Pedro Apalategui: “El caso Wanninkhof se inició ya con un veredicto de condena”

ESTHER RUIZ MORENO
5 min readFeb 18, 2019

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El abogado penalista alerta del grave riesgo que suponen los juicios paralelos para las garantías propias de un proceso judicial

El abogado Pedro Apalategui recibe la Medalla al Mérito en el Servicio de la Abogacía. Foto cedida por el propio letrado.

Pedro Apalategui Isasa (Madrid, 1947) es letrado del Colegio de Abogados de Málaga. Especializado en derecho penal, ha recibido la Medalla al Mérito en el Servicio de la Abogacía. Tras su defensa a Dolores Vázquez durante el caso Wanninkhof, ha incidido en el estudio de los juicios paralelos para alertar de sus consecuencias.

Pregunta. Usted fue el abogado de Dolores Vázquez.

Respuesta. Yo fui el abogado de Dolores Vázquez. La defendí en el asunto Wanninkhof, en las tres instancias que hubo. Es decir, en el juicio de tribunal de jurado en Málaga, en la que resultó un veredicto de condena y luego, posteriormente, en los recursos al Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que en este caso ya estuvo solventado, por llamarlo de alguna manera, el problema y a raíz de la sentencia del TSJ, y recurrí la acusación particular al Tribunal Supremo en el Tribunal Supremo que confirmó, lógicamente, la sentencia del TSJ.

P. No sé si ha podido seguir los casos de La Manada o de La Corta.

R: Bueno, lo he seguido a través de los medios de comunicación. No a nivel profesional porque no tenía nada que ver con los temas ni tampoco he tenido especial interés ni en la lectura de la sentencia, ni en la lectura de los escritos de las partes acusadoras y defensoras pero, lógicamente, sí he conocido el desarrollo de ese juicio.

P: ¿Cuál sería su opinión jurídica respecto al tratamiento de la información de sucesos de los medios?

R: En primer lugar, el derecho a la información es una garantía propia del propio proceso penal. El derecho a la información es absolutamente necesario e imperativo en un estado de derecho. El problema es cuando se pasa de la información a la opinión y asuntos mediáticos que tienen un componente normalmente de contenido morboso, pues se alimenta. Lo que se llama un juicio paralelo de tipo agresivo, que son los que a mí particularmente me preocupan. Habida cuenta de que esa agresividad, de esas opiniones, a través fundamentalmente de medios de comunicación y sobre todo de alguna cadena televisiva, donde incluso se permiten el lujo de reunir a presuntos especialistas en psicología, en criminología, etc., que no sé si lo son o no, pues ya empiezan a verter en los medios de comunicación opiniones sobre la inocencia o culpabilidad de la persona que todavía se está investigando y que todavía no ha sido juzgada. Por lo tanto, eso sí me preocupa. Eso fue para mí un caso paradigmático, el del asunto Wanninkhof y de ahí, a partir de conocer ese veredicto y esa campaña mediática tan especialmente agresiva y abusiva, incidí en el estudio de los juicios paralelos a los efectos de intentar paliar la repercusión en valores tan esenciales como la presunción de inocencia y el proceso debido.

“A partir de conocer el veredicto y la campaña mediática tan especialmente agresiva y abusiva del caso Wanninkhof, incidí en el estudio de los juicios paralelos a los efectos de intentar paliar la repercusión”.

P: ¿Cómo puede prepararse la defensa de una persona que ya ha sido juzgada por la opinión pública?

R: Es imposible. Eso tiene una especial incidencia en los juicios de tribunales populares. Es de presumir, y esto es una presunción, que un magistrado profesional en su nómina tiene la imparcialidad pero un tribunal popular al que se le asedia desde el momento de la detención, desde una información donde se sugiere, y se afirma en muchos casos, la culpabilidad, el agotamiento de las pruebas que demuestran la culpabilidad de una persona, etc. Pelear contra esa historia supone una ruptura de toda la estructura de las defensas penales en el marco de las garantías que exige lógicamente la Constitución de este país. Yo tuve la ocasión de verlo en el asunto Wanninkhof, cuando en el juicio y frente al jurado popular me di cuenta de que, efectivamente, aquello se inició ya con un veredicto de condena. Eso claro que preocupa. Eso afecta a la presunción de inocencia y afecta a las propias garantías del proceso debido, naturalmente. Ya no solamente la presunción de inocencia de esa persona, que lógicamente es un derecho fundamental, sino que rompe el equilibrio del propio proceso, que ya no solamente afecta a ella, sino que puede afectar a cuantos en un próximo enjuiciamiento puedan verse en una situación similar.

P: En mi opinión, las redes sociales han amplificado todos los efectos de los juicios paralelos, ¿cree usted que han cambiado desde el caso Wanninkhof con la llegada de las redes sociales?

R: Yo no soy en modo alguno aficionado a introducirme en las redes y no me introduzco. Tengo una especie de aversión a un escenario que me parece, por las pocas veces que he entrado, especialmente cobarde porque es una protección del anonimato a la hora de verter juicios. Imagino que tiene una enorme repercusión pero no estoy capacitado para opinar porque no incido en las redes sociales.

“No soy aficionado a introducirme en las redes. Tengo una especie de aversión a un escenario que me parece, por las pocas veces que he entrado, especialmente cobarde porque es una protección del anonimato a la hora de verter juicios”.

P: Desde su punto de vista y desde el ámbito jurídico, ¿cómo se lucha contra los juicios paralelos?

R: En el ámbito jurídico a mí no me queda más remedio que acudir concretamente a ejemplos del derecho penal y procesal de otros países del entorno europeo. Por ejemplo: en Francia, la fotografía del detenido cuando resulta detenido, si no es con su consentimiento, la publicación de la fotografía puede tener repercusiones serias contra el medio que lo hace.En Austria, incluso un juez puede suspender concretamente una campaña de información agresiva. Entonces la única alternativa, que este país no da, es poner en manos del juez profesional la tutela de los derechos fundamentales del proceso que puedan verse afectados por una campaña de información agresiva. Vuelvo a repetir, de información y de opinión agresiva. La información y el derecho a informar sobre un proceso penal sea cual sea, con el contenido que tenga, es una garantía, es otra garantía del proceso penal. La crítica va dirigida concretamente a lo que todo el mundo conoce por los juicios paralelos agresivos.

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ESTHER RUIZ MORENO
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Periodista de día y escritora de noche. En mis ratos libres soy actriz de doblaje.