismo internalizado, no seremos combatientes eficaces contra el machismo en la sociedad. Comparto estas palabras de Nuit Luján:

Aceptar la palabra feminismo en mi vida fue hacer un quiebre en un pensamiento, fue eliminar prejuicios, fue callarme y escuchar, fue empezar a considerar que puede haber otra verdad distinta a la que creo que existe y que puede que mi verdad no sea la más acertada. Y hacer todo eso, de alguna manera fue un ejercicio o un sacrificio de “iniciación” para que luego repita ese proceso con otras palabras, con otros conceptos, con otras actitudes incluso.

(…)

Creo que no se puede entender ni acompañar una lucha contra el prejuicio y la violencia y la discriminación, si antes no se logra detener y transformar el prejuicio, la violencia y la discriminación que una palabrita nos genera. Quiero que todos hagan ese ejercicio mental. Creo que todos necesitamos practicarlo. Y la palabra feminismo es un buen detonante para eso. Lo lamento por quienes se limitan ante ella.

¿Por qué esta pregunta es tan frecuente?

Porque vivimos en una sociedad machista y en ella se forman nuestras subjetividades.

Que el feminismo sea anti-hombres, o que feminismo y machismo son dos extremos aborrecibles y la igualdad está en el medio son ideas bastante estúpidas cuando uno se pone a analizarlas, sin embargo sobreviven porque siguen siendo alimentadas por la crianza y la cultura machista que forma nuestras subjetividades desde mucho antes de que seamos capaces de criticar aquello que nos enseñaron.

En una sociedad machista, todos somos machistas por default. Incluso quienes nos damos cuenta de eso y hemos cambiado bastante, tenemos algo de machismo que probablemente jamás podamos superar. Cuando se nos educa y se nos “programa” para defender el status quo, es lógico que encontremos amenazante o injusta cualquier reivindicación que signifique un cambio radical en el status quo.

La pregunta bien intencionada “¿por qué feminismo y no igualismo?” es un avance relativo frente a posturas anti-feministas más duras, pero sigue indicando que hay una ignorancia voluntaria sobre el tema, porque es una pregunta hecha desde el prejuicio en circunstancias donde el conocimiento sobre el feminismo es altamente accesible (y quien continúe el aprendizaje averiguará que hay varias corrientes en el feminismo, así que deberíamos hablar de LOS feminismos).

¿Por qué escribí esto?

Porque soy igualitarista (o “igualista”). Por lo tanto, también soy feminista. Quiero el éxito de todas las causas e iniciativas que estén por la igualdad de derechos y oportunidades. Por lo tanto, quiero el éxito del feminismo.

La pregunta “¿por qué feminismo y no igualismo?” indica pereza intelectual pero también indica curiosidad. Es respondiendo a esa curiosidad que hice esta nota y espero que sea útil.

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(*) Antes decíamos que puede estarse en contra de un tipo de opresión/desigualdad y estar a favor o ser indiferente ante otras. En 1791, Olympe de Gouges escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en el que extendía a las mujeres los conceptos de libertad e igualdad formulados por la Asamblea Constituyente. Fue ridiculizada, ninguneada y eventualmente guillotinada por revolucionarios cuyo concepto de igualdad era solo un poco mejor que el de los reyes.

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