La escalera de inferencia
La escalera de inferencia es un modelo que nos ayuda a entender determinados comportamientos que son resultado de la forma como encadenamos determinados pensamientos a partir de nuestras creencias.
Estos comportamientos, a menudo reacciones, dificultan nuestra relación con los demás y con nosotros mismos.
La Escalera de Inferencia funciona de la siguiente manera:
- Observo alguna evidencia
- Selecciono lo que me interesa de la evidencia
- Según mis creencias doy significado a lo que he seleccionado
- Hago suposiciones a partir de los significados
- Llego a conclusiones
- Tomo decisiones
- Actúo
Esta es la forma como llegamos a pensar que:
- Los datos que seleccionamos son reales
- Nuestras creencias están basadas en datos reales
- La verdad es obvia
- Nuestras creencias son verdad
Esta es una forma de funcionar muy común que a menudo nos lleva a tomar acciones erróneas.
A la vez estas acciones serán el punto de partida, la evidencia, de nuestro interlocutor que iniciará su propia “escalera de inferencia“.
Como puedes ver, es muy fácil que aparezca el conflicto.
Este razonamiento es tremendamente rápido e inconsciente lo que hace que no nos demos cuenta del gran salto que hay entre la evidencia que percibimos y nuestra acción.
Que son los dos únicos datos objetivos que desde el punto de vista de un observador externo serían perceptibles.
El resto de pasos intermedios sólo existen en nuestra mente.
Pongamos un ejemplo de la Escalera de Inferencia:
- Observo alguna evidencia: Alexandra (mi pareja) llega tarde a casa.
- Selecciono lo que me interesa: Hace 15 minutos que debería haber llegado. (Omito otras informaciones que podría conseguir: qué cara trae, su estado anímico, etc.).
- Según mis creencias doy significado a lo que he seleccionado: Llegar tarde es una falta de respeto.
- Hago suposiciones a partir de los significados: A Alexandra no le importa que yo esté esperando; debe estar pasándoselo bien con una amiga mientras yo espero aburrido.
- Llego a conclusiones: Alexandra no me respeta y no soy importante para ella.
- Tomo decisiones: No permitiré que me falte al respeto.
- Actúo: Me enojo y le reclamo por haber llegado tarde.
En este sencillo, y típico, ejemplo he pasado por alto lo que pueda haber ocurrido y las razones por las que Alexandra ha llegado tarde a casa.
He pasado directamente de la evidencia indiscutible, llegar 15 minutos tarde, al reclamo.
Muy probablemente su reacción no estará condicionada por todo mi proceso de inferencia, al contrario, estará condicionada por la evidencia de mi reclamo.
¿Cómo evitar la mayor parte de las discusiones que tenemos?
Preguntando al otro, cortando nuestra escalera de inferencia y exponiendo lo que genera dentro de nosotros ese hecho demostrable y evidente para ambos.
Si todos preferimos movernos según nuestros “programas” en vez de averiguar lo que piensa y siente el otro no hacemos más que complicar la comunicación y desgastar la relación.