Ser docente en un mundo digital

roberto bustamante
5 min readMay 14, 2018

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Desde hace años que tengo la oportunidad de trabajar con docentes, sea con talleres o cursos, para la incorporación de las tecnologías digitales en sus procesos de enseñanza. En varias oportunidades, varios de los docentes se me acercan y me comparten sus inquietudes, la mayoría de ellas referida a cómo incentivar el interés por sus alumnos. No pocos son profesores que se autoconsideran como “inmigrantes digitales”. Este término no es casual. Desde inicios del presente siglo, se comenzó a hablar de una brecha cognitiva entre aquellos que nacieron antes de internet o que adquirieron una computadora (y por ende, aprendieron a usarla) ya adultos o quienes abrieron sus ojos por primera vez, como quien dice, ya no con el pan, pero sí con la tablet bajo el brazo. Estos últimos, según esta retórica, serían los “nativos digitales”.

Profesor en Ghana enseñando Office sin computadoras. Fuente: Fudzilla.

Los profesores, que se autoconsideran como usuarios tardíos de las tecnologías digitales, piensan que estos jóvenes viven a otro ritmo de consumo de información, que los viejos estilos (los que estos profesores tuvieron cuando fueron estudiantes) no sirven y que tienen que adecuarse a lo nuevo, lo reciente, lo actual. ¿De qué novedad estamos hablando? Del uso de tablets, de aplicaciones vistozas, de herramientas digitales cuyo fin no es tanto el aprendizaje, sino evitar el aburrimiento sea cual fuere el costo.

Considero que aquí hay varios errores y mitos, no tanto por responsabilidad de los docentes, sino producto de una fuerte campaña de las distintas industrias que hoy mueven la economía en el mundo. El primer mito es el de los nativos digitales. Es cierto que es probable que en cada casa hoy exista un dispositivo digital y que el niño o niña esté expuesto a su uso desde temprana edad. Sin embargo, no existe investigación alguna que demuestre que su proceso cognitivo sea muy distinto al de un niño o niña que haya crecido hace veinte o treinta años. No hay mucha diferencia en los procesos de enseñanza y aprendizaje entre el docente y el alumno. Esto nos lleva al segundo mito, el del aburrimiento.

Archivo del Luther College. Fuente: Atlantic.

Es cierto que muchos vivimos pegados a una pantalla. Y el desconectarnos de la misma nos cuesta horrores. Cada vez son más las voces que hablan de que los algoritmos que organizan la información de los principales servicios de social media (las llamadas “redes sociales”) están diseñadas para atraer la atención hacia la pantalla la mayor cantidad de tiempo posible. Esto viene siendo discutido tanto en el mundo académico como en el varios medios de comunicación. Distintos ingenierios, ex trabajadores de estas empresas, han relatado cómo fueron diseñados estos algoritmos. Nuestra atención viene siendo comodificada por nuestro uso constante de las aplicaciones de social media. Y nuestro cerebro no descansa. Está mucho más que probado que tomar nota a mano sobre un papel impacta más en la memoria y en el hallazgo de patrones (finalmente, la base de nuestra inteligencia) que tomar nota en una tablet o en una computadora. Pero, a pesar de ello, seguimos insistiendo en usar una aplicación para escribir allí.

El tercer mito tiene que ver con la idea de que los métodos de enseñanza “tradicionales” (en realidad, pre-digitales) no sirven para el mundo de hoy. Es claro, y eso viene siendo advertido desde hace décadas (mucho más tiempo atrás que la llegada de las tecnologías digitales a la educación) que la enseñanza memorística no funciona. Pero, no es cierto que toda enseñanza “analógica” (por lo opuesto a la digital) sea tradicional. Hay muchos profesores que vienen desarrollando metodologías participativas, enseñanza basada en proyectos, dinámicas y facilitaciones, que distan mucho de la imagen del profesor que dicta y donde los alumnos transcribían en silencio.

Aulas como espacios de trabajo colectivo. Fuente: El Confidencial Autonómico.

Sobre estos tres mitos, pensemos en tres oportunidades. La primera es reconocer que las tecnologías digitales permiten hacer más cruces de información, de tipos de contenidos y de experiencias que las tecnologías analógicas. El diseño 3D, el trabajo en imagen, audio y video, la manipulación de grandes cantidades de información, el trabajo en red, la creación de robots; todo ello es posible con la tecnologías digitales. El tecnólogo Kentaro Toyama, en un libro provocador llamado The Geek Heresy, planteaba que las tecnologías sobre todas las cosas lo que genera es una amplificación de las capacidades humanas. Esto pasa también por reconocer qué capacidades vamos a amplificar. Más que un atajo para evitar el aburrimiento y captar la atención, la oportunidad de las tecnologías digitales radica en saber qué cosa ya trabajada, con una sólida base, queremos explotar. Caso contrario, lo que podríamos terminar explotando es la apatía y la desidia, que son también capacidades humanas.

La otra oportunidad es la del trabajo en red. Cada uno de nosotros cuenta con habilidades y recursos distintos. Las tecnologías digitales, como lo plantea el filósofo Pierre Levy, permiten conectar todo aquello formando un tejido en tiempo real, donde no necesariamente estemos en el mismo lugar. Las tecnologías digitales permiten movilizar y enlazar estas diversidades, pensando en estrategias pedagógicas como la de los aprendizajes basados en proyectos.

En tercer lugar, no debemos tenerle miedo al aburrimiento o a la desconexión. Los alumnos deben aprender a ser pacientes con el aburrimiento, ya que es el momento en el que las ideas pueden aparecer. Un mundo hiperconectado, con nuestra atención siendo capturada por las pantallas casi permanentemente, no permite que el cerebro pueda divergir, hacer conexiones, buscar patrones y finalmente generar nuevas ideas. El docente debe tomar la iniciativa de la desconexión y motivar el momento en el que los alumnos apaguen sus dispositivos. Así, es muy probable que el regreso al equipo digital esté cargado de inventiva y creatividad.

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roberto bustamante

Investigador en temas de cibercultura y literacidad digital. Solo opiniones personales. Más bio en http://www.bustamante.pe