São Paulo: el monstruo de concreto que ablandó mi corazón
Cuando pensamos en Brasil se nos vienen a la mente dos ciudades/estados con una histórica rivalidad: Río de Janeiro y São Paulo. Es como si ambos fueran los únicos representantes del país. Quizá y alguien piensa en Salvador de Bahía, Brasília y Porto Alegre. Pero son #ErreJota y #EssePê los chicos populares del salón de clases. Eso siempre me jodió porque le tenía una especie de rechazo a la capital financiera de América Latina. Simbolizaba todo lo que no quería cerca: edificios, tráfico, delincuencia y estrés. Seis años después veo cuán equivocado estaba. Por eso este artículo/homenaje.
2015: mi primer contacto
Conocí SP en el tercer viaje que hice al país y que duró diez días. En ese trip recorrí primero Salvador de Bahía (mi primera vez en el nordeste), Minas Gerais (mi tercera vez en el sudeste) y cerré el viaje quedándome solo una noche en la casa de Guilherme, amigo mineiro que conocí en Perú y que reencontré en Belo Horizonte. Recorrimos cerca de siete horas en su auto hasta llegar a su hogar. ¡Y solo conocí la avenida Paulista!
2017: mi primera boda
La segunda vez que fui a SP fue durante mi cuarto viaje a Brasil. El más largo que había hecho hasta entonces: ¡me quedé casi dos meses! Pero nuevamente evité quedarme mucho tiempo en São Paulo. Únicamente fui al matrimonio de Guilherme y Miguel, y me quedé cerca de dos días. No tengo palabras para expresar cuán significativo fue verlo oficializar su amor al lado de sus personas más queridas. Y cuán afortunado me sentí de ser tomado en cuenta dentro de ese grupo tan selecto. Vivimos creyendo que las amistades de los viajeros son efímeras o duran solo lo que dura el viaje. Pero creo que la durabilidad y el contacto no es una cuestión de espacio. Y sí de interés. Uno decide quién se queda en tu vida y quién no. Gracias por demostrármelo, Guilherme.
Y gracias por enseñarme también que podemos amar a quien queramos, sin miedo. Ceremonias como esta o simplemente un beso público son un acto revolucionario, y una manera de decirle a quien busca oprimirnos que no seremos vencidos, que viviremos y amaremos plenamente, abiertamente y sin miedo. Porque a eso hemos venido a este mundo. Y si Dios no nos juzga, perdona mi español pero ¿quién carajo eres tú para atreverte a hacerlo?
Me seguía resistiendo a São Paulo pero en los dos días (uno, si tomamos en cuenta que el primero fue dedicado a la boda) que estuve recorrí el centro de la capital. La avenida Paulista es un must. No solo es un punto clave a nivel económico. También lo es en cuestiones culturales y de entretenimiento. En esta oportunidad me encontré con Douglas y su novia. A él lo conocí por primera vez en México, durante el año 2012. Y a ella en Lima en el 2015. Ambos son bellísimas personas y siguen juntos hasta el día de hoy.
La avenida Paulista se encuentra en los límites de las zonas Centro-Sur, Central y Oeste. Y es la casa de muchas empresas, bares, restaurantes, bancos, consulados, hoteles, hospitales y centros comerciales. Mención especial al Shopping Paulista, el Instituto Pasteur y el MASP (Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand), que en el 2022 cumplirá 75 años.
Douglas, sus amigos y yo pasamos una linda tarde en el Mirante 9 de Julho. Construído en el año 1936, es el espacio ideal para ferias, eventos culturales, artísticos y gastronómicos. Infelizmente esa fue la última vez que vi a mi amigo. ¿Quizá y este artículo es el empujoncito que ambos necesitamos para combinar um reencontro? Insertar emoji de los dedos cruzados.
2019: mi primer carnaval
Y el tiempo sigue pasando en este artículo. Ahora nos encontramos en mi sétimo viaje a Brasil. Estuve en São Paulo en el tercer y cuarto viaje. Y este retorno fue inesquecível. No solo me reencontré para celebrar el carnaval con Guilherme (que acababa de cumplir dos años de casado), sino también con un grupo de amigos que conocí meses antes en Porto Alegre. ¡Los paulistas aman viajar! Independientemente de que viajes lejos de SP, jamás podrás escaparte de un paulista. Y no tienes por qué, son rebuenos.
El carnaval es una locura. A veces se celebra en febrero, otras veces cae en marzo. Ni idea de cuándo será el próximo año. Y aunque de manera oficial dura una semana, las preparaciones se dan con meses de anticipación. Y claro está, el carnaval no muere a la semana. El mood conmemorativo se mantiene y se estira hasta decir basta. Hay mucho baile, música, color, cultura, alcohol y sí, amor en todas sus formas. El carnaval es un himno a la vida y a la felicidad. Esa que solo conocen los brasileños y que despliegan en cada poro de su ser.
¡Esos cuatro días en São Paulo fueron todo! Encontrarme con mi hermano, reencontrarme con algunos nuevos amigos, celebrar parte del carnaval con mi ex alumna. Todo fue muy random y valió la pena. Tanto que elegí perder un pasaje a Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul. Y lo perdería un millón de veces más por cuán pleno y feliz fui siendo engullido por ese monstruo de concreto que me ablandó el corazón.
2020: mi primera pandemia
Dicen que uno solo ama lo que conoce. Y hace mucho sentido cuando pienso en mi cuarto retorno a São Paulo, justo en el último y ACTUAL viaje a Brasil. Sí, ya estamos en el viaje #8 en este país, el que me llevó a comenzar estos primeros cuatro artículos. Salí del Perú con mucho miedo. Brasil ocupaba el 2do lugar en números de casos de coronavirus pero las ganas de explorarlo fueron más grandes. Tuve suerte: la prueba PCR solo fue obligatoria a partir del 30 de diciembre. Yo aterricé en el país el día 17. Con miedo pero con todas las ganas.
Y São Paulo no decepcionó. Las restricciones a los bares y el no poder ver tanto a los amigos que siempre me recibían fueron la excusa perfecta para viajar y conocer la ciudad solo. No tuve otra opción. Y valió la pena: parques lindos, un Jardín Botánico hermoso y mucho verde en una ciudad que creí solo era de cemento.
Los años y los amigos hicieron que le agarre cariño a #EssePê. No sé si podría vivir en él pero com certeza, es un lugar al que siempre voy a querer volver porque viven personas que quiero mucho. Personas que conocí en algún viaje. Personas que siempre puedo reencontrar.
Vivo en Brasil desde diciembre del año pasado (2020). Estuve cuatro días en ese entonces y emprendí el viaje más largo que he hecho en mi vida dentro de un solo país. Vengo recorriendo hasta el momento 25 de 27 estados (llegué en diciembre conociendo 9). Estos 10 meses en particular me enfoqué en el centro-oeste, el norte y el nordeste (ya conocía el sudeste y el sur enteros). Por los precios, São Paulo casi siempre ha sido en mis 8 viajes a Brasil el punto de partida. Y ahora no solo lo será por los viajes, también por las personas que se han establecido allá.
2021: mi primera playa
Después de varios meses instalado en Natal, en las vacaciones universitarias de mitad de año recorrí algunos estados que tenía pendiente. El primero en la lista era Mato Grosso, del que fui en bus desde São Paulo. Pero antes de eso, recorrí un nuevo municipio dentro del estado. Henrique, Raphael, Eduardo y yo emprendimos un pequeño roadtrip que me hizo querer más SP.
Aún no sé cómo hacer que el video de un reel de Instagram se vea aquí en Medium, pero dejo el link que expresa mejor que en palabras la bella experiencia de conocer parte del litoral de São Paulo, la playa de Guaratuba en el municipio de Bertioga. Lugar donde de un lado tienes la opción de nadar en agua dulce de río, y solo mirando hacia atrás la opción de zambullirte en las aguas saladas del mar. Fuimos a la playa en agosto (pleno invierno paulista), lo cual, sin duda es un regalo que siempre agradeceré a estos amigos que conocí en Porto Alegre y que hoy en día puedo llamar hermanos. Aquí algunas fotos y videos:
Recuerdo que esa noche regresamos a la capital y vimos un cielo infectado de estrellas, en plena carretera. Fue hermoso. Me di cuenta en ese viaje qué importante era estar abierto a darle una chance a aquello que parecía podría no gustarte. Porque sí, a veces te sorprende y bastante. Esa idea últimamente ronda mi cabeza y me hace pensar que quizá Brasil no es el destino y sí el punto de partida. Para explorar el mundo. El coronavirus zamaqueó todo y nos hace repensar y replantear todo. No sé qué haré pero de todas maneras en algún momento lo escribiré.
2022: ¿y ahora qué?
Me gustaría visitar Barretos, es una ciudad dentro de São Paulo de la que no sé nada, solo que lleva mi apellido en plural. Tengo algunos amigos que conocí durante ese viaje que están en otras ciudades, dentro del mismo estado. En este artículo solo mencioné a los que ya encontré en SP, pero se les quiere a todos y bastante. Y sin duda, debo recorrer más del litoral. Júlia es una viajera que tiene muchas experiencias voluntariando a través de la plataforma Worldpackers. Leerla, escucharla y verla me ha dado muchas ganas de conocer Ubatuba, un paraíso dentro de este estado que no deja de sorprenderme. Dentro y fuera de su capital.