Hacia el milagro económico venezolano

¿Cómo será la recuperación económica de Venezuela? ¿Cuánto tiempo tomará? ¿Vamos hacia el milagro económico venezolano? El profesor Ricardo Hausmann nos lo cuenta.

Enderson Sequera
14 min readAug 24, 2020
Ricardo Hausmann, Director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Economía del desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.

Venezuela sufre hoy la peor crisis económica de su historia: su PIB se ha contraído en casi 90 puntos desde 2013, vive su cuarto año de hiperinflación y cinco millones de venezolanos han huido del país producto de la Emergencia Humanitaria Compleja que padece.

A esto, se le suma un régimen político que ha impedido cualquier posibilidad de cambio por vía institucional, que viola sistemáticamente los Derechos Humanos y que, con el objetivo de mantenerse en el poder, transita hacia el totalitarismo.

En este contexto, con una población que muere de hambre mientras es sometida a la cuarentena por COVID19 y sin posibilidad de lograr un cambio político, surge la pregunta: ¿Es posible lograr la recuperación económica de Venezuela? ¿Habrá un milagro económico venezolano? En entrevista exclusiva para Politiks, lo conversamos con el profesor Ricardo Hausmann, Director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Economía del desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.

A continuación, los mejores fragmentos de la conversación.

Diagnóstico

En cuanto al estado de la situación actual, el profesor es enfático y no apela a eufemismos. “Si excluimos el Coronavirus, Venezuela es la peor catástrofe económica que el mundo ha conocido fuera de guerras”, afirma.

Para que nos hagamos una idea de la magnitud, echa mano de comparaciones que permiten ilustrar nuestra debacle. “Venezuela es una catástrofe económica dos veces y media más grande que la Guerra Civil Española, dos veces más grande que el impacto de la Segunda Guerra Mundial en Francia, una vez y media más grande que el impacto en Alemania”, señala.

A esto es a lo que nos enfrentamos cuando hablamos de recuperación.

Sanciones

Para la mayoría del mundo, parece estar claro que el origen de la tragedia venezolana son dos décadas de gobierno chavista. Otros, una minoría con opacos intereses, esgrimen el argumento de las sanciones.

Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump

Al preguntarle a Hausmann sobre el impacto de estas, nos sugiere pensar en el año 2016. “Para el 2016, último año en el que no hubo ninguna sanción, ya el gobierno había reducido la importación de alimentos y medicinas en un 85%”, dijo.

¿No nos dice nada este número? Quizá comparándolo tengamos más perspectiva.

“En un estudio que hicimos donde analizamos las importaciones de alimentos y medicinas desde 1962, concluimos que ningún gobierno había reducido la importación de alimentos y medicinas de forma tan dramática como Maduro en el año 2016 antes de las sanciones”, explica el profesor.

“El grueso del daño que sufren los venezolanos es producto de daños autoinflingidos de un gobierno que destruyó una sociedad”, añade.

Asimismo, pese al argumento en contra de las sanciones, Hausmann hace notar la paradoja que estas han tenido en la economía venezolana y cómo han acercado a los venezolanos a vivir más cerca de las reglas del mercado.

“Cuando empezaron las sanciones en serio en enero de 2019, lo que hizo el gobierno fue liberalizar la economía. Unió los tipos de cambios, liberalizó la importación, dejó de aplicar la Ley de Control de Precios, y súbitamente apareció en Venezuela los bodegones. Se llenó de bodegones porque las sanciones prohibían al gobierno importar, pero no le prohibían al resto de la sociedad importar”, comenta.

“En cierto sentido, parte de las libertades económicas parciales que se vivieron a partir de enero de 2019 son consecuencia de las sanciones. Los bodegones existen gracias a las sanciones”, afirmó.

COVID19 y la cuarentena de los países pobres

¿Cuál es el efecto del COVID19, ese gran cisne negro que ha tenido el 2020, en la economía venezolana? Hausmann menciona la relación entre cuarentena y riqueza.

“Los países ricos le dicen a sus ciudadanos: no vayas a trabajar, aquí está un cheque. Imagina un país donde el gobierno no tiene el dinero para decirle a la gente: aquí hay un cheque para que te mantengas, y le dice: quédate en casa. Si la gente vive del día a día, va a preferir salir y tener X por cierto chance de morirse de COVID19, que quedarse en casa y tener 100% de seguridad que morirse de hambre”, explica.

Caracas, Venezuela. Una ciudadana busca de entre las sobras de la basura para comer.

En el caso de Venezuela, argumenta que el país ya tenía poquísimos vuelos internacionales, así como una severa crisis de gasolina y transporte público. “Venezuela estaba medio paralizada. Con esa parálisis, el virus no es tan fácil moverse de persona a persona”, afirma.

“En una economía tan debilitada tienes opciones más difíciles. Yo creo que una cuarentena demasiado dura, puede llevar a que mucha gente muera de hambre o de falta de acceso a cosas elementales”, precisó.

La diáspora y la pérdida del capital humano.

Una de las consecuencias más graves de la crisis económica venezolana es la perdida de capital humano que se ha ido con una diáspora que asciende a cinco millones de venezolanos. Sobre este particular, el profesor se muestra optimista. Señala que este fenómeno tiene dos aristas: el corto y largo plazo.

“En el corto plazo, hay menos recurso humano en el país. Médicos, enfermeras, técnicos en computación, ingenieros, no están disponibles en Venezuela”, argumenta.

Por otro lado, está el largo plazo. “Chávez despidió a 20 mil trabajadores de la industria petrolera. Y estos llevan 20 años trabajando en empresas ultramodernas con la mejor tecnología. De haber un cambio político en el país, Venezuela se va a beneficiar de que esa gente no haya estado rascándose la barriga en estos 20 años, sino que haya estado acumulando experiencia y conocimiento en el resto del mundo”, afirma.

Según ACNUR, la migración venezolana se ubicó en 5,1 millones de migrantes para 2020.

La diáspora venezolana es un activo de largo plazo en Venezuela. Esas 5 millones de personas están acumulando una experiencia y un conocimiento que le puede ser muy útil a la reconstrucción del país. Mucho más útil que quedarse pelando bolas en el país”, comenta.

¿Cómo puede contribuir la diáspora a nuestra reconstrucción? El profesor echa mano de su experiencia en piases como Albania, Etiopía y Sri Lanka, todos con una diáspora importante, para extraer lecciones sobre nuestro proceso.

“Yo he derivado dos lecciones de estos países. La primera es que las diásporas pueden ser de un increíble valor para transformar el país. Segundo. Es muy importante la calidad de la relación humana entre un país y su diáspora. Hay países que quieren a su diáspora”, analiza.

Seguidamente, analiza la relación existente entre Venezuela y su diáspora, no sin advertir los riesgos presentes.

“En este momento, yo diría que hay una buena relación entre Venezuela y su diáspora. Pero no es una relación sin riesgos. Porque es una relación donde es muy fácil en un ambiente tan polarizado empezar a caer en dimes y diretes. Tú no tienes derecho porque tú te fuiste / Tú te quedaste porque tú eres un chavista. Esa relación hay que cuidarla porque somos hermanos y tenemos un objetivo común de transformar a Venezuela”, advierte.

¿Qué significa Venezuela para él? Así lo expresa: “Venezuela en el fondo es una idea, es un sueño y una aspiración. El sueño nuestro es transformar a Venezuela en ese sueño. No dejar que siga siendo esta realidad”. “Para eso, tenemos que tener un propósito mayor que las pequeñeces individuales de cada uno de nosotros”, agrega.

Medidas urgentes para la recuperación

Cuando se habla de la recuperación económica de Venezuela, se suele adoptar una perspectiva economicista. Se ofrecen cifras, gráficas y proyecciones, muchas veces reservadas a un público muy especializado. Esta vez, cuando le preguntamos por las medidas urgentes para recuperar nuestra tragedia, el profesor Hausmann nos recuerda lo esencial.

Primero, el factor político. Para ello, no duda en afirmar que “un gobierno que se tome la recuperación del país en serio es una condición sine cua non sin la cual no puede venir lo otro [la recuperación]”.

“Nos ganamos todo el dinero que necesitamos para construir un gran país y encima de eso pedimos prestado entre el año 2004 y el año 2014 US$ 125 mil millones en créditos externos. Teníamos todo el dinero del petróleo y todo el dinero de esa deuda y con eso no hicimos absolutamente nada”, explica.

Posteriormente, señala cual debe ser el primer paso para recuperarnos: recuperar nuestros derechos. “El primer elemento para la recuperación es devolverles a los venezolanos sus derechos. Tú necesitas un país de 30 millones de ciudadanos, no de 30 millones de indigentes sobreviviendo. 30 millones de personas con derechos y con capacidad de actuar”, analiza.

En segunda instancia, se refiere a la seguridad y su importancia en la gobernabilidad futura. “La segunda es que el gobierno logre establecer el monopolio del poder. La autoridad. Nadie puede operar en un país donde hay cualquier cantidad de grupos criminales cobrando vacuna. El ambiente de seguridad hay que, de alguna forma, garantizarlo”, argumenta.

En esta área, proporciona un dato demoledor. “En EE.UU hay 5 asesinados por cada 100 mil habitantes. En Caracas promediábamos 120. En Venezuela, como 70. En el Arco Minero, me dicen que están en 650 por 100 mil habitantes”, comenta.

En tercer orden, plantea la necesidad de rescatar los servicios públicos: educación, salud, gas, agua, electricidad.

No obstante, dada la magnitud de nuestra tragedia, el profesor no se hace ilusiones. Sabe que todo esto no puede arreglarse de la noche a la mañana. Comprende que tomará tiempo. Por ello, señala el tema de las divisas, el cual, “se puede arreglar muy rápidamente”.

Debido a la escasez de divisas, señala que se deben tomar tres medidas:

1. Asistencia financiera internacional.

2. Restructuración de la deuda.

“Vamos a tener que acordar una restructuración donde el valor de la deuda caiga dramáticamente, probablemente en un 90%”, explica.

3. Apertura petrolera.

Dada la importancia histórica del sector, se detiene a explicar en detalle este último tema.

“Vamos a tener que abrir el sector petrolero”, afirma. “Porque el gobierno no va a tener la suficiente plata para la educación, la salud, la electricidad, el agua, el gas, la seguridad. Menos va a tener un dólar que ponerle al sector petrolero, cuando no es necesario que le ponga un dólar cuando hay mucha gente que está dispuesta a invertir si las condiciones son razonables”, explicó.

Taladros petroleros en la Faja Petrolífera del Orinoco. Estado Bolívar, Venezuela.

Para ello, es necesaria una trasformación de la actual Ley de Hidrocarburos. Hausmann menciona las experiencias de las leyes brasileña, colombiana, noruega y mexicana, donde “una cosa es que el Estado sea propietario del subsuelo, y eso se queda, otra cosa es quien es el que puede sacar el petróleo del subsuelo y bajo qué condiciones y con qué regalías, con qué obligaciones ambientales, etc… Eso no tiene que ser una empresa del Estado”.

¿Cuál sería el beneficio? Lograr aumentar la producción petrolera en 3 millones de barriles diarios en un plazo de 10 años. “Dentro de 10 años, cuando cumpla 74 años, me gustaría ver esa producción petrolera a nivel de cuando yo nací. De donde estamos hoy, a ese nivel nos va a tomar como 10 años. Es algo así como 3 millones de barriles”, mencionó.

Calidad de vida

Suponiendo que haya un nuevo gobierno que aplique las medidas sugeridas por el profesor Hausmann, ¿Cuándo empezaría a notar el venezolano mejoras en su calidad de vida? “Yo creo que las mejoras sustanciales en la calidad de vida se van a notar muy pronto. Vamos a estar, digamos, del quinto sótano al cuarto sótano. No es que vamos a llegar al penthouse”, explica el profesor.

Llegado a este punto, Hausmann enfatiza la necesidad de los programas de asistencia social. “Uno de los programas iniciales va a ser un programa de asistencia social, porque acaba de salir la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI, 2019/2020) que dice que más del 90% de los venezolanos son pobres. Eso lo que quiere decir es que para poner a arrancar esta economía hay que darle a los venezolanos unos recursos para que sobrevivan hasta que puedan ser productivos”, planteó.

El profesor sostiene la necesidad de hacer transferencias sociales no condicionadas financiadas con los recursos externos en divisas. ¿Qué se busca con estas? “Permitir, simultáneamente, aumentar la oferta de materias prima, insumos intermedios, repuestos, semillas, fertilizantes, agroquímicos. Esos es lo que vamos a hacer con los dólares”, aclara Hausmann.

Adicionalmente, a esta trasferencia de recursos en divisas quedará al gobierno quedará una contraparte en bolívares. ¿Qué se hará con este dinero? El profesor lo explica: “Se los vamos a dar a los venezolanos para que tengan con qué comer. Y así va a haber demanda para comprar toda esa nueva producción que vamos a estar haciendo facilitada por esos recursos importados para producir dentro del país”.

“Eso te va a permitir, simultáneamente, recuperar los niveles de vida y recuperar los niveles de producción”, remata sobre los objetivos del plan.

Financiamiento

¿Cuánto dinero podrá obtener del financiamiento internacional un nuevo gobierno? Para Hausmann, esta variable depende, en gran medida, de nosotros mismos, de la credibilidad con la que pueda conformarse un nuevo gobierno y la confianza que genere en los organismos multilaterales.

“Un gobierno empoderado para tomar decisiones debería poder desembolsar en un periodo de 3 años por lo menos US$ 60 mil millones, digamos 20 mil millones de $ al año del FMI. Del resto de los multilaterales, 3000 mil millones al año, unos US$ 10.000 millones más”, contabiliza Hausmann.

Fondo Monetario Internacional (FMI).

No obstante, todo el dinero para la recuperación no vendrá de organismos multilaterales. Hausmann explica la disposición que tendrán agentes económicos externos en invertir en Venezuela, especialmente en el sector petrolero. “Este programa diseñado por Luis Pacheco llevaría la producción en 3 millones de barriles de aquí a 2030, requeriría inversiones de como 160 mil millones de dólares”, menciona.

“Si hay un marco legal adecuado, yo me puedo imaginar que la reconstrucción de Venezuela sea una proposición de inversión atractiva para mucha gente”, enfatizó.

Lecciones del mundo

“No existe el traje perfecto, lo único que existe es el traje perfectamente entallado. Un buen sastre lo que sabe es entallar el traje perfecto para que le quede a la persona. En este caso, para que la política pública le quede al país”, dice Hausmann, en relación a las lecciones que ha aprendido de diversos países del mundo que puedan ser útiles a la recuperación de Venezuela.

Más allá de recetas mágicas, hace referencia al método. “No hay fórmulas, lo que queda es una forma de pensar los problemas. Una forma de pensar la búsqueda de soluciones”, afirma.

No obstante, es claro a la hora de señalar la magnitud del drama venezolano. “No hay país que se compare en el desastre en el que ha caído Venezuela. Probablemente, el país que más se le parezca sea Zimbabwe”, comenta.

¿Qué ha aprendido en su trabajo alrededor del mundo que se pueda aplicar en Venezuela? En su lenguaje lacónico, señala: “La primera lección es que si un país se fue al desastre porque su gobierno era un desastre, cambiar el gobierno es algo fundamental”, dice. Menciona como en la Europa del Este el tránsito del comunismo a una economía de mercado dependió mucho de la cohesión en la salida. Pone como ejemplo los casos de Polonia y República Checa.

Ya en concreto, enumera tres claves que pueden aplicarse al caso venezolano:

1. Empoderamiento

“Tienes que empoderar a la gente. Cuando tú vienes de una sociedad totalitaria donde le quitaron los poderes a las personas, si tú no emporas a la gente no hay salida”, menciona.

2. Gobernabilidad

“La capacidad del gobierno de tomar decisiones es central”, afirma.

3. Estabilidad macroeconómica.

“Es muy fácil perder la estabilidad macroeconómica. Tuvimos una hiperinflación histórica donde se le agregó doce ceros a la moneda. Garantizar eso va a ser un tema. Trabajé en Armenia donde, luego de la transición, hubo una guerra civil. Es bueno tener una buena transición. Supongamos un gobierno que no tenga una guerra civil”, explica.

Segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989–1983)

Hausmann fue Ministro de Cordiplan en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, una de las administraciones más complejas de la República Civil (1958–1998) venezolana, por los cambios que pretendió instaurar en lo económico (El gran viraje) y en lo político (la descentralización). Cuando le preguntamos sobre las lecciones que aprendió durante esta época, no titubea al responder: la importancia de la comunicación.

“Lo aprendí en el gobierno por falta y en el mundo cuando la hay: la capacidad de comunicar. Un gobierno debe comunicar lo que está haciendo y que mucha gente entienda qué es lo que está haciendo, por qué lo está haciendo. Para que la sociedad pueda acompañar, que se sienta parte de la aventura, que se sienta parte del reto”, relata.

Gobierno de Juan Guaidó (2019 — Actualidad)

¿Qué lecciones pudo extraer de su breve estancia en el gobierno interino de Juan Guaidó? Así nos responde.

Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó.

“Lo que me dejó y me sigue dejando el gobierno de Guaidó son dos ideas: la primera es que sí se puede; la segunda es que una sociedad tiene que darle un cierto nivel de delegación de poder a su presidente. Todo no lo puede decidir el G4. No puede ser que cada decisión tenga que salir de la AN y que la AN, dada las dificultades del país, es un organismo que se reúne una vez a la semana, los martes, cuando puede”, explica.

Comenta que este mecanismo de toma de decisiones ha dificultado el proceso, especialmente por la precaria posición en que se encuentra el presidente para dirigir la acción de gobierno. “Si cada una de las decisiones se tiene que tomar a ese nivel, el presidente no tiene los grados de libertad para enfrentarse a un criminal de la talla de este régimen”, señala.

Finalmente, insta a los actores políticos a cambiar esta situación por el bien del proceso. “Creo que un gobierno que pueda tomar decisiones, un gobierno empoderado por la sociedad que le otorga ciertos grados de libertad para actuar y no se lo hemos dado al gobierno de Juan Guaidó”, sostiene.

Rusia y China

Rusia y China son aliados estratégicos del régimen chavista. En parte, porque sus intereses económicos en el país. ¿Qué pasará con este dinero?

En el caso de Rusia, Hausmann señala que “Cuando caiga Maduro, van a ser lo suficientemente inteligentes para no dejar un centavo ahí. El dinero ruso va a ser como deuda pública de Venezuela”.

En el caso de China, explica que el gigante asiático “prestó más de US$ 60 mil millones para proyectos que no se hicieron. Les ofrecieron las refinerías pero después de estudiarlas prefirieron no meterse en eso. Yo la verdad creo que ahí no va a quedar títere con cabeza”.

“No hay nada valioso de las inversiones de estos dos países en Venezuela”, agrega.

La relación Venezuela-Colombia

¿Qué papel jugará la relación entre Colombia y Venezuela para nuestra recuperación económica? El profesor es claro: “La integración de Venezuela con Colombia va a facilitar mucho la recuperación de Venezuela. Creo que va a ser una de las fuentes de aceleración del crecimiento”.

“A todos los efectos prácticos, somos una isla. El hecho de que dejemos de ser una isla va a ser una de las herramientas que va a facilitar la recuperación”, menciona.

Futuro

Churchill decía que era optimista porque creía que no tenía sentido ser de otra manera. Cuando le preguntamos al profesor Hausmann sobre si era optimista sobre la transición en Venezuela, puso el acento de su respuesta en el hacer. “Tú sabes que a mí nunca me ha gustado estar en el negocio de predecir, sino más bien de hacer”, dijo.

Finalmente, cerró con una reflexión que se ha convertido en una especie de consenso para los venezolanos estos días que vemos, con escepticismo y preocupación, a una presidencia interina que se le dificulta convertir en presión interna el enorme capital político que ha acumulado en el exterior.

Yo creo que Venezuela puede tener una gran futuro, pero tenemos que construirlo nosotros. No es algo que tenemos que esperar a que pase. Es nuestra responsabilidad que así sea”, finalizó el profesor.

--

--

Enderson Sequera

Politólogo. Director Estratégico de Politiks. "Strategy is art of creating power".