Los últimos días de internación, del día #35 a la libertad (#40)

Los últimos días de encierro y rutinas de hospital hasta la preciada vuelta a casa.

Eugenio Berzal
5 min readJun 21, 2017

Esta es la continuación de De quimioterapias y esperas, la internación desde el día #26 al #35.

Unos días antes de que me dieran de alta, comenté abiertamente mi diagnostico y el aliento de amigos, conocidos y otros no tanto no demoró en llegar. Yo me sentía fuerte, pero sentir que tanta otra gente me acompañaba a su manera, no hacía mas que reforzar mi actitud y llenarme de paciencia para seguir adelante.

Pollo con tortilla de verduras. Merienda. Canelones de carne y verdura.
Desayuno. La evolución de la extracción de sangre.
Mariana y mamá. Así llegaba la comida para los pacientes en ‘aislamiento’. Verduras con hamburguesas caseras.
Milanesa de carne con verduras. Mi tío Pablo de visita. Pollo con verduras.

Pasaban las comidas y los médicos, y mantenía contenida la ansiedad por irme. Prefería no ilusionarme que recibir la mala noticia de quedarme mas tiempo por alguna razón.
Tenía una lista de comidas para volver a comer cuando saliera? SI. Tenía una lista de amigos que quería ver nuevamente? SI. Quería ver a mi familia y quedarme en paz en casa? SI.
A pesar de todo conservaba la calma. Faltaba menos. Para aliviar humores y ansiedad comía alguna cosita escondida en la mesa de luz. Ustedes no digan nada! 😜

Comenzaron a hacerme transfusiones para poder irme y no sentirme mal en casa por la falta de oxigenación. Era una señal de que iba a dejar la habitación 300. De alguna manera fue una primera experiencia de vivir solo, no se si la hubiera elegido por voto propio, pero si vemos el vaso medio lleno hice la experiencia/prueba piloto sin tener que pagar alquiler (?).

Transfusión para poder irme a casa y no sentirme mal. Tarta de acelga. Contrabando de comida.
Hamburguesas de pollo con verduras. Mensaje de compañero de secundaria. Arroz con albondigas.

Era raro abandonar esos 12m² en los que viví 40 días, sin salir al pasillo, sin poder abrir una ventana. Sin poder dormir mucho y sin poder andar mucho. Donde no tenía mucha actividad mas que leer o ver tv. Donde hacía dieta obligadamente. Alejado de mucha gente pero en manos de otros, los del hospital, que siempre hicieron lo posible porque yo este bien.

En esos últimos días les hicimos regalos a cada uno que participó de mi recuperación ahí. A los médicos, las enfermeras, las de limpieza, admisión, etc. Al irme fui saludando a cada uno que me cruzaba, y agradeciendo por todo lo que habían hecho.

Muy lentamente, ya que no tenía músculos ni fuerza, me trasladé del 3er piso hasta la puerta principal con la ayuda de mi tía Cecilia. Afuera nos esperaba mamá en el auto.

Última transfusión antes de irme. Selfie con la tía Cecilia antes de irnos. Nadie mas de la familia sabía la noticia.

Inmortalicé ese momento de alegría y libertad con una foto.

LIBERTAD!
Libertad y familia!
Reencuentro con mi hermana. Los kilos que bajé en esos meses.

El día #40 (27.09.2016) volvimos a casa con mama, ambos cansados pero sonrientes. Me encontré de golpe con los pasillos y habitaciones que recordaba al detalle, con mi hermana, con mis inquietos perros, mis cosas, mi cama. Era hora de afeitarme después de 40 días (cumplí la promesa auto-impuesta), descansar un poco, y seguir hacía adelante. Lo mas difícil había quedado atrás, junto con una versión de mi persona. Momento de renovarse y seguir adelante.

Gracias a todos.

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Eugenio Berzal

Web Designer. DJ. Escritos en español y tal vez inglés. // Writings in Spanish and maybe English.