Laberintos

A mis amigos

David Diosdado
1 min readDec 4, 2017

Las personas son como laberintos.

Me gusta desenvolverlas, extenderlas como una exquisita y elaborada pieza de origami, y pensar que soy capaz de guardar los planos de su arquitectura en las bibliotecas imaginadas de mi mente.

Veo a las personas con las que convivo como bellas obras de arte. Pinturas en los pasillos de mis palacios imaginados. Oleos y temples sin firmar y atribuidos a maestros venerados por historiadores y estetas. Artistas reconocidos por su sensibilidad y la calidad de su factura.

Paso mi vida intentando acceder al amor por medio de la risa de la gente. Intentando traspasar los muros de las fortalezas en las que guardan sus personalidades y protegen su sentir como oro y piedras preciosas. Quizás lo que busco es robarme una gema, hacerla parte de mi colección (sin confundir un tosco y frágil carbón con un diamante), y cuidarla. Ser el guardián de un sentimiento, de un amor ajeno a mi.

Así mismo, me gusta desmantelarme y dejar algo. Pensar que esa parte que dejo vivirá en las galerías de los demás, o será la escultura que decore la fuente que sirve como descanso para el caminante que recorrió amplísimos pasillos de columnatas de mármol blanco como la inocencia.

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David Diosdado

Pintor (http://david-diosdado.com), publicista/developer (http://trigger.mx), y diseñador industrial. Opiniones e intereses impopulares.