La crisis hídrica pone en alerta al Alto Valle
En este informe vamos a analizar las causas y consecuencias de la crisis ambiental que afronta el Alto Valle de Rio Negro y Neuquén. Hacemos énfasis respecto de la emergencia hídrica y en el impacto que tiene este fenómeno sobre la agricultura, los ríos y la vida cotidiana de los habitantes de la región. Determinamos la responsabilidad humana y plantear posibles caminos para amortiguar este efecto adverso.
El agua es indispensable para el desarrollo de la vida en la Tierra y es lo que la diferencia del resto de los planetas. El 71 % de su superficie está compuesto por ella. Generalmente se dice que es una sustancia líquida, transparente, inodora, incolora e insípida; puede hallarse en su forma sólida (hielo), y en su forma gaseosa (vapor). Por ende, la escasez del agua genera un peligro inminente para la sociedad, ya que es un elemento fundamental para dar vida.
Crisis hídrica
Una crisis hídrica es una condición ambiental extrema en la que se considera que la cantidad de agua potable disponible no es suficiente para abastecer las necesidades de una región determinada. En el caso del Alto Valle La emergencia hídrica habilita a que el agua embalsada en las represas se use prioritariamente para el riego y abastecer a ciudades e industrias regionales, postergando la generación eléctrica.
Argentina es rica en recursos hídricos sin embargo están distribuidos de manera desigual. Por lo tanto, el país enfrenta diversos desafíos para cambiar los patrones de precipitación, proteger los glaciares y las reservas máximas de agua y prevenir el posible impacto del aumento del nivel del mar costero.
La Gobernanza del Agua en Argentina explica que la región húmeda (noreste, región del Litoral y Pampa Húmeda, la Selva Tucumano-Oranense en el noroeste y los Bosques Andino Patagónicos en el sudoeste) recibe precipitaciones de más de 800 mm/año y concentra casi el 70% de la población nacional, el 80% de la producción agrícola (esencialmente de secano) y el 85% de la actividad industrial. La región semiárida (franja central del país al norte del río Colorado) 15% del área total del país, concentra el 28% de la población nacional y el riego es esencial para el desarrollo de ciertos cultivos dados los importantes déficits de agua durante gran parte del año. Por ultimo, región árida (la mayor parte del noroeste y centro oeste del país, la región patagónica y la isla de Tierra del Fuego) cerca de los pies de la cordillera de los Andes, ocupa el 61% de la superficie total del país. La región concentra solo el 6% de la población y la producción agrícola depende completamente del riego.
Es necesario enfatizar que la mayoría de las actividades agrícolas en Argentina requieren grandes cantidades de agua de alta calidad. La escasez de agua puede tener un impacto importante en la economía y la producción local. Aunque la mayoría de la población tiene acceso al agua debido principalmente a las lluvias, aún existen diferencias en la calidad y confiabilidad del agua en todo el país. Muchas fuentes de agua potable están contaminadas y, por lo tanto, no son aptas para el consumo humano.
Expertos afirman que la Norpatagonia acumula 15 años de déficit de lluvia y nevadas en la alta cordillera. Añaden que lo inquietante es que no hay señales de que vaya a revertirse el ciclo en los próximos años, una tendencia que se repite en toda Sudamérica, con nevadas bajas y con escasas lluvias, que no permiten “recargar la cuenca”, que además en verano sufre olas de calor importantes. Las zonas más afectadas son el norte neuquino y la Línea Sur rionegrina, pero hay un déficit general de caudales en todos los ríos de la región. La emergencia hídrica habilita a que el agua embalsada en las represas se use prioritariamente para el riego y abastecer a ciudades e industrias regionales, postergando la generación eléctrica.
La Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), propuso la declaración de la emergencia hídrica con el objeto de que el agua embalsada de las represas se use prioritariamente para el riego y para abastecer las ciudades e industrias regionales, postergando la generación eléctrica. Esta decisión, indica que para cuidar el recurso existente “Esa agua es la única que Cammesa, la secretaría de Energía y las hidroeléctricas pueden sacar para generar energía eléctrica” en palabras de Elias Sapag quien es el representante de Neuquén ante la AIC.
la AIC es un organismo que tiene por objeto entender — en el modo y con los alcances que se fijan en su Estatuto — en todo lo relativo a la administración, control, uso y preservación de las cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro. Este organismo, recientemente declaró la emergencia hídrica para las cuencas del Neuquén, Limay y Negro.
Asimismo, desde el Gobierno Nacional se comprometieron a respetar la decisión. Sin embargo, avanzado el verano podría volver la tensión entre las necesidades de energía de la región metropolitana de Buenos Aires y la demanda regional del recurso.
Ante estas medidas que se tomaron y ante la faltante del recurso hídrico el organismo solicitó cuidar el agua y tomar consciencia sobre el uso correcto.
¿Cuáles son las causas de esta emergencia hídrica?
Calentamiento Global:
El calentamiento global es uno de los principales factores de la baja del caudal de los ríos, la falta de lluvias y la poca acumulación de nieve en la cordillera. Según la página oficial del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible al término se le atribuye “la variación significativa en los componentes del clima cuando se comparan períodos prolongados, pudiendo ser décadas o más” Y entre las consecuencias del cambio climático se destacan: El cambio de circulación de los océanos, el aumento o disminución de las precipitaciones (según la zona geográfica), el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciares, el aumento de los eventos climáticos extremos, el aumento de las olas de calor y frío, entre otras.
Carlos Di Bella, director del Instituto de Clima y Agua (INTA) e investigador independiente de CONICET asegura: “El calentamiento global impacta de manera significativa sobre la variabilidad del clima, sobre todo en las precipitaciones porque al aumentar la temperatura a nivel global, algunos ciclos se aceleran y eso impacta muchísimo sobre la variabilidad de las lluvias. Que tengamos cada vez con mayor intensidad y frecuencia eventos de estrés hídrico o de exceso de agua, como hemos tenido el año pasado, es parte de ese calentamiento global que altera el funcionamiento de la atmósfera a nivel planetario”.
Esta escasez no permite “recargar la cuenca” que es la que proporciona la distribución del recurso hídrico para la producción de energía, para consumo, riego y otras actividades de la zona. Lo inquietante es que no hay señales de que vaya a revertirse el ciclo en los próximos años, una tendencia que se repite en toda Sudamérica. Las nevadas bajas, la escasez de lluvias y las importantes olas de calor en los últimos veranos provocan un déficit general de caudales en todos los ríos de la región; donde las zonas del norte neuquino y la Línea Sur rionegrina son las más afectadas.
Contaminación
Otro de los factores que provoca la falta de caudal de los ríos de nuestra región es la contaminación. Esto se da principalmente por la precariedad en el sistema de eliminación de desechos con los que operan muchas de las ciudades cercanas a sus costas.
Históricamente, los sistemas de tratamiento fueron pensados con los ríos como vertederos, un paradigma generado hace más de 100 años adoptado en muchas grandes ciudades del mundo, donde se pensaba que el río depuraba los contaminantes.
Es el caso de Cipolletti uno de los más graves. Allí, miles de litros de líquidos cloacales sin tratar terminan descargados todos los días en un brazo del río Neuquén. Aguas abajo junto con el río Limay forman la confluencia de la cual nace el río Negro. Cálculos conservadores hablan de más de 6 toneladas de materia fecal por día que llegan sin ningún tipo de tratamiento al río.
Esta situación provoca un grave daño ambiental y un alarmante riesgo sanitario para las poblaciones, que se ha agravado como consecuencia de la extrema y prolongada bajante de los rios Neuquén, Limay y Negro. A su vez, debido al olor nauseabundo las personas de las chacras aledañas se ven perjudicadas.
Un correcto tratamiento depurador sigue siendo materia pendiente en la agenda pública. A pesar de esto familias cipoleñas deben convivir con un caño vertedero de residuos cloacales por el que Aguas Rionegrinas (ARSA) arroja casi la mitad de los producidos por la ciudad. El resto de los desechos se tratan en las piletas de la planta depuradora.
Desde el Departamento Provincial de Aguas (DPA) dijeron que en noviembre se terminarán estas descargas de cloacas.
Consecuencias
Como consecuencia, ya enfrentamos pérdida de biodiversidad, derretimiento de glaciares, fenómenos climáticos extremos, acidificación de océanos, cambios en los hábitats, y otros trastornos ambientales. Estos impactos repercuten en las comunidades, afectando cada año a 325 millones de personas, causando 300 mil muertes y generando pérdidas de u$s 125 mil millones por año, en todo el mundo.
Los impactos actuales del cambio climático son muy preocupantes, pero a una temperatura global promedio de 2ºC — 3ºC, los impactos proyectados serán aún más peligrosos e irreversibles.
Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación en la región centro-oeste provincial, las precipitaciones se concentran entre abril y septiembre. En el período abril-julio 2021 se registró una merma de precipitaciones en las principales cuencas de la provincia de Neuquén, siguiendo un gradiente norte-sur.
Esto indica que:
“En el territorio de la provincia de Neuquén predomina un escenario en una transición negativa hacia una fase de menor productividad. Las circunstancias de recuperación están modificándose hacia escenarios de recaída, y en algunas zonas la recaída es avanzada, denotando una situación de alerta. Esto significa que el pulso positivo que tuvo la productividad de los pastizales en los últimos años a escala regional (especialmente en la zona del monte; período 2014–2018) se está agotado, dominando actualmente una transición hacia una fase negativa, la cual se ha profundizado en 2019–2021 en general.”
¿Hay vuelta atrás?
Este informe nos ha permitido indagar en profundidad las causas y consecuencias de la crisis hidrica que afronta el Alto Valle de Rio Negro y Neuquén. Asimismo, pudimos dar cuenta que la alerta es también en todo el planeta.
Podemos decir que el calentamiento global es uno de los factores principales de la escasez del agua en el mundo; ya que, como explicamos anteriormente, al aumentar la temperatura a nivel global provoca el descenso y variabilidad de las lluvias. Esta escasez no permite “recargar la cuenca” de la que nos abastecemos para la producción de energía, para consumo, riego y otras actividades. Por ende esto genera un impacto desfavorable para la economía y la producción regional.
Asimismo, podemos advertir que hay empresas en Rio Negro y Neuquen que, aún en pleno siglo XXI, utilizan nuestros rios como vertederos cloacales provocando un daño ambiental irreparable y un riesgo sanitario para toda la población; como, por ejemplo: la pérdida de biodiversidad.
Además, al estudiar el uso que tiene el recurso hídrico reflexionamos sobre la cantidad de agua que disponemos para el día a día y la importancia que tiene ésta en y la necesidad de que siga estando disponible.
Durante la realización de este trabajo pudimos dar cuenta del rol fundamental que tenemos los seres humanos para con nuestro planeta, la importancia que tiene el recurso hídrico y la pronta concientización que debemos tomar como sociedad.
Esperamos que este informe sirva como puntapié para la toma de conciencia para reducir el consumo y la contaminación del agua. Pero, también, que nos permita involucrarnos cuando sea necesario reclamar medidas urgentes orientadas a mejorar la gestión hídrica, las grandes empresas contaminantes y ante el avance de los extremos climáticos relacionados con el agua.
-Iara Bascur, Micaela García
