Utopías tecnológicas

Pablo Marquevichi
Empoderamiento ciudadano
2 min readDec 2, 2014

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Consiste en creer que Internet, por sí misma, crea mejores sociedades

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El sueño Californiano

A mediados de los noventa, en California, se empezó a forjar el sueño de una sociedad más justa, una democracia más participativa y una auténtica emancipación personal. Este sueño ya no lo soñaban los hippies, sino los informáticos. Los soñadores decían que la computadoras nos iban a conectar a todos, que por primera vez en la historia de la humanidad íbamos a poder acceder a toda la información de todo el globo. Esto nos haría más libres y soberanos. Internet era la herramienta para el desarrollo económico, social y humano. De esta manera viviríamos en una sociedad más justa y democrática, la sociedad de la información. La humanidad entera estaría comunicada y el mundo se transformaría en una aldea global.

El profesor Marshall Mcluhan define el concepto de aldea global

Fuente: Soup Interactive

Aliados históricos

El desarrollo democrático de occidente y de buena parte del mundo en los últimos siglos está intrínsecamente ligado a la información. Democracia e información fueron juntas en la lucha por la libertad de expresión y los derechos del hombre. Ese es el germen del sueño californiano: el acceso a la información es fundamental para el desarrollo de la democracia.

Internet materializa el triunfo de la información. Sin embargo, el progreso técnico de las comunicaciones no trajo un progreso proporcional en las comunicaciones humanas. El mundo actual se asemeja más a la Torre de Babel que a una aldea global.

Esta alianza historica entre información y democracia ha contribuido a elaborar un axioma de la teoría política actual: contar con información de calidad es necesario para el desarrollo democrático.

Fin del sueño

El error del sueño californiano es confundir ese necesario con suficiente. El error es creer que el simple hecho de tener Internet, de solucionar el problema del acceso a la información, crea mejores democracias.
Contar con acceso a Internet es un paso en la dirección correcta. Pero es un error afirmar que es todo el camino. Tener acceso a la información no sirve de nada si no se la transforma en conocimiento. Pero la idea del sueño californiano sigue prendida en el inconsciente colectivo, y puede ser aprovechada por aquellos que en sus discursos afirman mejorar la democracia porque mejoran el acceso, pero que no hace otras acciones que fomenten transformar la sociedad de la información en sociedades del conocimiento.

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