Curitiba: cuatro países en cuatro días

Diego Rodrigo
6 min readNov 17, 2021

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Ya habiendo devorado el sudeste, mi primer contacto con la región sur del Brasil fue la capital de Paraná. Tomé la extraña decisión de viajar desde Vitória y pasar el año nuevo 2017 allá. Sería mi segundo réveillon, después de Bahía 2015. Lejos de la playa y una experiencia bastante citadina para mi gusto. Pero valió la pena porque se trata de eso: volar y probar.

Minutos antes del último día del año. Así me recibió Paraná. Cámara del iPhone 5S. (30/12/2016)

El primer día en Japón

La lluvia no permitió que me movilizara tanto pero conseguí visitar el Jardim Botânico. La entrada es gratuita, pero no diría que es tan impresionante si lo comparo con los otros dos que conozco: el de Río de Janeiro y São Paulo. Quizás por la diferencia del tamaño. Ahora bien, si aprecian las plantas y una buena caminata, una hora es más que suficiente para curtir el passeio.

Inaugurado en 1991, el Jardín Botánico cuenta con 278,000 m². Cámara del iPhone 5S. (31/12/2016)
El jardín es un homenaje a Francisca Maria Garfunkel Rischbieter, quien se encargó del planeamiento urbano de la capital de Paraná. Cámara del iPhone 5S. (31/12/2016)

Algo muy lindo en esta ciudad es que muchos de los puntos turísticos son homenajes a los migrantes de otros países. Entonces pasear a través de Curitiba es adentrarte en un buffet de culturas, relatos y sensaciones. No tengo ojos de arquitecto pero disfruté mucho de los caminos y edificaciones, las placitas y los parques. Hablamos de una ciudad inteligente, de las que poseen mejor calidad de vida en el Brasil, alto nivel de seguridad, excelentes servicios de transporte (el metro es súper ordenado), zonas limpias y espacios modernos. Curitiba es la mejor carta de presentación del sur. Y un encuentro de diversos destinos. Tal fue el caso de la Praça do Japão, que cuenta con 14,000 m².

No es mi video pero lo bueno se comparte.
Praça do Japão, inaugurada en 1962 y un homenaje a los japoneses que llegaron desde 1910. De hecho, Curitiba tiene la segunda mayor comunidad japonesa en el Brasil.

El año nuevo fue cero planeado. Compartí un par de palabras con un match de Tinder. Le comenté que no tenía planes. De hecho la ciudad se sentía bastante vacía porque nadie pasa año nuevo en Curitiba. El hostel era nuevo y tampoco tenía tanta gente. Lo más común era escapar a Florianópolis o a algún destino más playero. No tuve tiempo de arrepentirme de haber ido porque el match me armó los planes: pasaría a recogerme en unos minutos y llevarme al Bar do Simão. Alabados sean los brasileños y su inmediatez. Valeu!

No recuerdo mucho de esa noite, solo que nos tomamos una foto con algunos desconocidos antes de entrar al bar. Y conocí una bebida de la que me enamoré: el Skol Beats azul, era una cerveza con poco alcohol y sabor dulce. Días después descubriría que también habían versiones rojas y verdes en Espírito Santo. La última noche del 2016 bebí hasta decir basta, besé como si fuera mi despedida de soltero y abracé una libertad tan linda que se conquista en un lugar donde nadie te conoce y tienes la chance de rearmarte. Más de una vez. Vuelvo a revisar las palabras: rearmarme y amarme. Muchas gracias por eso, Ally y Matheus.

Fanático de las fotos random con desconocidos. Porque sim. Cámara del iPhone 5S. (31/12/2016)
Uno de los pocos videos que encontré de este lindo bar. ¡Ultrarecomendado!

El segundo día en Alemania

La Praça do Japão fue solo el comienzo. Gracias a Google Maps y a Uber recorrí un par de destinos dentro de la capital. Lo ideal hubiera sido subirme a esos buses de tours gratuitos dentro de la ciudad pero me enteré tarde de su existencia. El Bosque Alemán es muy lindo. Cuenta con 38.000 m² y es una bella dedicatoria a los migrantes alemanes de inicios del siglo XIX. Insisto: en Curitiba se condensan varias naciones. Y el resultado es brillante. El Bosque Alemão en particular es perfecto para fotos postales. Es una manera de honrar las tradiciones y la cultura que inyectaron en la ciudad.

Portal da Casa de Mila. A esto me refería cuando hablaba de las fotos postales. Cámara del iPhone 5S. (01/01/2017)
Oratório Bach. O al menos eso dice en el papel de la izquierda. Cámara del iPhone 5S. (01/01/2017)
Vista panorámica de la ciudad desde la Torre de los Filósofos. Cámara del iPhone 5S. (01/01/2017)

El tercer día en Ucrania

Me apena no recordar el hostel donde me quedé, era nuevo, no logré conocer gente pero amé que me alimentaran con los restos de la cena navideña durante mi estadía. Una de las voluntarias y yo nos fuimos al Memorial Ucraniano, fundado en 1995 en homenaje al centenario de la llegada de dichos migrantes. El memorial forma parte del Parque Tingüi y sigue un estilo arquitectónico bizantino. Abriga una iglesia típica hecha en madera y una tienda de artesanos.

Las amé por alimentarme. Cámara del iPhone 5S. (02/01/2017)
Panorámica de la entrada al Parque Tingüi. Cámara del iPhone 5S. (02/01/2017)
Amo cómo el cielo en este país es tan profundo. Cámara del iPhone 5S. (02/01/2017)
La iglesia de madera. Y ante ella el monumento en forma de pêssanka. Cámara del iPhone 5S. (02/01/2017)
Especie de huevo de pascua ucraniano pintado a mano. Cámara del iPhone 5S. (02/01/2017)

“Las pêssankas simbolizan una infinidad de cosas simples y buenas que se desean a los otros hasta la eternidad” — Rafael Valdomiro Greca de Macedo

El cuarto día en Brasil

Despedí la ciudad arrancando el día en la Casa de Teatro Ópera de Aramé, una de las principales atracciones turísticas de la ciudad que alberga cerca de 1500 espectadores. El teatro se inauguró en 1992 y fue reformado en el año 2006. El ala externa tiene una vista de un lago y catarata artificial. Hubiera amado asistir a alguna función dentro.

Panorámica del ala externa. El lago no es real. Cámara del iPhone 5S. (03/01/2017)

Y el cierre fue la visita al Parque Tanguá, uno de los más representativos de la capital de Paraná, en la región norte de la ciudad y entre los barrios Pilarzinho y Taboão. Tanguá se inauguró en 1996 y es un espectáculo visual en cada uno de sus 235 000 m2. Vale la pena pasar una tarde entera recorriendo sus ambientes verdes, su puente artificial y lagos.

Jardim Poty Lazzarotto, en homenaje al artista local con el mismo nombre. Cámara del iPhone 5S. (03/01/2017)
Hermoso Tanguá.
Otra vista de aquellas.
Mi guía.

Solo tengo un registro en video de los cuatro días en Curitiba. Intuyo que hace cuatro años tenía una visión mucho más cerrada de lo que significaba viajar, y tenía una predilección superior hacia la playa. Aún la tengo. Pero mirando hacia atrás agradezco poquito a poco haberme motivado para comenzar a ir bordeando y completando el país más grande de Sudamérica. A eso me referí en el primer artículo cuando dije que Río de Janeiro era el sueño que aún no sabía que era un sueño.

Un par de años después completaría la región del sur, haciendo el check-in en Santa Catarina y Rio Grande do Sul. Pero a ti, Paraná, te agradezco la bienvenida. El primer contacto con esos países. Y todos los que conoceré cuando regrese a ti.

¡Arribita está el Parque Tanguá! Sospecho que este es otro lago artificial. Cámara del iPhone 5S. (03/01/2017)

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Diego Rodrigo

Me encuentro cumpliendo un sueño: recorrer los 27 territorios del Brasil. Aquí hay algunos textos de este hermoso viaje.