Que no te la den con queso: ¿Cómo elegir a un buen profesional de la psicología?

Enrique Lujan Lopez
11 min readSep 6, 2021

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Cuando ya hemos identificado que hay algún aspecto de nuestra vida o de nuestro comportamiento con el que no estamos muy cómodos y queremos darle una vuelta, viene la siguiente cuestión:

¿Y ahora qué? ¿A dónde voy? ¿A quién acudo?”.

Muchas de estas preguntas pueden ir acompañadas de otras cargadas de duda y recelo:¿de verdad me van a poder ayudar? ¿y qué me va a decir el psicólogo o la psicóloga que no sepa yo? ¿Vale cualquier terapeuta? ¿Y si se enteran los míos que estoy yendo al psicólogo, qué? Pensarán que estoy mal de verdad…un reflejo de la incertidumbre de un servicio que, o nunca se ha usado, o muchas veces lo que sabemos es porque lo hemos visto en una película de aquella manera, o se han escuchado cosas raras, como que estas cosas no sirven para todo el mundo y que se tiene que buscar lo que mejor se adapte a tí.

La intención con esta publicación es contestar a estas preguntas, dejar claro cómo identificar a un buen profesional de la psicología y aclarar a quien nunca ha usado este servicio qué puede esperar de él.

El Post estará dividido en dos partes, la primera cómo identificar a un buen terapeuta y la segunda parte, por qué esto en tan importante, ya que no vale cualquier terapeuta.

CLAVES PARA IDENTIFICAR EN SESIÓN SI LA TERAPIA ES ADECUADA

Cómo sé si el servicio que estoy usando es bueno o malo.

Lo primero que tenemos que hacer es comprobar que el profesional no se rige bajo una filosofía dogmática pseudocientífica (generalmente suelen ser psicólogos que se adscriben al modelo cognitivo conductual, o a una formación en análisis y modificación de conducta, o suelen acogerse a terapias de tercera generación como ACT o PAF)y después, comprobaremos su forma de trabajar. Objetar por mi parte que, una terapia científica no implica que se haga bien, y como usuarios, tenéis el derecho de exigir una buena terapia. Hay más probabilidades de que sea buen terapeuta pero no es algo absoluto. Más abajo especifico por qué es tan importante que la terapia esté basada en la evidencia científica.

Si vas allí solo a hablar, no es terapia. La terapia tiene como finalidad el cambio, y éste no se consigue sólo hablando. Nadie ha superado su miedo a los perros hablando, nadie ha superado su vergüenza a hablar en público dibujando ni haciendo test, nadie ha superado su problema de alimentación anotando en una libreta los sueños que ha tenido esa noche para luego comentarlos en terapia. Nadie.

El buen profesional de la psicología te indica en la primera sesión cómo se va a proceder, cómo se divide la terapia, qué finalidad se busca y qué se ha de hacer para ello. El buen profesional de la psicología no se esconde cosas, te explica por qué el problema se está dando, por qué se mantiene, qué podemos hacer para cambiarlo y te anticipará las probables dificultades que supondrá el hacerlo.Te avisará de que tendrás que currártelo.

Ir a terapia no es ir a ver a alguien para contarle tus problemas y salir “curado”.

En otra publicación hablé sobre qué es un problema psicológico. No podemos hablar de “Cura” porque “NO ESTAMOS ENFERMOS”, no hay ningún agente patógeno ni orgánico en los problemas psicológicos, sino que hay un problema de comportamiento. Si hubiera un patógeno, el especialista que tiene que atenderte sería un médico, no un psicólogo.

La terapia es un proceso donde los problemas se solucionan haciendo.¿El qué?”. Bueno, ese es mi trabajo, saber decirte cómo, cuándo, dónde y por qué tendrás que hacer lo que pauto. No porque te lo diga yo, no porque me lo haya dicho un señor hace 80 años, sino porque hay grupos de investigación y estudios de metaanálisis que avalan el análisis funcional de la conducta (la herramienta que usa la psicología). A terapia se viene a trabajar, por ambas partes, no a hablar por hablar.

Por último, la terapia está destinada a un fin, y esto implica obviamente que tiene un final.

El objetivo de un buen terapeuta para con sus clientes no es que vayan y se enganchen, teneros dependiendo de una terapia o una forma de pensar. El objetivo final es que Tú seas independiente. ¿De qué serviría dejar tu tiempo, tu dinero y esfuerzo en un lugar para descubrir que, sin un mentor que te guíe, no puedes solucionar las cosas por tí mismo?

El buen terapeuta deja claro desde la primera sesión a sus clientes que, cuando empiecen a cumplirse los objetivos, se espaciarán las sesiones (en vez de ser una vez por semana serán cada dos o tres semanas, o un mes… dos meses), síntoma de que se está trabajando bien, hasta que llegue un punto en el que los dos, cliente y terapeuta, ven que no tiene sentido alargar la terapia, que se han cumplido los objetivos que se habían marcado, que se ha empezado a mantener una versión mejorada de nosotros mismos.

La mejor sensación que tiene un psicólogo es la de dar el alta a su cliente sabiendo que ambos han hecho un buen y gran esfuerzo por cambiar la situación.

¿A QUIÉN ACUDO? ¿VOY AL HOSPITAL? ¿BUSCO EN INTERNET?

Vamos por partes. Si buscamos un profesional de la salud mental, existe un servicio público y un servicio privado.

Servicio Público: en España tenemos la enorme suerte de contar con un servicio de salud pública donde te puede atender un profesional de la psicología. Suelen ser personas que han estudiado mucho, se han formado durante muchos años y están ahí para tí. El problema con esta opción es que existe un colapso real en nuestro sistema de salud, ya que sólo hay aproximadamente unos 2.800 psicólogos públicos para todo el territorio nacional. Si hacéis unos cálculos rápidos teniendo en cuenta que en España somos unos 47 millones de personas… los pobres están a 1000 por hora. En conclusión, el servicio se ve afectado por este colapso ya que lo normal es que tengan hueco para hacer las sesiones una vez cada 2 o tres meses.

No sé si alguna vez habéis tenido un problema psicológico, pero normalmente a mis clientes (salvo excepciones) les indico que la terapia se realiza una vez a la semana tanto en el periodo de evaluación como en el de intervención (en seguimiento se espacian las sesiones). Esto es así porque, como buen profesional, necesito ajustar las pautas que indico y, como clientes, necesitáis que vuestro problema se resuelva, seguramente, con la mayor prontitud posible.

Imaginaos que os doy una pauta y no volvéis a verme en tres meses. La cantidad de cosas que han pasado en tres meses puede ser tan amplia que la indicación puede que haya quedado totalmente obsoleta. Puede que incluso no se haya ajustado, haya sido una mala pauta o se haya realizado mal por vuestra parte y, en conclusión, hayamos perdido entonces tres meses de trabajo.

Esto ellos lo saben (los psicólogos del sistema público), y probablemente estén muy frustrados por no poder dar la atención que los usuarios merecen. Desde aquí aprovecho para reivindicar que España debe invertir en salud mental, en más plazas para que se pueda atender bien a todas esas personas que no pueden permitirse un servicio por lo privado.

Servicio Privado: La otra alternativa al servicio público es el servicio privado, y aquí podemos entrar en terreno fanganoso. “Muy fanganoso”. Debemos asegurarnos de que el profesional que tenemos delante aplique un método basado en la evidencia científica. No vale cualquier terapeuta.

“Ya Enrique, pero que yo no he estudiado psicología. ¿Cómo voy a saber de estas cosas si no las sé?”

Con calma. El ministerio de España, en este enlace al final, deja toda una lista de pseudoterapias:

https://www.mscbs.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=4527

“Ay Enrique, pero es que tengo una amiga que hace Reiki y le ha ido genial”.

No. No se trata de que te vaya genial. Se trata de que, lo que se haga, se tenga unas garantías de que eso es precisamente lo que necesitas, sin alargar porque sí un proceso que puede resultar doloroso, que además haya una serie de estudios con una filosofía cintífica detrás que la avale.

Tú imagínate que tu médico te dijera que para tratar esa úlcera estomacal, del tamaño de un rinoceronte blanco que padeces, tienes que tomar protector gástrico.

“Ok”.

Y además, bailar al son de la macarena mientras una luna de cuarto menguante ilumina el mes de febrero, tomar 5 bolitas de homeopatía al día y rezar al dios sumerio del Chakra del Amor.

¿Parece ridículo verdad? las pseudociencias y pseudoterapias están cargadas de este tipo de indicaciones, no específicamente estas, pero coinciden en que son imposibles de corroborar, con resultados imposibles de replicar, en otras personas. Si exigimos rigurosidad a nuestros médicos, ¿por qué no se la íbamos a exigir a nuestros terapeutas?

“Pero que sí, que el Reiki le ha sido útil, mi amiga está genial, ¿qué problema hay?”

Puede haber un problema de estafa al prometerte unos resultados que no tienen garantías de cumplirse en el mejor de los casos. En el peor de los casos, las indicaciones pueden agravar el problema o incluso desatender las indicaciones que sí que están demostradas (como dejarte la medicación contra el cáncer para tomarte un buen chupito de lejía), todo a la par que sufrimos mientras nos sacan el dinero.

Ante la duda, pregunta e infórmate. Por supuesto, todos van a vender lo suyo como lo mejor que has probado o lo mejor que podrías hacer. Además, que un profesional parta de un modelo terapéutico basado en evidencia científica no tiene por qué implicar que lo haga buen terapeuta. En la Villa del Señor habemos de todo, y sería un hipócrita y un vendehumos si te dijera que una cosa implica 100% la otra.

Hay más herramientas para vosotros los usuarios, que os ayudarán a reivindicar un mejor servicio. Arriba en el post especifico cuáles son los elementos a los que debéis atender en terapia y que os ayudarán a identificar si la persona que tenéis delante es un buen profesional.

Se trata con todo esto de que tú tengas la certeza de que, el proceso por el cual te estás sometiendo tiene unos estudios que te garantizan esos resultados que estás buscando, que para eso estás pagando tú, por los resultados, por estar bien.

¿Que te ha podido ir muy bien oliendo flores de bach? Genial. Me alegro un montón. ¿Que la homeopatía te ha cambiado la vida? Perfecto. ¿Que el psicoanálisis te ayudó a reencontrarte con tu niño interior? No lo dudo, no estoy aquí para señalar que si sois felices y estáis bien con vosotros mismos dejéis de serlo porque no haya un método científico detrás con sus reglas bien estudiadas y evidenciadas. No. Ese no es el mensaje.

El mensaje que quiero dejar bien claro es que la salud de las personas debe manejarse con el mayor de los respetos. Cuando ponemos la salud de alguien en las manos de otra persona, ¿no deberíamos exigir un mínimo? ¿Quiénes somos nosotros para experimentar, con ensayo y error, con el sufrimiento de alguien? ¿Qué tipo de altanería es esta con la que se defienden filosofías, métodos y técnicas sacadas de la chistera, sin comprobar mediante hipótesis sus resultados?

Habrá ocasiones donde los problemas se solucionen aplicando pseudoterapias que no tienen evidencia científica, y esta realidad es perfectamente plausible.

“Un momento Enrique, ¿no decías antes que…?”

Sí, estoy en contra de pseudociencias y pseudoterapias, por lo dicho antes, porque no pueden prometer unas garantías de que eso que aplican puede llegar a funcionar. Sin embargo, a veces funciona. Esto puede ocurrir perfectamente porque, en esa aleatoriedad de sucesos, pueden darse procesos que incentiven un cambio y que éste cumpla con la demanda del cliente. Como en el ejemplo tan ridículo que he puesto arriba sobre la úlcera estomacal, si cumples todas esas indicaciones seguro que la úlcera va a mejor. Pero estas terapias no tienen cómo demostrar o replicar dichos resultados, es como el burro que se sienta y sin querer hace que suene la flauta. Ese es el quit de todo esto y el peligro que por ello suponen.

Pregúntate, ¿acudirías a un burro para que te enseñara a tocar un instrumento? ¿O acudirías a alguien que se ha formado en música?.

“Pues yo estaba mal, y al final me dije que no podía estar así y salí de fiesta con amigos, y con el tiempo me quité todo y eso no es científico. No todo lo explica la ciencia”.

Que sí Paco, que eso está genial y de verdad que me alegro un montón por tí. Pero resulta que eso que comentas sí que obedece a un proceso que explica perfectamente lo que sucedió para que te encontraras mejor, y puede replicarse y hay evidencias, y se ha estudiado y se ha perfeccionado para que, en caso de necesidad, se llegue a ese resultado en el menor tiempo posible bajo la tutela de un profesional. Y es que no todo vale para todo el mundo porque cada persona es única. Mi trabajo consiste en detectar ese proceso, afinarlo, condensarlo y ajustarlo a TÚ necesidad, para que el resultado sea el esperado, para cumplir vuestra demanda y vuestros objetivos en el menor tiempo posible.

La terapia no tiene el monopolio del bienestar, no. Sin terapia científica uno puede ser feliz y estar bien perfectamente, de verdad que sí. El profesional de la salud que te venda lo contrario, que sin terapia no puedes ser feliz, es un vendehumos. El profesional de la salud mental que te dice que no hace falta ser científico, porque los seres humanos somos impredecibles, es un vendehumos. El profesional de la salud que no te explica de dónde sale lo que dice, y que para saberlo tienes que comprar su libro, es un vendehumos.

Todas estas claves hacen que un profesional NO SEA un profesional, sino un magufo. Un Vendehumos.

Espero que con estas claves sepáis identificar y diferenciar a un buen de un mal profesional de la salud mental.

Y si necesitas ayuda profesional o asesoramiento, puedes solicitarla a través del correo Enrique.lujan.lopez@gmail.com

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Enrique Lujan Lopez

Psicólogo Nº Colegialización: MU04454 Análisis y Modificación de Conducta formado en ITEMA, Terapia 3º G, Sexología y Terapia de Parejas, master C-Conductual